Se cumplen 32 años del secuestro del agente de la DEA, Enrique Camarena Salazar
Guadalajara, Jalisco.- Al cumplirse 32 años del secuestro del agente de la DEA, Enrique Camarena Salazar, el Quinto Tribunal Unitario del Tercer Circuito negó un amparo al narcotraficante Miguel Ángel Félix Gallardo para que le fuese cambiada la prisión preventiva por resguardo domiciliario.
El magistrado Óscar Rogelio Valdivia Cárdenas estimó que la negativa del Segundo Tribunal Unitario para otorgar la medida cautelar solicitada por el sinaloense “no viola sus derechos fundamentales” y los agravios formulados en su demanda son infundados.
El fundador del Cártel de Guadalajara, quien se encuentra preso en el Centro Federal de Readaptación Social número 2 “Occidente”, en Puente Grande, Jalisco, pretendía que jueces y magistrados aplicaran en su favor las reglas del nuevo sistema de justicia penal, informaron fuentes judiciales.
Durante 2016, al cumplir 70 años de edad en el mes de abril, Félix Gallardo promovió el incidente no especificado de cese de la prisión preventiva que guarda desde 1989 cuando fue detenido y procesado por el secuestro y homicidio del agente antidrogas estadounidense Enrique Camarena y el piloto mexicano Alfredo Zavala Avelar.
A cambio, Miguel Félix y sus defensores solicitaron que la medida cautelar sea sustituida por prisión domiciliaria; sin embargo, la petición fue denegada por el Juez Cuarto de Distrito de Procesos Penales Federales de Jalisco. El fallo fue confirmado en segunda instancia el 24 de noviembre del año próximo pasado.
El veterano traficante de estupefacientes, quien cuenta con una condena de 40 años de prisión por delitos contra la salud, acopio y portación de armas de fuego de uso reservado de las Fuerzas Armadas, también es procesado por el plagio y muerte del agente Camarena, hechos ocurridos a partir del 7 de febrero de 1985 a las afueras del Consulado de los Estados Unidos en Guadalajara.
Además de situarse en la tercera edad de su vida, Miguel Ángel padece diversas enfermedades, según los últimos diagnósticos médicos efectuados en centros penitenciarios. Junto con problemas de la vista y pérdida parcial de la capacidad auditiva, el capo tiene faringitis aguda, hernia hiatal, gastritis crónica, dolor y ardor durante la micción, estreñimiento crónico y trastorno ansioso depresivo.