“El Licenciado respeta mucho al señor Ismael, y a los hijos del Chapo los respeta, por lo que la carta que leyó Ciro es falsa, nunca hubo ninguna convocatoria para reunirse él con ellos, de su parte no existió”.
Desde algún punto desconocido, Dámaso López Núñez se desliga no de la carta que supuestamente enviaron los hijos del Chapo a un periodista, pero sí de su contenido: ni quiere adueñarse de todo, ni busca eliminar a los hijos de su antiguo socio extraditado y mucho menos a Ismael “El Mayo” Zambada, de quien manda decir que es un amigo entrañable. La Pared, como medio de comunicación abierto a las versiones siempre y cuando sean confiables, habló con un hombre allegado que forma parte de la organización.
Culiacán, Sin.-Ni la reunión del 4 de febrero se dio, ni el ataque en contra de los hermanos Guzmán Salazar ocurrió, y menos con la presencia de Ismael Zambada García, indicó un colaborador del grupo de Los Dámaso, liderado por Dámaso López Núñez, El Licenciado.
“El Licenciado respeta mucho al señor Ismael, y a los hijos del Chapo los respeta, por lo que la carta que leyó Ciro es falsa, nunca hubo ninguna convocatoria para reunirse él con ellos, de su parte no existió”, comentó el enviado que contactó a este medio y que fue entrevistado por LA PARED.
Y es que desde que comenzaron los enfrentamientos entre las dos facciones, la de Eldorado y la de Badiraguato, las versiones de que los Dámaso habrían traicionado a los Guzmán se dejaron correr a través de las redes sociales.
“Cada grupo tiene su zona de influencia, y siempre se pide eso, que se respeten los acuerdos que hay, pero ellos han buscado expandirse, y el señor lo único que ha hecho es defenderse cuando ocurren incursiones de grupos armados”, aseguró.
El curso de los hechos violentos pueden cambiar, puntualizó, si las partes vuelven a tomar el curso de las negociaciones, y que por eso el Mayo Zambada es una pieza clave en todo este conflicto.
Señal de que no existe conflicto con los Zambada, precisó, es que ambos grupos tienen similar zona de influencia, y no han ocurrido disturbios, a pesar de que se dejan correr rumores de balaceras y enfrentamientos en el Valle de San Lorenzo de Culiacán.
La únicas dos balaceras registradas, y que ocurrieron en la periferia, fue la de la noche del sábado 4 de febrero en las inmediaciones de Sánches Celis, en donde detectaron camionetas sospechosos que presuntamente no se quisieron detener. La otra fue la de la comunidad de Buenos Aires. Oficialmente la PGR y la Procuraduría local no registraron personas muertas en los eventos.
Otro indicio es que la sierra de Badiraguato se encuentra en tranquilidad, pues son los dominios de los Guzmán, así como la región de Jesús María, al norte de Culiacán.
El enfrentamiento en la sindicatura de Villa Juárez, explicó, fue la incursión de la célula de Los Chimales contra una conocida como Montana, del Licenciado, y es porque los Guzmán han reclamado esta zona como su plaza.
El miércoles 8 de febrero, durante su programa en Imagen Televisión, Ciro Gómez Leyva dio a conocer una supuesta carta escrita de puño y letra de Los Chapitos, en donde aseguraban que a petición de López Núñez se dio una reunión -no se especifica dónde- debido a que había evidencia de que había sido El Licenciado quien mandó plagiar a los Menores en Puerto Vallarta. Pero en realidad fue una celada para eliminarlos. De la emboscada, decía el documento, los hijos del capo salieron heridos mientras que El Mayo resultó ileso. La carta le dio la vuelta al mundo.
Esto motivó que López Núñez, a través de uno de sus colaboradores, tuviera acercamiento con este medio para desmentir un conflicto el cual busca procesarse por la paz. La sicosis generada a partir de los hechos violentos de las últimas semanas incluso ha obligado a cientos de planteles a suspender clases, como lo fue el miércoles 8 de febrero y apenas jueves pasado también en algunos sectores.
¿Cómo empezó?
De acuerdo con versiones extraoficiales consultadas en otras fuentes, todo comenzó cuando fue detenido Joaquín Archivaldo Guzmán en febrero de 2014 en el puerto de Mazatlán. Se vino entonces una serie de desconfianzas entre los clanes de quien habría supuestamente entregado al líder del cártel de Sinaloa.
“Nadie creyó todo lo que dijo la Marina, que si casualidad, que si denuncia anónima, que si rastreo satelital”, contó otra fuente distinta.
De ahí que la distancia se marcó entre los grupos y desde al menos el año pasado, tras la segunda captura del Chapo en Los Mochis, las fricciones se comenzaron a marcar cada vez más. Hubo un par de reuniones para evitar que el nivel subiera de intensidad, pero los buenos oficios de Zambada no resistieron una vez que el Chapo fue extraditado a Estados Unidos. El choque entre bandas se profundizó.