Los carteles y cartelitos están “midiendo el agua a los camotes” en Veracruz, “el peor rincón del mundo para el gremio reporteril” y para los migrantes en su paso por la tierra jarocha, y la entidad federativa donde en el mes de julio más repuntó el número de asesinatos.
Todos los días hay un muerto, mínimo, aun cuando existen días donde se alcanza la dimensión estelar.
Los últimos hechos en Ciudad Mendoza, donde el tiroteo duró dos horas, dicen unos, y en donde el ruido de los balazos originó que la población “se tirara al piso” en varias oficinas públicas, entre ellas, el palacio municipal, el Seguro Social, un centro educativo y en el mercado popular y que obligara a cerrar las escuelas y diferir las consultas a los derechohabientes del Seguro Social.
Según los expertos los malosos están “mostrando el puño” tanto al nuevo secretario de Seguridad Pública como al góber electo, como de algún modo significaría el adiós a Javier Duarte, JD.
Es más, en los mentideros policiacos la apuesta es que en los próximos dos años de gobierno en Veracruz el cartel preferido será el de Joaquín “El chapo” Guzmán, Cartel de Sinaloa, fugado del penal de alta seguridad de Los Altos, Jalisco, en los primeros días del sexenio de Vicente Fox Quesada.
Y de ser así, entonces, el ajuste de cuentas entre los malosos, a saber, y según la procuraduría General de la República y la DEA, agencia antinarcóticos de Estados Unidos, Jalisco Nueva Generación, del Golfo y Los Zetas.
Bastaría referir, por ejemplo, el tsunami violento del viernes 2 de septiembre, un día después del cuarto informe de Enrique Peña Nieto, cuyo lema presidencial como parte del balance político es el siguiente: “Lo bueno casi no se cuenta, pero cuenta mucho”:
Tuxpan, un ejecutado tirado en un camino vecinal. Poza Rica, dos hermanos ejecutados. Acayucan, otro alumno secuestrado. Minatitlán, un chico de 15 años desaparecido. Coatzacoalcos, otro joven desaparecido que había ido a reunirse con un amigo.
Autopista Acayucan-Coatzacoalcos, cuerpos embolsados. Carretera Tinaja-Cosoleacaque, un trailero asesinado.
Ciudad Mendoza, el fuego cruzado con un muerto, clases suspendidas y el hospital y el palacio municipal cerrado.
Córdoba, un vigilante asesinado en el Infonavit Santa Margarita. Paso del Macho, un cristiano hallado muerto en una fosa clandestina.
Todo, el mismo día.
Preludio del adiós a JD. El nuevo titular de la SSP, a prueba. Mensajito al góber electo.
En medio, el pánico, la angustia, la incertidumbre, la zozobra, la pesadilla en el diario vivir de la población.
EL DERECHO DE PISO
En Xalapa, un padre y su hijo fueron asesinados desde una camioneta circulando en la colonia “La haciendita”.
El padre, con su negocito de reciclaje y de compra de envases de plástico, papel y vidrio, etcétera.
Los malandros, disputando, como en el resto de Veracruz, y además de los negocios habituales, el cobro por el llamado derecho de piso y que en Colombia, las FARC, a punto de desaparecer, llamaban cuota de guerra.
Así, además del ajuste de cuentas entre los carteles, las partes matando a quienes se niegan a pagar la cuota.
Incluso, y también liquidar a quienes comerciantes han sido obligados a pagar cuotas a tirios y troyanos, pues cada quien busca exclusividad.
Las versiones también indican, basados en la experiencia nacional, que los malosos han filtrado a las corporaciones policiacas, y por tanto, los polis están informados de los ajustes de cuentas, saben, tienen conocimiento, pero se hacen ojo de hormiga.
Y es que la fama pública observa que los jefes policiacos reciben y comparten y reparten hacia más arriba y hasta donde sea necesario llegar.
Basta recordar que el mismo Fiscal General de nueve años reveló que hay 460 policías presos sujetos a un proceso penal por desaparición forzada, que significa, y como en el caso de los jóvenes de Playa Vicente levantados en Tierra Blanca, secuestrados y entregados a los malosos.
Peor tantito, en el pasillo policiaco se afirma que Marcos Conde, delegado de Seguridad Pública en Tierra Blanca, con lamentable hoja de servicios, acusado de comandar a los 8 policías en el caso de Tierra Blanca, fueron, cierto, reubicados del penal de Cosamaloapan y redistribuidos…, pero según las versiones, liberados, pues, entre otras cositas, saben demasiado y/o muchos favores prestaron.
BOOM DE MALANDROS
El Veracruz del año 2011, el boom de los malandros, se está reproduciendo en el 2016, el último año del llamado sexenio próspero, tan próspero que la frívola generación duartista está en la mira del SAT, de la Unidad de Inteligencia Financiera de la secretaría de Hacienda y del CISEN, Centro de Información y Seguridad Nacional, y que son palabras mayores.
De norte a sur y de este a oeste, “la muerte tiene permiso”.
El paraíso que fue Veracruz mudado en una sucursal del infierno.
Veracruz, campeón de homicidios en el país.
Una población atemorizada, con el alma en la mano, además de la pobreza, la miseria y la jodidez que arrastra en medio de una terrible y espantosa desigualdad económica, social, educativa, de salud, de seguridad y de procuración de justicia.
El Veracruz que Javier Duarte nos está dejando, aun cuando la fama pública registra que él y los suyos y su equipo político se enriquecieron de la noche a la mañana, con la complacencia absoluta de los órganos fiscalizadores de la Cuenta Pública, sus cómplices y aliados.