Hidalgo.-“Quizás”, reconoce un colono de ceño fruncido, el nombre de Heriberto Lazcano Lazcano, “El Lazca”, antes, cuando éste lideraba a Los Zetas, era protección suficiente para este terruño, El Tezontle, donde creció el ex cabo de Infantería, uno de los fundadores de ese grupo paramilitar que surgió como brazo armado del Cártel del Golfo.
Sin embargo, ahora, cuatro años y un mes después de que la Marina afirma que abatió a El Z-3, la delincuencia ha tocado la entraña de esta colonia, y sus habitantes, sin el “fuero” de antes, se han organizado para hacerle frente; por lo tanto, tras la oleada de robos a casas, autos, comercios e incluso de un recién nacido, amagan con matar, ya no poner a disposición de las autoridades, a cualquiera que sorprendan en fragancia.
El colono se recarga en la pared de una casa, en contraesquina de las avenidas Álamo y Pirules, que con letras rojas y negras advierte: “Ratero, si te agarramos te linchamos. Tezontle unido”, justo a unos pasos del Campo Militar de la Décimo Octava Zona, adonde “El Lazca” ingresó el 5 de junio de 1991, a los 17 años. Del Ejército sería parte hasta el 27 de marzo de 1998, cuando fue reclutado para conformar la guardia perentoria de Osiel Cárdenas Guillén.
Otra leyenda, idéntica, está en la pared frente a la Iglesia de Nuestra Señora de San Juan de Los Lagos, por cuya remodelación la Procuraduría General de la República (PGR) inició la averiguación previa AP/PGR/PACH/I-V/752/2010 por el posible uso de recursos de procedencia ilícita, en 2010. La donación del centro de catequesis que ahí se incluye se atribuye a Heriberto Lazcano, por una placa, colocada adentro, que le agradecía.
Este centro religioso y “la casa sobre la colina”, de tres niveles entre suburbios, son el legado de “El Lazca” en El Tezontle. Pero ni una ni otra, dice el colono –Juan, afirma se llama, aunque pudo decir cualquier otro nombre que también dudara al pronunciar–, ya no detiene a los “delincuentes”, que, agrega, roban impunemente entre las casas y las calles que hay en este lugar, sin que las autoridades, como él generaliza entre las Secretarías de Seguridad municipal y estatal, logren impedirlo.
Ahora la vida en El Tezontle, en las veredas que transitó el capo, es diferente y, acota otro vecino en la calle Nogal, fueron ciertos incidentes los que ocasionaron que los pobladores se organizaran y tomaran la decisión de linchar a quien delinquiera, sin permitir que intervengan “las autoridades”, a quienes critican por su omisión y, se aventuran a decir, “complicidad”, aunque hasta el momento no han intentado quitar la vida a ningún probable criminal.
“Uno de los (sucesos) más delicados”, refiere, ocurrió en noviembre de 2015, cuando fue robado un bebé de un mes de nacido por tres personas que bajaron de un taxi, inmovilizaron a la madre de manera violenta en la calle Ahuehuete y huyeron. Un día después fue recuperado, pero fue uno de los crímenes que “colmaron la paciencia”.
Y aunque no puede cuantificar “los muchos” hurtos, asegura que el hartazgo es tal que se han organizado, y un silbido o un mensaje de Whatsapp basta para movilizar a todos los habitantes que antes se reunían el Día de la Candelaria a celebrar en el campo llanero esa fiesta popular, con agrupaciones como la Número 1 La Banda Jerez –patrocinada, “aquí todos saben”, por “el señor Lazcano”–.
Además, según informes del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen) que la periodista Anabel Hernández hizo públicos en Los señores del narco, el gobierno de Felipe Calderón identificó cuatro domicilios en Pachuca donde posiblemente pernoctaba “El Lazca”.
Uno de ellos es el de El Tezontle, en la avenida Álamo y calle de Sabino 107, que aquí se conoce como “la mansión de la colina”, en la que, es una leyenda entre los lugareños, apareció un 2 de febrero una silueta, alumbrada entre la penumbra, cuando una presentadora que también trabajaba para Radio y Televisión de Hidalgo agradecía a “la familia Lazcano” el patrocinio de la fiesta de la Candelaria. Después abriría el festejo Marco Flores, ex candidato del Partido Encuentro Social (PES) a la gubernatura de Zacatecas, y su banda: la Jerez.
El resto de crímenes aquí son hurtos a casa habitación, de autopartes e incluso a transeúntes, éstas, con uso de la fuerza. Igualmente, enfrentamientos violentos que han derivado en muerte. Tan sólo ayer, en la plaza comercial Galerías, a 2.1 kilómetros de ahí, un grupo delincuencial robó una joyería, después de amenazar con armas de fuego a los empleados.
Sobre avenida Álamo, además, en marzo de 2015 la Agencia de Investigación Criminal aseguró en un predio 20 mil litros de diésel presuntamente robado.
A 12 kilómetros de aquí, en el fraccionamiento Haciendas de Margaritas, en el municipio aledaño de Mineral de la Reforma, una turba atrapó a un sujeto saqueando un domicilio, a quien golpearon y estuvieron a punto de quitar la vida, hasta que se movilizó el escuadrón de ganadores, el 4 de mayo pasado.
Pero El Tezontle no es la única colonia en la que hay advertencias de linchamiento, ya que las lonas y paredes pintadas con mensajes hacia los criminales se extienden por las principales arterias y conglomerados habitacionales de la capital hidalguense: metros adelante, en el puente peatonal de Venta Prieta hay otro, y antes de llegar al Instituto Tecnológico de Pachuca (ITP) que atiene a 3 mil 745 estudiantes, por la misma carretera que conduce a la Ciudad de México, uno más.
En colonias como Parque de Poblamiento, Santa Julia, Plutarco y Piracantos, así como en el fraccionamiento Los Cedros y en Revolución, a unos minutos a pie del centro de la ciudad, también proliferan las advertencias.
Parque de Poblamiento y Santa Julia, junto con San Cayetano, Juan C Doria, San Antonio el Desmonte, Periodistas, Ciudad de los Niños, Bosques del Peñar, Javier Rojo Gómez y Santa Matilde, son consideradas las colonias “más peligrosas” de Pachuca, por la incidencia de crímenes que se registran en ellas, según el mapeo delictivo que hizo la anterior administración municipal, a cargo de Eleazar García Sánchez.
Pese a ello, los vecinos ya están organizados: “Quemado vivo” es la amenaza en Parque de Poblamiento. “¿Cómo?”, se pregunta una tendera, que se responde a sí misma de inmediato: “no faltará la gasolina”.
En septiembre, la asociación civil Semáforo Delictivo advirtió, con luces rojas, sobre el incremento de estos ilícitos en Pachuca: 107 robos a casa habitación, cuando la media es de 57; 73 a negocios y 183 casos de lesiones. En amarillo está el robo a vehículos, con 59 incidencias en un solo mes.
Estas advertencias, además, se dan cuando en tres municipios, Mixquiahuala, Acatlán y Francisco I. Madero, se han intentado linchar a cuatro sujetos, en los 67 días que lleva el gobierno de Omar Fayad Meneses. Dos más, en Ixmiquilpan y Actopan, se registraron en los meses previos al cambio de poderes, y el 2 de junio, en el periodo de José Francisco Olvera Ruiz como mandatario, fue linchada una persona en Tlaxcopan que, según la Procuraduría General de Justicia del Estado, confundieron los habitantes con un secuestrador.
En la colonia Morelos de Mixquiahuala, incluso, dos elementos de la Dirección General de la Policía Investigadora (DGPI), que trababan de rescatar a un presunto ladrón, quedaron inconscientes cuando fueron arrojados, de cabeza, de un kiosko, por lo que debieron ser traslados a un hospital para su atención médica, el 12 de octubre pasado.
Apenas este 7 de noviembre, vecinos de Los Morales, en Francisco I. Madero, ataron a un supuesto ladrón, a quien liberaron cuando intervino la policía estatal. De lo contrario hubiera sido asesinado.
Cuando al colono se le inquiere cómo en El Tezontle, otrora terreno infranqueable en el apogeo de Heriberto Lazcano, harán frente a la delincuencia, que si acaso tienen armas para ello, pierde la mirada hacia el vacío que tuvo durante la conversación, ve fijamente a los ojos y, con tono pedagógico, como quien instruye en un nuevo menester, concluye: “hay quienes hacen más preguntas de las que deben”. Retira su peso sobre la barda, en la que permaneció recargado, y se marcha con dirección hacia arriba, por la iglesia, en la que, sin detener el andar, hace una señal de cruz con los dedos sobre su frente.
La gente camina a prisa, como en cualquier ciudad, pocos intercambian palabras con quien reconocen ajeno a esta colonia. Un error grave es iniciar una conversación con el nombre de “El Lazca”, lo ideal es esperar a que salga alguna de las muchas historias entre la plática, pero un hecho es bien sabido aquí, y lo confirma el viejo panteonero, que custodia el Panteón Ejidal de San Francisco, atrás del Salón de la Fama del Futbol, que, mediante investidura, inmortalizó apenas dos días atrás a once leyendas del balompié mundial, entre ellas a Ronaldo Nazario, ex astro del Real Madrid y campeón del mundo con Brasil en 2002, quien estuvo aquí.
El hecho bien sabido es que, a ese cementerio, donde el Z-3 erigió un mausoleo que sería su morada perpetua, con una réplica de la cruz de metal que se encuentra en la Iglesia que patrocinó, el cuerpo no llegó.