En el rubro de violencia, Michoacán tiene el tercer lugar en el país, según las estadísticas oficiales, pero el gobernador Silvano Aureoles dice que eso no es motivo de preocupación. Tan relajado se muestra que su antecesor, el priista Fausto Vallejo, se jacta de que en su administración hubo menos homicidios dolosos.
MORELIA, MICH.- La inseguridad y la violencia no cesan en la entidad. Algunos días ha habido hasta 14 ejecuciones, pero el gobernador Silvano Aureoles asegura que no hay por qué preocuparse.
La ola criminal repuntó aquí ante la falta de una estrategia integral de su administración para combatir al narcotráfico y al crimen organizado. Hoy, Michoacán ocupa el tercer lugar en homicidios dolosos, sólo superado por Guerrero y Jalisco, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Hasta diciembre de 2015, según el instituto, hubo 3 mil 304 homicidios en territorio michoacano desde que comenzó la administración de Enrique Peña Nieto, cifra que ya superó en el mismo rubro a la de su predecesor Felipe Calderón.
Tras la instalación del Consejo Consultivo del PRD en la Ciudad de México el lunes 1, Aureoles declaró en una entrevista que células de Los Caballeros Templarios intentan reagruparse. “Michoacán no está exento de ello”, dijo. Y anunció que hará una depuración cuidadosa de las instancias responsables de procuración de justicia y seguridad pública.
El gobierno tiene la capacidad de actuar de inmediato, dijo el mandatario, pero los resultados tardarán meses, advirtió.
Según Aureoles, la masacre del pasado 30 de julio en Cuitzeo, donde murieron 10 personas, se debió a una disputa por el territorio para la distribución del narcomenudeo y fue por órdenes del alcalde de Álvaro Obregón, Juan Carlos Arreygue.
Fuentes de inteligencia federal sostienen que en Michoacán se libra una guerra de cárteles, en alusión al documental de Matthew Heineman sobre las autodefensas de la entidad, exhibido en Estados Unidos en julio de 2015.
Los Viagras ocupan Uruapan, Morelia y Apatzingán; La Hermandad o H3, en alianza con el Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG), controla Apatzingán, Mujica, Tepalcatepec y Parácuaro, entre otros, mientras que la fracción de Los Templarios que encabezaba Ignacio Rentería Andrade, El Cenizo –capturado la semana pasada– se mueve de Apatzingán a Lázaro Cárdenas.
En CJNG opera entre los límites de Jalisco y Guanajuato, pero tras pactar con los hermanos Méndez –líderes de La Nueva Familia con influencia en la región oriente y en Zamora, donde mantienen una batalla encarnizada con El Metro–, ya se está posicionando en Morelia. También están Los Justicieros, en cuyas filas hay muchos exmarinos, quienes se mueven por la costa michoacana.
A su vez, los grupos de antiguos autodefensas se están replegando a sus municipios o comunidades. Por último, están grupos insurgentes como Frente de Masas-EPR, escisión de grupos guerrilleros de los noventa, e Insurgencia por el Rescate Institucional y Social (IRIS), de reciente creación.
Ambos han emitido comunicados en los que exponen al gobernador Aureoles su inconformidad por la falta de una política social y de seguridad que atienda de manera eficaz la problemática de la entidad, según las fuentes de inteligencia consultadas por el corresponsal.
Cifras rojas
Hasta mayo pasado se cometían alrededor de 80 homicidios por mes. De continuar la tendencia, 2016 registrará el mayor índice en ese rubro de los últimos seis años. Al cierre de edición se contabilizaban más de 480 ejecuciones en lo que va del año, a decir de la dirigencia del Partido del Trabajo estatal.
De acuerdo con el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), durante el primer trimestre de 2016 hubo 239 homicidios dolosos en la entidad (7.9 por mes). Las cifras son un poco más altas a las de los periodos correspondientes a 2013 (75.2) y 2014 (75.3).
En aquel bienio la delincuencia organizada actuaba con total impunidad, lo que provocó la irrupción de las autodefensas y el gobierno federal se vio obligado a enviar Alfredo Castillo Cervantes como comisionado especial para abatir los índices delictivos en el estado.
El Inegi incluye los homicidios contra mujeres de 2006 a 2014. En ese periodo hubo 719 casos, 712 de los cuales fueron dolosos.
En enero pasado, la diputada federal Araceli Rodríguez Hernández, del PRI, propuso una iniciativa para que se incluya en el Código Penal Federal y en la Ley General del Sistema de Seguridad Pública el término “violencia feminicida”.
El objetivo es elaborar protocolos y planes de acción que garanticen seguridad, integridad física, sexual y emocional a las mujeres que mejoren el libre ejercicio de sus derechos fundamentales y evitar que sean víctimas de muerte violenta.
En los primeros siete meses de este 2016, en Michoacán se han cometido 50 feminicidios, incluido el de las dos adolescentes de Pátzcuaro encontradas el 30 de mayo en la Presa de Cointzio, municipio de Morelia.
De los 200 municipios michoacanos, la violencia se concentra en nueve, reporta el Índice de violencia en municipios presentado por el Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal en abril último.
Según el estudio, en ese rubro Apatzingán ocupa el sitio 47 en el ámbito nacional y el segundo en el estatal; Morelia, el 62 y el tercero, respectivamente.
El mismo documento indica que en 2014 se iniciaron averiguaciones previas por delitos del fuero común en los municipios de más de 100 mil habitantes. De ellos, el de Lázaro Cárdenas es el más violento y ocupa el lugar 44 en inseguridad a nivel nacional.
El Índice de violencia se realiza desde 2012 y toma como referencia la información de los Ministerios Públicos sobre diversos delitos como el homicidio doloso, secuestro, violación, lesiones dolosas, robo con violencia y extorsión.
Hoy, pese a la violencia, en Michoacán ya no hay policías federales. El jefe de la Mesa de Seguridad, Francisco R., comenta al corresponsal que éstos dejaron la zona de Tierra Caliente en un solo día; en la costa-sierra nahua incluso dejaron arrumbadas 74 patrullas entre vehículos blindados (Rinocerontes). Sin embargo, cuando se difundió la noticia, los federales regresaron por los vehículos.
Los militares habilitados como policías municipales resultan insuficientes para dar seguridad a 4.9 millones de michoacanos. Y la violencia crece, algunos días cobra ocho víctimas; otras, 10, a veces 14. Ante la falta de estadísticas correspondientes a los últimos años, el propio exgobernador Fausto Vallejo Figueroa se jacta de que en la administración de Aureoles se han registrado más homicidios que en la suya.