El presidente del Comité de Derechos Humanos de Nuevo Laredo, Raymundo Ramos Vázquez, denunció “acciones intimidatorias, amenazantes y preocupantes” tras informar sobre la presunta ejecución extrajudicial de ocho civiles por elementos del Ejército Mexicano.
En una carta enviada al secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, con copia para Roberto Campa Cifrián, subsecretario de Derechos Humanos, Ramos Vázquez da cuenta de expresiones difamatorias en las redes sociales, luego de que se divulgara la denuncia presentada ante la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) sobre hechos ocurridos el pasado 3 de septiembre.
El presidente del CDHNL, única organización civil dedicada a la defensa de derechos humanos en Tamaulipas, entregó a la CNDH un video y fotografías sobre lo que podría configurar un nuevo caso de ejecuciones extrajudiciales cometidas por el Ejército Mexicano, en este caso por elementos del XIV Regimiento de Caballería Motorizada, destacamentado en Nuevo Laredo, y que forma parte de un reportaje publicado en la edición 2086 del semanario Proceso que circula esta semana.
Una vez conocido el caso, en redes sociales se manejaron mensajes, uno de ellos acusa a “los derechos humanos” de Nuevo Laredo de recibir dinero para “desprestigiar al Ejército y a la Marina”. Además, da “ánimo” a militares y marinos y advierte “tarde o temprano (…) los lacras seguirán muriendo y los pinches derechos humanos le seguirán los pasos si siguen jodiendo”.
Ramos Vázquez narró que desde que tomó el caso ha percibido la vigilancia de personas desconocidas. El 25 de septiembre por ejemplo, un hombre que tripulaba un vehículo Malibu gris, con placas de Texas, se apostó fuera de su domicilio y tomó nota de la camioneta del defensor, pero se marchó cuando Ramos salió su casa para preguntarle qué se le ofrecía.
Tras citar al menos dos sitios de internet que lo han difamado y que ponen en riesgo su vida después de la denuncia de la presunta ejecución extrajudicial de ocho personas, el defensor pidió a Osorio Chong una investigación exhaustiva de esas páginas, así como algunas medidas de protección y la notificación a las nuevas autoridades municipales y estatales de su condición de beneficiario del Mecanismo de Protección de Personas Defensoras y Periodistas, que coordina la Segob.
“Él se había rendido, pero le tiraron”
Por su parte, el presidente de la CNDH, Luis Raúl González Pérez, informó que la queja ya fue admitida por el organismo a su cargo y que está en proceso de investigación.
Al reconocer que se trata de señalamientos “graves”, el ombudsman explicó que sobre este caso de Nuevo Laredo se tuvo una primera queja en que “planteaban la entrega de un cadáver, después quedó sin materia, se desistió de esa circunstancia”.
Después, dijo, se presentaría una segunda denuncia “sobre señalamientos que se hacen a autoridades del Ejército Mexicano; es una queja que se acaba de radicar recientemente y hemos solicitado la información y hemos previsto el trabajo en campo al respecto; es decir, el desplazamiento de personal de la comisión a realizar una investigación”.
La madre de una de las ocho víctimas que viajaban en la camioneta blanca comentó a la reportera que no veía con frecuencia a su hijo y que fue buscada por su nuera para que le hicieran pruebas de ADN y le pudieran entregar el cadáver.
Con voz entrecortada y con la petición a Apro de guardar el anonimato –aunque está plenamente identificada en la queja ante la CNDH–, dice que le causó un gran dolor ver a su hijo en la funeraria. Peor aún, cuenta que por testigos se enteró que antes de morir, éste se rindió ante los militares que “los iban correteando”.
A semanas de lo ocurrido, la mujer se pregunta todavía “¿por qué lo mataron? (los soldados) lo hubieran agarrado, se lo hubieron llevado a encarcelarlo, él se había rendido, nomás le tiraron”.
Dice que cuando vio el video en el que se observa cómo la camioneta es perseguida por vehículos militares, decidió que lo único que podía hacer era interponer una queja y pedir justicia.
“Cuando vi el video, yo nomás dije por qué lo mataron lo hubieran castigado, o se lo hubieran encerrado, pero no debió morir (de una forma) tan cruel, le dieron en la mera cabeza, le abrieron feo; qué puedo pedir más que justicia”, insiste la mujer.