De acuerdo con un testigo protegido, la exdiputada sinaloense Lucero Guadalupe Sánchez López se presentaba como novia de Joaquín El Chapo Guzmán Loera, el exlíder del Cártel de Sinaloa, e igual admitió que se encontraba con el capo el 17 de febrero de 2014, cuando escapó por un túnel durante el fallido operativo de la Marina para capturar al narcotraficante.
El testigo protegido sostuvo que la mujer, conocida en la opinión pública como “Chapodiputada”, le dijo que había escapado también del asalto de la Marina, y que después de lo ocurrido aconsejó a Guzmán Loera que se fuera con ella a Cosalá, en Sinaloa, donde era legisladora.
El agente especial Félix Treviño, integrante de la división de Investigación de la Seguridad Nacional estadunidense (HSI, por sus siglas en inglés), declaró en contra de Sánchez sobre su presunta participación en el esquema de lavado de dinero para el Cártel de Sinaloa, y requirió a la justicia de ese país que la juzgue por el tráfico de por lo menos cinco kilogramos de cocaína.
Sánchez fue detenida el pasado 21 de junio en la zona fronteriza que une el aeropuerto de Tijuana con el de San Diego. La exdiputada postulada por el PAN ignoraba que las autoridades estadunidenses la tenían identificada bajo los seudónimos de “Piedra”, “Maico” y “Tere”, tres “alias” que presuntamente utilizó para operar a nombre de Guzmán Loera.
Según el auto de probable causa, integrada al expediente criminal 17MJ2036 que consultó Apro, un miembro del Cártel de Sinaloa –que colabora con las autoridades estadunidenses desde su detención– aseveró que Sánchez se comunicó con él el 23 de febrero de 2014, un día después de la detención de Guzmán Loera.
La mujer, que se presentó como “Tere”, le pidió que le obtuviera un enlace con los hijos del capo –cuya clave era “Los Menores”– para entregarles “cosas” y reubicar “mercancías”. Según el testigo, Sánchez aprovechó la comunicación para preguntarle sobre Óscar Antonio Berrocal Sandi, un narcotraficante que operaba en Ecuador para la organización criminal.
El agente Treviño afirma que Sánchez operó para lavar fondos procedentes del tráfico de drogas en Estados Unidos: las autoridades de ese país identificaron una operación por 100 mil dólares el 24 de septiembre de 2013 y otros 380 mil pesos el 20 de enero de 2014.
La HSI consiguió información sobre la “Chapodiputada” tras incursionar en el “muy complejo y compartimentado” sistema de comunicaciones que utilizaban los operadores del Cártel de Sinaloa.
Este sistema estaba diseñado para proteger a los líderes del grupo criminal, sobre todo a Guzmán Loera: de acuerdo con Treviño, previo a llegar al entonces líder del Cártel, un mensaje pasaba por lo menos dos “niveles” de secretarios que separaban los operadores “de campo” y los “ejecutivos” del grupo criminal.
Guzmán Loera no tomaba las llamadas directamente, sino su “primer círculo” de secretarios que lo acompañaba. Éstos, a su vez, bajaban las instrucciones hacia la “segunda capa”, que las repartían a los operadores.