Demasiado tarde y demasiado extraño, seis años después de iniciarse una investigación en contra del ex gobernador de Tamaulipas, Tomás Yarrington, la Procuraduría General de la República decidió actuar activamente en su contra, y ofreció una recompensa por hasta 15 millones de pesos por información que permita la captura del político que aspiró a la candidatura presidencial del PRI hace más de una década.
¿Por qué razón procedió ahora? Las investigaciones sobre Yarrington comenzaron en 2009, cuando la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (SEIDO) abrió una indagatoria (la PGR/SIEDO/UEIDCS/012/2009).
Eran los años en los que la procuradora Marisela Morales, por instrucciones del presidente Felipe Calderón, estaba decidida a llevar a la cárcel a varios gobernadores priistas en los estados del Golfo de México.
La investigación se empezó a construir con información de un testigo protegido de la PGR conocido como “Oscar”, quien detalló cómo funcionarios estatales y municipales en Tamaulipas recibían dinero del Cártel del Golfo a cambio de protección.
De acuerdo con “Oscar”, identificado años después como César Eduardo García, colaborador del exjefe del cártel, Osiel Cárdenas, el dinero lo entregaba Juan Carlos González, el ex policía ministerial en Matamoros y uno de los principales operadores de Eduardo Costilla, El Coss, jefe del Cártel del Golfo hasta su captura en 2012. Sus revelaciones permitieron que la DEA lo acusara en una Corte Federal de San Antonio, Texas, a donde ante la imposibilidad de poder perseguirlos en México, la ex procuradora llevó toda la documentación y la información que había recabado en su contra.
Durante la campaña presidencial en 2012, los estrategas del PAN difundieron muy eficaces spots donde vinculaban a gobernadores priistas con los cárteles de la droga. Pero como la candidata del PAN, Josefina Vázquez Mota no aprovechó la caída del candidato Enrique Peña Nieto en las preferencias electorales por esa propaganda, y en cambio beneficiaba a Andrés Manuel López Obrador, Calderón pidió a su partido que los retirara del aire. Mientras tanto Morales, que proporcionó los expedientes al jefe de campaña priista, Luis Videgaray, recibió en pago la protección del gobierno peñista en el Consulado General de Milán. La investigación se congeló en México, pero no en Estados Unidos.
A las imputaciones de “Oscar” se añadieron las del empresario Antonio Peña Argüelles, quien presuntamente fue intermediario de Yarrington con Los Zetas. Peña Argüelles fue sentenciado en la corte federal texana en abril de 2014, quien, a cambio de colaborar con las autoridades, fue sentenciado a sólo dos años y medio de cárcel por los delitos de lavado de dinero y vínculos con el narcotráfico.
Yarrington, involucrado por Peña Argüelles en el asesinato del candidato del PRI a la gubernatura de Tamaulipas, Rodolfo Torre Cantú, en junio de 2010, se ufanaba mientras tanto de ser amigo del ex presidente George W. Bush, a quien había conocido cuando fue gobernador de Texas y presumía fotografías de él en la Casa Blanca.
En México se sentía blindado con el apoyo de la PGR, que llegó a desestimar acusaciones puntuales en su contra, como la del ex diputado local y ex delegado de la Sedesol en Tamaulipas, Luis Alonso Mejía García, quien dijo que había recibido 80 millones de dólares del narcotráfico para su campaña electoral para gobernador.
La Corte Federal en Texas finalmente lo acusó por “conducta criminal”, junto con su presunto testaferro y lavador de dinero, Fernando Cano Martínez, quien según la DEA, pagó sobornos con dinero de los cárteles tamaulipecos a funcionarios en ese estado al menos desde 1998, cuando Cavazos era gobernador y Yarrington secretario de Finanzas. Pese a que se le señaló de no sólo haber estado al servicio de los cárteles, sino formar parte de su estructura orgánica, el PRI salió en su defensa y dijo que se estaba politizando la justicia.
La PGR nunca quiso actuar abiertamente en su contra y en varias ocasiones negó incluso que hubiera investigaciones en su contra. En abril de 2013, el entonces procurador Jesús Murillo Karam, exoneró a Yarrington y a otros dos ex gobernadores tamaulipecos, el actual senador Manuel Cavazos y Eugenio Hernández –prófugo de la justicia estadounidense- porque, afirmó la dependencia, las acusaciones de los testigos protegidos que los habían acusado, eran falsas. Acto seguido, canceló las órdenes de aprehensión en su contra. Sin embargo, el caso siguió, aunque dando tumbos, en del gobierno de Peña Nieto.
Después de que Murillo Karam dijo haber cancelado la orden de aprehensión en su contra, se reactivó. Yarrington se amparó, y unos días antes de que fuera relevado Murillo Karam del cargo en marzo de 2014, un juez federal le negó el amparo al ex gobernador en contra de la orden de aprehensión por narcotráfico y delitos contra la salud, derivada de las declaraciones de los testigos protegidos desautorizados por el ex procurador, entre los que se encontraba “Oscar”, en manos de la DEA, que declaró en San Antonio.
En el 2014 "El Pollo" testigo protegido envió una carta acusando a la ex-procuradora Marisela Morales y a la DEA de solamente haberlo utilizado y de haber solo seguido ordenes para declarar en contra de Yarrington para después dejarlos al desamparo a el y a otro testigos protegidos
Aqui les reproducimos la carta titulada Confesiones de un Testigo Protegido
En México cada que el Gobierno Federal tiene oportunidad dice que en la lucha contra el Narco la colaboración no será igual que con Felipe Calderón, que según la PGR de Jesús Murillo las Agencias Federales de E.U “Se metieron hasta la cocina” en el pasado “sexenio”, lo que no les han dicho a los mexicanos es que “ahora está peor”.
“Mi nombre es CÉSAR EDUARDO GARCÍA MARTÍNEZ y me dicen ‘El Pollo’, empecé como ‘Informante de la DEA’ tras la aprehensión en 2003 de Osiel Cardenas Guillen, accedí porque había trabajado muy cerca de él y porque al ‘calentarse las cosas’ en México me vine a EU en donde la DEA me ofreció mucho y yo también los ayude ‘mucho’, sin embargo así como yo muchos otros informantes que hemos estado expuestos ahora estamos siendo ‘desprotegidos y desplazados’ por otros informantes de la DEA lo que ha ocasionado preocupación de nuestra parte y no nos queda otra que hacerlo público ante la amenaza que esto nos representa”.
“Yo he sido testigo” de como alguno de los “Últimos Operativos Mexicanos” que han dado con la detención de prominentes “narcos” han sido encabezados por “Autoridades de EU”,cuyos Agentes Federales se disfrazan de marinos o soldados según sea el caso, aprovechando en ocasiones el anonimato que da el ir “cubierto del rostro”, eso ha pasado muy frecuentemente con la DEA e incluso con los agentes del ICE que se han llegado a disfrazar también de Agentes de la Policía Federal, el objeto evidente de esto ha sido entre otras razones la de “evitar” la critica al Gobierno de México, pero particularmente la de “llevarse todo el Crédito”. Esto ha causado molestia en las “Agencias Norteamericanas” y filtran ellas mismas las aprehensiones.
“Yo fui también responsable de coordinar y reclutar un gran número de “Informantes” a los que fui autorizado en ofrecer a cambio de Testimonios “Tarjetas de Residencia”, “Green Cards” que les fueron entregadas a muchos de ellos al igual que a sus familias, pero a raíz de mis “testimonios” en el “Caso Yarrington” fui desplazado derivado del enojo y el fracaso del expediente en el que he sido “Brutalmente exhibido” y que además no fue mi culpa, yo sólo obedecí las órdenes de la DEA y de la entonces procuradora Marisela Morales con quien me reuní en México en julio de 2011, apenas 2 meses después de que ella asumiera el cargo e incluso recibí 500 mil pesos como “estímulo” adicional por mi declaración, en la que siempre fui instruido en que “sentido lo hiciera”, pero lo hice obligado por las circunstancias, pues lo mismo pasó con Rubén Ignacio Cavazos, otro testigo y amigo que yo mismo recluté y cuyo testimonio también aparece en el expediente, nosotros sólo hicimos lo que la PGR y Marisela Morales nos pidieron con el consentimiento de la DEA y sin embargo ahora “casi nos echan y desprotegen” sin siquiera decirnos el motivo” y además nos exponen, ya que nuestros nombres han sido citados muchas veces y corremos graves riesgos”.
Decía la carta escrita por Cesar Eduardo Garcia Martinez alias El Pollo
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Yarrington es uno de los ejemplos más contundentes de la narcopolítica mexicana, que nutre la percepción que el PRI tiene pactos con el crimen organizado. El ofrecimiento de la recompensa, aunque apunta en la dirección de la justicia, levanta suspicacias. ¿Por qué razón procedió en su contra? No se puede soslayar el contexto político que se vive, la recta final del gobierno de Peña Nieto, con un PRI en tercer lugar de las preferencias electorales para 2018 y en declive.
¿Está administrando la PGR casos de impacto para levantar al PRI y sobrevivir el peñismo? Es temprano para saberlo, pero no falta mucho para determinarlo.