Esta tarde el cielo de la comunidad de El Diez se iluminó en el funeral de Francisco Javier Zazueta Rosales, alias Pancho Chimal, pues decenas de personas que acompañaban el cortejo fúnebre dispararon cientos de tiros al aire como parte de una tradición de los ‘narcos’, quienes realizan está peligrosa acción para dejar en claro su poder de fuego y su sed de venganza.
Pancho Chimal fue abatido el pasado viernes por elementos de las Armada de México tras un enfrentamiento en el poblado de San Cayetano, Tepuche, en el municipio de Culiacán.
El cortejo fúnebre de Zazueta Rosales se integró con más de 200 personas que lo escoltaron a su última morada; las ráfagas de fusiles y pistolas de distintos calibres retumbaban al mismo tiempo que la banda tocaba los corridos famosos del mafioso.
Pancho Chimal era reconocido como uno de los hombres de mayor confianza para Joaquín El Chapo Guzmán, quién le había encargado la seguridad de sus hijos.
El velorio y la peregrinación al panteón no fueron resguardos por ninguna autoridad federal, ni local.
Los restos del capo, identificado como líder de la célula criminal denominada Los Chimales, fueron velados en una funeraria local de Culiacán donde fueron contratadas dos salas VIP y desfilaron cientos de enormes arreglos florales de más de 30 mil pesos.
En una corona con decenas de flores de todos los estilos se pudo leer la leyenda "De su plebada Los Chimalis".
Posteriormente, el cuerpo de Pancho Chimal fue trasladado al poblado de El Diez al sur de Culiacán de donde era originario.
Caballos bailadores, botellas de whisky y pancartas con la leyenda "Al 100 con EL CHIMAL" entre otras, adornaban el cortejo fúnebre.
La ceremonia religiosa se realizó en el panteón Jardines del Humaya, donde ahora descansan los restos de quien en vida orquestara la emboscada a militares en la que cinco elementos de la Sedena perdieron la vida.