Hoy día las niñas ya no sueñan con ser doctoras, abogadas, enfermeras, gobernadoras y hasta presidentas de la República; ahora sólo aspiran a ser ¨buchonas¨, las muñecas de la mafia.
BADIRAGUATO, SINALOA
Esta es la tierra que vio nacer a narcos famosos, la génesis de la violencia en México y uno de los municipios más marginados del país. El censo 2010 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) arrojó que Badiraguato, donde nació y creció Joaquín ¨El Chapo¨ Guzmán Loera, integra el grupo de 200 municipios con la miseria más alta de la República Mexicana. Ello se traduce en pobreza alimentaria para la tercera parte de sus más de 35 mil habitantes.
El hambre se reparte en la sierra, en 11 rancherías dispersas donde las casas son de cartón o lámina. Mujeres y niños sin zapatos llenan la estampa de estas lomas. Rodeadas de cerros y arroyos, a sus comunidades sólo es posible subir en vehículos de doble tracción como una cuatrimoto. Otra forma es a caballo. Para el viaje, habrá que salir de día porque no hay iluminación ni caminos debidamente trazados.
Ubicado en la geografía agrícola del maíz, en la que predomina la tecnología de punta, este municipio no está integrado en esa cadena productiva. Atenidos al temporal, sin inversión privada, los cultivos de frijol blanco, maíz, cacahuate, manzana y pera se extinguieron hace más de una década. En la cabecera municipal no hay turismo ni lugares de diversión. No hay tiendas de conveniencia ni comercio minorista.
Pese a ser el segundo municipio con mayor territorio de Sinaloa, en 2011 recibió el menor presupuesto, el cual ascendió a 100 millones de pesos.
CUNA DE BUCHONES
Badiraguato es el municipio mexicano más identificado con el narcotráfico. Empezó a conformarse desde la década de los cuarenta, cuando entre los cerros nacieron Pedro Avilés, Ismael El Mayo Zambada y Juan José Esparragoza Moreno; una década después, el mismo territorio parió a Ernesto Fonseca Carrillo, Rafael Caro Quintero e Ignacio Coronel Villarreal.
A principios de los setenta, Joaquín Guzmán Loera vio aquí la primera luz. Sus primos, los cinco Beltrán Leyva, nacieron y crecieron en el mismo campo y en la misma época.
En este tiempo surge el término de los buchones, eran los ¨productores¨ que cultivaban amapola y mariguana, entonces era una actividad legal, consolidada en los años 70 gracias a un acuerdo entre México y Estados Unidos con la finalidad de obtener la amapola para producir morfina.
¨Cuando eres bato, ves lo que hacen los demás y crees que está bien, vives en eso y te desenvuelves. Eres tan chingón en lo que haces que te gusta, ves todo tipo de situaciones, y ahí mismo vas agarrando el pedo; es un loco estilo de vida¨, dice con orgullo ¨Charly¨, quien se jacta de ser un buchón por ¨tradición familiar¨.
Refiere que mucha gente supone que el buchón es un modismo, pero están equivocados, ¨buchón es cultura, a quién le digan así significa que es de la sierra y pertenece al narcotráfico¨.
En este ¨modus vivendi¨ existen reglas y rangos, como en toda cultura. Los que se encuentran abajo en la red de narcotráfico son los comúnmente llamados buchones; hacia arriba están los jefes de plaza, los administradores del dinero generado con el negocio y en la cumbre el Capo, dueño y señor de la red criminal.
Su estilo de vida se basa en las pocas probabilidades de supervivencia dentro de su círculo, por esta razón gastan el dinero en forma escandalosa, porque no saben si estarán vivos al día siguiente.
Los buchones dejaron en los 80´s las botas de piel de avestruz, de cocodrilo, de víbora, los cintos piteados y las camisas de seda con estampados de santos y vírgenes, para convertirse en consumidores de la moda: Prada, Versace, Dolce&Gabbana y Ralph Lauren.
Empero, a decir de ¨Charly¨, no es lo mismo ser un narco junior que un buchón; los primeros siempre han estado rodeados de lujos y poder, acuden a las mejores universidades, se codean con jóvenes de sociedad, tienen una vida social activa que va de acuerdo a su poder adquisitivo.
Los buchones, en cambio, si bien cuentan con solvencia económica, ésta es generada directamente por sus actividades ilícitas. Además, los lugares a los que acuden a divertirse y la ropa con la que visten es muy distinta a la de los juniors. Son los que hacen el trabajo “sucio”, desde vender droga hasta convertirse en sicario profesional.
¨Charly¨ se dice católico, pero asegura también adorar a Jesús Malverde y a la Santa Muerte; uno de los ritos que practica cuando ´´va a un jale¨ o le toca ¨terminar un trabajo¨, es poner a hervir en agua bendita las balas de su Ak-47 o de su M 16, para que ¨Dios lo bendiga siempre y nunca falle ¨.
SUCUMBEN ANTE EL GLAMOUR DEL NARCO
Como todo ¨buen macho¨, el buchón se hace acompañar siempre de una, dos o cuanta hembra pueda mantener. Las buchonas son la pareja sentimental del buchón, son mujeres con características definidas: jóvenes delgadas pero voluptuosas (gracias a cirugías plásticas que se practican en glúteos y pechos), labios con colágeno, cejas delineadas y largas extensiones de cabello, teñido siempre, de preferencia lacio y en colores oscuros.
Gustan lucir grandes escotes y pantalones de mezclilla entallados, así como vistosos accesorios como rosarios, cruces y cadenas de oro, y ponen especial énfasis en usar largas uñas de acrílico con predominantes piedras brillantes. Es muy fácil reconocerlas porque usan ropa de marcas como Bebe, Burberry, Ed Hardy, Studio F, Baby Path, Dolce & Gabana y Versace.
Si bien ellas no se dedican a traficar con droga, sí disfrutan de los beneficios que esto les otorga, sin embargo dentro del círculo social el machismo sobresale y las buchonas sólo son utilizadas como un adorno; ellas no son dueñas de su vida y deben obedecer siempre a su ¨jale¨, novio o buchón.
Al igual que los varones, las buchonas provienen de lugares de bajo nivel económico, sin embargo el estilo de vida que llevan al ser las compañeras ocasionales del narcotraficante las atrae. ¨Como abejas al panal¨, ellas están dispuestas a conservar ese ritmo de vida a costa de lo que sea, incluso de arriesgar su propia vida.
Las Buchonas deben de estar dispuestas a todo, la ropa que usan, los viajes, las residencias que habitan, las ostentosas camionetas en las que se trasladan y todos esos lujos no son gratis, ellas saben que el morro con el que andan puede tener más de una mujer y deben aceptarlo, pero jamás se pueden relacionar con alguien más, porque ¨si le ponen los cuernos, lo más seguro es que las maten, a ella y al bato¨.
Organizaciones no Gubernamentales (ONG´s) son contundentes: ¨En Sinaloa todos han sucumbido ante el glamour del narco, copulamos con el crimen: el que vende carros, alhajas y residencias; el empresario venido a menos que permite que sus hijas se vinculen con capos; los concursos de belleza que son tierra fértil para los barones de las drogas, las estudiantes que de un día para otro estrenan suntuosas residencias y lujosos automóviles, y todo el mundo está callado¨.
Aquí, la narco cultura es un mal con el que se vive, pero también con la que se muere. Ejemplo de ello es el Panteón Jardines del Humaya, ubicado en Culiacán, el cementerio que supo albergar a ricas familias de agricultores y empresarios locales y ahora destacan las ostentosas tumbas de los poderosos del hampa. En medio del camposanto, a la derecha de la entrada, están las más monumentales. Dos pisos, mármol rosado y paneles solares para alimentarlos con energía eléctrica.
LA MODA BUCHONA
Jóvenes de Sinaloa, Sonora, Nayarit, Colima y Jalisco están siendo cautivados por la ¨vida loca¨ de los barones de las drogas y están adoptando sus costumbres o forma de vida, que han autonombrado como ¨movimiento alterado¨, corriente musical que en sus canciones abordan temas del narco, como levantones y ejecuciones.
En un intento de imitar a los que ellos consideran un modelo a seguir, buscan adquirir ropa de las mismas marcas aunque no sean originales o en otros casos simplemente comprar la playera, el vestido o la gorra con los estrafalarios diseños de la moda buchona.
Desde el punto de vista antropológico, la gravedad de la rápida propagación de esta moda es la veneración que se ha disparado por la narco cultura, particularmente por el ciberespacio. Los modelos a seguir de los jóvenes, sobre todo de escasos recursos, ya no es un atleta o un cantante famoso, ahora son los narcotraficantes.
Sociólogos consultados por Quinto Poder señalan que esta influencia se debe a que los narcos representan poder. "Todo lo que está ligado al poder, a la trascendencia, a la fama, al dinero, evidentemente que es seductor y atractivo para cualquier sujeto". También influye que la violencia se ha vuelto algo natural en las personas, amén que el narco representa una posibilidad de ascender económicamente.
Los buchones tienen establecidas reglas de convivencia: la exaltación del machismo y la lealtad, de eso depende la vida de las personas. Un fragmento de la canción “Pacto de Mafias”, de Los Intocables del Norte, refiere al respecto:
“…Quiero llamarles a un pacto, colegas y gatilleros, de los ajustes que hagamos debemos ser caballeros, mujeres, niños y ancianos ya no los acribillemos, con poder y con billete tienes el mundo en tus manos, pero matando inocentes de nada sirve el reinado, porque aunque seas el más fuerte te va a llegar tu cumpleaños…” .
Sin duda, la influencia de esta ¨moda¨ en los niños y adolescentes resulta sumamente peligrosa. Su meta es ser un “buchón reconocido”, desean tener dinero, poder y mujeres que efímeramente esa vida loca les ofrece. Las jóvenes, por su parte, están dispuestas a todo: sea cárcel o plomo, con tal de obtener dinero y lujos.
Hoy en dia los homicidios de mujeres en Sinaloa se siguen mantiendo igual desde hace varios años un promedio de 90 al año de la cual la mayoria mantiene una relación con integrantes del narcotráfico. Fuente:Quinto Espacio/Ivette Sosa Salinas