Todavía es un misterio lo que sucedió entre la madrugada del día 25 y la noche del 26 de agosto de 2012. Durante esas horas, los sitios de noticias mexicanos.
Comenzaron a difundir información sobre una operación de fuerzas federales en municipios de Jalisco, bloqueos en distintos puntos del estado y enfrentamientos con grupos criminales. De pronto, un rumor se convirtió en noticia: Nemesio Oseguera, “El Mencho”, líder del entonces emergente Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), había sido detenido en el municipio de Zapopán.
La prensa quiso dar santo y seña de su aprehensión y hubo la versión de que la Marina sorprendió a “El Mencho” en una residencia del exclusivo fraccionamiento Colinas de San Javier, ubicado en el municipio de Zapopan. Después se afirmó que policías federales lo habían aprehendido en el municipio de Tonaya, en la sierra de Jalisco, al cabo de un duro enfrentamiento.
En las horas siguientes, las autoridades federales y estatales ni confirmaron ni desmintieron las versiones. Pero sí reportaron bloqueos, enfrentamientos y el incendio de vehículos en distintos puntos del estado.
De manera oficial reportaron 7 bloqueos en la zona metropolitana de Guadalajara, capital de Jalisco, y 15 más en otros municipios del estado con un saldo de al menos 26 autos y camiones quemados y otros 35 que sirvieron como barricadas.
También hubo detenidos que presentaron las fuerzas federales. Pero entre ellos no estaba “El Mencho”, un narcotraficante que entonces ya tenía precio.
Las autoridades ofrecían 2 de millones de pesos de recompensa (170.000 dólares al tipo de cambio de la época) y después subieron a 19 millones (1,5 millones de dólares al tipo de cambio de la época).
Esa cifra, por supuesto, lo colocaba muy por debajo de Joaquín “El Chapo” Guzmán y lejos aún de los 10 millones de dólares que hoy ofrece Estados Unidos por información que permita su captura.
Tres años después de aquel episodio, en 2015, la prensa en México publicó que “El Mencho” sí había sido detenido durante aquellas horas de enfrentamientos y bloqueos, que la Marina lo había entregado a las autoridades estatales y que estas, dos horas después, lo habían liberado.
De esta información dio cuenta la periodista Silvia Otero, quien tuvo acceso a información oficial de autoridades federales. Esto ya en el gobierno de Enrique Peña Nieto, que ha visto crecer el poder y la influencia del grupo criminal liderado por “El Mencho”, quien ahora es el más buscado narcotraficante mexicano.
Protección de autoridades
Sólo en aquel año de 2012, las autoridades federales estuvieron a punto de detener al “Mencho” en tres ocasiones. La primera en marzo, luego en agosto y después en septiembre. El narcotraficante siempre escapó.
Desde entonces, comenzó a correr una versión: autoridades del estado de Jalisco brindaban protección al CJNG y su líder. Denuncias de policías, mantas y comunicaciones vía internet de grupos de la delincuencia apuntaban hacia el entonces secretario de Seguridad Pública de Jalisco, Luis Carlos Nájera.
Había desconfianza del gobierno federal hacia las autoridades estatales, que recurrentemente se quejaban de que las fuerzas federales no informaban de sus operaciones en el estado.
La reserva creció luego de una fuerte operación en Zapopán, en marzo de 2012. Las fuerzas federales habían ubicado un domicilio donde presuntamente se encontraba “El Mencho”.
No pudieron detenerlo, pero en su lugar detuvieron a 12 operadores, entre ellos a uno de los principales líderes del CJNG: Erick Valencia, conocido como “El 85” –quien por cierto fue liberado en enero de 2018.
Para esta operación, las autoridades federales utilizaron helicópteros artillados y cercaron un perímetro de 5 cuadras a la redonda del domicilio ubicado en la esquina de las calles Piscis y Paseo del Rocío, en la colonia Lomas Altas.
“Cierren y desaparezcan de aquí”, ordenaron militares vestidos de civiles a los comercios de la zona.
El enfrentamiento fue feroz durante casi media hora y se extendió hacia otras zonas de la ciudad donde hubo reportes de al menos 16 bloqueos, incendios de vehículos, balaceras y tres civiles muertos.
De nuevo, hubo la versión de la captura del “Mencho”, que la Procuraduría Federal de la República desmintió. Pero las autoridades confiaban en que el cerco en torno del narcotraficante era cada vez más cerrado y muy pronto ocurriría su detención.
La ruptura entre “El Mencho” y “El Chapo”
En aquellos días jugaba a favor de las autoridades la ruptura entre el CJNG y el Cártel de Sinaloa, que por diversos medios –mantas y sitios de internet– “informaba” que ya nada tenía que ver con el grupo del “Mencho”.
Entre ambos cárteles se había roto la alianza que en su momento habían formado para combatir a los Zetas. Hay que recordar que antes de ganar fama como CJNG, al grupo del “Mencho” lo llamaban los “Matazetas” y actuaban bajo el cobijo de Cártel de Sinaloa.
Pero en 2012 su asociación terminó. Incluso hubo versiones de que, gracias a información de Cártel de Sinaloa, las autoridades federales habían podido aprehender al “85” y su lugarteniente Otoniel Mendoza, conocido como “Tony Montana”.
En las mantas que aparecían en Guadalajara y su zona metropolitana, los mensajes que se atribuía el Cártel de Sinaloa afirmaban que ellos nada tenían que ver ya con el “Mencho” y los hermanos Rafael, Ramón y Jesús Santiago Álvarez Ayala (detenidos a finales de 2012), sus principales operadores entonces.
La gente del “Chapo” en Jalisco acusaba al CJNG de extorsionadores, secuestradores y asesinos de gente inocente. También “denunciaban” la protección de autoridades locales para el Mencho y su grupo.
Nunca hubo información respecto de una posible investigación contra autoridades el estado, pero en el transcurso de aquel 2012 los operativo de las fuerzas federales se desmarcaron de las policías estatales, ante la pública inconformidad de las autoridades locales.
La incógnita jamás revelada
El operativo del sábado 25 de agosto, en el que participaron militares, marinos y elementos de la extinta Secretaría de Seguridad Pública federal se mantuvo en completo sigilo y al margen del gobierno de Jalisco.
La operación se llevó a cabo en los municipios de Tonaya, en la sierra, y de Tonalá, en la zona conurbada de Guadalajara.
La entonces Secretaría de Seguridad Pública federal dio cuenta de la magnitud de su movilización en la zona serrana al informar que utilizó 5 helicópteros tipo Black Hawk y uno tipo Mi-17 para intentar la detención del “Mencho” en Tonaya.
En los enfrentamientos cayeron abatidos a 6 presuntos narcotraficantes y dos policías federales resultaron heridos. También incautaron armas y equipo de comunicación.
De esta operación, el gobierno federal que todavía encabezaba Felipe Calderón no informó a las autoridades de Jalisco, según declaraciones del entonces titular estatal de Seguridad Pública, Luis Carlos Nájera.
“No hubo ningún informe previo. La única señal de alerta fue aproximadamente a las 14:15 horas, cuando comenzaron a llegar al aeropuerto de la ciudad de Guadalajara policías federales lesionados debido a un enfrentamiento”, dijo.
Pero tres años después, en julio de 2015, un informe confidencial llegó a las manos de la periodista Silvia Otero, quien informó que la Marina sí había detenido al “Mencho” en Zapopan, en agosto de 2012, y lo había entregado a las autoridades locales. Estas, sin embargo, lo liberaron dos horas después.
La información reveló que Nájera, como titular de Seguridad Pública de Jalisco, habría convencido al gobernador Jorge González Márquez de liberar al “Mencho”, y este a su vez habría consultado la decisión con autoridades federales.
La noticia tuvo réplica en toda la prensa del país. Pero ni el gobierno federal ni el gobernador de Jalisco desmintieron la información.
El tema nunca más se abordó en la prensa nacional y nadie investigó los vínculos entre las autoridades de Jalisco y el cártel de Nemesio Oseguera.
El 21 de mayo de este 2018, en Guadalajara, Luis Carlos Nájera, el ex titular de Seguridad de Jalisco, después fiscal del estado y luego secretario del Trabajo en la misma entidad, fue blanco de un ataque armado cuando estaba en un restaurante de la zona rosa conocida como Chapultepec.
El funcionario pudo escapar, pero nueve personas resultaron heridas, entre ellas dos de sus escoltas. El, por su parte, renunció a la función pública luego de dos gobiernos en funciones y de reconocer, entre sus atacantes, a miembros del CJNG.