Todos los jueves jugaba con mi compadre al dominó. A veces nos veíamos en los mariscos que estaban cerca de uno de sus cantones, pero esa vez nos vimos en una florería que el bato tenía en una zona más o menos fresona.
Toda la bola de cabrones que nos juntábamos acostumbrábamos ponernos hasta el culo. Y aún así, la neta, estaba curada; o sea: agarrábamos cotorreo leve, que un güey contaba chistes, que ji-ji-jí, que ja-ja-já, que a toda madre. Nadie la hacía de pedo. La bronca era, al menos para mí, que siempre era un pinche pleito con mi ruca: siempre me hacía un pancho porque ya sabía que los que nos juntábamos éramos una bola de borrachos.
Cada que que me iba al dominó era un pedote, que Ya te vas a poner hasta el culo, que Ya te vas a juntar con esos cabrones, que Si no regresas temprano te corto los huevos. Mi ruca amenazaba hasta a mi escolta, que me trajera temprano, que si no, ella se ocuparía de cortarle los huevos a él. Pinche vieja loca. El caso es que después de tanto regaño, ese día decidí retachar temprano al cantón para que no hubiera pedos en la casa. Mire, Compadre, mi ruca me la está haciendo de pedo muy cabrón, tengo que regresarme porque si no, la neta que me divorcian. Pinche mandilón, me dijo, que Cómo te vas a ir así, que Ahorita me acaba de hablar el Cholito, que va a caer. Ese güey, el Cholito, nunca iba al dominó.
El Compadre me dijo que el bato quería que todos estuviéramos ahí, que dizque quería consultarnos un asunto y, de paso, apostarnos una feria en el dominó. Me sorprendió cabrón: se rumoraba que el bato, después de que el ejército se había llevado al Jefe, dizque había hecho tratos con los Contras.
Pinches rumores, pues, que uno escucha y sabe que son habladurías. Pues Compadre, le dije, la neta que sí quisiera saludar al Cholito, pero neta que si no me voy mi vieja me castra. Oh qué la chingada, el bato emputado, pues a chingar a su madre. Me fui. Llegué a mi cantón temprano y, aún así, mi vieja me la hizo de pedo. Esa noche levantaron a mi Compadre y a toda esa bola de cabronas. No los volví a ver.”