Antes de disputarse la plaza que representa el poliducto Minatitlán-México en los municipios del Triángulo Rojo, ‘El Toñín’ y ‘El Bukanas’ eran amigos. El segundo era lugarteniente del oriundo de Palmarito Tochapan, hasta que rompieron hace dos años, a partir de entonces, inició una lucha sangrienta por abarcar un mayor número de tomas clandestinas.
Antonio Martínez aceptó a El Bukanas en su organización en 2014 pero al poco tiempo le disgustó que no le obedeciera en sus indicaciones de centrarse únicamente en el negocio del tráfico de gasolina ‘ordeñada’ de los ductos de Petróleos Mexicanos (Pemex), debido a que ya había trabajado para Los Zetas, el lugarteniente comenzó a cometer otros delitos como secuestros.
Conocen a ambos, dan cuenta que El Bukanas siempre se negó a seguir la línea de ‘El Toñín’. Ya que empezó a concretar levantones y extorsiones en los límites con Veracruz.
Cuando ‘El Toñín’ se enteró de las acciones de Roberto y/o Saúl, lo expulsó de su grupo, pero ‘El Bukanas’ no quedó conforme ya que reclutó a un grupo de campesinos de la zona de Esperanza, además de sumar a otros gatilleros de Los Zetas para disputar el negocio del huachicol.
Comenzó a tener el control de Esperanza –de donde es originario– Atzitzintla, Ciudad Serdán, Palmar de Bravo y Cañada Morelos. Según la versión de las fuentes, ‘El Bukanas’ comenzaba a entrar a Quecholac cuando se dio el enfrentamiento de la noche del tres de mayo que dejó como saldo a 10 muertos: cuatro militares y seis civiles, entre ellos una mujer y un menor de edad.
Algunos narran que en realidad quien dio aviso a los militares de la ubicación de ‘El Tonín’ a través de su capo, ‘La Vieja’, fue ‘El Bukanas’, ya que la intención era que los castrenses atraparan a su enemigo y así tuviera vía libre para operar en el municipio gobernado por el priista, Néstor Camarillo.
El Bukanas superó a su preceptor
El negocio de ‘El Bukanas’ no sólo se centró en perforar los ductos de Pemex sino también en atracar el tren que cruza por Cañada Morelos. En dos años, hizo alianzas con otras células de Los Zetas, mientras que ‘El Toñín’, para no quedarse atrás, también se cobijó en el Cártel de Jalisco Nueva Generación.
Actualmente, ambos capos huachicoleros están prófugos de la justicia, son buscados por robo de combustible y otros delitos.
En el caso de ‘El Bukanas’, fue señalado como el autor del secuestro y ejecución de tres agentes de la Fisdai.
Fue este triple asesinato lo que detonó una persecución en su contra y para no quedarse como el único ladrón de gasolina perseguido, dio aviso a la Sedena para que también se enfocara contra ‘El Toñín’.
La noche del pasado tres de mayo, en la comunidad de Palmarito Tochapan se registró una balacera que dejó como saldo 10 muertos. A raíz de este enfrentamiento, arribaron más militares que resguardan la zona y el Gobierno federal intervino en la persecución de los ladrones de gasolina.