Los hechos delictivos registrados en los últimos días en Cancún son producto de una guerra entre dos mujeres, Leticia Rodríguez Lara y María Teresa González Rodríguez, quienes luchan por el control del tráfico de drogas en esa localidad
Desde prisión ‘La Tía’ sigue teniendo el control de la venta y trasiego de droga al menudeo en Cozumel y Chetumal, pretendiendo ampliar su presencia a Playa del Carmen y Cancún
Tras la captura de ‘El Talibancillo’, ‘Doña Lety’ se alió con la pandilla de Los Pelones y se lanzó en una guerra abierta contra María Teresa González Rodríguez y toda su estructura criminal
Leticia Rodríguez Lara es una expolicía de 41 años de edad que por más de cinco años estuvo al servicio de la PGR, pero en 2007 solicitó su baja de la corporación para dedicarse de lleno a las actividades criminales.
La violencia desatada en Quintana Roo es producto de una guerra por el control del tráfico de drogas que protagonizan dos reinas del narco: Leticia Rodríguez Lara “Doña Lety” contra María Teresa González Rodríguez “La Tía”, quienes encabezan las células criminales del Cártel de Sinaloa y de Los Zetas en esta entidad, respectivamente.
Fuentes extraoficiales de la Fiscalía General del Estado dieron a conocer a Reporte Indigo que esa disputa, que se había mantenido “en baja intensidad” en los últimos tres años, ha escalado a niveles alarmantes de violencia a causa del respaldo que ahora ha dado a “Doña Lety” la organización criminal del Cártel Jalisco Nueva Generación.
La presencia de este grupo criminal en Quintana Roo es reciente; es el resultado de la alianza que desde agosto del año pasado pactaron los grupos de Alfredo Beltrán Guzmán con las células criminales de Nemesio Oseguera Cervantes, para distanciarse del mando de Joaquín “El Chapo” Guzmán, según lo confirmó una fuente del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CISEN).
Leticia Rodríguez Lara ha estado en el radar de las autoridades ministeriales del Gobierno de Quintana Roo desde el 2014, cuando tras solicitar su baja de la Procuraduría General de la República (PGR), comenzó a servir a un grupo local dedicado a la venta de drogas al menudeo denominado Los Talibanes.
Esa banda también agrupaba a María Teresa González Rodríguez, “La Gorda” y/o “La Tía”, responsable del tráfico de drogas al menudeo en las zonas turísticas de Playa del Carmen, Cozumel y Chetumal.
Para mantener el control del territorio de venta de drogas, “La Tía” se alió con pandillas juveniles con las que mantuvo a raya a otras células del crimen organizado que buscaban el control de esas plazas.
Según datos de la Fiscalía General de Quintana Roo, todos los grupos pandilleriles que fueron reclutados por ella comenzaron a operar bajo como el Comando Especial Zeta, y tomaron el control de los centros de venta de drogas desde mediados del 2015.
María Teresa González Rodríguez y Leticia Rodríguez Lara, se decían primas y sirvieron al Cártel de los Zetas por dos años, dentro de la estructura criminal de Los Talibanes.
La disputa, entre las conocidas como las reinas del narcotráfico en Quintana Roo, ha tenido su cúspide en los eventos violentos de los últimos días.
Los disparos en el centro nocturno Blue Parriot, según versiones extraoficiales, fueron producto del enfrentamiento entre dos grupos de narcomenudistas pertenecientes a las células delincuenciales de “La Tía” y “Doña Lety”, en tanto que el ataque con armas largas y granadas que sufrió la sede de la fiscalía en Cancún la tarde del martes, podría obedecer al intento de rescate de “Doña Lety”.
Celos por el mando
La detención de Juan Daniel Velázquez Caballero “El Talibancillo”, e Iván Velázquez Vázquez, hermano e hijo de Iván Velázquez Caballero “El Talibán”, ocurrida el 7 de abril del 2015, dividió el grupo de Los Talibanes, pues Leticia Rodríguez Lara atribuyó a una traición de María Teresa González Rodríguez la captura de estos dos.
Tras la captura de “El Talibancillo”, “Doña Lety” se alió con la pandilla de Los Pelones, al servicio del Cártel del Golfo, y se lanzó en una guerra abierta contra María Teresa González Rodríguez y toda su estructura criminal, dándole un fuerte golpe el 9 de abril del 2015, cuando “La Tía” fue detenida por fuerzas federales.
Sin embargo, de acuerdo a fuentes de la Fiscalía General del Estado, desde prisión “La Tía” sigue teniendo el control de la venta y trasiego de droga al menudeo en Cozumel y Chetumal, pretendiendo ampliar su presencia a Playa del Carmen y Cancún.
De acuerdo a fuentes extraoficiales del CISEN, en estas dos últimas localidades ha afianzado su presencia “Doña Lety”, al principio con el apoyo del Cártel del Golfo, del que se distanció a principios del 2016 a causa de la detención su hijo Rafael, apodado “El Dobber”.
Lo que finalmente hizo que se distanciara de ese cártel, para trasladar toda su estructura criminal al servicio del Cártel Jalisco Nueva Generación, fue la detención de su hermano Víctor Luis Rodríguez Lara “El Tío”, en 2016.
¿Quién es ‘Doña Lety’?
De acuerdo a fuentes de la Fiscalía General del Estado de Quintana Roo, Leticia Rodríguez Lara es una expolicía de 41 años de edad que por más de cinco años estuvo al servicio de la PGR, adscrita como policía en el combate al narcotráfico en Cancún.
En el 2007 solicitó su baja de la corporación para dedicarse de lleno a las actividades criminales, luego de relacionarse sentimentalmente con Juan Daniel Velázquez Caballero “El Talibancillo”, detenido por ella misma en posesión de drogas.
Ella es originaria de Veracruz, y antes de ser asignada a como policía de la entonces Agencia Federal de Investigaciones (AFI) en Cancún, también sirvió a la PGR en los municipios de Centro, en Tabasco y Mérida en Yucatán, donde se comenzó a relacionar con el grupo delictivo de Los Talibanes.
En abril del 2012, ya fuera de la PGR, Doña Lety fue detenida junto con Francisco Armenta Cruz y Felipe Martínez por parte de elementos de la Armada y la Policía Municipal de Alfredo V. Bonfil; se les encontró en posesión de una escopeta calibre .16 y una pistola escuadra calibre .9 milímetros con silenciador, así como 18 cartuchos útiles.
Doña Lety fue sometida a proceso penal, pero salió de prisión ocho meses después al pagar una fianza de 15 mil pesos, al no demostrarse su participación en los ilícitos de delincuencia organizada y fomento al narcotráfico.