Juan José Esparragoza Monzón, El Negro o El Azulito, hijo del capo del cártel de Sinaloa, Juan José Esparragoza, El Azul, fingió una riña en el penal de Aguaruto, en Culiacán, para escapar con cuatro cómplices el jueves pasado, dijeron a MILENIO autoridades del gabinete de seguridad nacional.
Puntualizaron que la supuesta pelea entre miembros de la delincuencia organizada les permitió generar un “ambiente de caos”, sorprender a custodios y salir por la puerta del centro penitenciario; inclusive un vigilante resultó lesionado
Durante un año, la Comisión Nacional de Seguridad (CNS), a través de la División Antidrogas de la Policía Federal y otras instancias, realizaron labores de inteligencia para ubicar a El Negro, hasta que lograron capturarlo en enero de 2017, aunque duró menos de dos meses encarcelado
Fuerzas federales de élite y del Ejército se abocaron a la búsqueda de los evadidos, de quienes se presume siguen en Sinaloa.
Respecto a la fuga, las autoridades federales precisaron que se investiga si realmente los celadores del penal de Aguaruto fueron sorprendidos “o algunos sabían del plan y se prestaron a seguirlo”.
De acuerdo con investigaciones preliminares, uno de los principales motivos para acelerar el plan de evasión se debió a que El Azulito fue informado de que el gobierno de México autorizaría su extradición a EU, donde se pretende llevarlo a juicio por narcotráfico y asociación delictuosa.
Esparragoza Monzón escapó con cuatro cómplices, entre ellos Francisco Zazueta, Pancho Chimal, responsable de ordenar y participar en la emboscada en la que cinco militares fueron asesinados en Culiacán, el 30 de septiembre de 2016.
Por su alto nivel de peligrosidad, autoridades federales solicitaron el traslado del hijo de El Azul y de Pancho Chimal a un penal de máxima seguridad; sin embargo ambos contaban con suspensiones de amparo para evitarlo.
El Consejo de la Judicatura Federal informó ayer que la suspensión que impedía el traslado de estos reos “se atribuyó porque la orden de traslado reclamada en el amparo provenía de autoridades administrativas y no de un juez federal”.
Señaló que el juez que otorgó el recurso estaba obligado a conceder dicha medida cautelar, pues “la jurisprudencia, que es de aplicación obligatoria para los juzgadores, es clara en establecer que se debe conceder la suspensión mencionada cuando la orden de traslado de un centro penitenciario no es emitida por la autoridad judicial (juez) a cargo del proceso”.
La suspensión de plano a favor de El Negro fue firmada el 23 de enero de 2017 por el secretario del juzgado cuarto de distrito en Sinaloa, Ramiro de León Cantú, quien en la resolución señaló que cambiar de penal a Esparragoza “atenta contra su integridad y derechos humanos”, y fue avalada por el juez José Luis Estrada Amaya.
LA INDAGATORIA
En Sinaloa, autoridades anunciaron que por la fuga de El Azulito y otros cuatro del cártel de Sinaloa son investigados 11 funcionarios, entre ellos el director del penal de Aguaruto y el jefe de custodios.
Además, dieron a conocer que el encargado de los custodios, identificado como José Mario Murillo Rodríguez, no se ha presentado a laborar desde el pasado jueves, por lo que “es una línea de investigación”.
Tras la fuga se ordenó la suspensión de 10 comandantes y custodios, así como del director de dicho penal.
El titular de la Secretaría de Seguridad Pública estatal, Genaro Robles Casillas, detalló que se iniciaron dos investigaciones: una a cargo de la Procuraduría General de la República por tratarse de reos del fuero federal, y otra administrativa a cargo de la SSP para determinar si hubo colusión del personal carcelario.
En conferencia, reconoció que el penal de Aguaruto no cuenta con las medidas de seguridad para resguardar a este tipo de internos.
En un comunicado, el gobierno de Sinaloa reconoció que esta fuga revela las “graves deficiencias”, en particular de dicho penal, cuya infraestructura “es deplorable y, en consecuencia, se torna frágil e inoperante para cumplir sus funciones”.