Será mentira, será verdad. Lo cierto es que como todo fenómeno social la narcocultura ha dado lugar a diversas manifestaciones de la imaginación colectiva.
Ahí tiene usted las modas, los estilos de vida, los corridos, por citar solo algunos de los productos que ha generado la vasta e inacabable industria del crimen organizado.
Corridos y también leyendas urbanas, aunque ni crea que tan leyendas, porque algo tendrán de cierto, quién sabe.
Y esta leyenda, con tintes de fábula escabrosa, que hoy voy a relatar, me la contó un interno “x” de un centro de rehabilitación del que, por razones de seguridad, y aunque se oiga trillado, me reservaré el nombre.
Pues bien el susodicho adicto en recuperación me platicaba de otro adicto que le contó lo que la Marina, en tiempos de las balaceras en Tamaulipas, hacían con los llamados “halcones” o mirones de sueldo del narco.
Será verdad, será mentira, vaya a saber, pero dicen que después de capturados por los marinos, los “halcones”, en su mayoría niños reclutados por la “maña”, eran subidos a helicópteros y arrojados al vacío en pleno vuelo.
“¿Eres ‘halcón’?”, preguntaban los marinos, “sí”, contestaban los chiquillos “¡a ver, vuela!”, decían y los lanzaban.
Como le digo, no sé si sea mentira, si sea verdad, esta misma leyenda que escuché por primera vez hace unos dos años, la he vuelto a oír por boca de otras personas, ya sabe, en la calle.
Lo que sí sé de buena fuente, es que gran parte de los caídos en la guerra contra el narco en la ciudad fueron chamaquitos de secundaria y preparatoria, procedentes de barrios populares
Niños que iban dar a la morgue local despedazados por las balas de las fuerzas de seguridad, dígase Ejército y Policía.
“¿Eres ‘halcón’?, pos vuela”, la primera vez que escuché esa frase caló hondo y pensé en la historias de todos esos muchachos que creyeron encontrar en la empresa del narcotráfico una posibilidad de movilidad social y hallaron la muerte.
Parece una película de humor negro, un mal chiste, el colmo de la ironía y el sarcasmo.
“¿Eres ‘halcón’?”, “sí”, “a ver, vuela”.