Isaac, elemento de la División de Fuerzas Federales, lamentó que en cinco años de laborar en la Policía Federal haya sido objeto de vejaciones y maltratos por parte de sus mandos.
También señaló a sus jefes por obligarlos a callar en casos de abusos durante las detenciones o no reportar al Ministerio Público dinero, armas o drogas aseguradas.
"Vivimos atados, por un lado a lo que el mando ordene, si te rebelas te va peor y si lo denuncias también mueven sus influencias para que te castiguen y hasta te arresten.
"No sólo a mí, a mis compañeros, hemos recibido intimidaciones, amenazas de mandarnos a zonas peligrosas por meses, o nos han impuesto castigos como jornadas interminables de trabajo.
."Pero lo que más duele es que no paguen nuestro bono de riesgo llamado operatividad, bono que muchas veces se quedan en las bolsas de los mandos, quienes determinan a quién se le entregan y quién no", indicó el policía de la División a cargo de Carlos Alfonso Tornero.
El federal indicó que en ocasiones ni los días obligatorios de descanso son respetados por los mandos, por lo que los días que pasan con sus familias son contados.
"Muchos compañeros están decepcionados, primero entra uno con la ilusión de servir a la ciudadanía, a tu País, luego ves que estuviste en un error de ver una gran cantidad de porquería, de transas que hacen los jefes administrativos y operativos.
"Se transan el dinero de hospedajes, pagan autobuses viejos para el traslado de tropa como si fueran nuevos, la comida es de pésima calidad y también desvían dinero por esos servicios, todo está mal, la gente que sale a los operativos a combatir a la delincuencia no se merece que tengan como jefes a unos burócratas que utilizan y se roban el dinero", arremetió Isaac.
Por negarse a una orden en 2012 un elemento fue enviado a Tamaulipas durante tres meses.
"¿Te vas a poner pendejo?, porque ahora te puedo mandar a Guerrero", lo amenazó su jefe inmediato.
El federal también ha sido testigo de abusos de sus compañeras que han tenido que ceder a las exigencias de los mandos para no ser removidas o castigadas.
"Todo eso se sabe en la corporación, cada tema todos lo saben, y no se hace nada", lamentó.
POLICIAS FEDERALES "se REBELAN y REVELAN ABUSOS" de MANDOS"
En un diagnóstico interno de la Policía Federal se concluyó que dentro de la institución permean los abusos en contra del personal.
Encubrimiento de mando en actos de corrupción, cuotas mensuales de puestas a disposición, maltrato físico de jefes a tropa, hostigamiento sexual a personal femenino y el desgaste laboral de los elementos son algunos de ellos.
El informe "Situación de los Derechos Humanos en la PF", elaborado por la Dirección General Adjunta de Derechos Humanos entre octubre de 2013 y abril de 2015, reveló una serie de problemas entre el personal operativo y administrativo.
"La obediencia como parte de la disciplina que debe regir el actuar en los integrantes de la institución es confundida con la posibilidad de realizar actos ilícitos cuando son ordenados por el superior, lo cual trae consigo de nuevo corrupción y con ello desigualdades de trato hacia las y los policías que se niegan a participar de esas acciones ilegales", indica el reporte, del cual REFORMA posee una copia.
También detectó, por ejemplo, que la División de Gendarmería, de reciente creación, reporta más del 20 por ciento de maltrato físico a sus integrantes como una manera de evitar sanciones.
Un total de 10 mil 882 elementos -casi la tercera parte del total de la PF- de las divisiones de Investigación, Inteligencia, Gendarmería, Fuerzas Federales, Regional, Científica y Antidrogas respondieron una serie de cuestionarios sobre los maltratos recibidos por sus mandos.
El estudio arrojó que 59 por ciento de los policías encuestados asegura que no se respeta el derecho al descanso y, además, se incumple con la circular del 15 de octubre de 2013, emitida por el entonces comisionado general Enrique Francisco Galindo, que trata sobre los descansos y las vacaciones.
"Es necesario considerar que el desgaste laboral de quienes desarrollan actividades en áreas operativas de seguridad, poniendo en riesgo su integridad física y emocional, está sujeto a jornadas por encima de las 40 horas semanales que marca la Constitución. No es comparable con el desgaste laboral de otras actividades gubernamentales", expresa.