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Homicidios, privaciones y secuestros a la alza, en Tijuana

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Los homicidios en Tijuana siguen su repunte, contabilizándose 635 al cierre del mes de septiembre en lo que va del 2016, lo que representa un incremento del 28 por ciento respecto al mismo momento de 2015, en que se registraban 497. 

En el comparativo entre enero a septiembre de 2015 y 2016, otras conductas delictivas que presentan un aumento en incidencia son los secuestros con un 38 por ciento de incremento (11 contra 8), así como el robo de vehículo con 24 por ciento (de 4 mil 359 a 5 mil 413) y el robo a comercio con 5 por ciento (de mil 589 a mil 664), según datos obtenidos por el Consejo Ciudadano de Seguridad Pública. 

Además, septiembre es el mes con más denuncias por el delito de privación ilegal de la libertad, con 38 presentadas. En el año suman 181. Dicho informe mensual también señala disminuciones en la incidencia del robo a casa habitación (15 por ciento) y robo con violencia (10 por ciento). 

La incidencia total de delitos para Tijuana durante septiembre es de 3 mil 436 hechos. Según datos de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado (SSPE), la Zona Centro fue la colonia con mayor incidencia delictiva en la ciudad durante septiembre, con 107 ilícitos registrados. 

A esta colonia le siguen La Mesa con 37, Zona Urbana Rio Tijuana con 33, Camino Verde y Mariano Matamoros Centro con 29 cada uno. La Zona Norte ocupa el primer lugar en homicidios con 7, siguiéndole Camino Verde con 6 y Niños Héroes con 4.

Tijuana; SEIDO indaga ejecución del “Gross”

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Después de varios días de rumores sobre la presunta ejecución del narcotraficante Arturo Giovanni Gómez Herrera “El Gross” en la ciudad de Guadalajara, personal de la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (SEIDO) habría confirmado la identidad del hombre asesinado la semana anterior en una peluquería. 

Este día, los agentes dependientes de la Procuraduría General de la República estuvieron en las instalaciones del Servicio Médico Forense para realizar las investigaciones del caso, que partieron de rumores  emanados del “bajo mundo” en esta frontera. 

Arturo Gómez Herrera, “El Gross” Aunque el cadáver del “Gross” ya no se encuentra en la morgue, pues fue entregado a sus familiares, los federales constataron en los registros del Semefo que el occiso contaba con múltiples tatuajes en todo el cuerpo, de los cuales destacaban un beso en el hombro derecho, el número 664 y el rostro de una niña. 

Sin embargo,  aún están pendientes de confirmar huellas dactilares y registros que se tenían del narcotraficante en la base de datos de la SEIDO. 

Por su parte, la Fiscalía General de Jalisco se ha mostrado hermética para informar sobre la identidad de la persona que fue victimada de cinco balazos la noche del jueves 29 de octubre en una barbería ubicada en el cruce de la Calzada Independencia y la avenida Sierra Madre, en la colonia Independencia, de Guadalajara. 

De acuerdo con los datos recabados en el lugar, casi a las nueve de la noche de esa fecha, el peluquero cortaba el cabello a un hombre de aproximadamente 30 años de edad, cuando de repente arribaron al lugar dos sujetos, uno de los cuales ingresó al local y disparó la carga de un arma tipo escuadra calibre nueve milímetros. 

Mientras la persona baleada se desplomaba hacia el suelo con todo y silla, los sicarios abordaron una motocicleta y a dos cuadras de distancia abandonaron el vehículo para continuar su huida por otros medios. 

El cadáver del varón quedó tendido entre el ingreso al negocio y la banqueta. La noticia trascendió cerca de las 10 de la noche, pero sólo un par de medios impresos y las televisoras locales publicaron –al día siguiente- los hechos, en los que se informaba del homicidio de un desconocido, que se hallaba solo y no portaba ningún arma. Pasó como uno más de los varios crímenes que se registraron esa semana en la zona metropolitana de Guadalajara. 

Hasta el momento, las autoridades no han proporcionado datos de la persona que identificó el cuerpo ni cuál fue su destino luego de la entrega.  

Cártel de Sinaloa, más violento y con mismo apellido

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Aureliano Guzmán, alías 'El Guano' es la nueva cabeza del Cártel de Sinaloa

El Cártel de Sinaloa tiene nuevo rostro; más violento y con el mismo apellido. Le dicen 'El Guano' y se llama Aureliano, quien desde la recaptura de su hermano Joaquín 'El Chapo' Guzmán, controla el cártel. Fuentes del gabinete de seguridad informaron a EL UNIVERSAL que Aureliano ha desplazado a los hijos de 'El Chapo', Iván y Alfredo Guzmán Salazar, quienes se perfilaban como herederos.

Nacido en 1957, 'El Guano' siempre estuvo a la sombra de 'El Chapo': se encargaba de las plazas dentro de Sinaloa; el 8 de enero de 2016 cuando fue recapturado Joaquín, subió a la cima de la organización. Según la información, Aureliano no tiene relación con Ismael 'El Mayo' Zambada, lo que ha originado violencia y disputas al interior de la organización, considerada una empresa por su estructura.

Durante el ataque cinco militares murieron.

Aureliano habría iniciado con mantener el poder —aún bajo las órdenes de 'El Chapo'— de La Tuna, La Palma, El Nogalito, entre otras localidades de Badiraguato; hoy es la cabeza del Cártel de Sinaloa. A partir de la emboscada al convoy militar en Culiacán el 30 de septiembre en la que cinco soldados murieron, autoridades confirmaron la información de que 'El Guano' había desplazado a los hijos de Joaquín Guzmán.

La ola de violencia por la lucha al interior del cártel se ha expandido a nivel mundial pues, por un lado Iván y Alfredo buscan el liderazgo que por herencia les pertenece, pero también Alfredo Beltrán, 'El Mochomito', sobrino de 'El Chapo' e hijo de Alfredo Beltrán, 'El Mochomo', trata de tomar el control.

Hasta el momento no han podido identificar si 'El Guano' mantiene alguna alianza con otras organizaciones criminales o incluso con los propios enemigos de 'El Chapo' como Fausto Isidro Meza Flores, 'El Chapito' Isidro, que encabeza lo que queda del grupo de Los Beltrán Leyva con su grupo de los 'Mazaltecos' que tiene presencia también en Baja California Sur.

El Chapo Guzmán cuando fue detenido. 

Dámaso López Serrano, 'El Mini Lic', es otro de los que aún no han identificado si continúa con los hijos de Guzmán Loera, pues aunque es ahijado de 'El Chapo', aún no se descifra los reacomodamientos al interior tras la recaptura de Guzmán Loera que permanece recluido en el penal de Ciudad Juárez.

Las autoridades identifican a 'El Guano' como uno de los hombres más violentos dentro del Cártel de Sinaloa, y aunque siempre se manejó con un bajo perfil, es uno a los que responsabilizan de la violencia. En diciembre de 2015, Aureliano libró su captura por parte de las fuerzas armadas luego de haber sido identificado.

El cártel es uno de los principales proveedores de droga en América, Europa, Asia, África y Australia; y junto con el Cártel Jalisco Nueva Generación.

MILITARES NO QUISIERON EL APOYO DE LOS POLICÍAS ; “Nos pidieron que nos retiráramos, que los dejáramos trabajar”

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Culiacán, Sin.-Luego de la polémica que generó la investigación de la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (SIEDO) debido a que las corporaciones locales presuntamente no prestaron apoyo a los militares emboscados el 30 de septiembre, testimonios de agentes de la Policía Municipal señalan que la madrugada del domingo pasado los soldados pidieron a los policías retirarse.

De acuerdo el testimonio de un policía, fue cerca de las 03:30 horas cuando se dio el reporte del enfrentamiento en la colonia Miguel Hidalgo, cuyo saldo fue de tres integrantes de Los Ántrax abatidos, tres más heridos que permanecen bajo custodia y tres más arrestados que resultaron ilesos.

A esa hora uno de los policías circulaban en una patrulla cerca de donde se empezaron a escuchar detonaciones de arma de fuego, por lo que pidió apoyo a sus compañeros vía radio, pero se les pidió que se agruparan a la altura de la avenida Revolución, a esperar a uno de los supervisores.

Una vez que arribó el supervisor, acudieron en apoyo a los soldados, pero estos se encontraban ya atendiendo a los Ántrax heridos, entre ellos José Carlos López Alanís, El Cali, jefe del grupo criminal.

“Nos pidieron que nos retiráramos, que los dejáramos trabajar”, comentó. Los soldados se portaron bien, solo que pidieron que se replegaran a las orillas. Más tarde el resto de las corporaciones llegaría nada más para cubrir los flancos, en tanto que los heridos y detenidos eran trasladados custodiados por el Ejército.

A los agentes que más tarde se acercaron para pedir los datos, no se les permitió estar armados dentro del perímetro donde ocurrieron los hechos, según comentó el policía.

La Sedena y la PGR pusieron bajo sospecha a las corporaciones policiacas debido a que, según los datos, no acudieron pronto a prestar apoyo a los soldados que fueron atacados la madrugada del 30 de septiembre pasado por células vinculadas con la facción de Joaquín Guzmán Loera y sus hijos.

Desde entonces, la desconfianza interinstitucional se ha hecho ver con revisiones en comandantes y con el sigilo de las autoridades federales.

Así lucen las tumbas de los gruperos famosos en Sinaloa Valentín Elizalde, Ariel Camacho, El Chalino Sánchez son algunos

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Este Día de Muertos, recordamos a los cantantes y músicos que hoy descansan en paz en algunos panteones de Sinaloa.

Algunas tumbas son sencillas, otras un poco más producidas, lo que si es una realidad, es que este 2 de noviembre algunos fans visitan los mausoleos para llevarles alguna veladora o flores.

A continuación te presentamos los lugares donde descansan los restos de algunos artistas como Chalino Sánchez, Ariel Camacho, Valentín Elizalde, entre otros.

ROSALINO SÁNCHEZ FÉLIX "CHALINO SÁNCHEZ"

El 16 de mayo de 1992, el cantante era transportado en una camioneta Suburban por las calles de Culiacán. La camioneta donde venía fue interceptada por personas vestidas de policías federales. Aproximadamente a las 6:00 de la mañana siguiente, el cuerpo de Chalino fue descubierto al lado de una carretera con dos heridas de bala en la parte posterior de la cabeza.

Sus restos están enterrados en El Panteón Los Vasitos, en la Sindicatura de Las Tapias en Culiacán, Sinaloa.

VALETÍN ELIZALDE

El también conocido como “El Gallo de Oro”, fue asesinado por un comando cuando salía de una presentación en el Palenque en la Expo-Feria en Reynosa, Tamaulipas, la madrugada del 25 de noviembre de 2006.

La tumba de Valentín está ubicada en el panteón de Guasave.

ARIEL CAMACHO


Camacho y otras dos personas murieron en un accidente automovilístico en la carretera de Angostura, Sinaloa el pasado 25 de febrero de 2015.

Los restos del líder de la banda Los Plebes del Rancho se encuentran en el panteón de Alhuey en Angostura.

LUIS FERNANDO MUÑOZ


El clarinetista de Los Recoditos falleció luego de que el automóvil en el que viajaba se impactara con una camioneta en una transitada carretera del estado de Sinaloa en el año 2014.

Está sepultado en el panteón de Villa Benito Juárez, Salvador Alvarado.

CARLOS SOTO BELTRÁN "EL JOKOKY"


El músico de la Banda El Recodo, falleció a la edad de 40 años la mañana del 15 de octubre de 2014, tras perder la batalla contra el cáncer que le fue detectado durante el mes de febrero del mismo año.

Hoy descansa en paz en el panteón 21 de marzo en Culiacán.

ROBERTO Y RODOLFO GÓMEZ MÚSICOS DE GRUPO CÁRTEL Y 2CERO5
RESPECTIVAMENTE

El ex-integrante del grupo Cártel y productor del conjunto 2cero5 falleció la madrugada del 16 de marzo de 2012 mientras recibía atención médica en una clínica particular, a donde fue llevado por sus familiares después de que fue atacado a balazos junto con su hermano Rodolfo quien murió un día después.

Aquí están sus cosas, nada más me hacen el paro: Surge versión del 'vigilante' de la México-Toluca

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Un hombre se levantó de la parte trasera del vehículo y comenzó a disparar contra los presuntos asaltantes con su arma 9 milímetros.

México.- El pasado 31 de octubre los cadáveres de cuatro personas fueron encontrados en el kilómetro 38 de la carretera federal México-Toluca. El caso ha despertado interés para usuarios de redes sociales por la presencia de un presunto "vigilante" que habría hecho "justicia" por propia mano.

Un video publicado en YouTube cuenta la supuesta versión de los otros pasajeros a bordo del autobús que cubría la ruta San Mateo Atenco - Ciudad de México.

De acuerdo con el video, cuando los sujetos se disponían a bajar del autobús, tras despojar de sus pertenencias a los pasajeros, un sujeto se levantó de la parte trasera del vehículo y comenzó a disparar dentro del autobús con un arma tipo 9 milímetros.

Los presuntos asaltantes ordenaron al chofer detenerse y tras la balacera se abrieron las puertas de la unidad cayendo lesionados, por lo que el pasajero armado remató los remató.

Posteriormente, recogió algunos morrales en los que habían dinero, carteras, teléfonos celulares y demás objetos del botín.

“Ahí están sus cosas, recoja cada quien sus pertenencias. Nada más me hacen el paro”, dijo el hombre, que metros más adelante, descendió y escapó.

Las autoridades mexiquenses tienen como prioridad encontrar y detener al sujeto que disparó en contra de cuatro presuntos asaltantes del transporte público y abandonó sus cadáveres sobre la carretera México-Toluca.

El secretario General de Gobierno del Estado de México, José Manzur Quiroga, indicó que el vigilante perpetró un delito grave, razón por la cual la Procuraduría General de Justicia del Estado de México tiene la instrucción de localizarlo.

Hasta el momento ningún pasajero del autobús se ha presentando a presentar una denuncia por los delitos de robo u homicidio. 

Moreno Valle y Javier Duarte se entrevistaron con el Chapo Guzmán

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La inminente extradición del narcotraficante mexicano Joaquín "El Chapo" Guzmán Loera a Estados Unidos representa para ese gobierno la oportunidad de tener acceso a información sobre el tráfico de drogas y los nombres de algunos de los involucrados en al menos 54 países.

Información del gobierno de Estados Unidos divulgada hace dos años reveló que el Cártel de Sinaloa, liderado por Guzmán Loera, tenía operaciones en 24 de los 31 estados mexicanos, en aproximadamente 200 ciudades latinoamericanas y 54 países.

Analistas consultados por Infobae aseguran que "El Chapo" optaría por dar, en primer lugar, nombres de funcionarios municipales, y conforme avance el proceso judicial y la oferta de conmutación de penas, vendría la data de políticos y empresarios de más alto rango.

En México, después de tres arrestos y dos fugas de penales de alta seguridad, Guzmán Loera se ha negado a revelar los nombres de altos funcionarios y empresarios que pudieran colaborar o recibir sobornos de su organización, sin embargo, en caso de ser extraditado, esa información será su activo más valioso para reducir su condena o tener acceso a privilegios en prisión.

"Estados Unidos tiene la mejor red de informantes en el mundo y 'El Chapo' un eslabón muy valioso en esa red", afirma Eduardo Guerrero, experto en temas de seguridad de Lantia Consultores, un think tank mexicano.

Algunos nombres de altos funcionarios que, presuntamente, tuvieron algún tipo de contacto con el capo empezaron a surgir desde el año pasado, cuando se dio a conocer que en junio de 2011, mientras se encontraba prófugo, "El Chapo" se habría reunido con 20 gobernadores en el hotel Pueblo Bonio Emerald Bay, en Sinaloa, su estado natal.

Información publicada por el periodista estadounidense Wayne Madsen en el sitio Infowars.com y divulgada por el semanario mexicano Proceso, uno de los medios más prestigiosos de México, destaca que entre los asistentes se encontraban los gobernadores de Sinaloa, Mario López Valdéz; el gobernador de Querétaro y actual Ministro de Agricultura, José Eduardo Calzada Rovirasa; de Guerrero, Ángel Aguirre Rivero –quien tuvo que dejar el cargo en 2014 tras el escándalo de los 43 normalistas desaparecidos de Ayotzinapa-; Rodrigo Medina, entonces gobernador de Nuevo León –actualmente bajo proceso judicial por presunta corrupción-; Guillermo Padrés Elías, quien recién terminó su periodo en Sonora, acusado de presunta corrupción, y sobre quien pesa una orden de captura de la Interpol; Javier Duarte de Ochoa, de Veracruz, actualmente también prófugo de la justicia, y Rafael Moreno Valle, de Puebla, aspirante a la candidatura presidencia de 2018, por mencionar algunos.

La mayoría negó en su momento la información, sin embargo, ninguno emprendió acciones legales en contra del reportero o del medio informativo.

Sin embargo, a juicio de Guerrero, el narcotraficante sería muy cuidadoso al proporcionar información tanto sobre la estructura y operaciones de su cártel como de los funcionarios que han colaborado con él, sobre todo los de las más altas esferas.

"Es un hombre respetuoso de los códigos de honorabilidad, va a soltar poco, pero muy valioso. Tiene muy buena información y puede acabar con la reputación de muchos empresarios y políticos, va a ser muy selectivo porque si empieza a soltar nombres sin sustento no va a ser valioso para el gobierno de Estados Unidos y eso le va a quitar privilegios", agrega Guerrero.

Alejandro Hope, un reconocido analista mexicano en temas de seguridad, tiene una visión distinta: opina que el riesgo mayor de la extradición se corre al interior del cártel porque dependiendo del acuerdo al que pudiera llegar con EEUU empezaría a surgir información desconocida sobre Ismael "El Mayo" Zambada, otro de los líderes, y la pieza más importante de la organización, ahora que "El Chapo" está en prisión.

MÁS NOMBRES

El alcance que puede tener el capo lo demostró el expresidente de Guatemala, Otto Pérez Molina, quien en una audiencia judicial confesó que en 1993 había rechazado un soborno de 800.000 dólares para dejarlo escapar.

Apenas en abril de este año, fuerzas policíacas de Estados Unidos y Colombia ejecutaron la llamada "Operación Neymar"–ya que los sospechosos usaban el nombre del astro brasileño del fútbol- cuyo esquema de operaciones alcanzaba a 17 países (Colombia, México, Guatemala, Venezuela, Estados Unidos, Canadá, España, Holanda, Gran Bretaña, China y Australia).

El principal operador de esta red sería Juan Manuel Álvarez Inzunza "El Rey Midas", a quien se señala como el principal lavador de dinero de "El Chapo". El presunto capo fue detenido en México y sobre su cabeza también pesa un pedido de extradición.

Guzmán Loera podría dar información que facilitara su envío a EEUU. El "Rey Midas" lavó, presuntamente, entre 300 y 400 millones de dólares al año durante casi una década.

El gobierno de Estados Unidos también buscaría información de los colombianos Iván Alfredo Castro Santana –ya detenido en su país- e Iván Andrés Lizarazo Mendoza, ambos sospechosos de ser enlaces del cártel de Sinaloa en Cali.

Hope afirma que en el caso de Estados Unidos ya hay procesos en contra de agentes de la Patrulla Fronteriza por vínculos con el Cártel del Sinaloa –incluso el año pasado, un testigo protegido reveló que este cuerpo policial vendió a la organización al menos 30 rifles WASR-10, una variante del AK-47- sin embargo, "no sabemos la naturaleza de las revelaciones que vaya a hacer Guzmán Loera".

LOS OJOS SOBRE MÉXICO

Hope y Guerrero concluyen que México está obligado a entregar al capo a Estados Unidos, principalmente para quitarse el peso de una posible tercera fuga.

Para los dos países es un "tesoro de información", pero para México, sería menos costoso pagar el precio de las revelaciones de "El Chapo" que el enfrentarse a las críticas por una nueva fuga.

Cuando Guzmán Loera fue recapturado, el 8 de enero de este año, fue internado en la Cárcel de Alta Seguridad del Altiplano, en el Estado de México (contiguo a la Ciudad de México), el mismo del que se había fugado unos meses atrás a través de un túnel que conectaba a su celda con la calle. Tres meses después fue trasladado a una prisión en Ciudad Juárez, Chihuahua, en la frontera con Estados Unidos, según Guerrero, luego de haberse detectado señales de un nuevo intento de fuga.

CARTEL del GOLFO ASALTA TRANSPORTISTAS en REYNOSA

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En tanto el incipiente Gobierno Panista de Tamaulipas que preside Francisco Javier Garcia Cabeza de Vaca intenta "aterrizar' el gobierno de la "Inmediatez y Contundencia" prometidas,la criminalidad continúa en auge en todas las variables del delito en la entidad que francamente no "avizora" cambio alguno pues la extorsión,el robo y el asalto siguen bajo el  expolio criminal del Cártel del Golfo y Zetas que amagan a ciudadanos y ponen en riesgo la actividad productiva y comercial.

Así se advierte del llamado de auxilio de Comerciantes de Matamoros que denunciaron que camiones procedentes de Nuevo León, que surten a los mercados abarroteros de Reynosa y Matamoros, son asaltados en la carretera Monterrey-Reynosa, lo que ha provocado la escasez de algunos productos.

Lauro Peña García, directivo de la Unión de Comerciantes y Empresarios del Noreste (UCEN) en Matamoros, dijo que al menos se han registrado 10 asaltos carreteros en los últimos 10 días, y que algunas empresas han dejado de surtir sus productos por la inseguridad.

"Ahorita tenemos el problema, por ejemplo, de la empresa que nos surte manteca, que definitivamente dijo que ya no nos iba a surtir porque los han asaltado varias veces en los últimos 10 o 12 días", indicó.

Otras empresas ahora sólo realizan un viaje por semana, agregó, cuando regularmente lo hacían dos.

Señaló que los ladrones interceptan los camiones minutos después de que llegan a Reynosa y tras amagar al conductor se llevan la unidad.

"En ocasiones sólo se llevan la mercancía, pero últimamente ni eso logran rescatar las empresas", apuntó.

Peña García explicó que las unidades procedentes de Nuevo León surten mercancías de abarrotes como harinas, aceite, latería, pastas, café, entre otros, a comercios mayoristas de Reynosa y Matamoros.

“Vamos por ti y tu familia, se los va a cargar la verg@”

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“Vamos por ti y tu familia, se los va a cargar la verg@”, fue la primera amenaza que recibió Ilich Francisco Cuéllar, reportero del medio de comunicación Expreso de Ciudad Victoria, Tamaulipas. Situación que sucedió el sábado pasado.

Dentro del mensaje se aseguró que Ilich formaba parte de los informantes de un cártel de la delincuencia organizada, por lo que se le responsabilizó “de una ola de secuestros de empresarios en Ciudad Victoria”.

Las amenazas continuaron, puesto que ese mismo sábado, horas más tarde, Ilich se percató que su fotografía había sido circulada por redes sociales, principalmente en facebook, con un mensaje más, que nuevamente contenía una amenaza.

“Les vamos a romper toda su madre, empieza la cacería de brujas y mochadera de cabezas”, decía el texto, además también se mencionaba en tono amenazante al padre de Ilich, Francisco Cuéllar, director editorial del Expreso de Ciudad Victoria, y Rosa María Rodríguez, periodista y coordinadora de la Red Internacional de Periodistas con Visión de Género (RIPVG).

Derivado de estos hechos, el mismo fin de semana -pasado-, el reportero junto a su familia salieron de Tamaulipas, para protegerse ante cualquier hecho violento en su contra, que ponga en riesgo la de alguno de ellos.

En Tamaulipas existen poco más de 20 mil personas desplazadas de manera forzosa a causa de la violencia, hoy Ilich forma parte de ellas; el reportero dio a conocer en su cuenta de Facebook, “nunca he sido partícipe de actividades ilegales, ni yo, ni mi familia. No conozco a las personas con las que se me pretende relacionar. Siempre he sido una persona que ha estado del lado de la ley, del orden y de la paz”.

El reportero, recién concluyó su maestría en periodismo por la Escuela de Periodismo Carlos Septién, a su vez, también aseguró ser una persona tranquila, abierta y transparente, dedicada a su trabajo y sin hacer daño a nadie. El caso de periodista es una más de las vidas que se han visto quebrantadas por la pugna entre los grupos delincuenciales Los Zetas y el Cártel del Golfo.

La entidad se ha caracterizado, desde el inicio del sexenio de Felipe Calderón, por ser uno de los territorios con altos índices de violencia que han derivado en muerte, donde los más afectados son los ciudadanos y periodistas. Cabe resaltar que Tamaulipas ocupa el segundo lugar con la mayor tasa de secuestros en el país, de acuerdo con datos del Observatorio Ciudadano.

Sobre el tema, Artículo 19 asegura sobre Tamaulipas, que de 2000 a 2015 hubo 13 periodistas asesinados (11 hombres y 2 mujeres) en la entidad. Del 2003 al 2015, seis periodistas desaparecieron en suelo tamaulipeco (5 hombres y 1 mujer).

Además, de 2009 al 2015, se documentaron en el estado agresiones a 36 hombres, 7 mujeres y 20 a medios, dando un total de 63 muestras de violencia a la prensa.

Ante los hechos, donde los tres periodistas fueron amenazados y hostigados en menos de una semana, organizaciones y redes a favor de los derechos humanos y de la libertad de expresión dieron a conocer su respaldo a los periodistas Rosa María Rodríguez Quintanilla, Francisco Cuéllar Cardona e Ilich Francisco Cuéllar.

Por su parte, la Red Internacional de Periodistas con Visión de Género (RIPVG) encabezó el pronunciamiento para “exigir protección para los comunicadores tamaulipecos”. El contenido del documento, fue dirigido a Enrique Peña Nieto y de Francisco García Cabeza de Vaca.

Desaprobando que existan amenazas que aún con lo graves que pueden llega a ser no se investiguen o no tienen resultados certeros, como ejemplo, el sábado 29 de octubre, en Facebook, el usuario Miguel Villegas publicó una amenaza de muerte contra Ilich Francisco Cuéllar, su padre el periodista Francisco Cuéllar Cardona y su madre la comunicadora Rosa María Rodríguez Quintanilla.

Luego de la denuncia, el gobierno federal activó el Mecanismo para la protección de personas defensoras de derechos humanos y periodistas de la Secretaría de Gobernación (Segob). La Policía Federal (PF) y las autoridades militares de la región también tomaron conocimiento del caso.

Cabe señalar que el periodista Francisco Cuéllar Cardona labora desde hace 22 años en Grupo Editorial Expreso-La Razón. Durante dos décadas ocupó el cargo de director editorial en la capital del estado y recientemente fue nombrado director ejecutivo de las publicaciones editadas en Victoria, El Mante, Matamoros y Tampico.

Luego de las amenazas recibidas, Francisco Cuéllar publicó el texto “Una pausa” en su columna La Talacha en el periódico Expreso. Ahí mencionó “los mecanismos y protocolos ante amenazas como ésta, nos indican que primero está la seguridad de la familia y la propia y a ellos nos vamos a ajustar”.

Por su parte, Rodríguez Quintanilla, publicó en su cuenta de Facebook: “Desconocemos el origen y lo que intentan quienes están atrás de este acto perverso, pero se refieren a mi esposo como director del periódico Expreso y a mí como coordinadora de la Red de Periodistas”. También se dio a conocer que no solamente Ilich y esposa e hijos, sino también sus padres abandonaron Tamaulipas.

La problemática también fue denunciada por la Red Nacional de Periodistas (RNP), la Red Nacional de Organismos Civiles de Derechos Humanos “Todos los Derechos para Todas y Todos” (Red TDT) y Más de 131, quienes expresaron su solidaridad con los periodistas.

Además se unió a la desaprobación de los hechos, Acción Urgente para Defensores de Derechos Humanos, la Asociación Mundial de Radios Comunitarias México, la Casa del Migrante de Saltillo, la Casa de los Derechos de los Periodistas y Propuesta Cívica.

VIDEO: Persecución y balacera entre Marinos y Zetas en Tamaulipas

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Video de un enfrentamiento entre elementos de la Marina y presuntos sicarios de los Zetas en Tamaulipas, el video que comenzó a circular en redes sociales no especifica el lugar exacto ni la fecha exacta de cuándo fue la balacera pero se puede confirmar que fue en Tamaulipas y el video es reciente.

Tamaulipas.-El video comienza con es "Zeta wey" con los elementos de la Marina gritando y pidiendo que lancen granadas y los cuales viajan encubiertos en una camioneta de la policía municipal en lo que parece ser una persecución que termina con la balacera con los integrantes del cártel de los Zetas.

El vídeo parece haber sido filmado por una cámara corporal o una cámara de casco usado por los marines mexicanos durante una persecución a alta velocidad. El vehículo que los marines están usando es el que parece ser de la policía municipal con la que persiguen a los hombres armados, en la persecución 2 camionetas de marines participan en la operación y la balacera.

A medida que la persecución continúa, los infantes de marina en el vehículo le gritan a un transeúnte inocente para que se mueva fuera del camino "aguanta aguanta los pinches civiles están ahí" se gritaban mientras las tropas  se acercaban a sus enemigos y se preparaban para participar en el tiroteo.

"Granada Granada Granadaaaa," uno de los marines mexicanos grita. Otro marine responde, "aguanta aguanta espera, pinches civiles están ahí."

Segundos después el chirrido de las dos  camionetas y las tropas salen corriendo del vehículo mientras que otros buscan la cubierta en medio de un intenso tiroteo. Armas automáticas y armas de fuego semiautomáticas se oyen en el fondo y como la Marina parece permanecer en el interior del camión. Si bien es difícil ver sus acciones, el fuego sigue en aumento antes de que termine el vídeo.

Lamentablemente, este tipo de situaciones de disparos se han convertido en algo cotidiano en Tamaulipas, donde los carteles de la droga mexicanos como Los Zetas y el cártel del Golfo continúan operando.

Detención del Chapo, La verdad sobre el Montaje del Gobierno Federal

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A las 12:19 del viernes 8 de enero pasado, a través de su cuenta en Twitter, el presidente Enrique Peña Nieto informó: “Misión cumplida". Lo tenemos. Quiero informar a los mexicanos queJoaquín Guzmán Loera ha sido detenido”.

“El Chapo”, el mítico líder del Cártel de Sinaloa y el hasta ese día el hombre más buscado del mundo, fue aprehendido en Los Mochis, Sinaloa, seis meses después de su fuga del penal de máxima seguridad del Altiplano, en Almoloya, Estado de México.

Sin embargo, la cronología del Operativo Cisne Negro, de aquella mañana de viernes, implementado por la Marina-Armada de México y que terminó con el arresto del capo por la intervención de dos policías federales –a quienes según la versión oficial Guzmán Loera no pudo sobornar–, siguen arrojando dudas.

¿Qué hacía el capo en Los Mochis?
De acuerdo con las versiones de inteligencia, Joaquín Guzmán llegó a Los Mochis el miércoles 6 de enero vía aérea. Aterrizó en una pista para avionetas, aunque no se ha precisado cuál. Alrededor de las 23.00 horas y escoltado por su jefe de sicarios, Iván Gastélum, “El Cholo Iván”, el capo ingresó a la residencia ubicada en Boulevard Jiquilpan 1002 esquina con Río Quelite, en la colonia Scally.

La versión oficial ofrecida por la procuradora General de la República, Arely Gómez, en el hangar de la PGR la noche del mismo viernes apunta sólo a que el narcotraficante había manifestado sus intenciones de movilizarse a la zona urbana, aunque no detalló el motivo.

Otras versiones señalan que el capo se habría movilizado para ver a sus gemelas, que procreó con su actual pareja, Emma Coronel. Sin embargo, hasta ahora no se ha dado un parte oficial sobre las razones del capo para trasladarse a una plaza que históricamente ha sido dominada por el cartel rival, el de los hermanos Beltrán Leyva y donde actualmente manda Fausto Isidro Meza Flores, “El Chapo Isidro”, el rival más importante de Guzmán Loera.

¿Qué pasó con los sicarios del cinturón de seguridad de Guzmán Loera?  
La versión oficial sobre el Operativo Cisne Negro señala que los marinos entraron a la casa de seguridad de Guzmán Loera y se toparon con una resistencia de 12 hombres fuertemente armados, siete más de los que se había planeado que estarían cuidando al capo.

El resultado de la refriega entre sicarios y fuerzas federales fue de cinco gatilleros abatidos –fotos de los hombres muertos circularon por la web–.  Entre los muertos estaba Raymundo Gaxiola Gutiérrez, “El Elegante”, oriundo de Badiraguato y quien en los últimos meses había logrado hacerse de fama en el cártel. Incluso, algunas versiones apuntan a que el cantante de música regional Alfredo Ríos, “El Komander”, le compuso un corrido que lleva por título “El Elegante”.

En un primer comunicado emitido alrededor de las 08.00 horas, la Marina informó que en el lugar de los hechos seis personas fueron detenidas, cuatro hombres y dos mujeres –una de ellas la cocinera oficial de “El Chapo”–.

Entre los muertos y los detenidos, el número de sicarios encargados de la seguridad del capo ascendía sólo a nueve, no a 12 como se informó oficialmente. Incluso si se suma a este número al líder de los gatilleros, Iván Gstélum –de quien se informó en un primer momento que había logrado huir–, el anillo se seguridad del líder del Cártel de Sinaloa sería de 10 hombres.

Si en el operativo estaba contemplado que Guzmán Loera escapara por el drenaje ¿por qué no lo capturaron cuando salió del drenaje pluvial a 800 metros de distancia de la casa?
Los detalles de la Operación Cisne Negro indican que participaron 17 marinos que irrumpieron en la casa y otros 50 que custodiaron los alrededores, especialmente las alcantarillas, pues ya se había contemplado que el capo utilizara esta vía de escape, como lo hizo en Culiacán, en febrero de 2014.

El parte oficial indica que al percatarse del operativo Joaquín Guzmán entró a un túnel habilitado entre la casa y el drenaje pluvial de Los Mochis, que corre por debajo de Boulevard Jiquilpan. Los elementos castrenses, según dijo la Marina, se habían apostado en las alcantarillas para capturar al capo en cuanto saliera.

Sin embargo, en la operación sólo se previó que el capo saliera por alguna de las alcantarillas sobre Boulevard Jiquilpan, entre la casa y el desagüe del drenaje pluvial en la avenida Dren Juárez. Entre estos dos puntos hay 650 metros de distancia.

Guzmán Loera y “El Cholo Iván” optaron por recorrer el drenaje pluvial en sentido contrario al que se esperaba, hacia la esquina de Boulevard Antonio Rosales y salir por una alcantarilla a 850 metros de distancia de la casa de seguridad. En este tramo de Jiquilpan los marinos no se apostaron.

El operativo inició a las 04.40 de la madrugada en la casa de seguridad de Boulevard Jiquilpan esquina con Rio Quelite. El capo y su jefe de seguridad salieron alrededor de las 08.30 de la mañana de su escondite en el drenaje pluvial.

Es decir que se habría quedado poco más de tres horas en el subterráneo, tiempo en el que a la Marina no se le ocurrió apostarse en las alcantarillas sobre Boulevard Jiquilpan hasta Antonio Rosales, donde por cierto la circulación no había sido detenida.   

Reportes de la prensa local sobre la Operación Cisne Negro dan cuenta que a escasos 100 metros del lugar no sólo había refuerzos de las tropas de élite, sino también Policías Federales que presenciaban el intercambio de tiros y hasta elementos del Ejército Mexicano.

¿Por qué el comunicado de la Marina indicaba que el jefe de sicarios de Guzmán Loera había logrado escapar? 

Unas horas después de iniciada la Operación Cines Negro, alrededor de las 08.00 horas, la Secretaría de Marina emitió el comunicado 005/16 en el que informaba que elementos de la corporación asistieron a una denuncia ciudadana que alertaba de hombres armados en un domicilio. Al llegar los marinos fueron agredidos con disparos y estos respondieron.

En el documento también se indica que “se tuvo conocimiento de que en citado lugar se encontraba Orso Iván Gastélum Cruz, presunto jefe de la zona norte de Sinaloa de una organización delictiva que opera en el área, mismo que logró darse a la fuga.”

De acuerdo con el relato de hechos para el noticiero Primero Noticias de Televisa, los elementos castrenses consideran los túneles como sitios letales para una persecución, pues quedan expuestos al fuego enemigo.

La versión oficial no deja claro si los integrantes de la fuerza de élite de la Armada persiguieron por el drenaje pluvial a “El Cholo Iván”, aunque en el comunicado emitido unas horas después de iniciada la Operación Cisne Negro dan por hecho que se escapó, además de que no informa que con el sicario también iba el líder del Cártel de Sinaloa.

Otro dato: los soldados de élite de la Marina que irrumpieron en el inmueble y enfrentaron a tiros a los gatilleros tardaron hora y media en localizar la entrada al túnel por el que huyó el capo.

¿Cómo y dónde encontraron el fusil del Cholo Iván?  
El punto en el que Joaquín Guzmán y su jefe de sicarios, Iván Gastélum salieron del drenaje pluvial se dio a conocer vía redes sociales desde la mañana del mismo viernes 8 de enero. Sin embargo, tuvo que pasar un día para que las autoridades aseguraran este punto.

Los representantes de los medios de comunicación se dieron cita en el lugar el sábado 9 de enero antes que las autoridades. Uno de ellos, de ABC News, levantó la alcantarilla por donde huyó el capo y al hacerlo se encontró con el fusil AR-15 con aditamento de lanzagranadas, que presuntamente sería del lugarteniente de Loera y lo habría dejado para no llamar mucho la atención al salir del drenaje pluvial.

Algunas notas consignan que fue hasta una hora después del hallazgo que elementos castrenses y de la PGR acudieron al punto para asegurar el arma.  

¿Guzmán Loera iba armado?
Los policías federales que capturaron al capo en la carretera Los Mochis-Culiacán reportaron a sus superiores que marcaron el alto a un automóvil Focus de color rojo de donde descendió el lugarteniente del capo, que iba agachado en la parte trasera.

Según el relato, cuando Iván Gastélum descendía, uno de los federales vio que llevaba una pistola, por lo que fue encañonado. Guzmán Loera no iba armado, aunque primero los amenazó de muerte y luego intentó negociar con los agentes.

¿Cómo se enteró la Policía Federal que “El Chapo” Guzmán iba en un automóvil Focus color rojo y dónde lo hurtaron?
Videos captados por automovilistas en el Boulevard Jiquilpan alrededor de las 08.30 de la mañana muestran el momento en el que dos hombres, presumiblemente Guzmán Loera e Iván Gastélum, roban un auto modelo Jetta color blanco, a unos metros de la coladera por donde salieron del drenaje pluvial.

Hasta el momento se sabe que este primer automóvil fue abandonado unas cuadras adelante, pues se descompuso. No habían transcurrido más de 20 minutos cuando robaron el segundo automóvil, el Focus rojo.

Aunque la versión oficial insiste en que hubo una acción coordinada de las fuerzas federales para detener al capo, luego de su fuga por el drenaje pluvial de la zona centro de la ciudad, versiones extraoficiales señalan que la dueña del segundo auto robado por los narcotraficantes reportó el hecho al C4.

Así fue como el gobierno estatal activó una alerta para autos robados y de esta manera la Policía Federal, al observar el coche alrededor de las 09.30 de la mañana, sobre la carretera, le marcó el alto. El comunicado emitido por la Marina la mañana del viernes, a las 08.00 horas, fortalece esta teoría, pues se da por hecho que el lugarteniente del capo había logrado huir.   

La administración federal tampoco ha aclarado por qué el capo aparece en una primera imagen sin esposas abordo de lo que se infiere es una patrulla de la Policía Federal.

¿Por qué prefirió negociar que confrontar a los Policías Federales?
Acostumbrados a matar, ambos capos confiaron en una salida en la que sobornarían a los policías federales que los detuvieron y así evitarían enfrentarse con ellos de manera violenta. El cálculo falló.

Aunque lo hubieran hecho, Guzmán Loera y su jefe de sicarios se encontraban en desventaja contra cuatro policías armados que encañonaron a Iván Gastélum, apenas se dieron cuenta que llevaba consigo una pistola escuadra.

Según las versiones de los agentes federales, sobre la carretera Los Mochis-Culiacán un convoy de sicarios ya estaban esperando a Guzmán Loera para rescatarlo, por lo que optaron por llevarlo a un lugar donde esperarían refuerzos; sin embargo, no se ha explicado aún por qué decidieron llevarlo específicamente al Motel Doux. Con base en esto surge una pregunta más…

¿El líder del cártel más poderoso del país tiene miedo a morir?
A pesar de que existen imágenes de Joaquín Guzmán portando armas y rifles de asalto, en los últimos años el capo ha mostrado que su punto débil es la familia, especialmente las dos gemelas que procreó con Emma Coronel.

La necesidad de verlas lo llevó, en 2014, a relajar su círculo de seguridad e ir a Mazatlán. Ahí fue reaprehendido también por marinos de la Armada.

De acuerdo con la entrevista grabada en video para la revista Rolling Stone, el capo dijo que estaba consciente de que un día moriría: “pero espero que por causas naturales”.

¿Por qué los policías federales lo llevaron a dicho motel y no trasladaron al capo a la delegación de la PGR o a una estación de la Policía Federal que incluso les quedaban más cerca?
De acuerdo con lo que relataron los policías a sus superiores, el auto Focus color rojo fue interceptado en el kilómetro 3.5 de la carretera Los Mochis-Culiacán, prácticamente en la salida de la ciudad.

Entre este punto y el Doux hay ocho kilómetros que recorrieron, ya con el capo y su cómplice dentro de la patrulla y sin esposar, pasando por Los Mochis y dejando atrás tres moteles, Cessna, Esgar y Century. Además de la delegación de la PGR y un destacamento de la propia Policía Federal.

Fuentes al interior de la PF informaron a LA SILLA ROTA que no existía una explicación por la que los elementos decidieron llevar Guzmán Loera a un motel más lejano, el Doux, ni por qué si ya lo había trasladado hasta ese lugar, no se siguieron hasta San Miguel Zapotitlán (12 kilómetros adelante sobre la carretera), donde se encuentra el 89 Batallón de Infantería de la Secretaría de la Defensa Nacional.

Los policías que detuvieron a Joaquín Guzmán Loera declararon a sus superiores que optaron por resguardar al capo en un hotel para esperar refuerzos ya que sabían que un convoy de sicarios iría a rescatar al capo. Hoy esos elementos han sido promovidos con puestos en representaciones diplomáticas en países de Europa.

¿Final alternativo? Algunas versiones apuntan a que el Hotel Doux sería uno de los favoritos de Isidro Meza Flores, el rival de Guzmán Loera, y líder de la plaza de Los Mochis para el cártel de los Beltrán Leyva.

¿Operativo coordinado con la Marina o rebatinga por el capo?
La versión oficial indica que luego de llevarlo por carretera y llegar al Doux, los patrulleros eligieron la penúltima habitación al fondo del motel, la 51, para ingresar al capo. Según testigos consultados por el Semanario Zeta, cuando un trabajador del lugar acudió para cobrar la cuota de 300 pesos por seis horas, se le ordenó que se retirara.

Fue entonces cuando un policía tomó la famosa fotografía del narcotraficante sentado en una cama del hotel con la imagen de una mujer semidesnuda en el fondo.

Primero llegaron más unidades de la Policía Federal a reforzar la custodia y más tarde, no se precisa en qué momento, elementos de la Marina llegaron al lugar para “negociar” la entrega del capo.

Versiones extraoficiales señalan que la Marina se enteró de que la PF tenía al capo gracias a que, apoyados en el Ejército, escucharon las comunicaciones por radio de los federales. Al llegar hubo un enfrentamiento verbal y hasta amenazas.

Según el diario Impacto, diario sinaloense, los Marinos advirtieron a los federales: “¡Nos entregan a ‘El Chapo’ o va a haber consecuencias!”. 

“¡Tenemos que presentarlo nosotros ante el Ministerio Público; nosotros lo capturamos!”, respondió el delegado de la Policía Federal en Sinaloa, Nicolás González Perrín,

El jefe de grupo de élite de los marinos respondió: “Lo vamos a trasladar en un helicóptero y un avión de la Secretaría de Marina”. “También nosotros tenemos un avión para trasladarlo”, reviró Perrín. 

Finalmente, entre las 11.00 y las 11.30 horas, y una vez que los altos mandos en la Ciudad de México ya estaban enterados de la detención del capo, Policía Federal y Marina llegaron a un acuerdo para trasladar a los dos capos en un convoy hasta el aeropuerto de Los Mochis, a 20.6 kilómetros de distancia.

La versión encaja con la decisión final de que la conferencia del secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, la procuradora Arely Gómez González, los titulares de Semar y Sedena, Vidal Soberón y Salvador Cienfuegos, y el comisionado nacional de Seguridad, Renato Sales Heredia, fuera en el hangar de PGR y no en el de la Secretaría de Marina.

José Rodrigo Aréchiga Gamboa, El Chino Antrax la historia de un sicario fundador del Virus Ántrax

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De aquel bajo perfil público que tenía cuando comenzó su carrera delictiva en la colonia Las Huertas, en el último año José Rodrigo Aréchiga Gamboa pasó a exhibir su vida de glamour, lujos y excesos que lo llevaron hasta aparecer fugazmente en televisión junto a la socialité Paris Hilton, en una pelea de Pacquiao en Las Vegas. Hoy, “el Chino Ántrax” está a punto de ser extraditado de Holanda -donde fue detenido el 31 de diciembre pasado- directamente a la Corte de San Diego para ser procesado por tráfico de cocaína y mariguana.

Culiacán, Sin.-De chico era bueno para los golpes. En la colonia Margarita, Las Huertas y Sinaloa, si se camina por algunas viejas bardas, todavía pueden observarse rastros de los graffitis que hacía con sus amigos, en aquella época de cholo territorial.

Era de los primeros en brincar en las peleas callejeras. Nunca se arredraba. Fue por esas calles de los barrios del suroriente de Culiacán que un día conoció a Vicente Zambada Niebla, hijo de Ismael “el Mayo” Zambada, y entonces al Chino le cambió la suerte.

Pasó de cholo de barriada a sicario. De sicario a una suerte de dandy sinaloense que vestía impecable y gustaba de lujos extremos, viajes y armas exóticas… hasta que antes de disponerse a celebrar el Año Nuevo fue detenido en el aeropuerto internacional de Schiphol, en Ámsterdam, cuando intentaba abordar un avión con destino a la Ciudad de México.

Justo un mes después de que la DEA detuviera a Serafín Zambada Ortiz, otro hijo del “Mayo” Zambada, en el paso fronterizo de Nogales.

Ahora José Rodrigo Aréchiga Gamboa estará enfrentando cargos similares que el “Sera” en la Corte del Distrito Sur de California, en San Diego, pues apenas el 20 de diciembre la Fiscalía había solicitado al Juez una orden de aprehensión por conspirar para introducir 500 gramos o más de cocaína y mariguana a los Estados Unidos.

En Ámsterdam, el Chino fue recluido en una prisión preventiva y dos días después tuvo su primera audiencia con un juez, en donde se le dio a conocer su situación y los motivos por los cuales lo arrestado, eminentemente con fines de extradición a Estados Unidos.

Desde semanas atrás, Aréchiga Gamboa había posteado comentarios en su cuenta de Instagram (JamesBon 5_7) que se encontraba en ese país, disfruntando de la vida y los placeres.

De hecho, el jefe de sicarios exhibía su itinerario. Por lo menos viajó a países árabes como Dubai, se paseó en ferri por el Mediterráneo, visitó Barcelona, Francia, y otros países de Europa.

A esa vida de glamour la acompañana el derroche y el exotismo. Fotos acostado en una cama, bebiendo champaña cara, con un grupo norteño tocando sus corridos, imágenes de sus ejercicios en el gimnasio privado que tenía, videos de entrenamientos en la sierra.

A sus seguidores los consentía con rifas de celulares, lentes y hasta un Jeep color rojo, aunque se desconoce si concluyó con el juego con sus “narcofans”.

Pero una de sus mayores audacias fue aparecer fugazmente a un lado de la socialité Paris Hilton, durante una pelea de Pacquiao. En un video del Youtube, alcanza a verse el rostro de Aréchiga Gamboa, su mano rodeando el hombro de la chica, y el anillo de la calavera. La vida de glamour…


Los Ántrax

Corría el violento 2008 cuando en Culiacán se supo de la existencia del “Chino Ántrax”. Las únicas crónicas de aquel tiempo son los narcocorridos, que dejaron constancia de que Aréchiga Gamboa entró al quite en la guerra que se habían declarado los grupos de narcotraficantes que estaban aglutinados en el cártel de Sinaloa.

Fue cuando surgió el grupo de sicarios de Los Ántrax, bajo el mando del Chino, entonces de ventipocos años.

El 4 de de noviembre de 2008 el grupo tuvo una de sus primeras bajas, al ser asesinado en un lavado Alfredo Vizcarra Vega, conocido como “El Fello Ántrax”, hijo del comandante de la Policía Ministerial del Estado, Martiniano Vizcarra Burgos.

Supuestamente, antes de la balacera en el autolavado de la colonia 10 de Mayo había estado el Chino, pero se había marchado cuando arribó el comando a atacar a los presentes.

Pero el verdadero ascenso de Aréchiga Gamboa comenzó tras el arresto de Vicente Zambada Niebla, en marzo del 2009. Fue cuando quedó en una posición jerárquica superior, pues el Vicentillo le tenía estimación personal.

Desde entonces fue llamado el que vigilaba la plaza de Culiacán, la más importante para el cártel de Sinaloa por ser donde habitan sus familias.

Mientras que el grupo de sicarios era conocido a través de redes sociales y en canciones, la Secretaría de la Defensa Nacional identificada a miembros como René Velázquez, conocido como el Sargento Phoenix, el Gato Negro o el Talibán, detenido por el Ejército en el 2008, y actualmente recluido en el penal de Aguaruto.

Las autoridades federales y locales han identificado a por lo menos 10 integrantes, unos abatidos en batalla y otros más en activo.

Uno de los primeros que murieron, además de “El Fello” fue Redel Castro, alias “el Pocho Ántrax”, muerto en el enfrentamiento de Tubutama, Sonora, del 1 de junio e 2010.

En mayo del 2011, Franklin Olguín Velázquez, “el Franki”, o “el Dos”, fue asesinado por el Ejército junto con Jesús Humberto Corona Guillén, “el Chuve”, y Pedro Valenzuela Meza, “el Pedrón”.

Los tres fueron torturados por elementos del Ejército cuando fueron detenidos en una finca abandonada ubicada al sur de Culiacán, a un kilómetro de la carretera México-15.

Confundidos con secuestradores, los tres ántrax pasaron por vejaciones antes de ser ultimados, ya que llevaban a un individuo atado y mutilado, al cual iban a matar al solar baldío.

Meses más tarde, Francisco Arce Rubio, el Pancho Arce, identificado como el cuarto en la estructura de la célula, fue asesinado mientras jugaba futbol en el Campo de Barrio de la colonia Emilizano Zapata. Era la noche del 31 de octubre del 2011 cuando el cuerpo del Pancho Arce quedó tendido sobre el campo de futbol, su deporte favorito.

Estas bajas comenzaron a debilitar al grupo, y en Culiacán se hablaba que “el Mayo” Zambada había optado por retirar de escena al Chino mientras las cosas se aclaraban.

Sin embargo, las pugnas internas en el cártel de Sinaloa continuaron hasta el 22 de febrero del 2012, cuando fue asesinado Adrián Antonio Núñez González o Roque Landeros, conocido como “el Roque Ántrax”.

“El Roque” fue ultimado junto con otros tres: Ricardo Ontiveros Edeza, Jesús Antonio Mendoza, José de Jesús Sánchez Vidrio. También murió César Daniel Limón Amézquita, que fue identificado del grupo contrario.

En la escena se había mencionado que estuvo presente otro integrante identificado con su nombre de pila, Melesio, alias “el Mele”.

También las autoridades han mencionado a Eusebio Imperial, “el Cheyo Ántrax”, primo hermano de Ismael Zambada Imperial, “el Mayito Gordo”, hijo del “Mayo” Zambada.

Como instructor y reclutador se menciona a “el Traka”, y como financiador a “el Changuito”.

Por último, “el Monkey” es otro de los sicarios señalados por la Secretaría de Seguridad Pública Federal.

Incluso el semanario Ríodoce publicó que este individuo fue detenido por la Policía Municipal por órdenes del entonces secretario de Seguridad Pública de Culiacán, Alfonso Carlos Ontiveros Salas, quien supuestamente fue amenazado por Los Ántrax debido al arresto del Monkey y otros integrantes del equipo.


Respecto al apodo de Ántrax, algunas fuentes señalan que se le ocurrió a Aréchiga Gamboa, su fundador y patrocinador, en la época de la guerra de Irak, cuando este mal provocado por una bacteria, generó pánico en el mundo ante un ataque químico masivo.

En términos de estructura, la detención de Rodrigo Aréchiga Gamboa configura otro golpe fuerte al grupo del “Mayo” Zambada, que apenas el 20 de noviembre pasado le detuvieron a otro hijo.

A mediados de diciembre, la caída de Gonzalo Inzunza Inzunza, el Macho Prieto, en Puerto Peñasco, había sido otro golpe sistemático a la organización Zambada, que se ha visto disminuida desde la extradición del Vicentillo.

Con esto, la DEA -esa que ha sido desnudada por los alegatos del hijo del “Mayo”, al exhibirla como colaboradora del cártel- parece estar cerrando la pinza entorno al grupo de los Zambada.

Pero mientras Aréchiga Gamboa y otros miembros no tienen antecedentes en México, los gringos tienden un cerco que todavía no se sabe si significará el derrumbe del único narco mexicano que en más de 30 años no ha pasado por ninguna reja.

Regresan federales a Tamaulipas

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Sin revelar cuántos, el gobernador panista Francisco García Cabeza de Vaca dijo que antes de finalizar el mes regresarán a Tamaulipas los elementos de la Policía Federal que salieron del Estado la última semana de junio.

Cabeza de Vaca comentó que esta semana tuvo un encuentro con el comisionado nacional de Seguridad, Renato Sales Heredia, con quien acordó el regreso de los elementos de la Policía Federal a la entidad.

“Yo creo que de acuerdo con la plática que tuve (con Renato Sales), en las próximas semanas, en el mes de noviembre estarán aquí con nosotros (los federales) en Tamaulipas y donde pues de alguna manera con esa comunicación que tendrá con el gobierno del Estado vamos a ser mucho más efectivos.

“Tengo una relación con él desde hace ya muchos años y existen ya las pláticas y el compromiso de que nos manden fuerzas federales, en este caso la Policía Federal, estamos viendo las cantidades”, afirmó en entrevista.

“Pero muy especialmente la estrategia que se estará siguiendo ya con este nuevo gobierno, que no me queda la menor duda que se va a complementar con los cambios que hemos hecho”, añadió.

El Mandatario tamaulipeco dijo que se habla mucho de coordinación entre las fuerzas federales y del Estado, pero en su opinión la comunicación es la que debe perdurar.

“Va haber una comunicación más estrecha entre todas las áreas de seguridad que nos permitan poder llevar a cabo mejor el trabajo y los esfuerzos y de tal suerte que poder combatir así la violencia, la inseguridad que durante muchos años (se) estuvo viviendo en Tamaulipas”, reiteró..
Arrecian asaltos en la carretera
Comerciantes de esta frontera denunciaron asaltos en la carretera Monterrey-Reynosa a los camiones procedentes de Nuevo León que surten al mercado abarrotero de Reynosa y Matamoros, lo que ha provocado la escasez de algunos productos.

Lauro Peña García, directivo de la Unión de Comerciantes y Empresarios del Noreste (UCEN) en Matamoros, dijo que algunas empresas han dejado de surtir sus productos debido a la inseguridad.

El líder de los comerciantes explicó que al menos se han registrado 10 asaltos carreteros en los últimos 10 días.

La UCEN pidió a las autoridades federales reforzar la vigilancia en la carretera Monterrey-Reynosa para evitar este tipo de delitos, que desde el año pasado no se reportaban en la zona. (Agencia Reforma)

EL DATO

A finales de junio, unos mil elementos de la Policía Federal que estaban en Tamaulipas salieron del Estado y desde esa fecha no han regresado.

Tijuana, Como en los viejos tiempos, Cuelgan cadáver en puente y dejan narcomensaje

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El cuerpo de un hombre junto a un narcomensaje, fue colgado en un puente peatonal localizado sobre el bulevar Benítez, a la altura de la Comisión Federal de Electricidad, en Tijuana. 

El macabro hallazgo fue denunciado a la central de emergencias alrededor de las 22:30 horas de miércoles 2 de noviembre e indicaba que, el cuerpo de una persona pendía de un puente, en donde en septiembre pasado fueron expuestos restos humanos y un mensaje. El cuerpo, ante la custodia de militares.

Al lugar arribaron municipales, elementos del Ejército y agentes de la división de Gendarmería de la Policía Federal. Hasta el momento se desconoce la identidad de la víctima, así como el contenido del mensaje. 

Con este hecho ya son dos ocasiones en que los delincuentes utilizan ese pasadizo para amedrentar a cárteles rivales.

Veracruz: Sicarios ejecutan a dos agentes policiacos, en Cerro Azul

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Veracruz.- Dos elementos de la Policía municipal de Cerro Azul, cuyo municipio está ubicado en la Huasteca baja y al norte del estado, fueron ejecutados por un grupo armado la madrugada de hoy, el cual evadió la acción de las autoridades.

De acuerdo con reportes de agencias y redes, el cruento atentado se registró en las inmediaciones del cementerio de la población y la colonia La Curva, cuando los uniformados realizaban labores de vigilancia, quienes fueron atacados por sorpresa a bordo de una patrulla, mismos que recibieron impactos de alto calibre y murieron instantáneamente.

Se estableció que los autores de la balacera escaparon en una camioneta Jeep.

Más tarde, autoridades de la Fiscalía Regional dieron fe de los hechos y cuerpos policiales realizaron las diligencias de ley.

Los cadáveres de los agentes policiales fueron trasladados al Servicio Médico Forense del norte de la entidad.

Acerca de la identidad y paradero de los sicarios, nada se sabe, según trascendió esta mañana.

Ejecutan a dos jóvenes al pie de una tumba

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Culiacán, Sinaloa.- Con el ‘tiro de gracia’ fueron localizados la mañana de este jueves los cuerpos de dos hombres de apariencia joven frente a una tumba del panteón Bachigualato, en Culiacán.

Eran alrededor de las 8:00 de la mañana cuando un empleado del cementerio que se encarga de la limpieza, se percató que dos hombres jóvenes estaban tirados al pie de una tumba y al acercarse y observar que estaban muertos, de inmediato solicitó la presencia de las autoridades policiacas.

En la escena del crimen localizaron casquillos percutidos calibre 9 milímetros, lo que hace referencia que fueron asesinados en el lugar. También hallaron junto a los cuerpos varios botes de cerveza y unas veladoras prendidas, aunque se cree que estas fueron dejadas ayer por el Día de Muertos.

Momentos despues al lugar de los hechos arribaron los familiares de las víctimas, quienes los identificaron como Manuel Alfonso Camacho Quintero, alias “El Chueco” y Giovanny de Jesús Salazar Romo, alias “El Nalgón”, ambos con domicilio en la colonia El Alto de Bachigualato.

El agente del Ministerio Público junto con peritos de la Procuraduría General de Justicia del Estado acudieron para iniciar las indagatorias correspondientes y posteriormente ordenar el levantamiento y traslado de los cuerpos al Servicio Médico Forense (Semefo) para practicarles la autopsia de ley.

Cuando el narco mata a uno de tus amigos "El tragabalas"

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El sábado murió mi amigo Tragabalas a consecuencia de una de las tantas cabezas de esa quimera llamada Narco: el secuestro. Traga, como también le conocíamos, logró escapar de sus captores con dos balazos en el cuerpo. Luego de 15 días de agonía en Acapulco, finalmente perdió la vida.

Traga no tenía nada que ver con la violencia. Era arquitecto urbanista egresado hace 20 años de la Universidad Autónoma de Guerrero. Padre de cuatro hijos. Un tipo muy fuerte, pese a su mediana estatura. Dicharachero y amable.

Su mote no obedecía a una afición por las armas ni mucho menos. Fue de los primeros niños en el pueblo que usó brackets. El apodo fue inevitable porque al sonreír asomaban los fierros. A Traga, el apodo lo acompañó aun después de quitárselos. Al menos en el pueblo, casi nadie lo conocía por Rafael, llamado así en honor a su padre. Fue Tragabalas el resto de su vida.

El sábado que me informaron de su muerte, mi informante fue directo: "se murió Tragabalas". Tenía unos dos años sin verlo, pero inmediato supe de quién se trataba.

Cuando lo conocí, allá por mi ardiente adolescencia, me pareció un vato medio mamón. Junto con Javier e Irving, un par de viejos amigos, acudimos a Traga para que nos empleara en su negocio familiar: la venta de pollo. El motivo de aquel empleo era con un noble objetivo: Javier y yo estábamos obsesionados con el basquetbol, pero no teníamos dinero para unos tenis. Por su parte, Irving, para solventar sus estudios. Así que acudimos ante Traga para que nos diera chamba como peladores de pollo.

"No van a aguantar", dijo con una sonrisa, una sonrisa que siempre lo caracterizó.

Sus palabras hirieron mi orgullo. Quería los tenis, unos Air Max Charles Barkley modelo 94, pero también quería demostrarle a Traga que yo no era fácil de roer.

Ese fue mi primer empleo. Pelaría pollos durante medio año. Juntaría los 750 pesos que costaba el calzado deportivo y además, haríamos una amistad a prueba de resacas.

Nos levantábamos a las tres de la mañana para ir a la chamba. Irving y yo éramos vecinos. A veces yo le ganaba a levantarme, a veces él. Luego pasábamos por Javier. Tragabalas ya estaba ahí cuando nosotros llegábamos. En aquel tiempo yo aún era capaz de percibir olores, así que los primeros días el olor me parecía insoportable: sangre, pluma quemada, pellejo y mierda de pollo, volvían aquello un coctel aromático inaguantable. Con los días dejamos de percibirlo.

Casi diario, a eso de las cinco de la mañana, Traga —a quien tratábamos de no llamar así frente a su madre, aunque nos costaba mucho trabajo— nos invitaba un licuado recién hecho. Él lo tomaba directo del vaso de la licuadora. El tiempo que convivimos laboralmente fue estupendo: tenía una grabadora y nos dejaba poner la música que quisiéramos. Nos daba consejos para mejorar en el deporte, pues él estaba obsesionado con el bienestar físico, hacía pesas e iba a correr. Soltábamos toda clase de chascarrillos para no sentir el trabajo.

Pero no todo era buena onda. Las levantadas me mataban y en la escuela dormitaba frecuentemente. No me quedaban energías ni para ir a jugar básquet. Por si fuera poco, en ese tiempo ya bebía generosamente. Así que antes de los tres meses, yo ya quería tirar la toalla y olvidarme de los Barkley. Sus palabras fueron cuchillos: "si van a hacer una chamba, cumplan. Ahorita es pelar pollos, mañana puede ser otra cosa". Claro que no me abrí.

Conforme pasaban las madrugadas, me di cuenta que de mamón no tenía nada. No, qué va, era un buen tipo, tanto, que forjamos una amistad que duró pese al oxidante paso de los años. Cuando junté el dinero, le di las gracias y me fui a la capital. Iba feliz, soñando con un par de tenis nuevos. Pero la realidad me bajó de la nube: con la devaluación del 95, los Air Max ya no costaban 750, sino casi lo doble: mil 200 pesotes. No lo podíamos creer. Fue mi primer escarceo con el PRI y con todo lo que huela a gobierno.

Así que volví con Tragabalas otro rato más.

Cuando finalmente junté lo de los Barkley, le dijimos adiós a la peladera de pollos, pero no a Traga, quien después ingresó a la facultad. Yo hice lo propio.

Aunque nuestros caminos se separaron, siempre que nos veíamos, era como si apenas ayer nos hubiéramos visto en la galera, junto al agua hirviendo, al característico aroma aviar y un vaso de licuado (que después cambiamos por cerveza o licor). Incluso, en el mismo sitio donde trabajáramos juntos, abrió temporalmente un bar al que llamamos El Fin del Mundo, donde viví mis propias Historias del Kronen. Aunque al barcito iban lo mismo albañiles, estudiantes o ganaderos, Traga me dejaba poner discos de rock. Recuerdo que en una ocasión, al calor de unas copas, se asombró que me dedicara al periodismo y a la escritura. "Está bien, cabrón, haz lo que quieras, pero hazlo con ganas", dijo.

Tragabalas murió cuando las autoridades municipales, estatales y federales, presumen la baja de homicidios en Acapulco (una ciudad noqueada por el narco). Apenas el 11 de octubre, el gobernador Héctor Astudillo presumió: "contra el número de homicidios dolosos que normalmente acontecen en Acapulco las cifras se mantienen a la baja, a un mes de las acciones que se realizan en el marco del combate a los homicidios dolosos que fue implementado por el Gobierno de la república en las 50 ciudades más violentas".

No hay tal. Poco a poco, el narco nos toca. A veces muy cerca, en otras no tanto. A veces logramos contarlo y en otras nos toca llorar. Aunque Astudillo y los gobiernos municipal y federal insisten en que la violencia ha disminuido, para la gente de a pie todo continúa igual y la muerte de Tragabalas, lo confirma. Con siete vehículos robados por día. Con asesinatos a diario. Con cobros de piso —y su consecuente cierre de negocios—, extorsiones y secuestros.

Y pensamos que nada ha cambiado, porque pese al discurso oficial de la baja a la violencia, son las propias autoridades la que reconocen que hay nueve cárteles que se disputan la plaza de Acapulco. Mientras que a nivel estatal, son 16 grupos delincuenciales los que mantienen a Guerrero de cabeza.

Durante septiembre, Tragabalas fue extorsionado vía telefónica. No es que fuera millonario, no. Pero en Guerrero, el narco ha multiplicado sus objetivos. Basta con tener una tienda, un taxi o un cochecito nuevo para ponerse en la mira. Traga no hizo caso a las extorsiones. Pensó que sería uno más de los miles de mexicanos que reciben llamadas amenazantes. Hará cosa de 15 días que intentaron secuestrarlo. Un grupo de hombres se lo quiso llevar, pero Tragabalas, como bien dije, era fuerte. Ni los dos tiros lograron amansarlo. Logró escapar del narco, aunque ya no pudo escapar de la huesuda.

El domingo tocó el turno de sepultarlo. El pequeño panteón del pueblo le abrió sus puertas. En lo que resta del año, más familias pasarán por lo mismo.

Mientras tanto, lo recuerdo con su sonrisa a discreción, con su fuerte saludo y cantando el estribillo final del corrido de su pueblo:

pa' un lado está el Capulín
pa'l otro el Cerro Pelón
pa' arriba está Mohoneras
y pa' abajo está el panteón
ahí quiero que me entierren
el día que me muera yo

"La Sombra", trabajó para la "raza" siendo escolta de Tony Tormenta

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Soy originario de Matamoros, Tamaulipas mi apodo es “Sombra” o lo fue durante el tiempo que trabaje para la “raza” del Cártel del Golfo durante ese tiempo lo tuve todo que más podía pedir a la vida en ese momento licor, mujeres, autos y dinero.

Les quiero contar parte de mi vida durante mi estadía en el Cártel del Golfo durante la época de Osiel Cárdenas Guillen y su hermano Antonio Ezequiel Cárdenas Guillen “Tony Tormenta” para quien trabaje durante un tiempo.

En el 2001 empecé vendiendo droga en el callejón 1 de la Colonia Treviño Zapata en Matamoros enfrente del tianguis.

Ahí conocí a un comandante que me vio peleando en ese tiempo yo era muy joven y mis aspiraciones en la vida solo eran el dinero y más mujeres, el comandante que me vio peleando me recluto y me llevo a la Colonia Esperanza a conocer al Señor “Tony Tormenta” a cuidar sus espaldas me reclutaron para ser uno de sus escoltas, me entrenaron y adiestraron en el uso de las armas, los cursos en ese tiempo eran brindados por ex-militares y grupos de élite que pertenecieron al ejercito ahí fue donde me dieron el apodo de la "Sombra".

En ese tiempo ya operaban los Zetas en Matamoros pero no eran tan conocidos en el resto del estado y menos en el país, pero los Zetas eran parte del grupo del señor Osiel Cárdenas Guillen a quien protegían y servían, yo forme parte del grupo que sirvió las órdenes del Señor Ezequiel Cárdenas Guillen.

En ese tiempo los señores solo se preocupaban por introducir las drogas a través de la frontera que controlaban con toda plenitud desde Reynosa, Matamoros y Nuevo Laredo y Ciudad Victoria las principales plazas, y se mantenía controlado el terreno principalmente de los que venían de Sinaloa y Tijuana y Ciudad Juárez ya que tenían que pagar cuota para poder introducir drogas por nuestro territorio, no habían secuestros ya que estaba prohibido en el cártel ni tanta violencia como ahora ya que el terreno estaba controlado, los de Michoacán era parte del territorio del Cartel del Golfo desde haya los patrones traían grandes cantidades de droga que producían los michoacanos para el cártel que después venderían en Estados Unidos.

Luego de que Osiel Cárdenas Guillen fuera detenido en el 2003 su hermano “Tony Tormenta” se hizo cargo de parte de las operaciones del cártel principalmente en Matamoros desde donde se daban las órdenes al resto de las plazas y había una buena coordinación con los demás comandantes jefes de plaza.

Varias veces nos dimos varios “topones” con la policía Federal, en uno de esos topones que nos dimos para que el señor huyera por Soriana de la Lauro Villar hasta el Tecnológico nos corretearon ahí a mí me agarraron me detuvieron los soldados y me dieron una golpiza me torturaron pero yo no les dije nada al grado que me siguieron golpeando que me dieron por muerto.

Los soldados me dejaron tirado en la entrada al puerto el Mezquital ahí todo golpeado la raza me encontró y me llevaron a la clínica San Francisco, estuve como diez días ahí internado.

Cuando me dieron de alta cuando Salí de la clínica y como ya me traían de encargo los “sorchos” me mandaron a un lugar de Veracruz con el Z-40 Miguel Treviño Morales que en ese tiempo todavía laboraba para el Cártel del Golfo ahí estuve trabajando un tiempo con el hasta que llego el día que me traicionaron y me tuve que esconder para que no me mataran y después hice correr la voz que en Orizaba me habían tiroteado y me había muerto.

Después de eso ya no pude regresar a trabajar con la raza porque si no era una muerte segura.

Me retire de los negocios con la maña todo lo que había ganado poco a poco me lo fui gastando pero gracias a dios enderece mi camino como dios manda y ahora soy humilde pero con una gran familia.

Hasta ahorita no he vuelto a tocar un arma y cuento con una familia y un trabajo estable aunque a veces me atormento con tantas cosas que vives dentro de la raza y gente inocente que desapareces que tiene familia igual que tu pero cuando te dan ordenes ya no tienes opción más que jalar el gatillo.

Les cuento parte de la vida de la “Sombra” queriendo ser un matón de la raza por aparentar ser una vida fácil…

"Te relacionan con las narcofosas de San Fernando, Tamaulipas" Testimonios de mujeres zetas

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"Te relacionan con las narcofosas de San Fernando, Tamaulipas", le suelto a María, "más de 200 cadáveres", agregó. Ella fija la vista en la pintura amarilla que delimita la cancha de volibol sobre la que nos sentaron en un par de sillas. Que la vida se pudre apenas los ojos se cierran para estornudar o que por el contrario, se deteriora lentamente como las mazorcas de maíz, son hechos que le constan. Porque la senda que trajo a María a prisión se construyó poco a poco, pero también de un putazo. Uno solo.

"Mi vida en libertad valió madres cuando fui a trabajar a Tijuana, tenía 15 años; pero también se fue a la chingada cuando tenía 18 y agarré un aventón hasta Reynosa", confiesa con ternura. Parece una caja de zapatos cuando la abrimos y está vacía.

Estamos en el interior de un Centro de Reinserción Social de Baja California. María no tiene sentencia condenatoria, pero lleva cuatro años encarcelada. Flota en el limbo. Calcula una sentencia de 30 años por los delitos de secuestro y delincuencia organizada. Convencido de que detrás de la verdad siempre hay un chingo de verdades más, el testimonio de María tiene el objetivo de conocer los distintos acontecimientos que, a lo largo de su vida, la han sometido a una incesante metamorfosis que ha desembocado en su reclusión. Un día fue niña, ¿qué fue lo que pasó después?

MARÍA

Al igual que su familia, María, nació en el estado de Veracruz, en un municipio a tres horas de distancia de Tampico, Tamaulipas. Su papá se marchó de la casa cuando ella tenía cinco años, nunca lo volvió a mirar, aunque sabe que está vivo. Su mamá se dedica a limpiar casas. Tiene cuatro hermanos. El más grande cocina carne al carbón en un restaurante. Otro trabaja en Telmex como reparador de líneas de teléfono, mientras que su hermana es guardia de seguridad en Autobuses de Oriente. El hermano menor, por su parte, está entregado al Resistol 5000 y a los solventes.

Tenía 11 años cuando una tarde su mamá la quiso madrear con un garrote por negarse a trapear el baño de su casa. Se salvó corriendo. Trotó con tal ahínco que llegó a una plaza al extremo opuesto de la ciudad. Esa noche durmió en una banca como un gato sobre el capacete de un auto. En la madrugada la despertó un niño. El Tuti. "¿Por qué duermes aquí?", le preguntó. "Porque me pega mi mamá", contestó. Al tiempo, el Tuti y varios niños más, que también sobrevivían en la misma plaza, se convertirían en su familia. Robaban para comer, comprar mariguana y chemo. María estuvo en situación de calle hasta que volvió a su casa a punto de cumplir 15 años. En aquellos días empezaba a consumir piedra de cocaína con regularidad. Una vecina, cinco años mayor, le platicó que en Tijuana el trabajo de cuida-niños y personas adultas sobraba.

"Estoy yendo seguido, la paga es en dólares, vamos", propuso su vecina. María se emocionó y pidió permiso a su mamá. El distanciamiento entre ambas solamente pudo hornear una fría respuesta: "puedes ir, haz lo que quieras".

Partir a la frontera significó conocer al Chava y viajar con él y la vecina. Se fueron al Distrito Federal en auto y de ahí a Tijuana en avión. Voló por primera vez. Adentro de la aeronave la infinidad de suelas de zapato de la tripulación le recordaron sus viajes en transporte público en la ciudad de la cual no había salido jamás. A diferencia de lo dicho en un capítulo de Los Simpson, para María, Tijey no es el lugar más feliz del mundo, sino una especie de castigo eterno. Un báratro que marcó su vida para siempre.

LA MEMORIA ES UNA PISTA DE CIRCO CUBIERTA DE NEBLINA

Aterrizó el avión en Tijuana y me llevaron a una casa. Pasaron dos días, después seis y nomás decían que pronto cuidaría a los niños. Una noche llegó el Chava con otro señor. "Tenemos mercancía nueva para trabajar",escuché que le dijo. Quise hablar con mi mamá y no dejaron que lo hiciera. Intenté escapar y me fue como en feria; recibí una golpiza.

"¿Pa' qué te haces pendeja si ya sabes a lo que vienes? Cámbiate de ropa, te irás a trabajar", gritó el Chava y aventó a la cama una minifalda y una bolsita con pinturas. Fuimos a una calle entre la número Dos y la Cuatro de la zona Centro. Para que no escapara colocaron a pocos metros a dos señoras que también se prostituían; eran las amantes del Chava, con las dos vivía y tenía hijos. Así sería siempre. Cuando ellas no cuidaban, lo hacía un señor que se hacía menso en la banqueta de enfrente, pero vigilando que no escapara. En la mañana, el Chava pasaba por mí. En una habitación al fondo de la cuartería tenía que cambiar la ropa de trabajo por un pantalón y una sudadera; eran las únicas prendas que tenía que no eran de puta. Después regresaba al cuarto donde me encerraban; ahí dormía, me alimentaba y esperaba la noche para regresar de nuevo a la banqueta. Del dinero que ganaba nada era para mí. Así fue mi vida durante un año. Tanto era el miedo que no me animaba a pedir ayuda a la policía que pasaba frente a mí.

La primera vez que fui detenida en una redada tardé más en llegar a la comandancia que lo que el Chava tardó en aparecerse. Una de las señoras le avisó. Llegó diciendo que yo era su esposa y que todo era un mal entendido. Fue raro que los policías dejaran que me fuera. Tuve la intención de aclarar todo, pero estaba tan traumada que me callé. La segunda vez que quise escapar de nuevo hubo golpes, pero empezó a dejar que hablara con mi mamá; sólo podía decir que todo estaba bien.

Mi mamá recibía mil pesos al mes para que no sospechara; se supone que yo los mandaba. Un mañana, el Chava, entró a mi cuarto para usar el baño. Puso su celular sobre la estufa y aproveché para mandarle un mensaje pidiendo ayuda a un noviecillo que tenía en Veracruz. El Chava se dio cuenta y con la botas vaqueras que usaba me pateó en las costillas y las piernas. En la cara no recibí golpes.

"¿Qué edad tienes?", me preguntó un cliente que vio los moretones de la golpiza. "Tengo 19", contesté, pero no me creyó. Habían falsificado un acta de nacimiento y con esa había obtenido mi credencial en el IFE. "¿Por qué mientes? ¿Trabajas por tu voluntad?", siguió interrogando. Le expliqué que me gustaba lo que hacía. Insistió y ya no aguanté la mentira. En esos días había pensado en quitarme la vida; faltaban 15 días para navidad. Le platiqué que si escapaba podrían matarme o hacerle daño a mi familia. "Te voy a ayudar", dijo y lo juró con los dedos.

Salimos del cuarto. Hablé con una de las señoras que vigilaba. Expliqué que el cliente quería pasar la noche conmigo en un lugar más cómodo y limpio. Nos dejó ir a un hotel que estaba como a cien metros, el cliente tuvo que dejar una identificación y pagar mil pesos; normalmente cobraba 300.

"En cuanto pare un taxi te subes", me dijo el cliente mientras caminábamos. Las piernas me temblaban. Paró un taxi, nos subimos y escuché a la señora gritar. Llegamos hasta un hotel como a diez calles.

Con ese cliente viví cuatro meses en el fraccionamiento El Águila. No quise regresar inmediatamente a Veracruz por miedo a que el Chava buscara venganza. Dos meses después de haberme juntado con el cliente quedé embarazada. Un día fui al crucero de la 5 y 10 a comprar unos dulcecitos enchilosos; tenía muchos antojos. Iba caminando cuando creí ver la camioneta del Chava, ¡y sí era! Nos vimos a los ojos y rápido bajé la cabeza. Volteé y vi que daba la vuelta. Apresuré el paso y empecé meterme entre la gente; otra vez huí en un taxi. Duré dos días sin asomarme por la ventana ni salir de la casa. No sabía si me había seguido.

Embarazada regresé a mi ciudad porque me dijo mi mamá que habían apuñalado a mi hermano menor 20 veces en un pleito callejero. Fue un error, se habían equivocado los de la morgue. Total que nació mi hija. Se cerraron las puertas, no sabía qué hacer. No había terminado la primaria, no conseguía trabajo ni tenía el apoyo de mi mamá. Típica historia: saliste embarazada, hazte responsable tú solita; una niña cuidando a otra niña. Entré a una tortillería, ganaba 500 pesos a la semana. Agarraba dos taxis que hacían que gastara 200 pesos a la semana. Con los 300 que sobraban debía comprar leche, pañales, comida y pagar renta. A los tres meses, una sobrina de la dueña de la tortillería ofreció darme trabajo de mesera en el bar La Preferida, que ella administraba. Acepté porque tenía la identificación falsa de mayor de edad que me habían dado en Tijuana.

Solamente era mesera, pero si aceptaba cervezas, con eso ganaba una comisión. El primer día agarré mi buen dinero. Salí hasta las chanclas de ebria, pero lo primero que hice fue comprar leche y pañales para mi niña. Tenía 16 años. Ganaba mil, dos mil pesos diarios entre propinas y comisiones. A veces al cliente le caes bien y te pregunta por qué estás trabajando en un bar; le platicas tu historia y se conmueve. "Ten este dinero para le compres algo a tu bebé o para que te compres algo tú", decía algún cliente.

Cuando comencé a trabajar en los bares, el narco no era tan descarado. Después eran frecuentes las peleas y los disparos. Fui testigo de cómo le volaron los sesos de un balazo a un cliente del bar por una discusión de futbol y como a otro lo mataron a patadas porque le quito la silla por error a otro. Cuando llegaba la policía anotaba pendejadas y la ambulancia recogía los cadáveres. Y ya. Todos quedaban tranquilos o resignados cuando sabían que los asesinos trabajaban para la delincuencia; por primera vez comencé escuché qué eran los Zetas.

La clientela ya no se paraba en los bares a tomar. Yo estaba ahí por el dinero, por traer bien vestidas a mis hijas y también porque soy ambiciosa. Pero ahora ganaba sueldo mínimo. Llegaba a mi casa con 200 pesos que no servían para nada. Comencé a irme a las cantinas de Tamiahua, un pueblito pequeño junto al mar del Golfo de México, a dos horas de mi casa; recibía comida y hospedaje gratis, vivía en las cantinas, como quien dice. Dos semanas iba y dos me quedaba en casa con mi hija. Una de las veces que regresé a mi casa andaba comprando unas sandalias en una zapatería y me encontré a una de mis compañeras de La Preferida, comprando unas botas de tacón.

"En Reynosa están pagando bien, vengo de allá, traje mi buen dinero, si quieres vamos", le contesté que ok, que fuéramos. "No te vayas, está lejos Reynosa, aquí vemos cómo le hacemos pa' salir adelante; recuerda que tiene dos hijas que te esperan", dijo mi mamá. "15 días y regreso", contesté. Porque cuando me monto en mi caballo aunque sea blanco para mí es verde. "No te vayas, piensa en tus hijas", me insistió; bien dicen que las mamás siempre tienen la razón.

DENTRO DE UN AK-47 UNA BALA TIENE TU NOMBRE

El parte informativo de mi arresto es una película de acción. Que yo era la Güera, una pesada. Que andaba en una caravana de camionetas blindadas con un arsenal, que porque Golfo y Zetas se estaban disputando quién se quedaba en San Fernando y quién en Ciudad Victoria. Pero esas son mentiras, la verdad es otra. Ahí va: no le hice caso a mi mamá y me fui a Reynosa de aventón en un tráiler junto con la amiga que me había invitado. Estuvimos una semana y nos regresamos; no pude trabajar porque no llevaba credencial de elector; la que usaba en Tijuana no me gustaba porque tenía otro nombre. Regresamos de raite con un chofer de 60 y tantos años, muy amable. Nos invitó la comida y nos dio 600 pesos para el transporte; pero nos bajó en San Fernando, Tamaulipas. Ahí tomamos un autobús de la línea División de Oriente. A la salida del pueblo estaba un retén de la Marina Armada de México.

Nos bajaron a todos los pasajeros del autobús. Un marino nos pidió las identificaciones. "No la tengo, apenas cumplí 18 años y no he tramitado mi credencial del IFE", expliqué. Mi amiga sí traía identificación, pero el militar dijo que revisaría los datos de nosotras en la computadora y que luego nos podríamos ir. De repente dejó subir a todos los pasajeros. "¡Oiga, se nos está yendo el autobús!", le dije al marino muy desesperada, casi gritando. Ahí comenzó la pesadilla. No creían que decía la verdad. Hicieron que le hablara a mi mamá por teléfono para corroborar; ella pidió que le dijeran dónde estábamos para llevar algún documento con mis datos; pobrecita, estaba muy desesperada.

"Sí señora, ahorita llega su hija", dijeron los marinos. Supe que ya no me dejarían ir. Le pedí a mi mamá que se cuidara mucho, porque tiene azúcar, diabetes; también le pedí que cuidara a mis hijas.

MARINELOS

Los marinos preguntan pero les vale madre tu respuesta. Ellos lo que quieren es que confieses lo que a ellos se les ocurra, y para eso torturan. Tienen todo un equipo. Está el de inteligencia ―que es el que interroga―, el kaibil ―que es el especialista en aplicar tortura― y los marinelos ―que nomás hacen bulto, pero que también te dan golpes con las manos o patadas. Amenazaban con mandarme a Matamoros para que los Golfos me dieran piso, porque esa cárcel es de ellos. Nos vendaron los ojos y pusieron cinchos en las manos y en los pies. Primero se la llevaron a ella; regresó llorando; supe por qué hasta que fue mi turno. Pedía que se acabara todo, ya no podía más, estaban lastimándome mucho, no por los golpes sino porque no sé cuántos marinos me violaron.

Los tatuajes que tengo de la Santísima Muerte en las pantorrillas ayudaron a que pensaran que era de los Zeta. "¡Bien que tienes el sello de los Zetas, pero niegas trabajar con ellos, pinche mugrosa!", gritaban los marinos y al mismo tiempo, con el casco, golpeaban mi cabeza y hombros. Para ellos la Santa Muerte es el sello de los Zetas y el San Judas Tadeo, el del cártel del Golfo. Si te ven tatuajes te toman por delincuente. Yo conozco a la santísima desde niña. Los tatuajes me los hice tres meses después de tener a mi segunda hija, tenía 17 años.

Las torturas son variadas. Te ponen la bolsa en la cara y te asfixian; en tu nariz meten chile Tajín con agua mineral, o te ponen un trapo en el rostro y por la nariz te echan agua para que te ahogues. También me dieron toques eléctricos, pero no con una maquinita como las que usan en los bares como diversión. Ellos pelan un cable, lo enchufan y te lo ponen en distintas partes; se siente horrible.

PIEDRA DE COCA

Nunca fui de los Zetas, pero sí tenía relación con los tenderos ―los que venden droga en los puntos de venta―, con los comandantes ―máxima autoridad de una ciudad o región― y los halcones ―responsables de vigilar y reportar los patrullajes militares y policiales en las calles.

En libertad era muy adicta a la cocaína. "Véndeme o fíame", le pedía a los tenderos. Terminé agarrándoles cariño porque me fiaban y se portaban buena onda. Si estaba en el bar trabajando o andaba por las calles de la ciudad y miraba movimiento de militares les advertía con un mensaje: "no vengan para la zona de bares, andan en operativo los marinos. Los soldados van de bar en bar revisando a todos, hasta a las mujeres".

"Métanse al baño y desvístanse, las vamos a revisar", decían las mujeres militares. Mi mentalidad es que los marinos, si se les antoja, te matan y desaparecen. Y como digo, te acostumbras a ver a los tenderos como gente de familia que, aunque trabajen vendiendo droga, al otro día andan comprando ropa y zapatos para sus hijos o comida para la familia. Sé lo difícil que es no tener dinero ni para pagar la renta del cuarto donde vives, por eso les avisaba si veía militares en las calles.

"Vente a trabajar, vas a ganar bien", me invitaban algunos amigos Zetas. Querían que anduviera de halcona o que estuviera en una casa de seguridad cuidando personas. Decía que no, que prefería, con el perdón de la palabra, andar de puta que en la delincuencia; de puta yo sé cuánto gano, a quién soporto y a quién no; no me gusta que me manden o cuestionen. Recuerdo y siento coraje. Si ando de delincuente y me agarran los soldados van a hacerme hasta lo que no, pensaba. ¡Puta madre!, de todos modos terminaron torturándome por todo lo que me negué a hacer. A veces estoy en mi bunker y me estoy riendo sola como pendeja.

TABLEAR Y AMARRAR

Los que venden en los puntos ―tiendas de droga― pueden ser tableados por varias razones: que se droguen o emborrachen en horas de trabajo, que no obedezcan las órdenes que se les dictan y hagan otras, o que no vendan en el horario de trabajo cierto número de piezas de cocaína y/o mariguana; se les puede dar unas horas más para que alcancen a venderlas, pero si no, los tablean. También te pueden tablear por no halconear bien; a mi amiga con la que fui detenida, y que está presa en Nayarit, le reventaron el culo a tablazos por emborracharse, quedarse dormida y no halconear en su horario. Otro más, el Lalo, un amigo tendero, marcó un día a mi celular y dijo: "güey, ¿dónde estás?, hazme un paro, tráeme unas planas, alcohol y gasas; estoy en el motel El Secreto, cuarto 33".

Llegué al cuarto, toqué y abrió la puerta. Vi que estaba enredado en una toalla, sin camiseta y descalzo. "Güey, ¿estás con alguien o quieres pedo conmigo? Porque la neta no mames, somos amigos", le dije. "Estoy solo, ayúdame", rogó. Seguí sin entender para qué me había encargado el material de curación, hasta que caminó a la cama y vi con atención la parte de atrás de sus muslos.

"Agarré la borrachera ayer en la noche y no pude parar de meterme coca, consumí 25 piezas de las 100 que me dejaron, recibí diez tablazos", me dijo. "¡Ándele por pasado de lanza, pero bien que se anda metiendo las piezas de coca!", le contesté viéndole la carne de las nalgas color verde con negro. Sentí asco.

"Sin acá, no te quiero seducir, mejor hazme un paro, dame agua, las pastillas, ábreme las nalgas y cúrame, por favor", ¡me pidió que le abriera las nalgas, pobrecito!

Es que los tenderos no pueden drogarse ni tomar alcohol en horas de trabajo. Aunque repongan de su bolsa lo que consumen, así hayan sido dos piezas, los chingan, los tablean. Pueden comprar de su propia droga, pero en día de descanso. Tienen que andar al cien por ciento mientras trabajan; por eso cae el Erre de sorpresa, para torcerlos haciendo cosas indebidas.

Te dan cinco tablazos y la carne se pone morada; si te siguen dando la piel se revienta. La tabla tiene hoyitos, chupa la carne, la rompe; la sangre se coagula y quiere salirse. Lalo iba al baño y sentarse era un tormento, así duró una semana, pero para que se le quitaran los coágulos duró como un mes. Al otro día ya estaba trabajando, porque si no, los amarran con soga, por no trabajar. Si los agarras de buenas te amarran de manos y pies una semana. Te pasean en la cajuela de la camioneta en pleno calorón y nomás te despegan la cinta adhesiva de la boca para darte agua con un popotito. ¿Por qué más te amarran? Por desobedecer órdenes. Puedes orinarte o cagarte en tu ropa, pero no te desamarran para que te limpies hasta que cumplas con la sentencia. Si los agarras de malas te avientan en una casa un mes y nomás te llevan agua y un pedazo de pan para que no te mueras.

NOMBRE DE GUERRA

Le llamamos nombre de guerra al que usamos para trabajar en la prostitución. Se llama de esa manera porque es el que usamos para luchar y sobrevivir. El mío era Cristy. Tuve algunos novios. Por ejemplo, anduve de novia con un Erre de los Zetas. Un Erre se encarga de repartir la droga y checar que cada vendedor esté en su horario en los puntos de venta que están en toda la ciudad; hacen cuentas del dinero ganado, revisan cuántas bolsitas se vendieron, como si fuera corte de caja. Un Erre conoce a todos los vendedores de droga de la ciudad y si sabe de alguien que vende por fuera de la organización, le dan un levantón y lo matan. Veracruz es de los Zetas y nomás como un diez por ciento es del Cártel del Golfo.

Al Erre lo conocí un fin de semana que agarré la parranda con tres amigas, en un río en Zacate Colorado, Veracruz. Andábamos baile y baile. A unos metros estaba él con sus amigos. Era muy aventada en cuestión de desmadre. Le aposté a mis amigas que me aventaba un clavado con ropa; no me creyeron, pero lo hice. Cuando salí del río vi que dos de mis amigas estaban muy acarameladas con unos tipos: cerveza en mano y toda la cosa.

"Aquel fulano quiere conocerte, le hablé de ti y ya sabe que no traes pareja", dijo mi amiga, la que llevaba el coche. "¡No manches", contesté, "te pasas de lanza!, ¿qué tal si quieren matarme o hacer algo y tú soltando la lenguota?" El fulano se acercó y empezamos a platicar. "¿A qué te dedicas?, ¿cómo te llamas?, ¿dónde vives?", me interrogó. "¡Puta madre!, ¿eres investigador o qué?", le contesté y los dos reímos; "a ver, ¿tú a qué te dedicas?", pregunté. "Eres amiga del Lalo ¿no?, el que vende perico", dijo haciendo como que se metía una raya de coca, "pues yo soy su jefe, soy Erre". ¡En la madre! Se borró la sonrisa de mi boca, no supe bien qué era un Erre, pero sabía que era otro nivel. Convivía con halcones y tenderos, pero más arriba no. "No te espantes, no voy a hacerte daño, tu amiga me comentó que eres reloca", ¡pa'su máquina, sentí coraje, hablaba de más mi amiga! "¿Quieres una cerveza, un pase de coca?", preguntó. "Órale pues, nos chingamos el pase", le respondí.

Antes de que se fuera le di mi número de celular. Empezó una bonita amistad que luego se volvió una relación amorosa que terminó en nada. Cuestionaba mucho: "¿Dónde estás? ¿Con quién? ¿Qué vas a hacer?" Eso no va conmigo, no podía moverme libremente, sentía que era un león enjaulado. Aparte, las cosas estaban muy calientes con él. Una vez nos escondimos una semana en un hotel porque lo andaban buscando para matarlo unos policías federales. Y como yo andaba muy enganchada en la cocaína, y como con él no me costaba, pues andaba de cabrona en el mitote. Terminó pagando el dinero que debía y se salvó el pellejo.

En otra ocasión lo visité en uno de los puntos que abastecía de droga; tenía 15 minutos de haber llegado cuando recibió una llamada a su celular; colgó y muy desesperado dijo: "vete, van a chingarnos, van a caer los soldados". Lo peor es que ese día traía a mi hija porque había dicho que la quería conocer. Lo bueno es que siempre le avisaban de los operativos, pero de todos modos se hacía un desmadre. Rompimos relaciones. ¿Qué tipo de vida a mí y mis hijas nos esperaba junto a alguien así? Un par de veces fue a visitarme al bar en donde trabajaba. "Ven", rogaba y chingaba, "vamos a hablar. Hay que volver a ser novios", pero le contestaba que mejor quedáramos como amigos. La última vez que lo miré quiso quebrarme una botella en la cabeza, pero no me dejé. Supe que lo había levantado el ejército y le habían puesto una calentada, pero lo habían soltado. Sigue trabajando de lo mismo.

SEXO, DROGAS Y ALCOHOL

Cuando la ciudad está llena de militares, federales o marinos, la gente de la compañía no sale a las calles y se queda en casas de seguridad. Mandan traer mujeres que ya las tienen ubicadas. "Tráeme a tal y tal mujer de tal bar", dicen los mandos. Una madrota se encarga de pasar por ellas. "Por órdenes del comandante fulano se vienen conmigo, agarren su ropa y acompáñenme; van a pagarles bien, nada les pasará, al rato regresan", decía la madrota, según ella, por las buenas.

Las primeras dos veces me negué a irme con ella. La tercera ya no fue la madrota quien quiso llevarme, sino uno de los sicarios. "Bueno, ¿qué te estás creyendo, te crees muy vergas o qué chingados pinche perra?", puso su pistola en mi cabeza. "Tengo temor de ya no volver, de desaparecer", le contesté. "¡Vale madres, es una orden y la cumples!", me gritó. Te tratan como si fueran tus dueños, te obligan a hacer cosas que no quieres y las haces por miedo a que te maten. Se juntan a todas las mujeres y las llevan a la casa de seguridad. Hasta cierto punto puedes ver el camino, pero de determinado punto en adelante te echan una playera encima de la cabeza y te piden que cierres los ojos, que no voltees, ni tratas de mirar la ubicación del lugar; de repente estás adentro de una casa con un chingo de cabrones armados. "Si quieren que me quede varios días está bien, pero dejen avisarle a mi familia", les pedía. Daba el número de celular de mi mamá y ellos marcaban para asegurarse de a quién marcaba.

"Señora, ¿es usted la mamá de Cristy?, se la comunico. Mamá, voy a llegar en cinco días, cuida a las niñas, luego te platico", le explicaba. Tres veces fui a las casas de seguridad. Las fiestas duran tres, cinco días, hasta una semana. Mucho sexo, drogas y alcohol. Haces cosas de las que no quieres acordarte. Pero al menos te dejan avisar que estás viva y que volverás. Al final no son tan culeros; aunque supe de casos en donde las mujeres no volvían.

COMANDANTE GALO

"¿Cuánto cobras por irte conmigo?", me preguntó un señor muy malo, pero muy guapo. Llegó al bar y me sentó en su mesa. No sabía quién era, jamás hacía salidas, porque cuando trabajas en un bar nadie te respeta, eres mujer de la calle, no vales nada, te matan y a nadie le importa; siempre del bar a mi casa.

"Te voy pagar muy bien", insistió y puso bajo mi nariz una paca de billetes que sacó de la bolsa del pantalón. Finalmente va a pagarme, pero ¿y si quiere matarme?, pensaba. "No puedo salir, el patrón no lo permite", contestaba para que me dejara en paz. Andaba muy loco, a cada rato se levantaba al baño y volvía con los ojos cristalinos; se atascaba mucha coca. Con una servilleta le limpiaba la nariz. "¡No me limpies! ¿Qué no sabes quién soy?", gritaba encabronado. "No sé quién eres, ¿quién eres?", le preguntaba, pero se quedaba callado. De repente hablaba cariñoso y acariciaba mi brazo y después estaba jaloneándome. "Cálmate, contrólate", le pedía. "Te vas a ir conmigo ya", habló con fuerza y se paró a la barra a hablar con Javi, mi patrón.

No sé qué se dijeron, pero mi patrón hizo una seña de que fuera a la barra mientras el otro fue al baño a meterse más coca. "Qué más diera yo porque no te hubiera echado los ojos", empezó a decirme mi patrón, con tono de abuelo, "te recomiendo que te vayas con él y no lo contradigas; si dice que es rojo aunque tú sepas que es azul síguele el rollo; es muy sanguinario, es el comandante Galo de los Zetas".

Por temor, mi patrón, no le cobró mi salida del bar. "Diosito cuídame", me encomendé. Por mi cabeza pasaba mi mamá, mis hijas, mi hermana. Nos fuimos en una camioneta que manejaba como loco; dos estacas (guardaespaldas) iban en el asiento de atrás, llevaban cuernos de chivo y granadas de las que le dicen piñas. Terminamos en un motel. No quiso sexo, sólo que estuviera tomando y drogándome con él. No más cocaína, ni alcohol, pensaba, pero ¿y si le digo que ya no quiero y enloquece?, imaginaba mil cosas.

Seguimos inhalando y tomando cerveza hasta la mañana; él se empezó a quedar dormido. "Acuéstate a mi lado", me abrazó muy fuerte y no pude zafarme como en cinco horas. Cuando se despertó quiso llevarme a mi casa, pero se dio cuenta que le tenía pavor y que no quería que supiera donde vivía. "¿Qué acaso te hice algo anoche?", preguntó, pero no contesté. Solamente pensé: ¡Nombre! ¿Qué tal si se quiere pasar de verga con mi familia? Propuso ir de compras al centro de la ciudad. Sin estacas, sin camioneta ni armas; se fue limpio, nomás se llevó su credencial de elector; agarramos un taxi. Me pagó cinco mil pesos por mis servicios y compró el mandado para mi mamá; zapatos, leche y pañales para mis niñas y hasta un celular para mí.

Dentro de todo tenía buenos sentimientos. Lo malo es que a huevo quería saber dónde vivía. Estaba resignada, ya íbamos en taxi a mi casa cuando, por obra de Dios, le hablaron diciendo que había una emergencia. "Tengo tu número, y tú el mío", había hecho que apuntara un número de los cuatro teléfonos que cargaba, "cuídate mucho, te voy a marcar", advirtió. No quiero el celular, aunque me conviene, pensaba, es mejor llevármela tranquila y seguirle la corriente.

Pasó un mes, creí que cambiándome de bar ya no le vería. De La Preferida, pasé a La Buena Vida. Una noche estaba comiendo unos Ruffles verdes cuando entró al bar y me vio. Las piernas comenzaron a temblarme, sentí un infarto; el celular que me compró para comunicarse ni lo había sacado de la caja ―mi mamá me recomendó que ni lo tocara― seguía con uno de 300 pesos del Oxxo. Va a matarme o mínimo una desgreñada, pensé. Tres veces mandó a que fuera a su mesa con una de las muchachas. A la tercera de no ir, una compañera me pasó el mensaje: "dice el comandante Galo que si no vas a su mesa viene por ti". Fui a su mesa. "¿Qué no te acuerdas de mí? Soy inolvidable", fue lo primero que escupió. Intenté hacerme pendeja como que no recordaba, pero no pude, a la vez me gustaba y daba terror. Perfectamente recuerdo que iba vestido de tejana, cinturón, botines y una camisa vaquera negra con gallos de pelea bordados en las bolsas; se miraba alineado, muy guapo. Nuevamente no quise irme, pero terminé yéndome con él. Tuvimos sexo, nos metimos coca y tomamos whisky.

Cuatro meses después hubo un enfrentamiento entre los Zetas y el ejército; salvé el pellejo de milagro. Esa noche había quedado de recogerme en mi trabajo que estaba en el centro de la ciudad. Disque iba a pagarme mucho dinero y la chingada; ahora sí que era su juguetito, su diversión; para ellos las mujeres son eso. A las nueve estaba a dos calles del bar, iba casi llegando, cuando vi que donde están los cuatro semáforos, de un lado venía el ejército y del otro, Galo y tres camionetas más; se empezaron a dar con todo; les valió madres que hubiera gente que no tenía nada que ver; se chingaron a cuatro inocentes. Di en reversa para atrás y me escondí dando la vuelta a la esquina. Al otro día en el periódico leí: "Delincuentes y soldados se tirotean y se matan". En una de las fotos salió él hecho papilla. No le deseo la muerte a nadie, pero de cierta forma sentí tranquilidad. Porque cuando un hombre se obsesiona con una mujer es una tortura, nunca sabes a qué hora se le va a votar la canica.

SAN FERNANDO

Del cuartel militar de San Fernando nos llevaron con los ojos vendados a la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (SIEDO) en la Ciudad de México. Una voz de femenina gritaba: "¡Pinches mugrosos! ¡Pinches asesinos! ¿Cómo se atrevieron a matar a tanta gente inocente?" Como a las tres horas de haber llegado me retiraron la venda y supe que habían pasado cuatro días desde mi detención en el retén. El cuerpo me dolía como si lo hubieran masticado: el dedo medio del pie izquierdo lo tenía quebrado en dos partes, las costillas inflamadas, el tabique de la nariz hinchado y moretones en las piernas; aparte no escuchaba porque con la mano abierta golpearon mis orejas al mismo tiempo como si aplastaran una lata de aluminio. Llega un momento en el que ya no puedes, son demasiados los golpes; "mejor mátenme", pedía. Un marino se divertía poniéndome la pistola en la boca o le gustaba que agarrara con las dos manos el cañón de la metralleta y la colocara en mi frente.

En la SIEDO un ministerio público tomaba mi declaración cuando entró a la oficina un marinelo encapuchado. "Dame las hojas", le dijo al licenciado. "Vas a firmar aquí y aquí", me dijo señalando dos puntos en un par de hojas de papel. Las agarré, firmé y devolví. El marino las leyó, se quitó el casco y comenzó a golpearme la cabeza; el ministerio público se volteó para no ver. "¡Firma con tu nombre verdadero, pendeja!", había firmado con el nombre que tenía en la IFE que me habían dado en Tijuana.

"¿Y por qué voy a firmar si están en blanco?", contesté. "¡Ah no vas a firmar, hija de tu puta madre! Préstamela, ahorita la traigo", le informó al ministerio público. Pasamos por un patio donde había tres filas como de 20 personas sentadas como cebollitas, uno detrás de otra, con plásticos en las manos y vendas en los ojos. Con ellos estaba sentada cuando la voz femenina nos gritaba: "¡Asesinos!" Todos eran hombres y nomás cinco mujeres: una estaba embarazada y se la llevaron a Tijuana, otra a Mexicali y a las demás a Nayarit; lo supe después. El marino me metió a un baño, me cacheteó y amenazó con hacerle a mi hija lo mismo que a los cuerpos de las fosas de San Fernando. Tanto era mi daño psicológico que me bloqueé y firmé las hojas en blanco.

De la SIEDO me llevaron al Centro de Arraigo. Tuve que usar un pants gris y una camiseta roja, el color que le dan a los arraigados por secuestro y delincuencia organizada. Fui notificada que estaría 40 días bajo arraigo. Habían pasado dos semanas después de mi detención y apenas podía usar el teléfono para hablar con mi familia. Hablé a mi casa. Cuando pensé que las cosas ya no podrían ser peores me dijo mi mamá por teléfono:

"Mija, vino a buscarte un hombre pelón, alto, de barba, dijo que se llama Óscar, preguntó dónde estabas y que si sí trabajarías con él. No supe que decirle; quedó que regresaría después", dijo mi mamá luego de platicarle dónde estaba y el por qué estaba detenida. ¡Puta madre! Ya sé quién fue a buscarme, comencé a recordar. Días antes de mi detención había estado trabajando en Tamiahua, el pueblito cerca del mar. Estaba sentada en la barra cuando llegó un señor pelón, alto, de barba y mirada de maldito; sentí la vibra del demonio. Se sentó en una mesa y me habló. "Tráeme un agua mineral, por favor, y una cerveza para ti", creo que andaba crudo. Me senté con él y comenzamos a platicar. "¿Cuánto tiempo tienes trabajando aquí?" Le contesté que mes y medio. "Y, ¿de dónde eres?" Le dije de Poza Rica. "¡Ah, eres de donde están los mugrosos! ¿O me vas a decir que no conoces a los pinches mugrosos de los Zetas?" Le aclaré: "pues he oído de ellos, pero no tengo relación con esa gente, de lejitos es mejor".

"Ahora resulta que no los conoces, está bien. Te invito a trabajar conmigo, acá con el golfito, vas a ganar mucho dinero", aseguró. En mi ignorancia le pregunté: "¿Dónde queda eso? ¿Tú con quién trabajas o qué?""Con el cártel del Golfo", contestó. ¡Ah su máquina!, salgo de una y caigo en la otra, reflexioné. "Gracias, pero prefiero trabajar aquí", dije.

"O sea que te gusta estar soportando borrachos que te dicen pendejada y media, ¿prefieres tener que revolcarte con desconocidos hediondos?", preguntó. "Yo me revuelco con quien yo quiero", contesté molesta y ofendida. "Te hablan como si no valieras nada. Bueno, ya me voy", dijo, "te dejo mi número de teléfono; dame el tuyo". "No doy mi número", le corté la onda. "Me lo vas a dar, ¿sí o no?" Mejor se lo di porque parecía que iba a golpearme. Pasaron dos semanas y recibí un mensaje que decía: "¿Siempre sí prefieres trabajar conmigo o prefieres estar con los mugrosos de los Zetas?" Contesté: "no voy a trabajar, por favor no me moleste".

"Mamá, si regresa no le digas dónde estoy ni nada de la niña, di que te abandoné porque están involucrándome con el cártel de los Zetas y ese señor es del cártel del Golfo, ahorita con esto va a pensar que sí trabajo con los Zetas y es capaz de querer vengarse", le dije muy asustada. Porque en esto hay dos salidas: la cárcel o la muerte. Puedes escaparte de la ciudad, pero eso no resuelve el problema, te pegarán donde más te duele: en la familia. Los van a levantar y desaparecer.

Se espantó tanto mi mamá que se fue a vivir a la casa de mi abuela los dos meses que estuve en el arraigo. Con eso terminé de comprobar que las cosas te llegan solitas aunque no las busques, te pegan aunque te quites. Uno nunca sabe de quién huir, si de la delincuencia o de los militares.

CERESO

Terminó el arraigo y nos llevaron en autobús al aeropuerto del DF. Los policías dijeron que íbamos para la cárcel de Nayarit, ¿pero cuál? Apenas cruzamos las rejas aquí del CERESO y nos dijo la oficial que estábamos en Baja California; sentí que me desmayaba. Si mi familia no tuvo dinero para visitarme en el arraigo que estaba más cerquitas, menos hasta acá. Desde el día en que me fui de aventón a Reynosa, hace cuatro años, no los he vuelto a ver; solamente hablo por teléfono con ellos.

La cárcel era lo peor para mí. Estaba segura de que me golpearían para que les lavara la ropa o que me cobrarían piso por tener donde dormir; así como sale en la televisión, pero nada de eso. Durante mis primeros cuatro meses a las oficiales les hablaba con miedo, les decía afis, porque así les decíamos en el arraigo, pero me dijeron que nos las llamara así. Estoy inscrita en todo lo que puedo: en terapia de narcóticos anónimos, en macramé y en Reconstrucción Personal; un programa donde nos enseñan que valemos mucho como mujer, como madre. También estoy en la preparatoria, en libertad no había acabado la primaria. Trato de tomar las cosas de la mejor manera porque afecta bastante el encierro, más en los cumpleaños de mi hija; por eso ella es mi motorcito para salir adelante. El dolor lo he ido superando; ya puedo contar cómo me torturaron y a veces hasta me puedo reír. Nada gano mortificándome pensando que seré sentenciada a la pena máxima de más de 30 años. Brinque o me revuelque, no dejaré de estar presa. Allá, el de arriba, sabe por qué hace las cosas. Si tú estás en lo negativo, atraes lo negativo; hay que pensar positivo, pienso.

Entre nosotras hemos hablado del suicidio. Una compañera de mi celda se cortó los brazos, pero nomás hubo sangre, no pasó de ahí. Cuando se recuperó, le dijimos: "si lo quieres hacer bien hazlo en la yugular". "Es que no sé dónde", nos dijo. "No te hagas pendeja, bien que sabes dónde", le contestamos. Si nos queremos suicidar se puede con un rastrillo que tenemos escondido, pero te castigan cuando intentas suicidarte, te mandan sola a una celda y te esposan, en lugar de mandarnos con el psicólogo.

"Declaré", se supone, "que tenía tres meses trabajando con los Zetas; que ganaba siete mil pesos más cuatro mil de gastos quincenales; que me encargaba de ir al pueblo (San Fernando) a comprar víveres para darle de comer a los borregos o cabritos, como le dicen a los secuestrados; y que cuando iba por comida también checaba si había unidades de la Marina y las reportaba.

Tengo 23 años. Desde que llegué aumenté de peso cinco kilos, ahora peso 65. He aprendido a valorar desde un plato de comida hasta el aire que respiro. Durante varios meses el padre de mi hija envió dinero, después dejó de hacerlo. Hace dos años hablamos por teléfono, sabe que estoy presa. Lo último que supe de él es que quiere conocer a su hija. No ha ido para Veracruz porque renunció a la fábrica Panasonic en Tijuana, puso un taller de computadoras y no lo puede dejar.

Encuentran 4 cuerpos descuartizados en Tangancícuaro, Michoacán

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TANGANCÍCUARO, Mich.- Cuatro Personas fueron encontradas descuartizadas en la colonia Antorcha de este municipio, sin que hasta el momento las víctimas hayan sido identificadas, según informes de la Subprocuraduría Regional de Justicia de Zamora

Al respecto, la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) informó que la “Fiscalía Regional inició Carpeta de Investigación con relación a los hechos registrados en el municipio de Tangancícuaro, lugar donde fueron localizados los cuerpos sin vida de cuatro personas del sexo masculino”.

El múltiple homicidio se registró en la calle Paulina Aristegui del citado asentamiento urbano, sitio que fue acordonado por la Policía Michoacán, para evitar que los indicios existentes se contaminaran.

Posteriormente, el personal de la Unidad Especializada en la Escena del Crimen realizó las diligencias correspondientes, y se ordenó el traslado de los restos al Servicio Médico Forense para que se practicara la necropsia de ley.

Por su parte, la Secretaría de Seguridad Pública informó que, en estrecha coordinación con la Secretaría de la Defensa Nacional y la Policía Federal, ha reforzado el operativo en el municipio de Tangancícuaro.

Con la instalación de filtros de revisión en entradas a esta demarcación, las autoridades estatales y federales revisan vehículos y antecedentes penales a personas, en busca de sustancias ilegales, de dudosa procedencia o con reporte de robo.
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