Corría el año de 1996, el narcotraficante Joaquín Guzmán llevaba encarcelado alrededor de 3 años, primero en el penal de Almoloya de Juárez también conocido como El Altiplano (de donde escaparía en 2015) y después en el penal jalisciense Puente Grande, también de máxima seguridad.
Guzmán Loera se las arregló para establecer contacto con la embajada norteamericana en la Ciudad de México, pidiendo hablar directamente con la DEA, la famosa agencia anti-drogas de Estados Unidos.
Naturalmente el acercamiento llamó súmamente la atención de las autoridades estadounidenses, quienes aceptaron reunirse con el capo en el penal, a quien identificaron bajo el nombre clave de “Tito”.
La agencia designó a un par de agentes especiales, uno de ellos catalogado como “analista” según la propia DEA, quienes no tomaron el asunto con ligereza.
El día pactado llegó, los agentes norteamericanos ingresaron al penal sin mayores complicaciones y esperaron al capo en una pequeña sala de conferencias, donde a los pocos minutos arribó El Chapo Guzmán.
El capo se identificó con el nombre clave y acto seguido se echó al piso, como buscando cerciorarse que no hubiera personas vigilando o escuchando detrás de la puerta.
Confiando en que nadie espiaba, el narcotraficante fue directo al comunicarse con los emisarios de la DEA, a quienes básicamente les dijo que si frenaban el proceso de extradición en su contra, él estaba dispuesto a cooperar aportando información importante, específicamente revelando sus rutas de contrabando hacia Estados Unidos y otorgando nombres de autoridades mexicanas a quienes sobornaba a cambio de complicidad.
El trato no se concretó, y fue quizás en ese momento que Joaquín Guzmán comprendió que la extradición sería un problema latente mientras estuviera preso.
El resto es por todos conocido, El Chapo se fugaría de Puente Grande en 2001, siendo reaprendido por la Marina en febrero del 2014, sólo para volverse a fugar de forma espectacular un año después, pero ahora de El Altiplano.
Dicha anécdota me la contó Mike Vigil, quien en aquellos años era Director de Operaciones Internacionales de la DEA, actualmente en retiro pero de amplia experiencia en los carteles mexicanos.
“Nunca llegamos a un trato con él porque obviamente no queríamos comprometernos con uno de los más grandes narcotraficantes, pero es algo que en realidad pasó“, mencionó Vigil.
-Lo que le espera en EU
En cuanto a la lograda extradición, Vigil mencionó que es un triunfo para Estados Unidos, calificando el proceso como la extradición más importante en la historia del mundo.
Agregó que la conocida habilidad “escapista” que Guzmán Loera ha puesto de manifiesto en las cárceles mexicanas, no tiene oportunidad ante el sistema penitenciario norteamericano de máxima seguridad.
“En Estados Unidos no podrá sobornar a los guardias, es prácticamente imposible escapar de una cárcel supermax, nunca en la historia se ha escapado un preso“, sentenció.
Mike Vigil añadió que es probable que El Chapo sea trasladado a Florence ADX, una cárcel de súper máxima seguridad ubicada en el estado de Colorado donde también están presos otros capos de renombre como Osiel Cárdenas Guillén, ex líder del Cartel del Golfo y Francisco Javier Arellano Félix del Cartel de Tijuana.
Sitio que anteriormente resguardó también a Miguel Caro Quintero, fundador del Cartel de Sonora y hermano de Rafael Caro Quintero, y a Héctor “Güero” Palma, precisamente compadre de Joaquín Guzmán.
Vigil detalló que en Florence ADX los presos están aislados 23 horas al día, no tienen contacto con otros reos, no tienen acceso a celular y las celdas miden 2.1 por 3.6 metros.
Las comidas las deslizan a través de pequeños agujeros en las puertas y la cama es de concreto puro, cubierta con un delgado colchón y mantas.
“Los sacan una hora al día para hacer ejercicio en una jaula donde únicamente pueden ver el cielo, pero los hacen usar grilletes, esposas y cadenas, aparte en todo momento están custodiados”, mencionó el ex agente.
Por último afirmó que este es el fin de Joaquín Guzmán, pues al ser sometido al aislamiento total no tendrá manera de establecer contacto con su organización criminal.
“Sin lugar a dudas estamos viendo el final del narcotraficante más importante y poderoso en la historia del mundo, más poderoso incluso que el colombiano Pablo Escobar“, concluyó el especialista.