El comando regresó a la ciudad en medio de la noche, eran más de 30 autos y camionetas, en su mayoría sin placas, los que llegaron hasta El Borrego Viudo, en la esquina de avenida Revolución con Viaducto Miguel Alemán
“Agarraron al bueno”, gritó un mesero en medio del gigantesco estacionamiento cuando vio entrar uno a uno los carros y camionetas repletos de federales.
Vestidos en su mayoría con pantalones de mezclilla, playeras y gorras azul marino y un chaleco antibalas, los hombres y mujeres iban repartidos de cuatro en cuatro en los autos y camionetas, algunos con torretas encendidas.
El comando de más de 30 carros y camionetas que iba en caravana, atravesó casi toda la ciudad hasta llegar a la Taquería El Borrego Viudo, en la esquina de avenida Revolución con Viaducto Miguel Alemán.
Llegaron exactos a la 1:30 de la madrugada de este martes, acomodaron sus autos adentro del estacionamiento y hasta ahí los meseros les llevaron los tacos, los refrescos y el tepache.
La tropa, alrededor de unos 120 elementos en su mayoría integrantes del área de Inteligencia de la Policía Federal, así festejaba la captura del narcotraficante estadounidense Edgar Valdez Villarreal.
El “narco gringo” más visible
El lugar donde fue capturado “La Barbie”, como se le conocía a este narcotraficante, aún no ha sido revelado con exactitud, sólo se sabe que fue por el rumbo del municipio de Lerma, en el Estado de México.
La tarde del lunes Edgar Valdez Villarreal fue detenido por la Policía Federal, quien andaba tras de sus pasos desde hacia varios meses luego de la muerte del jefe del narcotráfico Arturo Beltrán Leyva.
Valdez Villarreal, quien nació en Nuevo Laredo, en Estados Unidos fue el jefe de pistoleros de “El Barbas” hasta su muerte en Cuernavaca, Morelos, y ha militado en distintos cárteles mexicanos desde hacía ya varios años.
En Morelos, el antiguo reino de “La Barbie”
Hasta anoche, antes de que se revelara el lugar de su detención, en varios de los municipios que fueron el reino de “La Barbie” se especulaba de su captura.
En Cuautla la gente, de manera reservada, contaba cuando a él y varios de sus gatilleros se les veía pasearse por ahí, iban y venían de Cuernavaca, Cocoyoc y Yautepec.
En los fraccionamientos residenciales de Colinas y Santa Fe, al sur del estado de Morelos rumbo a Chilpancingo y casi con los límites del Estado de México, los vigilantes privados estaban más al tanto de la noticia de su detención que la misma policía estatal.
En expedientes, varios de los detenidos del cártel de los hermanos Beltrán, narran cómo “La Barbie” y “El Barbas” se movían por la zona y tenían varias casas de seguridad y descanso en el lugar.
Anoche esos fraccionamientos lucían en calma, bajo estricta vigilancia de los policías privados que impedían el paso de todo vehículo ajeno así se tratan de visitantes.
En Lerma nadie sabía nada
En los límites del Estado de México con el Distrito Federal se encuentra el municipio de Lerma, cercano a Toluca, en donde asegura la Policía Federal detuvo a Valdez Villarreal.
Anoche en la cabecera municipal, ni policías, ni pobladores o funcionarios sabían del operativo de los federales: nadie escuchó ni vio patrullas o helicópteros.
En el fraccionamiento Los Encinos, una de las zonas más exclusivas y en donde vive la gente más adinerada del lugar, intimidantes guardias de seguridad privados rodeaban a cualquier auto desconocido que se acercara e impedían tomar fotografías del lugar.
En la Cruz Roja de Lerma, ni los radio operadores se habían enterado de algo por las frecuencias, nadie había visto nada.
Sólo la fotografía divulgada por le Gobierno federal, que muestra el rostro actual de Edgar Valdez Villarreal, confirma su detención.
El operativo debió ser impresionante, tan sólo el convoy de más de 30 autos y camionetas repletos de federales que festejaron comiendo tacos causaba la expectación de quienes los miraron llegar e irse.
El comando de federales salió de la taquería a las 2:00 en punto y tomó, todos en caravana, el Periférico con rumbo al oriente del Distrito Federal hacia el Centro de Mando de la Policía Federal.
Agarraron al bueno” y la tropa festejó a su modo. Una de cal. Hoy no hubo autos-bomba que mataran a federales ni hubo soplones que salvaran al narcotraficante. El manto de protección de “La Barbie” terminó.