A 11 años del inicio de una Guerra
“LA GARITA” CRÓNICA QUE NADIE ME QUISO PUBLICAR
.-La copa que el PRI no quiso devolverle al Chapo y a los Beltrán en el 2005…
.- La disputa de “Pelones” y los “Z” por La Joya de la Corona del Corredor del Pacífico, Acapulco…
.- El porqué de los asesinatos de Alexis Iglesias Aragón y Rubén Robles Catalán.
Dentro de unos días, se cumplirán 11 años de aquel 27 de enero del 2006 en donde la violencia obtuvo carta de naturalización en Guerrero, sobretodo en la llamada Joya de la Corona, Acapulco, en aquella confrontación armada en “La Garita”. Al enfrentarse policías municipales de Acapulco, ya en ese momento, al servicio del “Cartel del Golfo” de los hermanos Antonio y Osiel Cárdenas Guillén, con su grupo armado los “Z”, en contra del cartel de Sinaloa cuyo jefe era y sigue siendo Joaquín Guzmán Loera El Chapo Guzmán, cuyos mandos en el estado de Guerrero con su grupo armado “Los Pelones” lo ostentaban los hermanos Marcos, Arturo, Alfredo, Héctor y Carlos Beltrán que desde finales de los 70as, controlaban el estado de Guerrero con la complicidad de caciques y políticos, entre ellos la Familia Figueroa y sus cancerberos Mario Arturo Acosta Chaparro y Francisco Quiroz Hermosillo, (ambos generales fallecidos, posterior a ser procesados por narcotráfico), Los porqués del enfrentamiento en La Garita, se dieron por el control de la siembra, cosecha y trasiego de estupefacientes en el llamado Corredor del Pacifico.
FALLARON LOS CÁLCULOS EN LAS ELECCIONES DEL 2005.
En Guerrero como en todo el País, ya corría incontenible el río de la “alternancia” al coincidir los vaticinios de que el domingo 2 de julio de 2006 repetiría en la presidencia de la República el Partido Acción Nacional con su candidato Felipe de Jesús Calderón Hinojosa. En el estado de Guerrero, ya había ganado la gubernatura el entonces perredista (6 de febrero del 2005) Zeferino Torreblanca Galindo dejando a la llamada “Familia Revolucionaria” (PRI) en mitad de una dolorosa derrota, e imposibilitado para cumplir compromisos con el llamado Jefe de Jefes Arturo Beltrán Leyva, el cual exigía desde su lujosa residencia en un lujoso fraccionamiento en la zona turística de Acapulco, la devolución de los millones dados para financiar la campaña a la gubernatura en Guerrero (2005).
El Chapo y los Beltrán habían calculado casi con certeza, que el candidato del PRI (como había sido siempre lo “normal”) supliría en la gubernatura Al también priista René Juárez Cisneros, por ello, ordenó a su socio Arturo Beltrán Leyva que como cada elección, (según PROCESO) hiciera una propuesta lo suficientemente jugosa como para conservar la plaza. De esa forma, había permanecido dueño y señor del Corredor del Pacífico por más de tres décadas, y ese 2005 no sería la excepción. Para ese momento, ya habían pasado cuatro años de su fuga del penal de alta seguridad de Puente Grande en Jalisco -19 de enero del 2001-, tiempo que ocupó para reorganizarse, tomar al puerto de Acapulco como eje de sus acciones, y en donde ya estaban asentados sus socios y lugartenientes, los hermanos Beltrán Leyva, los que a su vez, ya sostenían buenas relaciones con el entonces delegado de la Procuraduría General de la República en Guerrero Juan Alberto Rodríguez Calderón, quien posteriormente se desempeñó como procurador del Estado de Hidalgo y fuera investigado por sus lazos con el narcotraficante Heriberto Lazcano Lazcano (a) El Lazca. Sin embargo, el PRI perdió la gubernatura y la inesperada derrota del tricolor, cambió las fuerzas que controlaban la siembra y cultivo de amapola y marihuana, y dejó a la Sierra, La Montaña, La Tierra Caliente y las dos Costas convertidas en terreno de disputa del que solo se podrían adueñar, los que tuviera las armas, las conexiones con los gobiernos en turno, y la voluntad de matar sin contemplaciones a sus oponentes.
Arturo Beltrán Leyva vivía cómodamente con su familia en un lujoso bungalow del hotel Las Brisas protegido por la indiferencia de los mandos militares de SEDENA Y SEMAR cuyas instalaciones se ubican muy cerca del lujoso y clásico hotel acapulqueño que fuera propiedad de la familia Trouyet, y en donde se reunía con funcionarios de la PGR, de la entonces PGJEG y altos funcionarios del gobierno Estatal, amén de sostener a sueldo a los responsables de la seguridad pública de las poblaciones de ambas costas y de las ciudades más importantes como son Acapulco, Zihuatanejo, Chilpancingo, Iguala y Ometepec; y de controlar a los caciques regionales, entre ellos, al hoy detenido por narcotráfico y delincuencia organizada Rogaciano Alba, individuo poderoso allegado al ex gobernador Rubén Figueroa Alcocer. -En un documento publicado por la revista PROCESO, aseguró que, en la campaña electoral en Guerrero 2005 se dio el financiamiento más descarado por parte de los dos más importantes cárteles del narcotráfico en México-.
Solo que los resultados no fueron los esperados. Algo inédito en las elecciones Guerrero 2005 nos hizo vislumbrar a los analistas, que no se trataba de un proceso como los ocurridos en los 75 años pasados de gobiernos Priistas: Las elecciones se efectuaron en dos jornadas diferentes, la primera el domingo 6 de febrero en la que fue electo en un resultado que nadie esperaba, Zeferino Torreblanca Galindo candidato del Partido de la Revolución Democrática (PRD) quien ganó con un aplastante 48 %. Mientras que el perdedor, el candidato del PRI Héctor Astudillo obtuvo un 36.7 % (3.3 puntos abajo), y la segunda jornada el 6 de octubre, en la cual se eligieron 77 Alcaldes y 28 diputados al Congreso Local, quedándose la izquierda con la mayoría del Congreso y 40 ayuntamientos. El equilibrio y estatus político en el Estado estaba roto.
Para el Chapo Guzmán los resultados de las elecciones en Guerrero al perder la gubernatura el PRI, le cambiaba el panorama y supo que se encontraba en claro riesgo, por tanto, desde su refugio en Sinaloa (Culiacán), le ordenó a los Beltrán que exigieran a sus aliados, la certeza de mantener la plaza o la devolución de los millones de pesos aportados a la campaña del PRI, la negativa provocó la amenaza de ejecución de gente relevante en Guerrero. Esas amenazas fueron cumplidas y el primero ejecutado fue el empresario discotequero y presidente de la Oficina de Convenciones y Visitantes de Acapulco (OCVA) Alexis Iglesias Aragón, y seis meses después, Rubén Robles Catalán, ex secretario de gobierno durante el período de Rubén Figueroa Alcocer. Al respecto de estos dos crímenes, un informante recluido en el CERESO de Acapulco, desde donde se sabría después, se planearon los atentados, me aseguró “Era de esperarse, de arriba no quisieron devolver la copa”.
Por su parte Osiel Cárdenas Guillén líder del Cártel del Golfo y de su grupo armado los “Zetas” hacia lo necesario para apoderarse de la plaza, y para ello, entabló contactos con funcionarios del recién estrenado ayuntamiento en Acapulco, encabezado por el perredista Félix Salgado Macedonio, (se ignora si fue, con o sin su conocimiento) en donde logró colocar a muchos de sus leales, entre ellos a Genaro García Jaimes un policía federal del sector Caminos, quien fue nombrado como Secretaría de Protección y Vialidad y quien se hiciera acompañar desde Tamaulipas, por un grupo de jóvenes policías federales los que fueron nombrados en los mandos altos para controlar la información y las cámaras de vigilancia en todo el puerto.
Arturo Beltrán Leyva por su parte, contaba con sus viejos aliados insertados en el gobierno Estatal, sobretodo en la Procuraduría de Justicia de Guerrero, con los que conformó un grupo de choque para enfrentar a los Zetas y al grupo de la policía preventiva de Acapulco bajo el mando de Genaro García, presumiblemente, afiliados al grupo de Osiel Cárdenas, por esa rivalidad, Judiciales y Preventivos se enfrentarían a muerte en varias ocasiones.
Los ataques a las comandancias de la judicial en la Zapata y de la preventiva en Renacimiento lo prueban. Resultado de esta rivalidad, “El enfrentamiento en La Garita”.
El enfrentamiento en “La Garita” fue pues, la más abundante sangre derramada por la disputa de la plaza aquel 27 de enero del 2006, y a partir de aquel día de sangre y violencia desmedida, quedó claro, como dijera mi entonces director Amado Ramírez Dillanes en su noticiero radiofónico “Al Tanto” en Radiorama Televisa: “hablar de políticos y delincuentes en Guerrero, es hablar de lo mismo”, palabras que finalmente le costarían la vida un 6 de abril del 2007, bajo las balas del Estado y a este que escribe, el desplazamiento forzoso a un cuartel militar en el estado de Jalisco, bajo la protección de la Secretaría de Gobernación Federal y La Ley de Protección a Personas Defensores de los Derechos Humanos y Periodistas Hoy se sabe, que tanto la Procuraduría General de la República, y la entonces Procuraduría General de Justicia del estado de Guerrero, nos dieron a los periodistas que presionábamos para el esclarecimiento del asesinato de Amado Ramírez, chivos expiatorios: Genaro Vázquez Durán, y Leonel Bustos Muñoz, el primero aún preso, el segundo en libertad.