De acuerdo a la firma de análisis de inteligencia Straftor, la fracturación de los cárteles mexicanos de la droga se acentúa y se anticipa una nueva oleada violenta durante el 2017.
A través de un reporte publicado recientemente, la firma nacional de inteligencia asevera que ningún grupo criminal mexicano estará inmune a dicho proceso mientras diversifican su agenda de actividad criminal en mayor parte con la ordeña de oleoductos.
La creciente fragmentación de los grupos criminales en México se acentuará, pero llevará a un incremento temporal de la tasa de homicidios, señaló Scott Stewart, vicepresidente de Stratfor.
“Ya no es el Cártel del Golfo, ahora son pandillas regionales más pequeñas que se llaman a sí mismas el Cártel del Golfo”, explicó el experto.
Nathan P. Jones, profesor asistente de Ciencias Políticas y Seguridad en Sam Houston State University y autor del libro “Mexico’s Illicit Drug Networks and the State Reaction”, dijo que cada organización era importante, pero éstas se estaban fragmentando en la lucha por mantener el control sobre su propio territorio.
Durante el proceso de fragmentación, que Stratfor ha llamado balcanización (en alusión a la fragmentación de la antigua Yugoslavia en la década de 1990), las actividades criminales de estos grupos se diversifican. Pero el estar metidos en varias actividades –el secuestro, el contrabando de personas, el robo de bancos o combustible, por ejemplo– significa contratar más personal y gastar más en sus operaciones. Las ganancias se reducen y el “cártel” resulta incosteable.
Asimismo, las desavenencias y la lucha interna por el poder siempre merman la unidad de las organizaciones dedicadas al tráfico de droga, explicó.
Una vez que un cártel pasa por este proceso, la organización se desestabiliza, las acciones de sus miembros se vuelven menos predecibles y cada quien se aferra al territorio que le queda.
Aparte de propiciar más violencia, esto dificulta que las autoridades, en este caso las mexicanas, puedan someter a una organización, pues ya no es una muy grande, sino varias menos grandes.
“Ya no sólo hay un puñado de organizaciones. Tienes que apuntar a todas estas diferentes organizaciones de liderazgo y todos ellos tienen su propio interés”, dijo Stewart. “Básicamente todos buscan el control incluso en los puntos de cruce fronterizos secundarios”.
Un cruce fronterizo primario sería, digamos, Ciudad Juárez o Nogales; uno secundario sería Ojinaga o Big Bend.
Espiral violenta
Stratfor dijo que la violencia en México continuará este año. Las tasas de homicidios en el país para el 2016 fueron 10 por ciento más altas que el año anterior y se convirtió en el año más mortífero desde 2012, según el análisis.
Pero en el estado de Chihuahua ha habido una caída sustancial en los homicidios, a medida que las guerras territoriales han disminuido en antiguos focos de violencia, como Ciudad Juárez, afirma Stratfor.
Siguen las violentas guerras territoriales entre “La Línea” y el Cártel del Pacífico en las zonas rurales del oeste de Chihuahua, pero la seguridad ha mejorado y se ha producido una baja de la violencia en lugares como Juárez, pese a la competencia persistente entre grupos, consignó el análisis de la firma.
Stratfor advirtió que el continuo proceso de subdivisión puede llevar a un incremento en homicidios.
De hecho, precisó el estudio, “el Cártel del Pacífico perdió activos importantes cuando la organización dirigida por los hermanos Beltrán Leyva se separó de ella y cuando la muerte de Ignacio Coronel llevó a la aparición de varios grupos, entre ellos La Resistencia y el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG)”.
Recordó que “Los Zetas” mismos son producto de la balcanización, que se separaron del Cártel del Golfo en 2010.
Explicó en ese sentido que la descentralización del crimen organizado llevará a una reducción en los conflictos causados por competencia entre los grupos como “Los Zetas” y el Cártel del Pacífico.
Las guerras territoriales continuarán desvaneciéndose a medida que sean cada vez más aisladas y en zonas geográficas más pequeñas.
En otras palabras, las divisiones aparentes y guerras territoriales subsecuentes en áreas como los estados de Baja California, Norte y Sur, no necesariamente sirven como indicadores de la escalada de violencia en otros lugares, alegó el análisis.
El robo de combustible
Al hacer una evaluación de la situación del narcotráfico en México, Stratfor advirtió del fenómeno paralelo de tomas ilegales en los oleoductos, impulsadas por los grupos criminales que ven un potencial de ganancias en esa actividad.
“Más allá del costo económico, el robo de combustible presenta a México una multitud de preocupaciones de seguridad. El robo llega con frecuencia a algunos funcionarios corruptos, explosiones y filtraciones en los oleoductos y, más significativamente, conflicto violento sobre territorio” entre grupos criminales, aseguró Stratfor en su análisis.