Félix Gallardo fue el capo más poderoso de México. Actualmente enfrenta el juicio más largo de México
En sus años de esplendor durante las décadas de los años 70 y 80 fue el narcotraficante más poderoso de México, dueño de las principales rutas de comercio de droga en la mitad del país y Centroamérica.
Fue también el primer mexicano en exportar cocaína a gran escala a Estados Unidos a través de territorio mexicano.
Algo que cambió la operación de los traficantes mexicanos que sólo comerciaban con marihuana y amapola.
Pero desde hace 26 años enfrenta un proceso judicial que no ha terminado. Es el juicio más largo en la historia de México.
Es Miguel Ángel Félix Gallardo, conocido como "El Padrino" o "El Jefe de Jefes", detenido en 1989 como parte de la investigación por el asesinato del agente de la agencia antidrogas de Estados Unidos (DEA), Enrique Camarena Salazar.
Oficialmente fue acusado de acopio de armas, delitos contra la salud y homicidio.
El juicio por este delito, cometido contra el oficial estadunidense, continúa abierto.
Según el Consejo de la Judicatura Federal –que controla a todos los tribunales del país- desde hace 12 años no se ha conseguido desahogar algunas etapas del proceso.
Se trata de careos con algunos testigos y la revisión de títulos de propiedades vinculadas al capo.
Desde 2004 no se ha aportado ninguna prueba nueva al juicio.
Los inicios
Félix Gallardo nació en 1946 en Culiacán, Sinaloa,en el noroeste del país.
Cuando era joven trabajó en la Policía Judicial del estado como "madrina".
Es el nombre que se da en México a personas protegidas por agentes policíacos que realizan tareas ilegales en las investigaciones, como torturar detenidos o extorsionar a sus familias.
En los años 60 fue guardaespaldas de los hijos del entonces gobernador Leopoldo Sánchez Celis (1963-1968).
Especialistas como Luis Astorga, investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), creen que fue en esa época que el capo empezó en el negocio de las drogas.
Félix Gallardo se asoció con algunos de los principales capos de esa época, como Manuel Salcido Uzeta conocido como “El Cochiloco”.
Otros de sus socios fueron Ernesto Fonseca Carrillo, "Don Neto", y Rafael Caro Quintero.
Durante 15 años "El Jefe de Jefes" creó una poderosa organización que controlaba el tráfico de amapola y marihuana en Sinaloa, Durango, Jalisco, Guerrero, Chihuahua, Baja California y Nayarit, por ejemplo.
A principios de los años 80 estableció contacto con bandas de Colombia, a quienes empezó a comprar cocaína para enviarla a Estados Unidos.
Vida social
De los colombianos "El Padrino" aprendió la estrategia de mover la droga en pequeñas aeronaves.
De hecho fue el primer traficante mexicano en establecer un puente aéreo entre Sudamérica, América Central y el norte de México.
De allí la mercancía se enviaba por tierra a los contactos estadunidenses.
La técnica fue utilizada a gran escala por uno de los sucesores del capo, Amado Carrillo Fuentes conocido como "El Señor de los Cielos".
Un imperio como el de Félix Gallardo sólo pudo construirse con el apoyo de autoridades, coinciden especialistas como Diego Osorno, autor del libro "Memorias de un capo".
Esta protección le permitió mantener una intensa vida social. En Sinaloa y Jalisco se presentaba como empresario y ganadero, e incluso formó parte del consejo local del desaparecido Banco Somex.
El capo aparecía con frecuencia en las páginas de eventos sociales de los diarios locales, e incluso en Guadalajara, la capital de Jalisco, asistía a fiestas en bares de moda.
Osorno cuenta que el corrido "El Jefe de Jefes", del grupo Los Tigres del Norte, se compuso en su honor.
"No le gustaba la canción", le contó al periodista uno de los hijos del detenido.
Camarena Salazar
El imperio del traficante, sin embargo, empezó a derrumbarse en febrero de 1985 cuando en Guadalajara fue asesinado el agente de la DEA Enrique Camarena.
Caro Quintero y Fonseca Carrillo fueron acusados del crimen, pero la agencia antidrogas señaló también a “El Jefe de Jefes” como autor intelectual.
Félix Gallardo fue detenido en abril de 1989. Años después en mensajes a algunos periodistas aseguró haber sido traicionado por las autoridades.
El capo señaló especialmente a su compadre, el fallecido comandante Guillermo González Calderoni, quien encabezó la operación para su captura.
La muerte de Camarena Salazar evidenció una serie de complicidades entre las bandas de narcotráfico y corporaciones policíacas.
Traficantes como Rafael Caro, por ejemplo, portaban identificaciones de la desaparecida Policía Judicial Federal.
El escándalo por las revelaciones provocó que México fuera incluido en la lista de países que, según el gobierno de Estados Unidos, no combaten eficientemente el tráfico de drogas.
Fue el llamado Proceso de Certificación de Drogas, que establece sanciones financieras y la cancelación de ayuda estadunidense a quienes no eran aprobados.
Hasta 1997, cuando fue “certificado” por la Casa Blanca, México debió entregar anualmente un informe de sus acciones contra el tráfico de drogas.
Arresto domiciliario
Con Félix Gallardo la historia del tráfico de drogas sufrió algunos cambios.
Uno de ellos es la forma como se llama a las bandas. La DEA, por ejemplo, bautizó a su organización como el Cartel de Guadalajara, dijo Félix Gallardo a periodistas.
Antes de esa época en México no se utilizaba la palabra cartel para definir a los grandes grupos de narcotráfico.
Joaquín "El Chapo" Guzmán heredó parte del imperio de Félix Gallardo.
El "Jefe de Jefes", además, es indirectamente responsable del actual mapa del narcotráfico en el país.
Según reveló el periodista Jesús Blancornelas, después que fue encarcelado Félix Gallardo repartió su imperio entre sus principales colaboradores.
Uno de ellos fue Joaquín “El Chapo” Guzmán, quien entonces era junto con su compadre Héctor Luis "El Güero" Palma encabezaba una pequeña banda de tráfico de marihuana y amapola.
Décadas después Guzmán y otros aliados crearon el Cartel de Sinaloa, una de las organizaciones de tráfico de drogas más grandes del continente.
Una herencia que de poco sirve a Félix Gallardo. Según el diario Reforma la familia del capo asegura que está enfermo, e incluso perdió la vista de un ojo.
"El Jefe de Jefes" solicitó continuar el juicio pendiente en su casa, a lo que tiene derecho después de cumplir 70 años de edad en enero pasado.
La petición, hasta ahora, no ha sido resuelta por los tribunales.