La Sedena incluyó a los cuatro soldados asesinados en Palmarito como víctimas de la guerra al crimen organizado.Los cuatro soldados muertos el pasado 3 de mayo en el poblado de Palmarito Techopan, en el estado de Puebla, en un enfrentamiento con ladrones de combustible (huachicoleros) fueron incluidos en la lista de militares caídos en contexto del combate al crimen organizado desde el 1° de diciembre de 2006.
La Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) actualizó ayer la Relación del Personal Fallecido en la Aplicación de la Campaña Permanente de Combate al Narcotráfico y la Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos que publica cada mes en su página de internet y que hasta el pasado 16 de abril alcanzaba la cifra de 499 militares muertos en diversas circunstancias.
La actualización al 16 de mayo muestra que la cifra de fallecidos llegó ya a 505 militares muertos en la lucha contra el narcotráfico y en la aplicación de la ley de armas de fuego.
De acuerdo con la lista, los militares caídos en Palmarito eran un cabo y un soldado pertenecientes a la Policía Militar y dos soldados de un Batallón de Infantería. Los miliares murieron por “agresión con arma de fuego”, indica la relación difundida por la Sedena.
El elemento número 500 en la lista era un soldado de Policía Militar, quien falleció en Acapulco, Guerrero, en un accidente con un arma de fuego. El 501 era un cabo de Infantería quien murió en Navolato, Sinaloa, en un accidente automovilístico.
En su conteo actualizado, la Sedena ubica a Palmarito con el nombre de Palmarito Quecholac, no como Palmarito Tochapan, como se difundió desde un principio al conocerse los hechos del tres de mayo.
La relación de decesos indica que durante el gobierno de Felipe Calderón murieron 361 militares, mientras que con Enrique Peña Nieto han fallecido 144 elementos en acciones contra el crimen organizado.
El último militar caído al final del sexenio pasado murió era un cabo de Policía Militar y murió el 12 de diciembre en Valle Hermoso, Tamaulipas, por ataque con arma de fuego.
El primer militar caído en el gobierno de Peña Nieto falleció el 2 de enero de 2013 en Hidalgo, Tamaulipas. También pertenecía a la Policía Militar y muro en un ataque con arma de fuego.