Ante el panorama de inseguridad que prevalece en México, el ejército mexicano mantiene un importante reto donde busca mantener la seguridad a través de la integridad de sus elementos castrenses, sin embargo se mantiene latente la preocupación por quienes dejan las filas del ejército por diversas razones y terminan integrandose al crimen organizado.
José Felipe Padilla Castañeda, comandante del 8/o. Regimiento de Caballería Motorizado en Matamoros, recientemente reconoció que pese a que año con año se suman nuevos elementos engrosando las filas militares, también hay deserción y bajas de elementos preparados que se incorporan a diferentes sectores laborales, entre ellos no descarto al crimen organizado.
Es por ello que se ha implementado un operativo activo de “rastreo” de elementos que han sido bajas del ejército ante el riesgo latente que representa un elemento entrenado y adiestrado libre a merced de bandas que operan al servicio del crimen organizado.
“Desgraciadamente hablar de un elemento militarizado y preparado representa un riesgo fuera del ejército, ya que cuenta con una instrucción militar y fuera de la corporación puede incorporarse a grupos fuera de la ley”, aseguró.
Reconoció que quienes deciden causar una baja principalmente es porque encuentran una mejor opción para su futuro, se van de la corporación y se incorporan en otros espacios laborales
Es por ello que se mantiene un reporte informativo del lugar donde actualmente permanecen, no así de quienes desertan y se desconoce sobre su paradero y su nuevo empleo.
“Hoy en día existen bajas que ya se encuentran sumados a las filas de la unidad de la policía acreditable, así como de compañías de seguridad privada donde se mantiene un seguimiento del elemento ”, aseguró.
Desgraciadamente reconoció en todas partes del mundo habrá quien “hierre el destino y se equivoque, ya que somos una familia de más de 200 mil elementos a nivel nacional, donde no se descarta el riesgo latente que se pueda presentar esta situación.”
“Es un riesgo al cual nos encontramos expuestos, tenemos un seguimiento de nuestra gente, sabemos dónde están y cuando se pierde se emprende una búsqueda más exhaustiva al reconocer que puede ser incluso, un elemento en riesgo de secuestro”, concluyó.
Archivos oficiales establecen que durante el sexenio pasado (2006-2012), el gobierno mexicano informó que integrantes y líderes de estos grupos criminales pertenecieron previamente al Ejército.
Uno de estos casos fue Heriberto Lazcano, quien perteneció al Grupo Aeromóvil de Fuerzas Especiales del Ejército y, luego de siete años de servicio, desertó y se convirtió en uno de los fundadores del Grupo de los Zetas, uno de los grupos más violentos que operaba en el país, del que se convirtió en uno de los principales líderes.