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Esto fue lo que pasó en México cuando un hijo de 'El Chapo' fue ejecutado

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El secuestro de Jesús Alfredo Guzmán Salazar, hijo del capo más conocido en México y fundador del Cártel de Sinaloa, Joaquín 'El Chapo' Guzmán, y cinco personas más, ocurrido el pasado lunes 15 de agosto ha encendido dos luces de alerta en país: una entre las autoridades y otra en la población civil, que se pregunta si viene un tsunami de violencia a partir del multisecuestro.

Para acercarse a una respuesta, se buscaron las consecuencias que sufrieron los mexicanos cuando un hijo de 'El Chapo' fue atacado por un grupo rival: fue el jueves 8 de mayo de 2008, cuando pistoleros de un cártel rival del de Sinaloa, los Beltrán Leyva, asesinaron a Édgar Guzmán López con bazucas y 500 disparos del rifle AK-47 en pleno centro de Culiacán, Sinaloa, ciudad a 650 kilómetros de Puerto Vallarta, Jalisco, donde ocho años después pistoleros del Cártel Jalisco Nueva Generación raptaron a otro hijo del sinaloense.

La periodista Magali Tercero, autora del libro Cuando llegaron los bárbaros, recuerda así las primeras reacciones de la sociedad sinaloense: "Lo más terrible ocurrió en 2008 (...) Nadie olvida el desierto que era Culiacán el 10 de mayo porque el miedo impidió celebrar el Día de las Madres con la tambora a toda marcha".

Después del pasmo, arribó la violencia, tal y como lo describió el escritor Guillermo Valdés en su libro Historia del narcotráfico en México: "A partir del segundo trimestre de 2008, la violencia en Sinaloa y otros estados donde operaban ambas organizaciones, estalló con fuerza".

Unas horas después del homicidio de Édgar Guzmán, Sinaloa amaneció con los cuerpos de siete personas ultimadas con armas de fuego en el municipio de Navolato. Una de las víctimas era un agente de tránsito de Culiacán, informó el corresponsal Javier Valdez para el diario La Jornada.

La respuesta oficial llegó el 13 de mayo, cuando el titular de la Secretaría de la Defensa Nacional, el general Guillermo Galván, anunció un nuevo operativo contra la delincuencia con 2.000 soldados que vigilarían la capital de Sinaloa y una advertencia a los cárteles: "debe quedar claro que este es el comienzo y, si fuera necesario, vendrán más tropas".

Pero menos de un día después, los cárteles mostraron su fuerza y desataron una balacera que dejó 300 casquillos de armas largas en la ciudad de Guamúchil, a tres calles de una base de la policía ministerial. Ningún militar impidió que ocho personas fueron asesinadas, entre ellas tres niños que quedaron en el fuego cruzado.

'A partir del segundo trimestre de 2008, la violencia en Sinaloa y otros estados donde operaban ambas organizaciones, estalló con fuerza'.

En las semanas siguientes, hubo amenazas de bombas, casas baleadas en el fraccionamiento Rincón de Humaya en la ciudad de Culiacán, un alza en los homicidios denunciados y el crecimiento de hallazgos de cadáveres que no fueron reportados a las autoridades. Para julio de ese año, la cifra de policías asesinados en llegó a 64 policías, según la periodista Andrea Becerril.

La violencia en Sinaloa impactó al país en el conteo de ejecuciones durante la guerra contra los cárteles: el 23 de junio de 2008, México rompió el récord de más asesinatos en un sólo día con 38 cadáveres en los anfiteatros de los estados.

Para agosto, la sociedad civil se hartó de estar en medio de las balas y, convocados por la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación, cientos de sinaloenses salieron a las calles el 31 de aquel mes para clamar por seguridad. De poco sirvió: el 12 de septiembre, un grupo de 20 hombres encapuchados secuestraron a seis personas que asistían al funeral de dos hombres asesinados dentro del penal de Culiacán, uno de ellos ligado al Cártel de Sinaloa, según información de El Universal.

"Los enfrentamientos arreciaron a partir de ese año y hasta la actualidad", escribió el investigador Silvestre Flores Gamboa en 2012. "Sin embargo, 2008 y 2009 fueron de los más sangrientos en cuanto a la diversidad de manifestaciones de violencia desarrolladas".

De ese modo, Sinaloa supo el poder de la ola expansiva que se desata cuando se asesina al hijo de 'El Chapo': durante abril de 2008 se registraron 99 asesinatos, y durante diciembre de ese mismo año, se contaron 239, según datos oficiales.

Aquel año, el estado vio crecer a sus muertos en 141 por ciento en ocho meses. Así se supo del entonces poder vengativo del Cártel de Sinaloa y de su líder, 'El Chapo'.

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