Con una década a cuestas de combate frontal a la delincuencia organizada, las Fuerzas Armadas de México hicieron del desfile militar por el 206 aniversario del inicio de la Independencia un intento por proyectar un desarrollo de la incipiente industria militar nacional.
Los militares mexicanos mostraron algunos equipos y armamentos elaborados por sus elementos, como aviones no tripulados del Ejército y unidades de superficie de la Marina, aunque los principales equipos de las Fuerzas Armadas mexicanas provienen de la industria militar extranjera, principalmente de Estados Unidos, Europa e Israel.
El pasado martes 13, día de la Marcha de la Lealtad, el presidente Enrique Peña Nieto anunció que “muy pronto” la industria militar nacional fabricará cohetes, cañones y aeronaves experimentales. Sin embargo, los cohetes serán didácticos.
Aunque fue creada hace un siglo por el entonces presidente Venustiano Carranza, durante décadas la industria militar se limitó a la fabricación de uniformes y municiones, abasteciéndose de armamento del exterior.
Durante el desfile, que coincidió con el centésimo aniversario de la industria militar, los presentadores militares se refirieron a la “independencia tecnológica” que buscan las Fuerzas Armadas mexicanas.
La parada militar coincidió también con el 50 aniversario del Plan DNIII y el Plan Marina, ambos de apoyo a la protección civil en casos de desastres naturales.
El subsecretario de la Defensa Nacional, el general Noé Sandoval Alcázar, fue la cabeza de la columna que estuvo integrada por más de 23 mil uniformados y civiles, de los cuales 11 mil fueron del Ejército, 8 mil 841 de la Marina y tres mil 630 de la Marina. El resto pertenecían en su mayoría a la Policía Federal.
El desfile inició después del descenso a la plancha del zócalo de paracaidistas de Fuerzas Especiales del Ejército y la Marina.
Antes, el presidente Enrique Peña Nieto había pasado revista en el mismo lugar a las tropas en un vehículo militar descubierto, acompañado del secretario de la Defensa Nacional, general Salvador Cienfuegos Zepeda, y el secretario de Marina, almirante Vidal Francisco Soberón Sánz.
Ambas fuerzas aprovecharon también el desfile para reiterar que las pocas medallas de México en los pasados Juegos Olímpicos de Río de Janeiro fueron obtenidas por efectivos del Ejército y la Marina. Los militares presentaron un contingente especial de medallistas, aunque varios de ellos han sido dados de alta en las filas militares luego de obtener logros deportivos.