El Cártel de Sinaloa se disputa el control del narcomenudeo, robo de combustible y salida al mar
La guerra interna del Cártel de Sinaloa ha convertido en un sangriento campo de batalla al municipio de Navolato.
La lucha entre Aureliano Guzmán Loera, el Guano y Dámaso López Núñez, el Licenciado, recrudecida el mes pasado, ha dejado una estela de muerte que inició en la sindicatura de Villa Juárez y se extendió a la cabecera municipal.
En enero, en esa región asesinaron a seis personas, pero en febrero cuando se acentuó el pleito, la cifra subió a 22.
En este mes ya son 29 homicidios dolosos con los que suman 57 en el año; y entre ellas hay por lo menos cinco víctimas inocentes.
En menos de tres meses, el 2017 se convirtió ya en el año más violento desde 2013 en Navolato.
La cifra de asesinatos de este año superó a todo el 2016 cuando se cometieron 54, en 2015 fueron 46, en 2014 se contabilizaron 48 y en 2013 ocurrieron 55.
De acuerdo con personal de la Fiscalía General del Estado, Navolato es territorio del Cártel de Sinaloa controlado por el Licenciado.
Con la ruptura en el cártel, el Guano y los hijos de Joaquín el Chapo Guzmán intentan arrebatarle la plaza.
Según las fuentes consultadas, en esa área se disputan el control del narcomenudeo, el robo de combustible y las salidas al mar.
El municipio ya había sufrido una guerra por el control de la plaza cuando el Cártel de Sinaloa se enfrentó al Cártel de los hermanos Carrillo Fuentes.
La disputa dejó decenas de muertos y una policía municipal casi inexistente, pues hubo renuncias masivas de elementos hasta quedar la corporación con solo 70 agentes.
Navolato alcanzó los 196 asesinatos en 2010 y después inició una tendencia a la baja que este año se revirtió.
En 2011, los crímenes bajaron a 177 y para el siguiente año tuvieron un drástico descenso a 85.
Desde febrero pasado, Navolato padece una nueva lucha a balazos.
Los enfrentamientos iniciaron en la sindicatura de Villa Juárez, el martes 7 de febrero.
Las células los Montana, del Licenciado; y los Chimalis, de los Guzmán, sostuvieron una serie de enfrentamientos que dejó un saldo de dos presuntos delincuentes muertos y tres víctimas inocentes.
Desde entonces se desató una ola de asesinatos en esa comunidad y después se extendió a Navolato.
En lo que va de marzo, en el municipio han ocurrido 29 asesinatos, siete más que todo el mes pasado.
De los homicidios, 12 corresponden a Villa Juárez, aunque pobladores aseguran que son más, pero los grupos delincuenciales se llevan los cadáveres de sus integrantes.
A eso se suman las privaciones de la libertad, que tampoco son denunciadas a las autoridades.
El 21 de febrero, un grupo delincuencial sembró el pánico de nueva cuenta entre los pobladores con bloqueos en las entradas y salidas a la comunidad.
Hombres armados detuvieron los camiones que trasladaban jornaleros y los bajaron de las unidades y quemaron uno de los autobuses.
Funcionarios de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado han realizado dos visitas al poblado para asegurar que hay tranquilidad y se está reforzando la seguridad.
El titular de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), Genaro Robles Casillas, acudió el 5 de marzo; y el subsecretario Cristóbal Castañeda Camarillo, el 19 de marzo; ambos rodeados de agentes policiales y con chalecos antibalas puestos.
Horas después de la segunda visita balearon a un hombre en el sector Centro.
Un mes después de que se recrudecieron los enfrentamientos instalaron una base militar en el edificio que ocupó la Policía Ministerial del Estado y la Agencia del Ministerio Público del Fuero Común.
La guerra alcanza a inocentes
El pleito del cártel en Navolato ha dejado por lo menos seis víctimas inocentes muertas en menos de dos meses, entre ellas una mujer embarazada y un menor de edad.
Las primeras víctimas circunstanciales fueron una joven de 22 años y dos hombres en Villa Juárez, durante los tiroteos del martes 7 de febrero.
La mujer de nombre Rocío fue alcanzada por las balas cuando caminaba por la zona y murió en el lugar mientras que su esposo quedó lesionado.
Las otras dos víctimas, Zenén Santiago y Norberto, quedaron en medio del fuego cruzado cuando circulaban en una camioneta y al intentar refugiarse debajo del vehículo, murieron.
Otra víctima es Antonio, de 16 años, lesionado a balazos el jueves 2 de marzo en su domicilio.
El joven resultó herido cuando hombres armados llegaron a la casa para privar de la libertad a su hermano José Ángel y hubo disparos.
El adolescente fue llevado a la clínica del IMSS donde murió.
En la cabecera municipal la noche del domingo 12 de marzo hubo una ola de homicidios que cobró la vida de dos mujeres que resultaron víctimas colaterales.
Una de ellas es Bertila, de 29 años, asesinada en el poblado Lo de Sauceda.
De acuerdo con la Fiscalía Estatal, un comando irrumpió en su vivienda para levantar al esposo.
Cuando se encontraban adentro llegó otro grupo supuestamente para impedir el levantón y dispararon desde afuera de la vivienda y las balas alcanzaron a la joven, quien falleció cuando era trasladada a un hospital.
Horas más tarde asesinaron a Silvia Berenice, quien tenía ocho meses de embarazo.
La Fiscalía Estatal dio a conocer que la joven salió de su vivienda para ir a recoger a su hijo y en el trayecto grupo rivales se dispararon.
La joven y el bebé murieron con impactos de bala de fusiles AK-47 y AR-15.
Ese fin de semana en Navolato se cometieron ocho asesinatos.
Miedo por fuga del Chimal
La fuga de Francisco Javier Rosales Zazueta Rosales, el Chimal, causó pánico en Villa Juárez.
Desde febrero viven sumergidos en el miedo y esperando que en cualquier momento haya tiroteos o aparezcan grupos armados recorriendo las calles.
El Chimal es el líder de la célula del Cártel de Sinaloa que opera en esa región y se disputa con los Montana.
Después de que se supo que el jueves 16 había escapado del penal de Aguaruto junto con Juan José Esparragoza Monzón, el Negro, y otros tres operadores del Cártel de Sinaloa, los rumores empezaron a correr en el poblado y con ellos también el miedo.
Por redes sociales comenzaron a circular mensajes que decían que Pancho Chimal regresaría al pueblo con un grupo armado a pelear su plaza y alertaban que habría nuevos enfrentamientos.
Los comerciantes empezaron a cerrar sus negocios y los padres de familia fueron por sus hijos a las escuelas.
La ola de violencia, ha trastocado la actividad comercial en Villa Juárez y la otrora apacible vida en esa comunidad.
Comerciantes del poblado han visto mermadas sus ventas y en varias ocasiones han tenido que cerrar sus negocios por temor a tiroteos.
Un día después de los enfrentamientos del 7 de febrero, el pueblo amaneció paralizado.
Las calles lucían vacías y los negocios con las cortinas abajo.
En el mercado municipal apenas una cuarta parte de los locatarios abrió sus negocios.
Por la tarde, los comercios empezaron a cerrar ante los rumores de que un grupo armado se dirigía otra vez hacia la comunidad.
Los días siguientes, comenta un comerciante, las ventas bajaron considerablemente debido a que la gente salía poco a las calles.
Después de los bloqueos en las entradas y salidas, la historia se repitió y de nueva cuenta los comercios cerraron ese día.
Las escuelas también han tenido afectaciones en sus labores ya que han tenido que suspender clases debido a que los padres van a recoger a sus hijos o no los mandan a las escuelas.