“Como que los ejecutores al tirar los cadáveres en plena vía pública quieren dejar el mensaje a los despistados que sus territorios están aquí”, dijo una fuente policial respecto a las siete personas asesinadas y arrojadas en diferentes puntos de la ciudad, cuatro de ellas a un costado del fraccionamiento Privanzas.
La misma fuente extraoficial aseguró que sobre el cadáver de la persona tirada en el Libramiento Dos y avenida Delfines del fraccionamiento Francisco Alarcón, había un narcomensaje, cuyo contenido no fue especificado, con dedicatoria a Ismael el Mayo Zambada, Joaquín el Chapo Guzmán y Dámaso López.
Sin embargo, ninguna fuente oficial ha confirmado ni desmentido dicha versión.
La embestida del crimen organizado forzó al Gabinete de Seguridad, presidido por el gobernador del estado, Mario López Valdez, a reunirse de emergencia para enfrentar las células de grupos delictivos que operan en Mazatlán.
“Nuevas estrategias”
Tuvieron que pasar ocho meses —desde el 1 de enero de 2016— y correr mucha sangre, para que las autoridades municipales estatales y federales, en una “nueva” estrategia, reconocieran sin tapujos que en la zona sur de la entidad se libra una lucha de cárteles de la droga por el control de las regiones.
“Se definieron nuevas estrategias para hacer frente al brote de inseguridad que se ha registrado particularmente en la zona sur de la entidad”, informó el Gobierno del Estado en un boletín.
Ante las balaceras de inicio de año, en la que caían muertos pistoleros de los grupos delictivos, la respuesta institucional era que se estaban matando entre ellos mismos.
El lunes 22, tras una semana violenta que había arrojado 14 personas asesinadas en Mazatlán, el alcalde Carlos Felton González utilizó una expresión en diminutivo (“un poquito”) para reconocer los hechos sangrientos.
“Se desbordó un poquito la violencia”, dijo el primer munícipe quien desde el 2 de enero, con el comando armado que tomó por asalto a la sindicatura de El Quelite, al iniciar el año, había negado la balacera y asegurado que habían sido “cohetones” conocidos como “garras de tigre”.
El martes 23, en las instalaciones de la Tercera Región Militar, comandada por el general de División Alfonso Duarte Mújica, se reunió el Gabinete de Seguridad encabezado por el gobernador Mario López Valdez.
A la reunión acudieron el general de Brigada, Rogelio Terán Contreras, comandante de la Novena Zona Militar; el vicealmirante Mario Limas López, comandante de la Cuarta Zona Naval Militar; y el secretario general de Gobierno, Gerardo Vargas Landeros.
Asimismo, participaron Genaro García Castro, secretario de Seguridad Pública; Marco Antonio Higuera Gómez, procurador General de Justicia del Estado; y Jesús Antonio Aguilar Iñiguez, conocido como Chuy Toño, director de la Policía Ministerial del Estado.
La “espulgada”
Cabe recordar que la semana antepasada, el gobernador Mario López había enviado a Chuy Toño a “espulgar y limpiar” Mazatlán, pero las policías estatales fueron acusadas por los pobladores de la sindicatura de El Habal de cometer robos y agresiones al irrumpir sin órdenes de cateos a las viviendas.
Cuando las autoridades estatales y federales que integran el Gabinete de Seguridad estaban reunidas para replantear “nuevas” estrategias de seguridad, en los corrillos policiales trascendió que cinco personas habían sido privadas de su libertad, en la calle Libertad, ubicada frente al Instituto Mexicano del Seguro Social.
A diferencia de las siete personas encontradas muertas en diferentes vialidades del puerto, de las que fueron privadas de su libertad el martes 23, se desconoce su paradero.
El domingo 21 de agosto, aproximadamente a las 5:00 horas, los vecinos, transeúntes y automovilistas de la avenida Bicentenario, en la colonia Francisco Villa, sin necesidad de espulgar vieron la “pila” de cadáveres.
“Por más distraídos que anduviéramos, cómo no íbamos a verlos, si había cuatro personas asesinadas, apiladas, una encima de otra”, dijeron los entrevistados.
Lo mismo ocurrió en el Libramiento Dos, esquina con avenida Delfines, en el fraccionamiento Francisco Alarcón, ubicado a la salida norte del puerto, donde fue arrojado un cadáver a 20 metros de la Escuela Primaria Luis Donaldo Colosio.
Se trataba de Jonathan, de 19 años, con domicilio en la calle Lirio, de la colonia Ricardo Flores Magón, ubicada a la salida sur de la ciudad.
Jesús Antonio Sánchez Solís, subprocurador Regional de Justicia en la Zona Sur, dijo que de los siete ejecutados la madrugada del domingo 21, entre los que se encontraba un menor de edad, cinco de ellos ya fueron identificados.
Los asesinados son Noel Yaser Granados, de 16 años, con domicilio en el fraccionamiento Infonavit Playas; Marco Francisco Nava y Jesús Martín Bojórquez, de 29 y 33 años, respectivamente, vecinos de la colonia Francisco Villa.
Mientras que la cuarta víctima encontrada junto al fraccionamiento Privanzas, como la hallada en Real del Valle no ha sido identificada. La persona asesinada en la colonia 20 de Noviembre fue identificada como Juan José Cárdenas, de 18 años, vecino de la colonia Ramón F. Iturbe.
Recuadro…
Estrategias fallidas
Los anuncios de “reforzamiento” y “nuevas estrategias” de seguridad, hechos por el Gabinete de Seguridad, en febrero y agosto, respectivamente, no han inhibido sustancialmente la violencia en Mazatlán y el sur de Sinaloa.
Febrero. Luego de haberse reunido el Gabinete de Seguridad, las AK-47, respondieron en la sindicatura de Cacalotán, Rosario, dejando heridos a tres adultos y a una niña, y tirados los cadáveres de dos hombres en el kilómetro 281 de la carretera México-Nogales 15, entre los ejidos de Caleritas y El Aguaje de Hidalgo, al sur de la sindicatura de Villa Unión, Mazatlán.
Agosto. El Gabinete de Seguridad deliberaba sobre las “nuevas estrategias”, cuando cinco personas fueron privadas de su libertad en la calle Libertad. “Ya la gente ni denuncia los ‘levantones’ y pues nomás estamos esperando por dónde aparecen… como los de la madrugada del domingo 21”, dijo uno de los policías.