De aquel bajo perfil público que tenía cuando comenzó su carrera delictiva en la colonia Las Huertas, en el último año José Rodrigo Aréchiga Gamboa pasó a exhibir su vida de glamour, lujos y excesos que lo llevaron hasta aparecer fugazmente en televisión junto a la socialité Paris Hilton, en una pelea de Pacquiao en Las Vegas. Hoy, “el Chino Ántrax” está a punto de ser extraditado de Holanda -donde fue detenido el 31 de diciembre pasado- directamente a la Corte de San Diego para ser procesado por tráfico de cocaína y mariguana.
Culiacán, Sin.-De chico era bueno para los golpes. En la colonia Margarita, Las Huertas y Sinaloa, si se camina por algunas viejas bardas, todavía pueden observarse rastros de los graffitis que hacía con sus amigos, en aquella época de cholo territorial.
Era de los primeros en brincar en las peleas callejeras. Nunca se arredraba. Fue por esas calles de los barrios del suroriente de Culiacán que un día conoció a Vicente Zambada Niebla, hijo de Ismael “el Mayo” Zambada, y entonces al Chino le cambió la suerte.
Pasó de cholo de barriada a sicario. De sicario a una suerte de dandy sinaloense que vestía impecable y gustaba de lujos extremos, viajes y armas exóticas… hasta que antes de disponerse a celebrar el Año Nuevo fue detenido en el aeropuerto internacional de Schiphol, en Ámsterdam, cuando intentaba abordar un avión con destino a la Ciudad de México.
Justo un mes después de que la DEA detuviera a Serafín Zambada Ortiz, otro hijo del “Mayo” Zambada, en el paso fronterizo de Nogales.
Ahora José Rodrigo Aréchiga Gamboa estará enfrentando cargos similares que el “Sera” en la Corte del Distrito Sur de California, en San Diego, pues apenas el 20 de diciembre la Fiscalía había solicitado al Juez una orden de aprehensión por conspirar para introducir 500 gramos o más de cocaína y mariguana a los Estados Unidos.
En Ámsterdam, el Chino fue recluido en una prisión preventiva y dos días después tuvo su primera audiencia con un juez, en donde se le dio a conocer su situación y los motivos por los cuales lo arrestado, eminentemente con fines de extradición a Estados Unidos.
Desde semanas atrás, Aréchiga Gamboa había posteado comentarios en su cuenta de Instagram (JamesBon 5_7) que se encontraba en ese país, disfruntando de la vida y los placeres.
De hecho, el jefe de sicarios exhibía su itinerario. Por lo menos viajó a países árabes como Dubai, se paseó en ferri por el Mediterráneo, visitó Barcelona, Francia, y otros países de Europa.
A esa vida de glamour la acompañana el derroche y el exotismo. Fotos acostado en una cama, bebiendo champaña cara, con un grupo norteño tocando sus corridos, imágenes de sus ejercicios en el gimnasio privado que tenía, videos de entrenamientos en la sierra.
A sus seguidores los consentía con rifas de celulares, lentes y hasta un Jeep color rojo, aunque se desconoce si concluyó con el juego con sus “narcofans”.
Pero una de sus mayores audacias fue aparecer fugazmente a un lado de la socialité Paris Hilton, durante una pelea de Pacquiao. En un video del Youtube, alcanza a verse el rostro de Aréchiga Gamboa, su mano rodeando el hombro de la chica, y el anillo de la calavera. La vida de glamour…
Los Ántrax
Corría el violento 2008 cuando en Culiacán se supo de la existencia del “Chino Ántrax”. Las únicas crónicas de aquel tiempo son los narcocorridos, que dejaron constancia de que Aréchiga Gamboa entró al quite en la guerra que se habían declarado los grupos de narcotraficantes que estaban aglutinados en el cártel de Sinaloa.
Fue cuando surgió el grupo de sicarios de Los Ántrax, bajo el mando del Chino, entonces de ventipocos años.
El 4 de de noviembre de 2008 el grupo tuvo una de sus primeras bajas, al ser asesinado en un lavado Alfredo Vizcarra Vega, conocido como “El Fello Ántrax”, hijo del comandante de la Policía Ministerial del Estado, Martiniano Vizcarra Burgos.
Supuestamente, antes de la balacera en el autolavado de la colonia 10 de Mayo había estado el Chino, pero se había marchado cuando arribó el comando a atacar a los presentes.
Pero el verdadero ascenso de Aréchiga Gamboa comenzó tras el arresto de Vicente Zambada Niebla, en marzo del 2009. Fue cuando quedó en una posición jerárquica superior, pues el Vicentillo le tenía estimación personal.
Desde entonces fue llamado el que vigilaba la plaza de Culiacán, la más importante para el cártel de Sinaloa por ser donde habitan sus familias.
Mientras que el grupo de sicarios era conocido a través de redes sociales y en canciones, la Secretaría de la Defensa Nacional identificada a miembros como René Velázquez, conocido como el Sargento Phoenix, el Gato Negro o el Talibán, detenido por el Ejército en el 2008, y actualmente recluido en el penal de Aguaruto.
Las autoridades federales y locales han identificado a por lo menos 10 integrantes, unos abatidos en batalla y otros más en activo.
Uno de los primeros que murieron, además de “El Fello” fue Redel Castro, alias “el Pocho Ántrax”, muerto en el enfrentamiento de Tubutama, Sonora, del 1 de junio e 2010.
En mayo del 2011, Franklin Olguín Velázquez, “el Franki”, o “el Dos”, fue asesinado por el Ejército junto con Jesús Humberto Corona Guillén, “el Chuve”, y Pedro Valenzuela Meza, “el Pedrón”.
Los tres fueron torturados por elementos del Ejército cuando fueron detenidos en una finca abandonada ubicada al sur de Culiacán, a un kilómetro de la carretera México-15.
Confundidos con secuestradores, los tres ántrax pasaron por vejaciones antes de ser ultimados, ya que llevaban a un individuo atado y mutilado, al cual iban a matar al solar baldío.
Meses más tarde, Francisco Arce Rubio, el Pancho Arce, identificado como el cuarto en la estructura de la célula, fue asesinado mientras jugaba futbol en el Campo de Barrio de la colonia Emilizano Zapata. Era la noche del 31 de octubre del 2011 cuando el cuerpo del Pancho Arce quedó tendido sobre el campo de futbol, su deporte favorito.
Estas bajas comenzaron a debilitar al grupo, y en Culiacán se hablaba que “el Mayo” Zambada había optado por retirar de escena al Chino mientras las cosas se aclaraban.
Sin embargo, las pugnas internas en el cártel de Sinaloa continuaron hasta el 22 de febrero del 2012, cuando fue asesinado Adrián Antonio Núñez González o Roque Landeros, conocido como “el Roque Ántrax”.
“El Roque” fue ultimado junto con otros tres: Ricardo Ontiveros Edeza, Jesús Antonio Mendoza, José de Jesús Sánchez Vidrio. También murió César Daniel Limón Amézquita, que fue identificado del grupo contrario.
En la escena se había mencionado que estuvo presente otro integrante identificado con su nombre de pila, Melesio, alias “el Mele”.
También las autoridades han mencionado a Eusebio Imperial, “el Cheyo Ántrax”, primo hermano de Ismael Zambada Imperial, “el Mayito Gordo”, hijo del “Mayo” Zambada.
Como instructor y reclutador se menciona a “el Traka”, y como financiador a “el Changuito”.
Por último, “el Monkey” es otro de los sicarios señalados por la Secretaría de Seguridad Pública Federal.
Incluso el semanario Ríodoce publicó que este individuo fue detenido por la Policía Municipal por órdenes del entonces secretario de Seguridad Pública de Culiacán, Alfonso Carlos Ontiveros Salas, quien supuestamente fue amenazado por Los Ántrax debido al arresto del Monkey y otros integrantes del equipo.
Respecto al apodo de Ántrax, algunas fuentes señalan que se le ocurrió a Aréchiga Gamboa, su fundador y patrocinador, en la época de la guerra de Irak, cuando este mal provocado por una bacteria, generó pánico en el mundo ante un ataque químico masivo.
En términos de estructura, la detención de Rodrigo Aréchiga Gamboa configura otro golpe fuerte al grupo del “Mayo” Zambada, que apenas el 20 de noviembre pasado le detuvieron a otro hijo.
A mediados de diciembre, la caída de Gonzalo Inzunza Inzunza, el Macho Prieto, en Puerto Peñasco, había sido otro golpe sistemático a la organización Zambada, que se ha visto disminuida desde la extradición del Vicentillo.
Con esto, la DEA -esa que ha sido desnudada por los alegatos del hijo del “Mayo”, al exhibirla como colaboradora del cártel- parece estar cerrando la pinza entorno al grupo de los Zambada.
Pero mientras Aréchiga Gamboa y otros miembros no tienen antecedentes en México, los gringos tienden un cerco que todavía no se sabe si significará el derrumbe del único narco mexicano que en más de 30 años no ha pasado por ninguna reja.