La Policía argentina detuvo a 17 presuntos narcotraficantes, cuatro de ellos mexicanos, y decomisó unas dos toneladas de cocaína que iban a ser enviadas a España y Canadá.
Se trata del mayor decomiso de drogas en los últimos 25 años en Argentina.
La organización desbaratada estaba dirigida por seis mexicanos que operan para un cártel de Michoacán, dos de los cuales no fueron detenidos y contra los que se libraron pedidos de captura.
La droga decomisada dio un peso aproximado de 1.800 Kg con un valor de 60 millones de dolares.
La presencia en Argentina de los grandes carteles internacionales de narcotráfico ocasionan sucesos policiales sin precedentes en el país. Ahora, una célula que según los investigadores opera junto al cartel mexicano de Michoacán, fue desbaratada por efectivos de la Policía Federal Argentina (PFA) y la Drug Enforcement Agency estadounidense (DEA). El operativo realizado en las ciudades de Bahía Blanca (a 650 kilómetros al sur de Buenos Aires) y Mendoza dejó un saldo de 17 detenidos –cuatro de ellos mexicanos- y 50 teléfonos intervenidos. La droga estaba escondida en ocho falsas bobinas de 10 toneladas cada una que, en lugar de acero, contenían 1.708 ladrillos de cocaína con un peso aproximado de 1.800 Kg. El destino de la mercadería sería, en principio, la ciudad de Barcelona, pero también Canadá. Las autoridades argentinas también elevaron pedidos de captura internacional para otros dos mexicanos que se encuentran prófugos.
El procedimiento fue bautizado como B. B. de Acero y, de confirmarse el peso de las sustancias incautadas, sería el más importante de la historia del crimen organizado en Argentina. Los antecedentes más importantes datan de 1995, con el operativo Café Blanco en la provincia de Catamarca (a 1.100 kilómetros de Buenos Aires), cuando se incautaron 1.030 kilos, y la acción “Navidad Blanca”, en la ciudad bonaerense de Lima, en el que se secuestró más de una tonelada de la misma sustancia. Una cantidad similar fue detectada en la causa Carbón Blanco, en 2012.
El destino de la droga incautada en esta oportunidad serían las ciudades de Barcelona, en España, y destinos inciertos de Canadá. Incluso, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, dijo a la prensa que estaría en camino un cargamento hacia ese país. “Creemos que la droga entró a Argentina desde Chile y eso tiene que ver con que hay mucho control desde el norte (en el límite con Bolivia), entonces las organizaciones están cambiando su ruta”, amplió el cargo. Los allanamientos fueron realizados por orden de la Justicia Federal en viviendas de la ciudad de Bahía Blanca y en el parque industrial de la misma ciudad. Además de la cocaína se secuestraron 220.000 dólares en efectivo, 158.000 pesos (9.700 dólares) y cinco vehículos, además de armas de fuego.
Se cree que los mexicanos se instalaron en esa ciudad portuaria del sur de la provincia de Buenos Aires, una región conocida por tener una importante base militar, a principios de año. Incluso, llegaron a alquilar casas para operar con facilidad. Otros once argentinos que habrían sido el apoyo logístico de la banda también fueron detenidos. Bullrich precisó que además hay “varias empresas comprometidas”, que dos de los detenidos tenían casas en el lujoso barrio de Puerto Madero, en Buenos Aires y que “también hay dos despachantes de aduana que fueron contratadas en Bahía Blanca para hacer la parte de electricidad pero declararon que no los dejaban entrar en algunos sectores del galpón”. Los traficantes habían construido una suerte de jaula de Faraday en el interior de las bobinas, con el objetivo de montar un campo magnético que bloquee los escáneres de las aduanas.
La ministra informó que parte del procedimiento se realizó en un galpón de la ciudad de Luján de Cuyo, en Mendoza (a 1.000 kilómetros al oeste de Buenos Aires), donde encontraron 500 kilos que “estaban en una bolsa con piedras preciosas, listas para la exportación”. Un padre y un hijo fueron detenidos, también una mujer, en una redada que tuvo un tiroteo. Al parecer, el total de la droga se iba a acopiar en Bahía Blanca y allí se iba a decidir la vía de salida del país. Los posibles puertos elegidos por los traficantes eran Campana, Bahía Blanca y Buenos Aires. Una empresa de Chaco (al norte del país) estaría implicada en el traslado de la mercadería de un lado a otro. “Tenemos un modus operandi similar en 2012 y 2013 con los mismos actores. Nuestra hipótesis es que las bobinas se armaban acá en Bahía Blanca”, precisó Bullrich y agregó que “uno de los detenidos tenía pedido de captura internacional pero había ingresado a Argentina con pasaporte falso”.