CHILPANCINGO, Gro.- El conflicto armado entre los grupos de autodefensa denominados Frente Unido para la Seguridad y el Desarrollo del Estado de Guerrero (FUSDEG), y la Unión de Pueblos y Organizaciones del Estado de Guerrero (UPOEG), se reactivó este día en el poblado de Tierra Colorada, municipio de Juan R. Escudero.
Durante varias horas, integrantes de ambos grupos, apostados en los cerros ubicados en las inmediaciones de la autopista Del Sol y la carretera federal México-Acapulco, protagonizaron tiroteos que se prolongaron durante varias horas y que provocaron pánico y terror entre los ciudadanos.
El tránsito vehicular sobre ambas vías federales fue interrumpido, establecimientos comerciales de Tierra Colorada cerraron y suspendieron rutas de transporte público
En tanto, un grupo de reporteros quedó atrapado en el fuego cruzado en una de las balaceras, incluso, fueron atacados cuando escaparon a bordo de autos sobre la carretera federal. Un vehículo recibió al menos tres impactos de bala.
A pesar del ataque directo, ninguno de los reporteros fue alcanzado y todo quedó en un amargo momento para quienes documentaron los hechos de violencia que se generaron luego de que miembros de la UPOEG intentaron ingresar a Tierra Colorada para expulsar a fuego y sangre a los miembros del FUSDEG.
En contraste con lo sucedido, el gobierno federal a través del delegado de Gobernación en la entidad, Roberto Álvarez Heredia, minimizó el choque armado entre los grupos de autodefensa que se disputan un corredor de drogas de la región Centro que estuvo controlado en su momento por el cartel de los Beltrán Leyva.
Al respecto, el funcionario federal que se asume como vocero afirmó, a través de un comunicado oficial, que en Tierra Colorada había “tensión” entre los grupos de autodefensa, pero “no confrontación”.
Luego, agregó: “La situación actual es de libre tránsito por la autopista Del Sol; no hay vehículos detenidos; no hay bajas; no hay heridos. Los grupos se han replegado por lo que desmentimos cualquier hecho diferente”.
Ello a pesar de que ciudadanos desarmados de Tierra Colorada decidieron bloquear la carretera federal México-Acapulco para impedir el ingreso del grupo armado de la UPOEG y defender al FUSDEG.
Además, los líderes del FUSDEG reportaron un miembro de su grupo herido durante los enfrentamientos, hecho que fue confirmado por fotorreporteros.
No obstante, la víctima fue levantada por los integrantes de la UPOEG, denunciaron los líderes del FUSDEG, quienes exigieron la presentación de su compañero.
Las balaceras comenzaron desde las siete de la mañana de este jueves y se prolongaron hasta las 17: 00 horas, periodo en el que fue evidente la ausencia de autoridad, lo que permitió tantas horas de terror en este pequeño poblado donde el comercio y el transporte son las principales fuentes productivas de la zona.
En el reportaje Guerrero: sin justicia, sin dinero, sin gobierno, se advirtió que el conflicto armado entre ambos grupos de autodefensa surgido a finales de octubre por el control de los municipios de Chilpancingo y Juan R. Escudero seguía latente ante la falta de operación política del gobierno de Héctor Astudillo Flores.
El texto hace referencia a los niveles de violencia en Guerrero que no cesan y tienen en jaque al gobierno de Astudillo y que la confrontación tolerada y auspiciada desde la autoridad entre la UPOEG y el FUSDEG ha causado 28 muertes.
Sin embargo, el gobernador priista se enfoca en resolver las complicaciones que implica cubrir anomalías presupuestales de los exgobernadores Ángel Aguirre y Rogelio Ortega, y le deja el creciente problema de la inseguridad a una autoridad federal que no se ve por ningún lado.
La mañana del 24 de octubre los grupos de autodefensa UPOEG y FUSDEG se enfrentaron a balazos en las inmediaciones del poblado de Tlayolapa, municipio de Juan R. Escudero, en la región Centro; murieron siete personas y otras dos quedaron heridas.
Este hecho, que no se ha resuelto judicialmente, provocó un bloqueo carretero de más de 12 horas. Líderes del FUSDEG acusaron al gobernador de actuar en contubernio con el narco y los dirigentes de la UPOEG para recuperar el valle de El Ocotito, plaza estratégica en el corredor de producción de heroína y trasiego de drogas que abarca la ruta Acapulco-Cuernavaca.
A su vez el dirigente de la UPOEG, Bruno Plácido Valerio, quien tiene una escolta de policías estatales, acusó al gobierno federal de pactar con “paramilitares” al servicio del FUSDEG para frenar la expansión de su grupo armado, el cual, dijo, está cercado por el Ejército en la Costa Chica.
Agregó que el conflicto es político y deriva de un acuerdo del FUSDEG con el gobierno federal para no militarizar el corredor de narcotráfico. “Este monstruo creció tanto que las autoridades no pueden poner orden”, aseguró el líder, quien ya había advertido que tomaría la plaza.
Casi un mes después de estos hechos, la violencia entre la UPOEG y el FUSDEG, se reanudó y hasta el cierre de esta edición seguía el ambiente tenso porque ambos grupos armados permanecen apostados frente a frente.