CUERNAVACA, Mor.- Morelos cerró el 2016 como uno de los estados más violentos del país, con 578 homicidios violentos durante el año, alcanzando una tasa de 32 crímenes por cada 100 mil habitantes, duplicando prácticamente la media nacional.
Esta tasa de homicidios sólo es superada por una de 36 en 2012, y 34 en 2013, según información publicada en julio pasado por el Inegi. Con esa cifras, Morelos sólo estaría por debajo de Colima (72), Guerrero (57) y Sinaloa (35), para ubicarse como el cuarto estado más violento en el país.
De los asesinatos cometidos en la entidad, 73 fueron de mujeres, entre ellas tres niñas de cinco, 10 y 14 años. De esos casos, según el Comité contra el Feminicidio en Morelos (Cocofem), 60 deberían haberse tipificado como tales, siendo el 2016 el año más violento para este sector en la última década.
También se destaca que junio fue el mes más violento del año con 60 asesinatos; le siguió noviembre con 59; después diciembre con 55; mayo, julio y agosto con 51 cada uno; octubre con 46; enero y septiembre con 45 cada uno; marzo con 44; febrero con 36 y, finalmente, abril con 35, siendo este el mes con menos homicidios; aun así, superó la ejecución por día en promedio.
Los crímenes se registraron en 29 de los 33 municipios, destacando Cuernavaca, la capital, donde más asesinatos ocurrieron, con un centenar. Siguieron Yautepec con 51; Puente de Ixtla, 49; Temixo, 46; Cuautla, 45; Jiutepec, 35; Xochitepec, 30; Miacatlán, 24, y Emiliano Zapata con 22.
Enseguida vienen los municipios con 20 homicidios o menos en el año que recién terminó: Jojutla y Tlaltizapán con 18 cada uno; Amacuzac y Ayala, 15 cada uno; Tlaquiltenango, 13; además, hubo 12 homicidios en Zacatepec; 11 en Tepoztlán; 10 en Coatlán del Río, e igual número en Huitzilac.
También Mazatepec y Yecapixtla registraron nueve homicidios cada uno; ocho en Tetecala; siete en Axochiapan; en tanto, Atlatlahucan, Jantetelco y Tlayacapan reportaron cuatro cada uno, mientras que Temoac tuvo tres; Jonacatepec y Tepalcingo dos cada uno, y una ejecución en Totolapan.
Sólo Ocuituco, Tetela del Volcán, Tlalnepantla y Zacualpan de Amilpas, en la región de los Altos y el Oriente, no tuvieron homicidios violentos durante 2016, según el recuento realizado con base en notas periodísticas y los registros de la Fiscalía General de Justicia del estado.
Respecto de las causas de los homicidios, se documentó que 360 personas fueron asesinadas a balazos, 20 fueron desmembradas, 10 decapitadas y 11 degolladas. También se encontraron al menos dos cráneos, así como varios cuerpos en estado de descomposición o semienterrados. Al menos se tuvo conocimiento de dos personas linchadas como consecuencia de la acción de poblaciones.
Aunque no fue posible conocer la edad de 234 de las 578 personas asesinadas en 2016, en el resto se conoció que 16 eran menores de 18 años; 60 entre 18 y 25; 52 entre 26 y 30 años; 98 entre 31 y 40 años; 64 entre 41 y 50 años; 57 entre 51 y 70 años y, finalmente, nueve personas ejecutadas eran mayores de 71 años.
Entre los casos más relevantes destacó el asesinato hace justo un año, el 2 de enero, de la presidenta municipal de Temixco, Gisela Mota Ocampo. Unas horas después de tomar posesión del cargo, un grupo de sujetos irrumpió en su casa, reunió a toda la familia y luego asesinaron a balazos a la alcaldesa.
Hace apenas dos semanas, las cuatro personas procesadas por el homicidio fueron declaradas culpables y una de ellas ya fue sentenciada a 45 años de prisión.
Este lunes la fallecida alcaldesa fue homenajeada en la presidencia municipal de Temixco, en un acto encabezado por la suplente en funciones Irma Camacho. Carlos Caltenco, el más cercano colaborador de Gisela Mota, escribió en su perfil de redes sociales que era importante conocer las causas del asesinato, mismas que no quedaron claras a pesar de la condena y sentencia de los homicidas.
También se recuerda el hallazgo en enero de 2016 de cuatro cuerpos en una fosa clandestina ubicada en la comunidad de La Palma, en el municipio de Xochitepec, así como el homicidio de tres personas, padre, madre e hija, quienes después de ser asesinados, fueron colocados en un tambo vacío en el municipio de Tepoztlán.