Dos aviones privados salieron de Puerto Vallarta luego de que Jesús Alfredo Guzmán Salazar, el hijo de El Chapo Guzmán, y cinco de sus acompañantes, fueran privados de la libertad en el restaurante La Leche. Uno de esos vuelos se dirigió a León. El otro a San Luis Potosí.
En uno de ellos iban seis mujeres a las que acompañaba un hombre. La Fiscalía General del Estado intenta averiguar si estas mujeres eran las mismas que celebraban con Guzmán Salazar aquella madrugada en el restaurante, y a las que los agresores dejaron en libertad.
En todo caso, los hilos llevan al aeropuerto: a través de cámaras de video, la fiscalía pudo documentar que 33 segundos antes de que presuntos integrantes del Cártel Jalisco Nueva Generación , CJNG, irrumpieran en La Leche para llevarse a seis personas, un hombre abandonó precipitadamente el lugar. El seguimiento de las cámaras reveló que el hombre se dirigió más tarde al aeropuerto.
En entrevista concedida ayer a Carlos Loret, el fiscal Eduardo Almaguer informó que el rastro del desconocido se perdió al salir del restaurante; el sujeto reapareció más tarde en un hotel cercano, sin embargo, y solicitó en la recepción que le consiguieran un taxi. El vehículo lo trasladó al aeropuerto. “Había un vuelo en el que él se incorporó”, dijo el fiscal.
Los investigadores han podido determinar que aquella noche el hijo de El Chapo y sus acompañantes celebraban un cumpleaños. El personal que atendió al grupo les oyó cantar Las Mañanitas. La policía duda que Iván Archivaldo Guzmán Salazar, El Chapito, hubiera asistido a la reunión, como se afirmó inicialmente, pues su perfil no cuadra con el de las personas que esa noche celebraban en La Leche.
El Chapito nació, sin embargo, un 15 de agosto de 1983, según asienta el estudio social que le fue practicado en 2005 en el Reclusorio Sur. El “levantón” sucedió precisamente en las primeras horas del 15 de agosto.
Declaraciones de testigos recogidas por la fiscalía indican que cuando el grupo armado penetró en el lugar, el que parecía ser el líder gritó algo parecido a esto: “Les dije que no quería verlos por aquí. Ya se los cargó”.
Existe el reporte de una advertencia previa lanzada hace meses por el Cártel Jalisco Nueva Generación a miembros del Cártel de Sinaloa que operaban en Nuevo Vallarta, Nayarit.
Existe también la versión de que El Menchito, hijo del líder del CJNG —Nemesio Oseguera Cervantes— encaró alguna vez a Iván Archivaldo Guzmán en un antro de Puerto Vallarta y le dijo “que ya dejara de andarse paseando como si Jalisco fuera de ellos”.
Reportes de inteligencia del gobierno del estado sostienen que la ausencia de reacción por parte del Cártel de Sinaloa indica que ahora mismo hay una negociación en curso, y que es bastante probable que las seis personas privadas de su libertad se encuentren con vida.
Llama la atención que Alfredo Guzmán Salazar y sus acompañantes —hasta el momento han sido identificados Juan Daniel Calva Tapia, de 53 años; Josías Nahualli Rábago Borbolla, de 35, y Víctor Galván Huerta, de 46— hubieran salido sin armas y prácticamente sin escoltas en una ciudad que no se halla bajo la sombra protectora de su propio grupo delictivo. Resulta extraño, también, que quienes los cuidaban no hubieran opuesto resistencia alguna.
Fuentes de la Fiscalía General del Estado creen que “alguien” les dio garantías a Guzmán Salazar y a sus amigos, o bien que se ofreció a cuidarlos aquella noche, y luego que ese “alguien” los entregó.
Cámaras de vigilancia captaron las camionetas de los agresores mientras tomaban camino hacia el sur: la zona que controla el CJNG.
Las otras pistas llevan a los dos vuelos privados que dejaron Vallarta aquella noche. El vuelo en el que se fue el hombre que 33 segundos antes de que todo comenzara salió de La Leche, y el vuelo que abordaron, en la madrugada, seis misteriosas mujeres.