Quien fuera el narcotraficante más poderoso en la década de los 80, Miguel Ángel Félix Gallardo, preso desde hace 26 años en el Penal de Occidente, solicitó concluir el juicio y condena que tiene pendientes en una residencia del Fraccionamiento Ciudad del Sol, en Zapopan, Jalisco.
El capo sinaloense cumple con el primer requisito que exige la ley para ese beneficio que es tener 70 años, edad que cumplió el pasado 8 de enero.
De acuerdo con el diario Reforma, que cita documentos judiciales, Félix Gallardo solicitó la prisión domiciliaria ante el Juzgado Cuarto de Distrito en Procesos Penales Federales de Jalisco, donde tiene en curso el juicio por el asesinato del agente de la DEA, Enrique Camarena.
Un fallo de hace más de dos décadas fue clave para que Félix Gallardo aspirara a conseguir la prisión domiciliaria en el proceso que le iniciaron por el caso Camarena.
El 23 de noviembre de 1994, el Primer Tribunal Unitario Penal de Guadalajara anuló la acusación por el delito de secuestro y sólo dejó vigente un procedimiento por homicidio y delitos contra la salud.
Pasados 22 años, para obtener el beneficio de la prisión domiciliaria uno de los requisitos es no estar acusado del delito de secuestro.
El capo tiene otro expediente por el que fue condenado a 40 años de prisión por el transporte de cocaína en aerotaxis, que constituye la única sentencia condenatoria vigente en su contra.
Es por este juicio que pidió el beneficio del confinamiento el mismo que se le concedió a su exsocio Ernesto Fonseca Carrillo Don Neto, ante el Juzgado Octavo de Distrito en Procesos Penales Federales de la Ciudad de México, responsable del juicio en su momento.
El mes pasado Don Neto consiguió ser traslado a un lujoso fraccionamiento en el Estado de México para cumplir el resto de su condena.
El juez de Jalisco ya admitió a trámite la solicitud de prisión domiciliaria de Félix Gallardo, mientras que el de la Ciudad de México tiene pendiente el pronunciamiento inicial.
En este contexto en el que el capo sinaloense pide que se sustituya el juicio y condena que le quedan por la prisión domiciliaria, su familia alega que el capo padece algunas enfermedades.
Señalan que perdió un ojo y tiene cataratas en el otro, que tiene mal funcionamiento en un oído, problemas de reflujo y que ha registrado micro infartos cerebrales y una hernia.