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El Mayo me pagaba entre 20, 50 y hasta 100 mil dolares al mes o cada dos meses dice El JT Javier Torres Félix

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¿QUÉ DECLARÓ EL JT?

Las declaraciones al ministerio público que hizo el JT, y que serían eliminadas al ser considerada ilegales, dan cuenta también cómo inició en el negocio criminal. Tras la disolución de la guardia rural en donde era policía, Torres Félix se dedicó abiertamente al narcotráfico, y de 1999 al 2004, era de sus principales lugarteniente.

“Mi función dentro de la organización del Mayo era de seguridad, teniendo a mi mando aproximadamente 20 personas, todas ellas armadas, a las cuales yo les pagaba con dinero que me daba el mismo Mayo”.

-¿Cuánto le pagaban por ayudarle al Mayo?

“Era variado al mes o cada dos meses, me daban entre 20, 50 mil y hasta 100 mil dólares”.

-¿Cuáles son los objetivos o finalidad de la organización delictiva que dirige el Mayo Zambada?

“Venta de droga, en especial cocaína”.

-¿Cuánto dinero ganó durante su estancia en la organización delictiva conocida como cártel de Sinaloa?

“No tengo idea de cuánto gané, pero logré comprar dos ranchos y mil cabezas de ganado, como un millón y medio de dólares, pero cuando estuve preso (en Estados Unidos) los estuve vendiendo junto con las cabezas de ganado, no contando en la actualidad con inversiones, bienes muebles, ni cuentas bancarias a mi nombre ni a nombre de mi esposa ni mis hijas”.

En sus declaraciones al ministerio público de la SEIDO, el JT dijo que el Mayo lo invitó a trabajar a su organización en 1999.

“En el año de 1999 comencé a trabajar con el Mayo, por invitación de él mismo… con la única persona que trabajé fue con él ya que uno no puede servir a dos amos”.

El Mayo Zambada, dijo, era el mero jefe de la organización y él era el segundo en la estructura, y enseguida estaba Lamberto Verdugo Calderón, a quien en enero de 2009 mató el Ejército en un retén ubicado sobre la carretera a Sanalona, a la altura de la comunidad de El Carrizalejo.

-¿Especifique cómo conoció al Mayo?

“Lo conocí porque somos originarios de la misma ranchería, conociéndolo cuando yo tenía aproximadamente 20 años de edad, teniendo él como 10 años más que yo, y recuerdo que cuando lo conocí él era ganadero, no tenía entonces ningún negocio de narcotraficante, solo era mentado porque tenía ganado y en ese entonces ya era conocido como el Mayo”.

Torres Félix señaló que cuando él entró a trabajar con Zambada García la organización estaba en guerra con los hermanos Arellano Félix, a quien identifica como originarios de Badiraguato.

“Nunca supe porque se originó el pleito entre las dos organizaciones delictivas, por lo que siempre nos cuidábamos de que los Arellano no nos fueran a matar. Supe que cuando yo entré a trabajar con el Mayo, la guerra ya estaba iniciada y cuando me detuvieron en el 2004 ya no había guerra, ya que no estaban los hermanos”.

El capo indicó que cuando no trabajaba para Zambada se dedicaba a labores del campo, a sus ranchos de engorda y a sembrar maíz y frijol, que los hombres a su cargo ganaban 500 dólares a la quincena y todos usaban armas largas como AK-47 y AR-15, y que todos se dedicaban a cuidar a Ismael.

Cuando se le preguntó si más familiares trabajaban para Zambada, comentó que su hermano Manuel Torres Félix, pero que éste había sido abatido por el Ejército en octubre de 2012.

Enseguida se le preguntó si conocía a una persona, cuyo nombre aparece testado, y respondió que sí, cuando era capitán del Ejército lo conoció en su rancho de Cosalá, y que era compadre de su hermano, aunque descartó que fuera gente del Mayo. “No creo que estuviera en el cártel”, dijo.

Javier Torres informó que él fue miembro de la Policía Rural de Culiacán y que el Ejército Mexicano le dio a él y a los elementos capacitación para usar armas de fuego.

“Mi función era cuidar el campo, monte y la sierra, lugar en donde el mismo Ejército nos dio entrenamiento y aprendí a usar las armas”, manifestó.

EN LAS REDES DEL EJÉRCITO

El 26 de enero de 2004, el JT y su gente se enfrentaron a las Fuerzas Especiales en la comunidad de El Tule, al sur de Culiacán. Al día siguiente, de acuerdo al parte del Ejército, una llamada anónima alertó a la milicia de que el capo estaba en un domicilio de Colinas de San Miguel.

Había llegado en la misma Cherokee color blanca en la que huyó en la balacera. A mediodía, los soldados rodearon la residencia. Iba vestido con ropa deportiva y botas vaqueras, y su aspecto era de un hombre de 45 años. En su mano derecha llevaba una maleta de color negro.

Brotó una pistola Colt calibre .38 súper, con cachas de pedrería en color blanco, dorado, verde y rojo con figuras de dos gallos, con su cargador abastecido y otros dos de repuesto.

Cargaba consigo cuatro teléfonos celulares, uno de ellos satelital, varios envoltorios con cocaína, una cartera con 2 mil 650 pesos en efectivo, una tarjeta con claves de la Policía Estatal Preventiva, e identificaciones oficiales con nombres falsos.

En una de sus muñecas portaba un Rolex Oyster Perpetual de metal dorado, una cadena de oro rematada con un crucifijo, y un total de 23 mil 750 dólares.

Según un alto mando del Ejército, en realidad a Javier Torres lo ubicaron rastreando sus constantes llamadas a una mujer identificada como su amante. Se trataba de una jovencita a quien también detuvieron junto con el capo, pero una vez llegando al aeropuerto de Culiacán la dejaron ir.

Desde su aprehensión aquel día, el JT se ha pasado casi 13 años en prisión, 8 de ellos en Estados Unidos.

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