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TERROR: Así secuestraron y mataron a 5 hombres en Guerrero

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Familiares y amigos de los jóvenes plagiados y después asesinados acudieron al sepelio de las víctimas, quienes fueron arrojados en la carretera con dos tiros en la cabeza cada uno

Guerrero.- Quien cuenta esta historia, es un hombre que le ganó a la muerte por unos pasos.

La noche del lunes su pueblo, Chacotla, en el municipio de Mochitlán, fue sitiado durante cinco horas por unos 40 hombres armados. Llegaron alrededor de las 10:30 de la noche y se fueron hasta las 3 de la madrugada. Nadie los molestó.

Cerraron la calle principal y se dirigieron a su primer objetivo. Una casa ubicada hasta el fondo de la comunidad montada en una loma. Buscan a personas en especial: a los hijos de Gabriel González, El Tigre, un hombre que de 42 años que desde hace siete años no está en el pueblo. Ahí durante 10 minutos tiraron balazos con cuernos de chivo a la casa y después entraron por Gabriel e Ismael González Cabrera, de 21 y 16 años respectivamente. Los golpearon y los subieron a las camionetas. Junto con ellos llevaron a su madre. Ismael estudiaba en la secundaria y Gabriel era ayudante de albañil.

Después bajaron hacia el centro de la comunidad y entraron a otra casa. A la vivienda de los sobrinos de El Tigre. De ahí se llevaron a los hermanos Juan e Isaías Cabrera Piña, de 17 y 22 años de edad. Los sacaron de la casa de sus abuelos. A los ancianos no les hicieron nada.

Después se dirigieron a la casa del hombre que cuenta esta historia. Sin embargo antes de que llegaran alcanzó a sacar a su hija, pero cuando regresó ya habían entrado: tenían a su esposa. No le quedó de otra que correr. Corrió hasta el cerro más cercano y de ahí no bajó hasta después de las 6 de la mañana. Su hija hizo lo mismo. A su esposa la subieron a las camionetas junto con los cuatro jóvenes y la otra mujer.

Después de tener a sus objetivos los armados comenzaron a saquear otras casas. Hicieron destrozos y se robaron dinero y cosas. Todos los pobladores se atrincheraron en sus casas.
A las 3 de la madrugada, los hombres se subieron a las camionetas y se fueron. Pero antes de salir al pueblo hicieron un última parada: se metieron a la casa de Alvaro Chino Romero y se lo llevaron. Esa noche el grupo armado se llevó a siete pobladores de Chacotla sin que nadie se lo impidiera. Nadie.

Esa noche, los pobladores escucharon que los armados se identificaron como policías comunitarios de la Upoeg. Pero también oyeron el nombre de Isaac Navarrete, el líder del Cartel de la Sierra y el de Celso Ortega, el jefe de Los Ardillos. “Venían revueltos”, dice el hombre que prefiere que no se diga su nombre. El octavo, los armados lo secuestraron de la comunidad de Mazatlán, una comunidad colindante de Chilpancingo.

A Chacotla la policía llegó hasta el otro día, pese a las insistentes llamada de ayuda. Las horas que vinieron fueron de incertidumbre. De diferentes números de celular algunos pobladores recibieron mensajes con amenazas y otros pidieron dinero para que fueran liberados. Pedían millones.

Después de 48 horas supieron de los plagiados. Alrededor de las 5 de la mañana del miércoles llegaron al pueblo las dos mujeres. Dos horas antes dejaron libres en el crucero que comunica con Chacotla. Caminaron hasta llegar a sus casas.

A las 6 de la mañana se supo el destino de los demás: estaban tirados en la carretera con dos tiros en la cabeza cada uno. Chacotla es un pueblito de apenas 300 habitantes que nunca los había topado la violencia de esta manera. Es una comunidad de hombres migrantes y campesinos dedicados a sembrar maíz. Chacotla no es más de una calle pavimentada rodeada de casas de adobe y otras de material.

Este jueves a las 4 de la tarde en Chacotla comenzaron a tocar las campaña de la pequeña capilla dedica a la virgen de Guadalupe. El repique marcó el inicio del colofón de aquella noche: el entierro de los cinco jóvenes.

LE GUSTA EL CRIMEN Y EL PELIGRO: A los 12 años "El Frijolito" fundó su propia banda de narcotraficantes

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Apenas tiene 17 años, pero su apodo ya es conocido en muchas lados por estar implicado en más de 30 homicidios en la ciudad de Cali, Colombia. 

"El Frijolito", quien también es acusado de ser responsable de extorsiones a comerciante y hurtos a residencias fue detenido por la policía.  
La violencia en América Latina ha:

BÚSQUEDA.

Para la autoridades colombianas este joven es bastante peligroso. "La ciudad se libra de una persona que puede continuar con estos hechos", declaró el comandante de la policía metropolitana, Hugo Casas.

Tras un seguimiento de cuatro meses, "El Frijolito" fue capturado en Cali el pasado lunes, pero no fue sino hasta ahora que se dio a conocer la noticia. 

"Esta detención obedece a operaciones que se han realizado en contra de estructuras que se dedican al narco menudeo y el homicidio”, informó Casas. 

RECLUSIÓN.

A temprano edad, 12 años, el joven se inició en el mundo de los asesinatos, y actualmente era el líder de una banda dedicada al tráfico de drogas llamada "Los Ave María". 

Tras su detención, "El Frijolito" fue llevado a un centro de rehabilitación para menores, y será hasta que cumpla la mayoría de edad cuando se traslade a una cárcel de adultos.

Niegan amparo contra “El X-20” o “El Pelón” líder del "Cartel del Golfo"

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De acuerdo con el Noveno Tribunal Colegiado, se cumplen todos los requisitos necesarios para que se entregue a EU a Mario Armando Ramírez Treviño, alias El X-20 o El Pelón

Mario Armando Ramírez Treviño, alias “El X-20” o “El Pelón”, uno de los principales líderes del “Cártel del Golfo”, podría ser extraditado a Estados Unidos para que sea juzgado por una Corte Federal del Distrito de Columbia, en Washington, una vez que le fue negado el amparo que solicitó para impedir esta acción.

Las autoridades estadounidenses han informado que el imputado, quien está en la lista del Gobierno federal de los 122 objetivos prioritarios del crimen organizado, enfrenta tres cargos vinculados al narcotráfico y el crimen organizado.

De acuerdo con el Noveno Tribunal Colegiado en materia penal, se cumplen todos los requisitos necesarios para que se dé la extradición del supuesto criminal, quien en caso de recibir sentencia condenatoria no podría recibir pena de muerte, ya que la ley mexicana no contempla este castigo y en el proceso de extradición se comprometen las autoridades de aquel país a cumplir con el acuerdo de no imponer penas que no estén en la legislación mexicana.

El expediente 45/2016 publicado en las listas de acuerdos, precisa la negativa del recurso de amparo solicitado el 31 de julio de 2016, por la defensa.

En la resolución del tribunal se afirma que los soldados no cometieron violaciones procesales en la captura y tampoco las hubo en el proceso de extradición solicitado a la Secretaría de Relaciones Exteriores, por lo que se cumplen los requisitos para su puesta a disposición de la autoridad que lo requiere en aquel país.

Ramírez Treviño fue detenido al inicio de esta administración, el 13 de agosto de 2013, por elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional en un aparatoso despliegue por tierra y aire, en Reynosa, Tamaulipas, bastión del “Cártel del Golfo”, a quien se le atribuye la violencia en la entidad por el control de las rutas de trasiego de drogas, armas y dinero, en disputa con el “Cártel de Los Zetas”.

El día de su aprehensión estaba con Pedro Cruz Barrios y Gerardo López Ruíz, quienes también fueron detenidos y puestos a disposición del Ministerio Público de la Federación. Al grupo delictivo les fueron aseguradas tres armas largas, nueve teléfonos celulares, 38 mil dólares, 25 mil pesos y 11 centenarios.

Video, CDG matamoros -Z vieja escuela anuncia limpia en Tamaulipas

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Señores se les dijo q se alinearan las órdenes son respetar a el pueblo y limpiar la plaza se les dijo aliniense y no hicieron caso aquí están las consecuencias a todo aquel q tenga cuentas pendientes se les da una última llamada aliniense el pueblo lo vamos a proteger todo aquel q se sorprenda robando o jalando para los contras aténgase a las consecuencias sobre aviso no hay engaño aliniense estamos limpiando el pueblo seguimos avanzando alas ordenes de el señor Cortez atte CDG matamoros -Z vieja escuela comandante cortez.

Así mismo aclaramos k lo k es cano, chore, chivo el águila 7.25 y demás que colaboran con ellos no pertenecen a los z de la vieja escuela ni a ningún otro cartel

Fotografías, Golpean y amputan dedos a menor de 14 por rata en Matamoros Tamaulipas

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Matamoros Tamaulipas Col José María Morelos, en calle Leona Vicario y Carmen Serdan hallan a niño de 14 años golpeado y con dedos amputados.

Autoridades de inmediato se trasladaron al lugar para brindarle los  primeros auxilios.

Según testigos afirman que esto pasó porque el menor lo sorprendieron robando, víctimas con molestia y enojo lo golpearon y le amputaron varios dedos.

Padres cuiden a sus hijos; hay algunos que en verdad hacen daño a la sociedad y ahí andan llorando que son unos niños buenos. 



El ´Chino Ántrax´ el escolta de la familia Zambada que se convirtió en Jefe

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Miembro del cártel de Sinaloa desde finales de los noventa, identificado como escolta de la familia Zambada desde los primeros años del nuevo siglo, y reconocido como líder sicario del brazo armado los Ántrax del Cártel de Sinaloa desde 2008, José Rodrigo Aréchiga Gamboa está ubicado por las autoridades –extraoficialmente– como autor material e intelectual de decenas de homicidios cometidos en contra de los integrantes de Cártel de Los Beltrán Leyva y los Carrillo Fuentes en Sinaloa, Sonora y Baja California, por lo menos desde 2007.

Durante los últimos cinco años, reportes periodísticos advierten su paso por Sinaloa, Sonora y Baja California, pero en ningún estado existe orden de aprehensión o expediente abierto en su contra; la Procuraduría General de la República (PGR) tampoco lo buscó nunca.

Datos recientes indican la ampliación de su actividad criminal a Guerrero, Morelos y Estado de México, pero de nuevo los datos constan solo en versiones de las áreas de investigación y/o inteligencia que proporcionan información a la prensa, pero casi nada consta en expedientes, con excepción de los dichos de algunos criminales detenidos que aseguran “trabajar” para el Chino o Los Ántrax.

En Baja California Sur, la PGR iniciaba apenas la investigación de una línea que ubicaba a Rodrigo Aréchiga como presunto responsable de ordenar el asesinato de Francisco Arellano Félix el Doctor, cometido en el municipio de Los Cabos el 18 de octubre de 2013.

Sus actividades criminales con el Cártel de Sinaloa empezaron de la mano de Vicente Zambada Niebla, el Vicentillo. Veinteañeros ambos, dos, tres años más joven José Rodrigo Aréchiga Gamboa el Chino Ántrax, llegó a Baja California como escolta del hijo de Ismael el Mayo Zambada, a finales de los años noventa, cuando la pugna entre la mafia sinaloense y el Cártel de los Arellano Félix se recrudeció en Tijuana y Mexicali a partir de la escisión intencional del CAF, que peleó a sangre encabezar criminalmente el territorio de las californias.

La presencia del Chentillo y su gente en Tijuana obra en expedientes criminales que datan del año 2000, señalados como jefes criminales de un grupo de matones, integrados por policías y ex policías responsables de varias muertes, entre ellas del jefe de la policía de Tijuana, Alfredo de la Torre .

De entonces su relación y amistad con Cenobio Flores y/o Luis Fernando Castro Villa el Checo (prófugo) y Gonzalo Inzunza, el Macho Prieto (presuntamente muerto en Sonora 18 de diciembre 2013), designados para coordinar criminalmente la plaza Mexicali para la mafia sinaloense.

Entre 2007 y 2009, expedientes oficiales y extraoficiales de la procuraduría del estado mencionan la presencia de sicarios sinaloenses, trasladados exprofeso a Mexicali, para asesinar a policías y civiles que sirvieran al Cártel Arellano y al Cártel Beltrán Leyva. Para entonces los Ántrax ya se habían convertido en el brazo armado del Cártel de Sinaloa encabezado por los Zambada. Los narco-corridos refiriendo la relación de Rodrigo Aréchiga con los líderes narcotraficantes de Baja California empezaban a inundar las redes sociales.

Precisamente en la capital bajacaliforniana el Chino Ántrax hizo relación con Alfonso Arzate el Aquiles, cuando este último, apoyaba en el valle el movimiento de cargamentos de droga realizados por el Macho Prieto.

Arzate y Aréchiga escalaron espacios en el organigrama delictivo prácticamente al mismo tiempo: el primero desplazando a Fernando Sánchez Arellano el Ingeniero, aprovechando la debilidad financiera del CAF originada por su pugna interna con Eduardo García Simental, el Teo, y el segundo tras la detención de su jefe directo Vicente Zambada en marzo de 2009.

Desde entonces eran comunes los traslados del Chino Antrax de Culiacán a Los Cabos, Tijuana o Mexicali, para supervisar el trasiego de su droga y la de Ismael Zambada Imperial, el Mayito Gordo, la cual cruzaban por toneladas a Baja California Sur y por las entidades bajacalifornianas. Lo hacían protegidos por los cabecillas de las células de traficantes locales.

Su presencia constante en ambas regiones también estuvo resguardada por cuantiosos pagos a las policías estatales y municipales. De hecho en Baja california hubo poca referencia a su presencia, después de los asesinatos de Alfredo de la Torre (Tijuana 2000) y del ex comandante José Ramón Velázquez (Mexicali 2007), quien reveló la presencia de grupos armados del Cártel de Sinaloa en Mexicali solapado por la Procuraduría del Estado y respaldados operativamente por agentes ministeriales.

Rodrigo Aréchiga en BCS

La presencia de este personaje fue detectada en febrero del 2011 en Baja California Sur, cuando la policía municipal de Los Cabos detuvo a un vendedor de droga y en los celulares le encontraron fotografías de armas largas, granadas, vehículos blindados y un cartel que circulaba entre los celulares de delincuentes y donde eran convocados a formar parte de “Las Fuerzas Especiales de los Ántrax” en ese municipio.

El vendedor de droga fue consignado al Centro de Operaciones Estratégicas (COE) y los datos obtenidos del teléfono ayudaron a los investigadores a detectar la presencia de Noé Castro, identificado como el R1, quien en ese entonces funcionaba como brazo derecho de José Rodrigo Aréchiga Gamboa en la comunidad comondueña.

El criminal, presunto hermano de Christopher y Redelio Castro, este último conocido como el Pocho Ántrax, -asesinados el 14 de mayo del 2009 y el 7 de marzo del 2010, respectivamente-, había iniciado operaciones en Los Cabos y fue identificado por fuerzas militares como la persona que grabó un audio enviado al Ejército para anunciar el inicio de operaciones de este grupo de sicarios.

En su comunicado aseguraban que habían llegado a defender a la población de la posible entrada de Los Zetas, por órdenes de Ismael el Mayo Zambada.

Detrás de el R1, de acuerdo con el trabajo de inteligencia de la PGR y la Sedena, aparecía el Chino Ántrax, quien temporalmente vivió en Los Cabos y estuvo a punto de ser capturado en el 2012, cuando elementos federales realizaron tres cateos en el exclusivo fraccionamiento de El Pedregal de Cabo San Lucas; el hombre escapó y las fuerzas del orden solo lograron asegurar drogas y armas.

En este operativo especial realizado en junio del 2012 participaron agentes de la PGR y efectivos de la Sedena y la Marina, quienes, sigilosos, únicamente utilizaron unidades terrestres.

Desde entonces no se tuvo mayor registro de él en Los Cabos, hasta que —de acuerdo con un funcionario de la PGR— se inciaron pesquisas para confirmar que fue el responsable de planear y ordenar el crimen de Francisco Rafael Arellano Félix en Los Cabos, a través de un sicario de su confianza identificado como el R1. El motivo, indican las fuentes consultadas, fue que Rafael Arellano había reiniciado sus actividades delictivas aunque constreñidas al lavado de dinero, pero Aréchiga quería dejar claro de quién era la plaza.

La PGJE confirmó que aunque todavía no termina la investigación por el homicidio Arellano, tiene indicios de que el responsable del crimen pudo ser un matón identificado como R13, el cual coincide con el homicida en rasgos y complexión física, pero en el estado reiteraron que tienen a otros dos sospechosos

Los Ántrax

Limitada es la información y expedientes oficiales que contiene el nombre y crímenes cometidos por José Rodrigo Aréchiga Gamboa, el Chino Ántrax; la única procede de autoridades de Estado Unidos, básicamente la acusación sellada 13-CR-4517-DMS emitida por la fiscalía en San Diego, California del 20 de diciembre de 2013, y la alerta del Departamento del Tesoro de Estados Unidos emitida –con todo y fotografía– el 8 de enero de 2014.

“…es responsable de la selección y eliminación de rivales de Zambada García”, “también se encarga de la transportación y asuntos de logística”, acusó el gobierno norteamericano.

En México la actividad de los Ántrax y sus jefes delictivos está revelada en notas periodísticas fundamentadas conforme a sus autores, en versiones proporcionadas por La Secretaría de la Defensa, las Secretarías de Seguridad, la Procuraduría General de la República y hasta los Servicios Médicos Forenses asentados en Sinaloa, Sonora, Baja California, Guerrero, Distrito Federal y Estado de México.

Conforme a estos datos, las autoridades han combatido este brazo armado dedicado a proteger las espaldas de la prole del Mayo Zambada y asesinar a los competidores, que en el primer momento de la pugna sinaloense fueron defendidos por Los Zetas, quienes ingresaron al territorio criminal para proteger los intereses delictivos de los hermanos Beltrán Leyva en la pugna iniciada contra Guzmán y Zambada entre 2007 y 2008.

De quienes iniciaron este grupo de sicarios, desactivaron a Manuel Torres Félix el Ondeado, criminales opositores proporcionaron información y elementos del Ejército Mexicano lo abatieron el 13 de octubre de 2012.

En condiciones similares, pero esta vez enfrentado con personal de la Secretaría de Marina, murió (presuntamente, la PGR no ha dado información de la posesión del cadáver) Gonzalo Inzunza el Macho Prieto el 18 de diciembre de 2013; la Comisión Nacional de Seguridad confirmó el deceso al día siguiente. Y al chino Ántrax lo detuvieron en Holanda 13 días después.

Jenni Rivera se negó a pagar piso en algunas plazas;tenía una regla de no dar dinero a delincuentes

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El ex mánager de la fallecida Diva de la Banda, dio a conocer que en algunas ocasiones lo hizo, para proteger sus vidas

Por varios años, Gabriel Vázquez fue el mánager de la cantante Jenni Rivera, sin embargo, su relación laboral no terminó del todo bien.

Mucho se habló que la fallecida Gran Señora, interpuso una demanda en contra de Gabriel Vázquez por robo.

En entrevista para Las Mañanitas Show, el ex mánager de la Diva de la Banda, aclaró:

“NUNCA HUBO UNA DEMANDA DE ROBO, HABÍA UNA DEMANDA LABORAL POR NO TENER LICENCIA DE AGENTE”. 

Gabriel Vázquez, habló que en vida, Jenni se rehusó a “pagar piso” en varias plazas de México.

“En México se tenía que pagar piso en algunas plazas”.

“JENNI TENÍA UNA POLÍTICA QUE DECÍA QUE ELLA NUNCA LE IBA A DAR DINERO A ESOS DELINCUENTES”. 

El ex mánager de Jenni, señaló que eso se arreglaba con cada promotor de cada de zona, de cada lugar donde iban: “se sacaba un porcentaje; a veces era de cinco, a veces era de diez”.

Según Gabriel Vázquez, los problemas con Jenni comenzaron, cuando él pagó “piso” a espaldas de la cantante, con la única intención de proteger sus vidas, pues al no pagar la “cuota establecida”, recibían muchas amenazas de muerte.

Comentó que antes de que falleciera la Jefa de Jefas, hicieron las paces aunque la demanda seguía en pie.

La historia del escuadrón de la muerte, sicarios que salen del Cereso para ejecutar a sus rivales Los Zetas

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Los hechos son tan aterradores que rebasan los límites de todo lo creíble. ¿Quién creería, por ejemplo, que la directora de una prisión estatal dejaría salir en la noche a un grupo de asesinos convictos y les prestaría vehículos oficiales, fusiles de asalto automáticos y chalecos antibalas para que pudieran matar a decenas de inocentes en un estado vecino, cruzar rápidamente la frontera estatal y regresar a la prisión, tras las rejas de una coartada perfecta? ¿Quién creería que una organización paramilitar narcotraficante compuesta por ex miembros de las Fuerzas Especiales del Ejército Mexicano secuestraría a un policía municipal, lo torturaría para que confesara los detalles descritos arriba sobre el escuadrón de sicarios reos, grabaría la confesión en video, mataría al policía ante la cámara con un tiro al corazón y subiría el video a YouTube? ¿Quién podría imaginar que, horas después de que el video de la confesión y la ejecución apareciera en el Internet, el Procurador General de Justicia arrestaría a la directora del penal y unos días después, en una conferencia de prensa, reconocería plenamente que el escuadrón de la muerte de prisioneros había operado durante meses y había matado a diez personas en un bar en enero de 2010, a ocho en un bar en mayo de ese año y a diecisiete en una fiesta de cumpleaños en julio? Es difícil creerlo, pero todo es verdad.

La ciudad es Torreón, Coahuila, que comparte la frontera con el estado norteamericano de Texas. El 31 de enero de 2010 un convoy armado atacó tres bares en Torreón, matando a diez personas e hiriendo a cuarenta. Cinco meses después, el 15 de mayo, un convoy armado atacó la fiesta de inauguración de un nuevo bar en Torreón, matando a ocho personas e hiriendo a veinte. El 18 de julio, alrededor de la 1:30 a.m., un convoy armado paró frente a una fiesta de cumpleaños en la Quinta Italia Inn en Torreón. Cinco hombres con chalecos antibalas y fusiles de asalto AR-15 irrumpieron en el salón de fiestas, disparando indiscriminadamente. Mataron a diecisiete personas incluyendo a Carlos Antonio Mota Méndez, que ese día festejaba su cumpleaños 31, a su hermano Héctor José y a cuatro miembros del grupo musical Ríos. Hirieron a otras dieciocho personas. Después de cada masacre los asesinos atravesaban de nuevo la frontera estatal de Coahuila a Durango y regresaban al Centro de Readaptación Social (Cereso) de Gómez Palacio. La directora del penal, Margarita Rojas Rodríguez, dejaba instrucciones para que se les permitiera entrar sin problemas.

Pero nadie lo hubiera creído. El número de asesinados por la guerra del narco aumentó, los encabezados contaban los muertos en el lugar de los hechos de cada masacre y los investigadores federales especulaban que los dueños de los bares debían de tener vínculos con el crimen organizado. De alguna manera, los muertos debían de haber estado metidos en algo. Y entonces, el jueves 23 de julio de 2010, alguien subió un video al Internet que poco después fue reproducido en el sitio web blogdelnarco.com. Quizás quieras mirar a otro lado.

El video comienza con tres hombres en la pantalla —la imagen es algo temblorosa, la resolución es baja. Dos hombres están de pie con fusiles de asalto AR-15, camisetas, chalecos militares cargados de municiones y lo que parecen ser máscaras de hockey negras estilizadas que cubren sus rostros desde abajo del mentón hasta arriba de la frente. El tercer hombre está entre ellos, arrodillado, sin camisa, con las manos atadas a la espalda. Sólo su cara y parte del pecho están visibles en la pantalla. Una voz fuera de cámara pregunta: “¿Cuál es tu nombre?” El hombre arrodillado contesta: “Rodolfo Nájera.”

El rostro de Nájera está deformado. La hinchazón bajo su ojo izquierdo daba la impresión de que le hubieran implantado una piedra quirúrgicamente bajo la piel. La mitad de la oreja izquierda está despegada. La sangre corre de esa oreja y baja por el pecho. Nájera mira la cámara y contesta cada pregunta rápidamente y con precisión. Sabe que los hombres de la cámara lo van a matar.

—¿En qué trabajas? —pregunta la voz fuera de cámara.

—Soy policía de Lerdo —contesta Nájera.

Habla con dificultad. Su voz parece extrañamente baja en contraste con la voz fuera de cámara que pronuncia las palabras con claridad, fuerza y calma, como quien está acostumbrado a ejercer la autoridad.

—¿Edad?

—Treinta y cinco.

—¿Para quién trabajas?

Nájera hace una pausa.

—Para el Pirata.

—¿Quiénes son esos?

—Unos puchadores de Lerdo —Nájera usa la palabra “puchadores”, que viene del término inglés pusher y significa narcomenudista.

El video está editado, los cortes son evidentes. El rastro de sangre que corre por el pecho de Nájera se multiplica y se alarga cada vez que la imagen salta hacia adelante en el tiempo. La voz fuera de cámara pregunta quién controla a los traficantes. El Pirata. Pregunta para quién trabaja el Pirata. Nájera dice que para el Delta.

—¿Quién es el Delta?

—Uno que está en el Cereso.

Nájera tiene una contracción nerviosa, su cabeza salta hacia la derecha y regresa.

—¿Cómo se llama el Delta?

—Daniel Gabriel.

—¿Y ése qué? ¿A qué se dedica? ¿Qué hace?

—Manda a asesinar a toda la gente.

—¿Qué hace en el penal?

—Lo agarraron con droga y armas.

—¿Está prisionero?

—Sí.

—¿Cada cuánto sale del penal?

—Todos los días después de las ocho de la noche.

—¿Quién lo deja salir?

—La directora.

—¿Cómo se llama la directora?

—No sé cómo se llama la directora.

Hay una pausa y se escuchan voces en el fondo. Otras voces se oyen y suenan como si salieran de radios, radios de policía. El viento se escucha en el micrófono de la cámara y se le ve agitando las ramas de los árboles en el fondo. El hombre a la izquierda de Nájera con una camiseta azul mira al suelo, mueve su peso de un pie al otro y vuelve a mirar a la cámara. Lleva una cachucha de beisbol volteada hacia atrás bajo la máscara. Es varios centímetros más bajo que el hombre a la derecha y parece delgado, pálido y muy joven.

La voz fuera de cámara pide nombres, apodos y rangos de los policías y funcionarios públicos que protegen al escuadrón de la muerte de la prisión. Nájera se resiste pero da un nombre cada vez que la voz pregunta: “¿Quién más?” En este momento la cámara se aproxima y enfoca el rostro de Nájera. Su ojo derecho está cerrado de la hinchazón. Tiene contusiones, cortadas y marcas de quemaduras en toda la cara. Nájera da otro nombre e instantáneamente recibe la misma pregunta: “¿Quién más?” Hace una pausa, su rostro se contrae. El hombre con la camiseta azul desplaza la mirada de la cámara hacia él y entonces, tranquilamente, toma la oreja semidesprendida y la dobla hacia abajo. Nájera da otro nombre. Y otro, y otro, y otro, hasta que se corta la escena. En el siguiente cuadro, Nájera está jadeante, forcejeando. El hombre de la camiseta azul está parado un poco atrás, apuntando el fusil a su espalda. La voz pregunta quién es el Güero Pollero. Nájera dice que es el que sale con el escuadrón de la muerte para matar gente en los bares de Torreón. La voz pregunta quién lo mandó y por qué. Nájera dice que un hombre llamado Arturo, de quien se dice que huyó a Guadalajara, mandó al Güero Pollero a presionar a los Zetas en Torreón. Aquí se puede escuchar otra voz fuera de cámara a la izquierda de Nájera, instruyéndolo. Los hombres armados son Zetas, miembros del cártel de ex miembros de las Fuerzas Especiales que ha sido el blanco principal de las operaciones federales antinarcóticos durante la guerra del presidente Felipe Calderón y que prosiguió con el gobierno de Peña Nieto. En una breve pausa mientras Nájera contesta la pregunta sobre por qué, la voz a su izquierda lo incita: “Para ponerle gorro a los Zetas”. Nájera acata la insinuación enseguida, hablando sobre la voz fuera de cámara: “Por ponerle gorro a los Zetas”.

La voz que conduce la interrogación pregunta: “¿Quién mató a la gente de la Quinta Italia?” Nájera responde: “También, el Güero Pollero y su gente por órdenes de Arturo”.

Nájera describe entonces cómo los asesinos salen del penal fuertemente armados, con chalecos antibalas, en vehículos de la prisión. Se puede escuchar una voz fuera de cámara susurrando a quien conduce la interrogación. Nájera describe cómo la directora del Cereso permite que los asesinos salgan del penal con plena conciencia de que salen para asesinar. Repite los detalles varias veces: los hombres salen del penal en la noche en vehículos del penal, con armas del penal, para matar a gente inocente en el territorio de los Zetas, y la directora lo permite todo.

El video tiene nueve minutos y 54 segundos. En el segundo 9:21 la imagen se corta y de repente es de noche. Los hombres armados están a ambos lados de Nájera. Un fuerte ruido mecánico resuena en el micrófono, quizás un generador o el motor de un camión. Luces de automóviles y de lámparas iluminan el rostro golpeado de Nájera. La sangre que corre por su pecho es ahora un espeso caudal. La voz fuera de cámara dice que los de “la última letra” no cometen actos de barbarie ni matan a gente inocente. La voz pregunta por qué entonces la gente de Gómez Palacio mataría a gente inocente en su territorio. La voz pregunta si prefieren matar a gente inocente porque no pueden enfrentarse a “la última letra”, a los Zetas. Nájera responde: “Sí, señor”.

—¿Porque no nos pueden derrotar?

—No, señor.

La imagen se corta nuevamente. Ahora Nájera está arrodillado solo...

Dos sombras se alejan, una de cada lado. Se escucha un disparo y cae hacia adelante. El video apareció en Internet el jueves en la noche. La mañana siguiente oficiales federales detuvieron a Margarita Rojas Rodríguez, la directora del Cereso de Gómez Palacio, y a otros tres oficiales del penal. El domingo, el portavoz de la Procuraduría General de Justicia anunció los arrestos y la responsabilidad del escuadrón de la muerte por las masacres recientes en Torreón

Las Sicarias con cara de inocentes, nueva técnica del narco para provocar terror y seducir

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Joselyn Alejandra Niño era la última de las tres integrantes del Cártel de las Flacas que aún estaba con vida. 

El hallazgo de su cuerpo desmembrado cerca de la frontera con Estados Unidos, más precisamente a pocos kilómetros del puente internacional que une Brownsville y Matamoros, abrió toda una trama que involucra a mujeres en el negocio de las drogas.

El hecho fue ignorado por los medios de comunicación mexicanos pero no ocurrió lo mismo en la prensa estadounidense, sobre todo la de Texas. The Daily Beast citó un artículo, en el que se describe la suerte que corrió Joselyn.

De acuerdo a lo que se publica, ellas tres representaban, hasta su muerte, el nuevo modelo del sicariato en México. Se trata de mujeres delgadas, con figura de modelos, chalecos antibalas y cadenas de oro colgando sobre su cuello.

El cabello peinado hacia atrás, con los lentes de sol sobre su cabeza, es otra de sus características, así como los brazos descubiertos que dejan ver algunos tatuajes. No son las típicas mujeres del narco; son más bien jóvenes escuálidas.

Andrew Chesnut, profesor de Estudios Religiosos de la Universidad de Virginia, afirma que este es un fenómeno creciente en México. "Desde 2007, cuando el ex presidente Felipe Calderón intensificó la guerra contra las drogas, ha habido un crecimiento fenomenal en asesinas femeninas o 'sicarias', que a menudo pueden operar más sigilosamente que sus homólogos masculinos", afirmó Chesnut en una entrevista a IBTimes, otro de los medios norteamericanos que narró lo que sucedió con Joselyn.

"Muchas, como Joselyn, son reclutadas de las cárceles por su apariencia de niñas buenas. La idea es que los cárteles rivales y la Policía no puedan imaginar que una 'chica flaca' sea una asesina a sueldo", subrayó.

El sitio Sin Embargo consigna que el hecho de que "La Flaca" haya sido encontrada en la frontera entre México y Estados Unidos no es fortuito. Estados Unidos es la principal fuente de armas de fuego ilegales en México, de acuerdo con datos difundidos por la Agencia de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF, por sus siglas en inglés).

La zona donde la joven operaba está en medio de una batalla continua entre las distintas facciones del Cártel del Golfo. Ella estaba con la facción de "Los Ciclones", anteriormente conocida como "Los Escorpiones", cuyos enemigos son "Los Metros".

El Daily Beast informa que un camión fue encontrado abandonado en un estacionamiento en la ciudad de Matamoros el fin de semana ante pasado. En la parte de atrás del camión se encontraron tres hieleras de cerveza. Una de ellas, de color azul y blanca fue abierta tan sólo para revelar un pie derecho desnudo y un brazo derecho, delgado, que llevaba un tatuaje distintivo. "Niño", decía.

La mano encontrada en la hielera azul y blanca tenía los "mismos dedos delicados" que habían sostenido el rifle de asalto, dice el portal estadounidense. Con seguridad, las partes del cuerpo encontradas eran las de la última de "Las Flacas". Los otros dos refrigeradores contenían partes de dos cuerpos, pertenecientes a una segunda mujer y a un hombre, que también podrían haber sido sicarios de "Los Ciclones".

El día que los Zetas y El Cártel de Los Beltrán Leyva acabaron con La Gente Nueva del CDS

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La balacera de la Tubutama en Sonora fue el mayor enfrentamiento entre dos grandes cárteles rivales de la droga que se haya tenido registro en México.

Y que duro alrededor de 12 horas según refieren testigos con un saldo oficial de 21 muertos y varios más heridos sin cuantificar ya que algunos sicarios que participaron en la balacera lograron huir, este enfrentamiento fue protagonizado por sicarios de la “Mochomera” pertenecientes al Cártel de Los Beltrán Leyva.

Contra sicarios de “La Gente Nueva” del lado del Cártel de Sinaloa, el enfrentamiento se dio el jueves 1 de julio del 2010 y se dice que una caravana de unas 50 camionetas de Los Beltrán Leyva prepararon el ataque en contra de la Gente Nueva dejando el saldo de 21 muertos, esta balacera se dio a raíz de que los hermanos Beltrán Leyva.

Y sus antiguos socios y aliados el Cártel de Sinaloa comandados por Joaquín El Chapo Guzmán rompieran relaciones y entraran en una guerra de cárteles en el 2008 a consecuencia de la captura de Alfredo Beltrán Leyva “El Mochomo” el hermano menor de los Beltranes ya que estos acusaron al Chapo Guzmán de traición señalando que fueron los del cártel de Sinaloa los responsables de entregar al Mochomo a las autoridades desatándose una guerra que actualmente perdura.

Precisamente los sicarios de la Mochomera tomaron el nombre del apodo de Alfredo Beltrán Leyva como un recordatorio de este líder y este enfrentamiento fue uno de los tantos que se dieron con el Cártel de Sinaloa pero este fue el más sangriento que se haya dado desde que inicio la guerra contra el narcotráfico por el número de abatidos en un solo enfrentamiento además de que en esta balacera no participaron las fuerzas de seguridad publica ya que fue un enfrentamiento de sicarios contra sicarios.

Se dijo que todos los muertos fueron del lado del cártel de Sinaloa y hasta “El Navajas” o “El 01″, quien fuera líder en Sonora del grupo “Gente Nueva” también cayó abatido durante la balacera de la Tubutama.

Así describieron los pobladores que les tocó vivir este enfrentamiento que quedo grabado en sus recuerdos.

Fue en pleno desierto, en el punto llamado "El Tercer Mundo" a 25 kilómetros de la frontera; entre Saric, Tubutama y Altar con rumbo al Sásabe, Sonora alla en el corazón del Desierto de la Muerte.

Las refriegas fueron atribuidas a sicarios del Cártel de Joaquín "El Chapo" Guzmán y a leales a los Beltrán Leyva, en disputa por el control de ese punto de trasiego de droga.

¡¡Esos son hombres!! dice una mujer en la plaza monumental de Magdalena; darse de balazos desde la siete de la noche hasta las ocho de la mañana, pues sólo los que quieren morir se baten en pleno desierto…reafirma esta guapa sonorense.

¿Y por qué no todos los hacen así..hijuela desde cuando se hubieran terminado tantas broncas?

"Mire dicen que se citaron o se encontraron y darse de madrazo sólos entre ellos. Eran como más de cincuenta y en más de veinte camionetas de uno y otro lado..hasta el pueblo( de Saric) se veía la polvadera..ni quien se metiera..pues que se maten o se tomen cariño entre ellos..alla el gusto de cada quien"

¿Y nadie tomo video? pregunto inocente y ávido adolescente...

¡Ni de loco, plebe!..pa que me tiraran como alguna vez a los del Tec de Monterrey..ya ves que dicen que unos batos sacaron su video teléfono y con la luz los ubicaron y les tiraron.

Después de la balacera el paisaje parecía de una escena de guerra más de una docena de camionetas algunas de lujo yacían llenas de agujeros de balas, algunas camionetas y coches tenían pintadas la letra de “x” y a sus costados de los vehículos los cuerpos de 21 personas muertas portando uniforme táctico como si fueran otro ejército, eran los cuerpos de sicarios pertenecientes al ejercito del cártel de Sinaloa, algunos otros más estaban tirados sobre los matorrales ya que algunos alcanzaron a correr cuando se dio la balacera pero cayeron abatidos metros adelante no sabían de dónde venían los disparos fue una masacre una emboscada, los que alcanzaron a refugiarse lograron repeler la agresión y extender la balacera por varias horas pero poco a poco fueron cayendo, otros tantos más lograron huir ese mismo dia en ese mismo enfrentamiento cayó abatido “El 01” “El Navajas” líder de la Gente Nueva en Sonora que significaba un fuerte golpe al cártel de Sinaloa.

La investigación sobre lo sucedido

Integrantes del cartel de los hermanos Beltrán Leyva en coordinación con el grupo delictivo de los Zetas, atacaron a narcotraficantes del cartel de Sinaloa que comanda Joaquín El Chapo Guzmán en Sonora, ataque que dejó un saldo de 21 muertos y 9 detenidos.

Un convoy de al menos 50 vehículos de modelo reciente ese día del enfrentamiento tránsito por la carretera federal de la entidad procedentes al parecer de Los Mochis, Sinaloa y Navojoa con rumbo al poblado de Tubutama.

Testigos de estos hechos, informaron que la tarde noche del miércoles 30 de junio, un convoy de al menos cincuenta vehículos de reciente modelo procedentes de la parte sur del estado, viajaba por la carretera federal y en un momento determinado este se dividió en dos contingentes para entrar uno por la zona de El Ocuca en la carretera a Caborca y otro por la parte de Magdalena de Kino hacía Tubutama.

Los sicarios, presuntos integrantes del cartel de los hermanos Beltrán Leyva en coordinación con los Zetas, habrían llegado a Tubutama alrededor de las 21: 00 horas y tuvieron tiempo de preparar el ataque contra sus rivales, el cartel de Sinaloa.

Las declaraciones de residentes del lugar señalan que la balacera se registró pasadas las dos de la madrugada del 1 de julio del 2010 y está duro varias horas.

Las ráfagas de cuerno de chivo, señala un habitante, se escucharon en varios puntos del poblado.
Ya durante las primeras horas del jueves, militares y agentes de la Policía llegaron a la escena del crimen, encontrando los cuerpos regados en el tramo carretero que conduce de Tubutama a El Saric.

A su llegada los agentes estatales de inmediato iniciaron un operativo en la zona, el cual dio como resultado la captura de 9 sicarios, 6 de ellos con heridas de bala.

Asimismo se logró asegurar 8 vehículos tipo vagoneta y pick ups de modelo reciente, así como siete armas largas y cortas que presuntamente fueron utilizadas durante el enfrentamiento.

Militares de alto rango fueron involucrados en la balacera de la Tubutama e incluso uno de ellos lloro la muerte del líder de la Gente Nueva durante ese enfrentamiento.

De las investigaciones se desprendio que un mayor y un sargento de Caballería del Ejército presuntamente protegieron al Cártel de Sinaloa en Nogales, Sonora, con información anticipada de los cateos y “limpiándole” la plaza de sus enemigos, los Beltrán Leyva y “Los Zetas”, según expedientes del Ejército y la PGR.

Integrantes de la organización delictiva señalaron que el Mayor Luis Heriberto Jiménez Juárez y el Sargento de Caballería Pedro Casillas Contreras colaboraban con Édgar Ramón Reséndiz Olguín “El Navajas”o “El 01″, quien fuera líder en Sonora del grupo “Gente Nueva”, uno de los brazos armados de Joaquín “El Chapo” Guzmán.

El 1 de julio de 2010, “El Navajas” y otros 20 sicarios fueron abatidos en un enfrentamiento con una banda rival en el municipio sonorense de Tubutama.

El mismo mes, dos de sus colaboradores fueron detenidos y decidieron colaborar con la PGR, la cual los convirtió en testigos protegidos con los nombres claves “Victoria” y “Zenya”.

Estos dos delincuentes afirman haber conocido al Mayor Jiménez con el apodo de “El Califas” y al Sargento Contreras como “El Bigotes”, quienes luego fueron detenidos.

A Jiménez, referido como Jefe la Sección de Personal de Abastecimientos y Ayudantía en Nogales, lo identifican como su principal fuente de información de los operativos del Tercer Regimiento de Caballería y como alguien que incluso llegó a invitar a “El Navajas” a los operativos contra bandas rivales.

A Contreras lo mencionan como el militar que siempre estaba con Jiménez y también proporcionaba información.

“El Navajas me lo platicó, que cuando comenzó la pelea por la plaza entre “El Chapo”, los Beltrán y “Los Zetas”, esto en diciembre del 2009, que ‘El Navajas’ se ponía de acuerdo con ‘El Califas’ para darle información de la ubicación de casas de los contras, es decir ‘Zetas’ o ‘Beltranes’ para que ‘El Califas’ fuera con militares a catear y detener a esa gente.

“Incluso ‘El Navajas’ los acompañaba a esos operativos y se vestía de militar para señalarles los lugares que quería que reventara para detener a los ‘Zetas’ o ‘Beltranes’, ya que ‘Califas’ ya tenía mucho tiempo trabajando para los del ‘Chapo’, por eso cuando ‘Navajas’ se fue de Nogales yo comencé a coordinarme directamente con ‘Califas’ para que me proporcionara la información de los operativos militares”, declaró Victoria.

Este testigo protegido trabajaba directamente bajo las órdenes de Reséndiz Olguín “El Navajas”, a quien conocía desde 1995, y su función básica en la ciudad fronteriza dice que era rastrear a los enemigos de “Gente Nueva”.

“Zenya”, el nombre clave que tiene el otro cómplice de “El Navajas” que colabora con la PGR, refiere haber trabajado como “pollero” y que en abril de 2010, cuando acababa de regresar de Estados Unidos, aceptó trabajar como sicario para “Gente Nueva” junto con un sujeto al que apodaban “El Gordo”.

Su testimonio da cuenta de que el Mayor Jiménez presuntamente también les proporcionó documentos del Ejército, relacionados con las capturas de integrantes del grupo de “El Chapo” que operaban en Nogales.

“A mediados del mes de junio de 2010, andando yo con ‘El Gordo’, éste le hablo al ‘Califas’ para que le informara de aproximadamente tres detenidos de la organización, es decir, de la ‘Gente Nueva’, por lo que ‘El Califas’ lo citó en la parte de atrás de la Delegación de la PGR.

“Cuando llegamos, ‘El Califas’ ya estaba ahí como enojado y nos decía apúrense y en ese momento le entregó a ‘El Gordo’ unos documentos que después yo leí y eran declaraciones de los militares que habían detenido a nuestra gente, en esa ocasión ‘El Califas’ andaba uniformado”, cuenta.

El amigo del “Navajas”

El testigo protegido “Zenya” asegura que la relación del Mayor Luis Heriberto Jiménez Juárez con Édgar Ramón Reséndiz Olguín “El Navajas”, líder de “Gente Nueva” en Nogales, era muy cercana e iba más allá que la de un funcionario que colaboraba con su banda delictiva.

Según “Zenya”, al militar lo vio por primera vez en una fiesta de cumpleaños de la esposa de “El Navajas”, de nombre Verónica, y después en las bacanales que el narcotraficante organizaba con prostitutas en el Hotel Hacienda del Real.

“Ahí llevaron mujeres, vino y droga, por lo que yo llevé al ‘Califas’ al Regimiento de Caballería como a las 6:45 horas, porque tenía que pasar lista a las 7:00 horas”, menciona.

Recuerda, por ejemplo, que dos días después de que “El Navajas” cayera abatido en Tubutama, Sonora, junto con otros 20 sicarios, encontró al Mayor Jiménez deprimido y alcoholizado, en una casa de seguridad que rentaba la organización.

“Era su amigo (‘El Navajas’), además de que también había sido militar; incluso él fue el que llevó la ropa a la esposa de ‘Navajas’ para que vistieran al muerto, por lo que ‘Califas’ se encontraba tomando y hasta llorando, agarró el teléfono celular y lo aventó al suelo atrás en el patio de la casa, ya después se quedó dormido.

“Al día siguiente vi el teléfono y me puse a armarlo y logré componerlo, por lo que vi entre los mensajes, que había unos donde ‘El Califas’ preguntaba si entre los muertos había uno con tales características, dando las de ‘El Navajas’ y le contestaban ‘afirmativo’, es decir, estaba en contacto con gente que estaba en donde había sucedido la balacera y le estaban informando”, relató “Zenya”.

Actualmente la zona de la Tubutama sigue con fuerte influencia de los Beltran Leyva esta vez dirigidos por el Chapo Isidro que comanda “La Mochomera” y los “Mazatlecos” que siguen siendo unos fuertes rivales del Cártel de Sinaloa.

La leyenda de Caro Quintero, paisano de ‘El Chapo’, ofreció pagar la deuda externa con EU

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Una de las leyendas en torno a Rafael Caro Quintero, liberado la madrugada del viernes del penal de Puente Grande, gira en torno a que tras su detención en 1985 ofreció pagar la deuda externa de México, en aquel entonces de más de 80 mil millones de dólares.

Supuestamente Caro Quintero propuso al gobierno del expresidente Miguel de la Madrid que lo dejara trabajar sus cultivos de mariguana durante dos años más sin que le molestaran y a cambio de ello él pagaría la deuda externa. Sin embargo, las autoridades rechazaron el ofrecimiento.

Se trataba de una grabación; muchas personas pensaron que efectivamente era la voz del capo pero presuntamente fue una parodia de un comediante.

Después el sinaloense negó haber hecho esas declaraciones.

Caro Quintero nació el 3 de octubre de 1952 en la comunidad de La Noria, municipio de Badiraguato, Sinaloa el mismo lugar donde vio la luz Joaquín El Chapo Guzmán. Estudió hasta primero de primaria.

Provenía de una familia de campesinos de bajos recursos. Es el mayor de un total de tres hermanos.

Caro Quintero dejó a su familia a los 18 años para irse a trabajar como chofer de camiones. Posteriormente comenzó a cultivar mariguana en el terreno de su padre, lo que le trajo grandes ganancias pues en poco tiempo adquirió propiedades aledañas al predio.

Conocido como el “narco de narcos”, Caro Quintero fue uno de los narcotraficantes más poderosos de México en los años 80. Se le atribuye el surgimiento del tráfico de drogas a gran escala hacia Estados Unidos, el principal mercado para los grupos delincuenciales mexicanos.

Su maestro en el negocio del tráfico de drogas fue el narcotraficante Pedro Avilés Pérez.

Junto a Miguel Ángel Félix Gallardo y Ernesto Fonseca Carrillo, Don Neto, fundó el cártel de Guadalajara, que en los 80 fue uno de los más poderosos de México. Además formó una red de lavado de dinero con empresarios y policías.

Cobró notoriedad por su ostentoso nivel de vida y por la manera en que supuestamente ayudaba a los más necesitados.

Con apenas 29 años, Rafael Caro Quintero ya había amasado una fortuna estimada en 500 millones de dólares, 36 casas y era accionista de 300 empresas en Guadalajara. Controlaba además la siembra de mariguana en varias regiones de Sonora.

Era dueño de una fábrica empaquetadora de mariguana en el rancho El Búfalo, en Chihuahua, donde en noviembre de 1984 fueron confiscadas 10 mil toneladas de la droga. En ese estado poseía grandes extensiones de tierra y contaba con sofisticados sistemas de riego que le permitían cosechas todo el año.

Elementos del Ejército realizaron el aseguramiento junto con autoridades estadunidenses en ese rancho. Agentes de la DEA contribuyeron a la realización de dicho operativo, pero Caro Quintero recibió el “pitazo” por parte de los policías a los que tenía comprados y no logró ser detenido.

El sinaloense estaba en la lista de los más buscados de la DEA. Fue acusado de matar al agente de la DEA Enrique Camarena, y su piloto, el 7 de febrero de 1985.

Al ser detenido en Costa Rica le fueron decomisados la casa donde se le encontró, un arma chapada en oro con incrustaciones de diamantes, 300 mil dólares en efectivo, joyas por un valor de un millón de dólares, dos carros de lujo. También cuatro propiedades valuadas en 1.9 millones de dólares.

Sus inversiones en aquel país centroamericano rebasaron los 2.5 millones de dólares.

Al capturarlo, la policía encontró a Sara Cristina Cosío Vidaurri, hija del exsecretario de Educación de Jalisco y sobrina de un exgobernador de esa entidad, quien presuntamente estaba secuestrada.

“Yo no estoy secuestrada… yo estoy enamorada de Caro Quintero”, diría Sara en ese entonces.

Hilda Flores “La Güerita”, la mujer que traía loco a Osiel Cardenas "El Mata Amigos"

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Cuando el líder del cártel del Golfo fue detenido en Matamoros en el año 2003, su anecdotario era tan amplio que sus enemigos lo llamaban El Mata Amigos. Hay un episodio que lo retrató de pies a cabeza cuando ordenó eliminar a Rolando Gómez, uno de sus más cercanos colaboradores. ¿La razón? Se llamaba Hilda, le decían La Güera, traía vuelto loco a Osiel por su belleza y no reparó en hacer a un lado a su marido, su viejo camarada Rolando, para quedarse con ella.

Sucede con narcotraficantes de infantería y “poquiteros”. Son enamorados por naturaleza, dinero fácil y poder. Les apasiona lucir mujeres encantadoras. Las visten elegantes. Otros con mal gusto hasta resbalar en extravagancia. Pero entre los capos es distinto. No confían mucho en amores fuera del matrimonio o su pareja. Temen indiscreciones del “segundo frente”. Saben cómo a las mujeres les encanta presumir tener lo nunca soñado.


Muy en secreto pronunciarán el nombre del amado. “Me regala joyas, ropa, auto y hasta casa”. Si no, los vecinos la maliciarán. Conociéndola desde chiquita dirán “...mira nada más. Imagínate de donde sacó tanto. Ahora hasta ‘guarura’ tiene día y noche. No. Para mí segurito que un narco anda con ella”. Y así abren la puerta al peligro de captura. Lo mismo si por una se abandona a otra. Entonces utilizan desde la brujería y caen hasta el despecho.



Osiel Cárdenas Guillén era el patrón del cártel golfero. Cuando estaba libre se parecía al Gabino Barrera del corrido famoso: “...con amores por donde quiera”. Pero encarcelado le resultó más caro el caldo que las albóndigas. Tres damas pelean su amor y dinero. Tanto así hasta convertir la rivalidad en espectáculo público. Que conste. Nunca sucedió esto con otros grandes capos luego de capturados. Los que están prisioneros normalmente dieron y dan lugar a las esposas.



Celia Salinas Aguilar es la esposa legítima de Osiel. Ya tiene buen rato encorajinada. Sabía muchas diabluras pasionales de su marido antes de ser detenido. Lejos de celos y sentirse traicionada, le punza hasta el alma haberle sido fiel. Hasta se metió en sus cochinos negocios. Cuando menos esperaba quedó embarrada en el delito. Ahorita es oficialmente prófuga. Está comprobadito cómo participó en “lavado de dinero”. Supe de fuerzas federales anti-drogas: La tienen ubicada. “No te extrañe si la detenemos pronto”. También es conocida cómo la única que deveras ama a Osiel. Por eso se casó y tuvieron hijos. Pero el capo la desaira.



Hasta los amigotes de Cárdenas Guillén son indiferentes. No le ayudan. Y Celia está molesta por el menosprecio a sus hijos. Por eso es un peligro. Ya le contaron y lo gritó: Osiel tiene intención de pedirle divorcio. Y ella quiere hablarle pero no puede. Si fuera a la prisión no saldría. La mujer está desesperada. Ninguneada, perseguida y cargando con la prole. Todos los ingredientes para hacer bueno aquel refrán “...no hay peor enemigo para el hombre que una mujer despechada”. Osiel Cárdenas Guillén prefiere el amor de Hilda Flores. Todo mundo sabe de ella en Matamoros y Reynosa. Bien conocida cómo “La Güerita”.


Sobre este romance, no había necesidad de meterme en la vida privada del capo. El mismo la hizo pública. Pero ahora la dama de pelo oxigenado solo recibe atención y dinero de la mafia ya que no puede ver a su "Osito" como le llamaba a Osiel Cardenas. Aparte el capo está endiosado. Y lo más importante para Hilda: Tiene libertad y ningún delito encima. En eso lleva ventaja a la señora de Cárdenas. Cómo si fuera telenovela hay otra dama en todo esto. Se llama Ana Amelia Román Goytia. Contrario a Celia y “La Güerita” no pretende las caricias de Osiel. Es más inteligente y por eso práctica. Quiere dinero y poder.

El capo golfero la conoce muy bien. Pidió inscribirla en “La Palma” como “persona de confianza” para que pudiera verlo. Pero nada de visitas conyugales. Puro negocio. Sábese bien. Ana Amelia es enlace entre Cárdenas Guillén y abogados. Aparte manejaba informantes gobernícolas o particulares.


Para el Ejército, Osiel se convirtió en una obsesión en 1999 casi a finales del sexenio de Enrique Cervantes Aguirre como secretario de la Defensa Nacional. Había hecho lo que ningún capo había logrado: seducir a los oficiales y tropa de élite al ofrecerles jugosas ganancias, mucho más que sus "haberes" como se conoce en la milicia a la paga, y pronto tuvo en un ex oficial y antiguo GAFE desertor de nombre Arturo Guzmán Decena, llamado Z-1, al fundador del grupo paramilitar conocido como Los Zetas.

Con esta banda de brazo armado, el cártel del Golfo impuso el terror en la llamada frontera chica que comprende el corredor que va de Matamoros a Reynosa, Nuevo Laredo y Ciudad Miguel Alemán. Especializado en amedrentar periodistas, Osiel era buscado por la DEA desde fines de los años 90 al quedarse con el control absoluto de la región de Tamaulipas luego de la detención en 1996 del viejo capo Juan García Ábrego. 

Jefe… ¡Tenemos aquí a Joaquín Guzmán Loera!

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El comandante Raúl Castillejos fue reconocido por la Presidencia y ascendió como titular de División de Seguridad Regional por coordinar la captura del capo mas buscado del mundo.

Jefe… ¡Tenemos aquí a Joaquín Guzmán Loera! El comisario se cimbró. En 23 años de carrera como policía federal nunca antes había recibido una llamada así. Habían trascurrido cinco meses de búsqueda, a través de la Operación Tiburón Azul, desde que el capo se escapó del penal de máxima seguridad de El Altiplano, en el Estado de México.

Es el 8 de enero de 2016. Son las 9:30 de la mañana. Raúl Castillejos Solís, comisario de la División de Seguridad Regional de la Policía Federal, estaba en su oficina. Aquel día, que parecía quizá otro más, sería determinante en su carrera. Al terminar su jornada de trabajo, el panorama de su carrera se vería fortalecido y reconocido por cada una de las decisiones que debió tomar aquel día: decisiones respaldadas por años de experiencia.

Uno de los elementos de la Policía Federal adscritos a la División de Caminos le marcaba por celular desde la carreterapara recibir órdenes ante la captura del hombre más buscado de México y del mundo.

Tres de los agentes bajo su mando esperaban sus instrucciones para proceder en el Tramo Las Brisas-Los Mochis, en Sinaloa, lugar donde acababan de marcarle el alto a un Focus rojo en el que huían Joaquín Guzmán Loera y su lugarteniente Orso Iván Gastelum El Cholo.

Aquel viernes, Castillejos Solís llevaba puesto su uniforme y un rosario de madera que usa desde hace 25 años cada vez que porta su uniforme táctico.

—¡Tómenle una fotografía y me la mandan de inmediato!— instruyó.

A los pocos minutos recibiría la imagen de Guzmán Loera con una playera sucia en el asiento trasero de una patrulla, y a su lado El Cholo, con el torso desnudo. Esta fotografía fue reenviada a Enrique Galindo Ceballos, comisionado general de la Policía Federal. La siguiente instrucción fue que se dirigieran al aeropuerto de Los Mochis.

Tres policías federales le retiraron una pistola a Orso Iván Gastelum. Él y el capo fueron esposados dentro del vehículo oficial mientras ofrecían sobornos y amenazaban.

—No sabes con quién te estás metiendo—, dijo el lugarteniente Gastelum.

—Sí lo sabemos y lo estamos buscando desde hace mucho tiempo—, respondió uno de los agentes.

—Si nos dejan ir, se olvidarán de trabajar toda su vida; si no nos dejan, habrán grandes consecuencias para la Policía Federal—, sentenció Guzmán Loera.

Continuaba el soborno. Los agentes no aceptaron. El comisario Castillejos Solís aún coordinaba el operativo desde la Ciudad de México.

“Activamos el llamado protocolo Tiburón Azul para capturar a Guzmán Loera. Se cerraron todas las carreteras; le marqué al coordinador estatal de Sinaloa [hoy fuera del país]. 

Los tres agentes adscritos a la División de Caminos supieron a través de sus radios de la llegada de 30 camionetas que planeaban rescatar a Guzmán Loera y a su principal lugarteniente. Decidieron trasladarse al Motel Doux sobre la Carretera de Los Mochis-San Miguel y los resguardaron en una habitación, en espera de refuerzos. Llegó el coordinador de la Policía Federal de Sinaloa. La respuesta de todos los compañeros fue contundente.

“Resguardarse en el hotel a la espera de refuerzos fue una decisión que tomaron en el camino y que apruebo totalmente”.

En el sitio, y con las patrullas de la Policía Federal escondidas o resguardadas para que no las identificara el crimen organizado, el comisario Castillejos pide una segunda fotografía, aquella en la que se ve a Guzmán Loera sentado en la cama de un cuarto; también hubo una selfie de uno de los policías federales junto con Guzmán Loera. “Esta fotografía se eliminó por el riesgo que implicada para nuestro compañero”, narra Castillejos en entrevista.

“Le llamé al jefe Enrique Galindo Cevallos, le dije que teníamos a Joaquín Guzmán Loera, me comenta que esto es algo muy delicado; pide una segunda fotografía para comprobar y es cuando los compañeros de la Policía Federal me envían esa segunda fotografía. Comencé a mover las coordinaciones de Nayarit, de Chihuahua, todas las que están aledañas a Sinaloa”.

Según la cadena de mando, el comisario Raúl Castillejos Solís le avisa al comisionado General de la Policía Federal, Enrique Galindo, éste, al comisionado Nacional de Seguridad, Renato Sales, quien le avisa al secretario de Gobernación, Miguel Angel Osorio Chong, y éste al presidente Enrique Peña Nieto.

El apoyo de la Marina fue vital, señala Castillejos. “Tomo un helicóptero que me traslada al Aeropuerto de la Ciudad de México, pero por los tiempos [eran dos horas y media de trayecto] se comparte el operativo con la Marina, por lo que no es necesario trasladarme a Los Mochis. Recibí a mis compañeros aquí en la Ciudad de México”, asegura quien tiene bajo su mando a 8 mil 500 elementos de la División de Seguridad Regional de la Policía Federal.

El comisario Castillejos hace una pausa y recuerda: “Lamentablemente la fuga de Guzmán Loera le pegó en el corazón al Estado mexicano. Todas las autoridades, todas las fuerzas del orden mexicano se unieron: Armada de México, Sedena, las policías Federal, Municipal y Estatal. Se activaron protocolos, un plan de acción a nivel nacional. Cada una de las siete divisiones de la Policía Federal diseñó su propio operativo.

Con un plan general de acción para cada división, comenzamos a hacer barridos, se colocaron puntos de revisión, contundentes y agresivos en todos los tramos carreteros, puntos de revisión obviamente muy sensibles con la ciudadanía en los aeropuertos y en las centrales camioneras. 

Tan sólo en Los Mochis, Sinaloa, teníamos siete puntos de revisión carreteros. Éstos siempre estuvieron vigentes. El detonante fue el 8 de enero de este año. Nos enteramos de un operativo en la madrugada por parte de la Secretaría de Marina, nos enteramos de que hubo un enfrentamiento armado y activamos nuestro Tiburón Azul. El coordinador estatal de Sinaloa en aquel entonces activa el operativo y se cerraron todas las carreteras. Hacemos exhaustiva; supimos que Guzmán Loera se fugó por una alcantarilla, tomó un vehículo Focus rojo y huyeron por la carretera. Fue cuando se encontró con la Policía Federal y lo detuvieron tres compañeros; se bajó el conductor, que ahora sabemos corresponde a Iván Gastelum, quien amenazó a los compañeros. Fueron arrestados y trasladados al aeropuerto de Los Mochis.

“Nada fue al azar ”

Esta historia no se tejió con hilos del azar. El protocolo continuaba rotundo.

“Una vez retenidos en el motel, solicitamos apoyo de la Secretaría de Marina y el operativo en conjunto entre la Policía Federal y la Marina. El código para el protocolo de captura de Guzmán Loera se llamó ‘Cisne Negro’. Ambas instituciones debíamos mantener nuestras operaciones bajo un código de silencio”.

El comisario Raúl Castillejos Solís recibió en días recientes, con motivo del Día de la Policía Federal, un reconocimiento por parte del presidente Enrique Peña Nieto, por la Operación Tiburón Azul, con la que se capturó al hombre más buscado del mundo. 

Dice tener la fortuna de conocer “a estos tres compañeros que son policías muy preparados, que saben hacer su trabajo, que actuaron con toda honradez y que saben perfectamente cómo asumir su compromiso. 

Avalo en todo momento la decisión que tomaron de meterse a aquel motel; era obvio que la delincuencia organizada les iba a arrebatar a Guzmán Loera y a Orso Iván Gastelum. Salvaron su vida y la detención fue contundente. Sabían a quién tenían entre manos y conocían su obligación como policías. Una suma de voluntades y aciertos hizo de esta captura algo perfecto. Su valor fue totalmente heroico porque estaban amenazados y sabían con quién se estaban enfrentado”, asegura.

Al día siguiente de la captura, los tres elementos de la Policía Federal salieron del estado de Sinaloa, fueron blindados por la institución y están bajo un código de silencio. “Están dentro de nuestra filas pero en el anonimato, encubriéndolos desde el 9 de enero. El Código del silencio lo determina nuestro comisionado general cuando alguien hace una acción heroica, se trata de blindar lo más posible su nombre para que no queden vulnerables ante la delincuencia organizada. Es proteger al elemento con un número encriptado.

“Su nombre y apellido se omiten para preservar su vida e integridad. Guzmán Loera pensó que al verlos se iban a debilitar, que su sola presencia era suficiente para que se hubieran debilitado. Son compañeros de profesión que comenzaron desde hace muchos años conmigo”, explica.

Para concluir Castillejos Solís reflexiona: “A veces la gente me pregunta: ‘¿cuándo va a terminar la delincuencia?’, y respondo que también quiero que se acabe, yo la pago doble, porque tengo familia y soy ciudadano.

“En el día a día damos un esfuerzo mayúsculo para demostrarle a la ciudadanía que la policía está de su lado, también queremos acabar con la delincuencia (…). Dicen que cuando te das de alta en la policía te das de baja en la sociedad, esa frase duele, uno se siente herido cuando la gente nos grita asesinos, corruptos, porque no lo somos, somos personas que amamos esta profesión y vivimos también de la recompensa, del aplauso, del reconocimiento y del deber cumplido de ser un policía. Este reconocimiento lo recibo a nombre de mis compañeros y lo leo como un voto de confianza a la Policía Federal y a esta división que representamos”.

Aquel jueves 8 de enero, Castillejos Solís terminó su día y se fue a descansar de otra manera. Con el deber cumplido, “ante esta noble institución, ahora dirigiendo la división donde nací, donde crecí. Tengo el orgullo de portar un uniforme y representar una institución mexicana como es la Policía Federal. Venimos desde abajo, comencé como patrullero en Monterrey, Nuevo León. Los policías somos gente que queremos otro México, un México en paz.

“Hemos dado una gran batalla, hay estados, que evito mencionar aquí, donde hemos recuperado la seguridad en las carreteras que antes eran intransitables; con todas las fuerzas armadas hemos apretado mucho con la delincuencia organizada”.

El comisario obtuvo su designación como titular de la división el 21 de marzo de 2015. Al salir de su oficina camina firme. A su paso, como piezas de ajedrez colocadas estratégicamente, sus subalternos honran a su superior, clave de la operación Tiburón Azul.

Sicarios lo bajan de Bus lo hincan y lo ejecutan.

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Un ciudadano ha sido ultimado este miércoles por sujetos fuertemente armados en pleno centro de El Progreso, norte de Honduras.

Información preliminar indica que al menos cuatro sujetos encapuchados y con AK-47 se bajaron de una  roja cerca de un , se subieron a un  donde estaba la víctima para sacarlo, lo arrodillaron y posteriormente lo asesinaron.Asesinan a joven frente a su  en ComayaguaDe momento el fallecido no ha sido identificado, por lo que Medicina Forense se desplazó para el respectivo levantamiento del .

Asimismo, llegaron  de la Policía para acordonar la escena e indagar en el  del crimen y dar con el paradero de los responsables del hecho que suponen se trata de  de los carteles Mexicanos que operan en la Zona.

En todas partes dicen que soy el jefe de cartel de Sinaloa. Pero eso no existe, mi grupo se llama Alianza de Sangre.

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En todas partes dicen que soy el jefe de cartel de Sinaloa. Pero eso no existe, mi grupo se llama Alianza de Sangre. Yo he ido muchas veces a Suramérica: Argentina, Bolivia, Perú… más que  a Medellín, donde tienen las mejores “morras” (prostitutas), voy a volver contigo y vas a ver de por acá a mucha gente importante de  y Suramérica en general: empresarios, socios, abogados y un periodista que me hace favores y me pide plata a toda hora, recomendado por CarlosCastaño, el paramilitar que fue amigo de Pablo Escobar, a quien tanto admiro y tuve el honor de conocer. Después te voy contando más, y sigue aquí mientras llega la máquina nueva –salieron de la “palapa” y se despidieron: , abrazo y mano.

"Por eso te tengo aquí, no quiero ningún pinche  que conozca gente aquí con la que pueda delatarme".
II

Tres semanas después de haber llegado a una hacienda de Navolato, en México, para trabajar como piloto  de ‘El Chapo’ Guzmán, el mexicano a quien el capo apodó ‘Tinieblo’, fue informado sobre la llegada, directamente de Estados Unidos, del helicóptero Bell  407, de cuatro aspas, nuevo, que él había recomendado  para cumplir con su compromiso de transportar exclusivamente al jefe del cartel de Sinaloa y a su .

“La noticia me la dio ‘El Durango’, quien solamente aparecía para atender los asuntos de ‘El Chapo’ que exigieran movimientos bancarios internacionales o trámites judiciales y gubernamentales”, relata el aviador.

– Mañana nos vamos, tu y yo, para el DF, a recoger la máquina. Tienes que traer tu licencia americana de la Federal Aviation Administration (FAA).

–La tengo al , pero no sé si sea conveniente usarla en un plan de vuelo en México –advirtió.

– No, pero es bueno que la traigas. El plan lo armamos de otra manera y el que hablará durante el vuelo por  con las torres de control será un “chilango” (persona del DF) para que nadie note ni pregunte nada raro.

Fueron por carretera hasta Culiacán y de allí volaron en avión de línea hasta el aeropuerto internacional Benito Juárez, del DF. Ninguno de los dos llevó equipaje, solamente se bajaron y fueron hasta un hangar privado, próximo a unas oficinas de la Procuraduría General de la República, en el que dos pilotos estadounidenses habían dejado el helicóptero nuevo, adquirido en la fábrica por ‘El Chapo’ para su servicio personal.

“Nunca supe, ni pregunté, cuánto había costado ni por medio de cuál de sus empresas lo había adquirido ‘El Chapo’. Pero, tiempo después, supe que el giro bancario con el que se pagó la Bell Helicopter lo recibió de una empresa legal manejada por el clan colombiano de los hermanos Cifuentes Villa, de Medellín, encargados de lavar la mayor parte del dinero del cartel de Sinaloa mediante una red multinacional descubierta tiempo después por el gobierno de Estados Unidos.

“El caso es que el aparato ahí estaba: listo para ser estrenado, flamante. Tenía escasas 12 horas de vuelo y venía con todos los ‘juguetes’”, recuerda ‘Tinieblo’.

– Voy a ver si ya está el plan de vuelo para irnos –avisó ‘El Durango’ mientras se alejaba para ir a buscarlo.

– Vaya, mientras tanto reviso el helicóptero –respondió el piloto que abrió enseguida las cajas de obsequios enviados por la casa Bell Helicopter: chaquetas para los dos tripulantes, guantes, gorras, gafas y overoles. Se puso uno de cada uno.

‘El Durango’, un hombre alto, con barba de chivo, regresó una hora después con un copiloto, alimentos y bebidas para consumir en el vuelo y una carpeta de documentos con la matrícula XB, distintiva de México, que le acababa de ser asignada al Ranger 407, recién llegado al país. También trajo el plan de vuelo autorizado para un piloto mexicano inexistente que, obviamente, no era ‘Tinieblo’.

Era como una alfombra persa voladora en el día de su estreno.
–¡Nos vamos, mi cuate! –gritó ‘El Durango’ mientras el copiloto, de aspecto indígena, que nunca se identificó, se comunicó por radio con la torre del Benito Juárez para alzar vuelo.

–Estamos parqueados en plataforma de la Procuraduría. Solicitando autorización para iniciar motores: destino Colima. Solicitamos autorización para darle marcha a los motores –pidió el copiloto en la jerga aeronáutica internacional con marcado acento del DF.

–Autorizado para iniciar turbina y desplácese vía calle Alfa hacia la plataforma de despegue –respondió la torre.

–Estamos en posición de plataforma de despegue, listos para despegar –repuso el copiloto.

–Despegue y notifique en el aire –ordenó la torre.

–Recibido, llamaré en el aire –anunció el piloto.

–Recibido –confirmó la torre.

–Estamos en el aire, solicitamos proceder condiciones visuales directo a Colima –pidió el copiloto.

–Autorizado proceder condiciones visuales.

El Ranger 407, de cuatro aspas, voló a ras del suelo por primera vez al mando de ‘Tinieblo’, hasta el punto autorizado por la torre de control y tomó altura.

“Era como una alfombra persa voladora en el día de su estreno”, cuenta el piloto. “Anduvimos largo trecho sobre la inmensidad de Cuidad de México, en sentido occidente, con dirección a Colima y luego, por fuera del plan de vuelo, pasamos a Acapulco, donde aterrizamos en unos talleres aeronáuticos en los que le fijaron al helicóptero, en los costados, avisos de la inexistente empresa ‘Minerales de México’”. Allí, también, le pintaron la matrícula legal, a la que el mismo piloto, cuando estuvo seca, le hizo dos cambios estratégicos con cinta pegante negra: Una F la convirtió en E y una C en O.

Ese día ‘El Durango’ me pagó en efectivo 12,500 dólares de mi primera quincena de trabajo y me gasté 6,000 con las ‘morras’ que aparecieron esa noche.
Al caer la noche, guardaron con llave el Ranger dentro de un hangar y se fueron a celebrar en una discoteca de la cadena “Mister Frogs”, sobre la carretera Escénica que lleva al aeropuerto.

“Ese día ‘El Durango’ me pagó en efectivo 12,500 dólares de mi primera quincena de trabajo y me gasté 6,000 con las ‘morras’ que aparecieron esa noche, entre las que había una colombiana espigada, de 23 años, cabello castaño, ojos verdes y unos centímetros más alta que yo”.

El copiloto bailó con todas las mujeres, bebió hasta caer inconsciente sobre una silla, pero nunca dijo su nombre. Con la resaca de la juerga en la que los tres hombres gastaron en conjunto cerca de 15,000 dólares, madrugaron a volar con un sol refulgente “que me hacía doler los ojos, a pesar de que llevaba puestas las gafas más gruesas que tenía”, confesó.

Bordeando la costa pacífica Mexicana fueron sin plan de vuelo hasta la antigua ciudad de Mazatlán, de medio millón de habitantes, donde bajaron a tierra para poner turbosina (combustible) y siguieron a la quinta de Navolato, días atrás bautizada “El zoológico” por el piloto, que estaba alojado allídesde que llegó a México.

Aterrizaron al lado de la piscina de “El Zoológico” y en el sobrevuelo circular que hicieron para anunciar la llegada espantaron a una manada inmensa de avestruces.

El ring ton, con la música del corrido “La Cucaracha”, anunciaba que al otro lado de la línea estaba el ‘El Chapo’.
–¡Es nuevo, güey! –exclamó un obrero de la casa y puso sus manos sobre el helicóptero, de color vino tinto.

–¡No manches! –le gritó ‘El Durango’ con enfado.

Pero todos corrieron a ver “el pájaro nuevo de ‘El Señor’”.

Una hora después de haber aterrizado, ‘El Durango’ recibió una llamada en uno de los siete teléfonos celulares que cargaba en el maletín de oficina que llevaba con él hasta cuando iba al baño. El ring ton, con la música del corrido “La Cucaracha”, anunciaba que al otro lado de la línea estaba el ‘El Chapo’.

–Tenemos que irnos ya a la Sierra Madre Occidental, “el señor” quiere ver la máquina –ordenó ‘El Durango’ apenas colgó la llamada.

–Vamos –respondió ‘El Tinieblo’.

– No te lo había dicho, pero te lo digo ahora, mi cuate: en adelante tienes que ponerles nombres nuevos a todos los sitios a los que vayamos.

– Como ordene, ‘Durango’. A este rancho ya le puse de nombre “El Zoológico” y lo voy a meter ya con ese nombre en el GPS.

– Los nombres solamente los vamos a conocer “El Señor”, tú y yo.

– Muy bien.

– Entonces, ahora vamos a estas coordenadas –ordenó mientras le alcanzaba un papel con los datos escritos con lápiz–. A ese lugar, antes de que “el señor” regresara, lo llamábamos “Laguna Díaz Mateus”.

–Listo, entonces lo voy a llamar “Matelosdías”.

–Bien, vámonos, mi cuate.

Les tomó 20 minutos de vuelo llegar a “Matelosdías”, un escondite entre un pliegue profundo de la Sierra Madre Occidental, una cordillera que cubre la totalidad del occidente de México (desde Jalisco hasta Sonora) y el extremo suroccidental de Estados Unidos. En esa región a ‘El Chapo’ no lo podía encontrar nadie. Desde el aire tiene enorme parecido con las montañas de los Andes.

“La maniobra para entrar fue difícil porque la aproximación al helipuerto tenía ramas enormes de árboles que llevaban años sin ser podados”, contó el piloto.

Entre la polvareda que levantó el Ranger 407 surgieron los 14 escoltas fusileros de la guardia personal de ‘El Chapo’, quien salió a medio vestir para ver su nueva máquina. Estaba acompañado de una “morra” risueña, de rostro achinado, vestida con una camiseta puesta al revés y un pantalón de pijama.

Las aspas todavía se movían cuando ‘El Chapo’ abrió la puerta para entrar al aparato y dos de sus hombres se aproximaron peligrosamente al rotor de cola que aún giraba. Se salvaron de ser decapitados porque ‘El Durango’ los hizo retroceder con gritos y empujones.

– Órale, ‘Tinieblo’, la máquina está repadre, ¡huele a nueva! –apuntó mientras acariciaba las sillas con las palmas de sus manos.

– Este aparato, “tío”, es una “alhaja”, como dicen en Ecuador, donde trabajé hasta hace poco – dijo el piloto.

– Bájate y vamos a la “palapa”, ‘Tinieblo’. Tengo que platicarte.

‘El Chapo’ pidió refrescos y ordenó que en el momento que terminara la reunión conmigo trajeran todas las pistolas y los fusiles “cuernoechivo” que hubiera guardados en “Matelosdías” para darme uno de cada uno. “Para que vivas tranquilo”, le dijo.

–‘Tinieblo’, necesito que les cambies los nombres a todos los lugares que frecuento.

–Ya me lo dijo ‘El Durango’, “tío”.

–Estos son días difíciles, güey. Los “guachos” (militares) y los “gabachos” (autoridades de Estados Unidos), andan detrás de mí, de día y de noche. Tú no puedes hablar aquí sino con los míos y no vas a volver a Miami en mucho tiempo. Algunas veces vas a poder ir a Culiacán con Cabiedes o ‘El Durango’, para que llames a tu familia. Aquí nadie sabe cuál es tu nombre, ni se los vayas a decir. Tampoco es bueno que sepas cómo se llaman los demás.

"Tu familia, por ahora, somos nosotros, ya te tenemos cariño. Y tu familia va a estar bien. Sólo te pido un sacrificio. No es que estés secuestrado, tranquilízate".
– En Miami, “tío”, no me dijeron que debía quedarme mucho tiempo y a mí me hace falta mi familia, sinceramente –intervino el piloto con voz desencantada.

– Deme seis meses aquí y unas semanas para ir a ver a mi familia, como se acostumbra en las petroleras.

– Ni modo, ‘Tinieblo’, pero ahí vamos viendo. Otra cosa que quiero decirte es que nunca vas a ver mis negocios en funcionamiento ni te vas a mezclar con la parte militar. Si algún día nos acercamos, voy a taparte la cabeza para que no veas porque si alguna vez te agarran, y la Virgencita no lo quiera, así te torturen, así te arranquen los brazos, no vas a poder decir nada.

“Preferí no reclamarle más al ‘El Chapo’ sobre mi amargura por los términos que me acababa de imponer”, cuenta el piloto.

– Ahora, pongámonos a ver lo de los nuevos nombres, para que quedemos tranquilos desde hoy –sugirió el jefe del cartel de Sinaloa y desplegó un mapa con las coordenadas marcadas.

– Bueno, yo anoto aquí y luego meto la información en el GPS del helicóptero.

Antes de una hora tenían las nuevas denominaciones de los once escondites principales del capo: “Salsipuedes”, “Tuyasabes”, “El Cocinero”, “La Verga”, “Matelosdías”, “El Zoológico”, “la Escalera”, “Los Micos”, “La Cuchara”, “El Tequila” y “El Borracho”. Cada nombre surgió de alguna circunstancia relacionada con el lugar. Por ejemplo, “El Borracho”, correspondió a que ‘El Chapo’, según dijo, mandó matar a un buen amigo que una noche de luna se emborrachó y se dedicó a disparar al aire la carga entera de un fusil.

– ¡Díganle a ‘Doblecero’ que venga ya! –gritó ‘El Chapo’ cuando dio por terminada su plática con el piloto.

– Aquí estoy, señor –se anunció ‘Doblecero’, el encargado de la seguridad. Traía una enorme caja de madera y detrás de él llegaron dos de sus subalternos con cerca de 15 fusiles AK-47.

– Te voy a dar uno de cada uno, ‘Tinieblo’. Escoge.

– No, “tío”, muchas gracias, pero no necesito armas. Soy el único aquí que no tiene enemigos.

– Imposible, ‘Tinieblo’, por aquí las únicas que no tienen armas son las “morras” –aseguró ‘El Chapo’.

“Terminé por escoger una pistola Browning GP-35 de 9 milímetros y un ‘cuernoechivo’” común y corriente”, contó el piloto.

– Para que te sientas mejor, te voy a dar un “cuernoechivo” de más, pequeño. Un regalo especial para ti. Por nuestra amistad, güey.

‘El Chapo’ regresó fresco, con una gorra de beisbolista, una camisa azul de seda y tenis Adidas. Dejaba a su paso una estela olorosa de Santos, de Cartier, uno de sus perfumes favoritos.
‘El Chapo’ fue a vestirse, me pidió que lo esperara y de pronto su tropa de fusileros comenzó a correr desordenadamente al percatarse del paso, a mucha altura, de un helicóptero de los “guachos”.

La nave desapareció por el norte y aproveché para darles una instrucción: “La próxima vez no corran porque previenen a los pilotos de los helicópteros y nos caen encima creyendo que aquí hay un laboratorio, un muerto, un prófugo… Por el contrario, salúdenlos”.

‘El Chapo’ regresó fresco, con una gorra de beisbolista, una camisa azul de seda y tenis Adidas. Dejaba a su paso una estela olorosa de Santos, de Cartier, uno de sus perfumes favoritos. Llevaba tomada de la mano a la “morra” achinada con la que había pasado los últimos cuatro días, y traía terciado su “cuernoechivo”, completamente bañado en oro. La cacha de la pistola, también de oro, que llevaba en la cintura tenía escrito con incrustaciones de esmeraldas colombianas: ‘El Chapo’.

Subió al puesto del copiloto, me pidió que voláramos hasta “El Zoológico” y allí la “morra” siguió en una “troca” hasta el cercano pueblo de Navolato para tomar un avión que la llevaría al DF.

En la “palapa” de “El Zoológico”, ‘El Chapo’ ese día se encerró durante varias horas con un grupo de gente de la Procuraduría, proveniente del DF, y un par de abogados asustadizos.

En esa misma estancia, meses después, recibió al que decían era un general colombiano, vestido deportivamente. A sus espaldas, ‘El Chapo’ lo llamaba ‘El Muelón’.

“El acento del hombre sí era, sin lugar a dudas, colombiano”, aseguró ‘Tinieblo’. “Es todo lo que sé de él”.

Sobre las cinco de la tarde, llegó un Bell viejo, de dos aspas, de los que la organización tenía cuatro, que llevaba inscrito en los costados el mismo aviso del nuestro: “Minerales de México”. Sin apagar los motores, desembarcó una mujer rubia, alta, de senos abultados y una dentadura impecable. Preciosa. Traía dos maletas. ‘El Chapo’, una media cabeza más bajo que ella, corrió a saludarla con un extenso beso en la boca, embarcamos con ella y alzamos vuelo.

“Vamos para ‘La Cuchara’, ‘Tinieblo’”, ordenó mientras le terciaba el cinturón de seguridad a la mujer con el pretexto principal de acariciarle los senos. Ella le respondió con una mueca forzaba de afecto.

– ¿Sabes que ‘Tinieblo’, como yo, también conoce tu tierra?

– Mucho gusto, ‘Tinieblo’ – saludó la mujer con acento propio de la ciudad de Cali–, ¿qué hacés por aquí?

– Lo mismo que tú –contestó el piloto con un gesto malicioso.

“¡Pinches periodistas de la chingada!”, exclamaba para sí mismo al leer determinados titulares y, abstraído, sonreía con nerviosismo.
Durante el vuelo, ‘El Chapo’ se entretuvo leyendo recortes viejos de periódicos de todo el país sobre su fuga del Penal Federal de Puente Grande, ocurrida el 19 de enero de 2001. Se los habían llevado los delegados de la Procuraduría del DF con quienes estuvo reunido esa tarde.

No se le escapaba detalle de las noticias sobre su fuga, y la incesante cacería en su contra, organizada principalmente por Estados Unidos con las tácticas que habían permitido matar a Pablo Escobar, uno de sus ídolos, sobre un tejado de Medellín, el 1 de diciembre de 1993.

Daba la impresión de que ‘El Chapo’ conocía las fuentes secretas y el cuidado con que había sido escrita cada noticia que leía sobre él. A veces sentía que contenían mensajes cifrados para tener en cuenta. Se olvidó de la “morra” de Cali que viajaba a su lado hasta que exploró todos los artículos, cortados con tijeras, que le llegaron.

“¡Pinches periodistas de la chingada!”, exclamaba para sí mismo al leer determinados titulares y, abstraído, sonreía con nerviosismo.

Decomisan paquetes de heroína con los nombres grabados de El Chapo y de Donald Trump en Estados Unidos.

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Florida, Estados Unidos.-De las cerca de 5,500 dosis de heroína que fueron decomisadas el 27 de enero cientos de paquetes de las pilas de droga contenía dosis de heroína empaquetadas en rosa con el nombre de 'El Chapo', el poderoso narcotraficante mexicano ahora preso en Nueva York y quien dirigiera una de las organizaciones criminales mas poderosas del mundo el Cártel de Sinaloa,  Otro montón de paquetes estaban etiquetados con Pablo Escobar, el capo colombiano de la droga, en color verde.

Cientos de paquetes tenían grabados el nombre y rostro de El Chapo quien recientemente fue extraditado a Estados Unidos por el gobierno de México un  antes de la llegada de Donald Trumpa la presidencia.

Pero el tercer grupo de las cerca de 5.500 dosis de heroína, decomisadas el pasado 27 de enero en el condado de Hernando en Florida, EE.UU., fue una sorpresa nada graciosa para los agentes antidroga, según informa 'Tampa Bay Times'. Los paquetes tenían estampados tanto el nombre como el rostro del presidente de EE.UU., Donald Trump.

"Todo lo que quiero decirle a este narcotraficante es, 'Gran error al poner la  del presidente sobre esto'", dijo la procuradora general Florida Pam Bondi, mientras sostenía  de los pequeños paquetes blancos. "Gran error, porque él va a ser nuestro partidario más feroz en sacar esta basura de nuestras calles. ¿Lo pueden creer? Gran error".

La droga decomisada pesó 1,5 kilos dentro de sus envolturas, lo que expondría al sospechoso deingresar la mercancía a EE.UU., un  de 46 años de apellido Johnson, a una sentencia mínima de entre 15 y 25 años. Bondi dijo que se haría cargo de que la broma de Johnson llegue al presidente.

"Voy a asegurarme de que [Trump] reciba uno de estos paquetes cuando el caso esté concluido para que lo guarde en la Oficina Oval y que le recuerde  el bien que está haciendo", dijo la procuradora.

El Chapo "no tiene dinero" para contratar abogados en EU y mucho menos va a poder pagar los 14 mil millones que el gobierno le pide.

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A finales de la década pasada la revista Forbes lo incluyó en su lista de los hombres más acaudalados del mundo, con una fortuna calculada en mil millones de dólares. Hoy, Joaquín Guzmán Loera, El Chapo, supuestamente está en la ruina.

Como el famoso capo sinaloense, preso en Estados Unidos, arguye que no tiene dinero para pagar un abogado particular, un par de defensores federales de oficio le brindan asesoría de manera gratuita. Y eso desconcierta a los fiscales estadunidenses Robert Capers y Arthur Wyatt.

“No creemos que el señor Guzmán califique para recibir este tipo de beneficio”, declararon el viernes 3 durante la audiencia realizada en un tribunal federal de Brooklyn, en esta ciudad.

El 27 de enero pasado ambos enviaron una carta al juez Brian Cogan en la que le pidieron indagar la situación financiera del exlíder del Cártel de Sinaloa, la organización criminal más grande y prolífica del mundo.

Cogan desestimó la moción de la fiscalía y, para hacer oficial la pobreza del acusado, le ordenó firmar una declaración financiera en la que manifieste su imposibilidad para costear un abogado privado.

“Si al gobierno no le parece esta declaración, que lo investiguen para saber si cuenta con el dinero para pagar su defensa”, dijo el juez.

El problema es que si El Chapo no tiene para contratar a sus abogados, mucho menos va a poder pagar los 14 mil millones de dólares que el gobierno estadunidense busca requisarle, alegando que son producto de sus actividades criminales durante tres décadas, según consta en las 33 páginas de la acusación en su contra que se presentó en el tribunal neoyorkino el 11 de mayo de 2016.


La defensa del Chapo, Michelle Gelernt, se quejó de que las medidas de seguridad en torno a su cliente son demasiado estrictas –está bajo vigilancia constante 23 horas al día y sólo se le permite una hora de ejercicio en solitario–, por lo que pidió al juez Cogan relajarlas.

“El gobierno le ha impedido tener contacto con su familia y su abogada mexicana –expuso Gelernt–. Hemos solicitado a la corte permiso para que la señora Guzmán (sic) lo visite o hable con él por teléfono. Ella (Emma Coronel) se encuentra aquí en la sala. Y no se le ha permitido visitarlo. Nosotros no podemos darle ni un vaso de agua durante nuestras juntas.”

Cogan optó por dejar el asunto de las visitas conyugales en manos del Centro Correccional de Manhattan. “Voy a remitir a las autoridades de la prisión para que autoricen quién puede o no entrar. Es obvio que están tomando medidas de seguridad extra. Y todos sabemos las razones por las que actúan con esta cautela”, declaró el juez.

“Seguridad extrema”

Los fiscales Capers y Wyatt también argumentaron que existe un conflicto de interés con los defensores de oficio, pues cinco personas que testificarán en contra de Guzmán Loera fueron previamente representados por defensores federales de oficio. La identidad de los cinco posibles testigos se mantiene en secreto y el mismo acusado ignora quiénes son, según sus abogados.
“¿Cómo voy a tener un diálogo con él si no puede saber quiénes son estas personas? –preguntó el juez–. Él puede aceptar dialogar conmigo a menos de que sepa qué está en juego aquí y sepa quiénes son esas cinco personas.”

El exlíder del Cártel de Sinaloa llegó al tribunal a las 9:39 de la mañana de este viernes 3, en medio de fuertes medidas de seguridad. Iba esposado y ataviado con un uniforme azul marino para escuchar, siempre a través de un intérprete que le susurraba al oído, las mociones de sus abogados y de los fiscales ante el juez Cogan. La diligencia duró 45 minutos.

Afuera de la sala se colocó un detector de metales y varios alguaciles federales revisaron a cada de uno de los asistentes. La sala se llenó en su mayoría con periodistas de medios locales e internacionales. Entre ellos se sentaron Emma Coronel y Silvia Delgado, esposa y abogada de Guzmán, respectivamente.

Afuera del juzgado, decenas de cámaras y grupos de agentes federales desarmados permanecieron en medio del frío bajo cero con el que amaneció Nueva York. También se presentaron cinco personas que enarbolaron una bandera mexicana y exhibieron pancartas con mensajes en inglés para mostrar su apoyo al traficante.

“Estamos aquí para que El Chapo, que está ahí solo, sienta que la gente lo apoya y le agradece porque hizo carreteras, escuelas… cosas que el gobierno no hizo por el pueblo”, declaró Israel Galindo, un mexicano radicado en el Bronx. Y agregó: “No lo conozco, pero lo admiro porque con apenas un año de primaria controló a un país”.

Cerca de las 11:00 horas, la abogada Gelernt salió acompañada de Coronel para dar declaraciones a la prensa.

“Esta ha sido la única ocasión en que ella (su esposa Emma Coronel) ha tenido oportunidad de verlo”, dijo la defensora.

El juez Cogan fijó la siguiente audiencia para el próximo 5 de mayo.

Reportan balacera y hombres muertos en el penal de Mazatlán

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Un hombre muerto y otro herido al interior del Cecjude y uno más en el exterior, es el saldo que hasta el momento se tiene de manera extraoficial de un supuesto motin en el penal de Mazatlán.

Los primeros reportes indicaron que una riña en el módulo 11 fue la que causó la muerte de dos internos.

Se informó de manera no oficial , que las heridas propinadas a los internos, ocurrieron una vez que concluyó el horario de visitas.

La intensa movilización de corporaciones policíacas y del Ejército alertó a las personas que estaban cerca del penal.

La alerta aumentó en el momento que escucharon disparos que provenían del interior del centro penitenciario, y después se dijo que habrían sido para persuadir a los internos y evitar un pleito mayor.

Las personas muertas fueron identificadas como Miguel “N”, de 28 años de edad; ingresó al Cecjude el 10 de abril de 2012 por los delitos de robo a local comercial, homicidio y portación de arma de uso exclusivo del Ejército.

Se indica que aunque posteriormente se reportó a dos personas muertas más al interior del Cecjude, sólo fue uno. Está identificado como José Alfredo “N”, quien estaba purgando una condena por homicidio cometido en el 2011.

Justicieros asesinan a delincuente y dejan mensaje de advertencia

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Chalco, Estado de México.- Atado de manos y con una bolsa de plástico en la cabeza fue hallado el cadáver de un hombre en calles de la Colonia Darío Martínez Primera Sección de este municipio. Junto al cadáver, los asesinos dejaron un mensaje firmado por la ciudadanía de Valle de Chalco

Fue la mañana del domingo, cuando vecinos de esa colonia descubrieron el cuerpo sin vida que estaba atado de manos y con una bolsa de plástico en la cabeza en la Calle Nicolás Bravo, entre Canal del Zar y Avenida Toluca, en la mencionada Colonia.

Alarmados por ello, los testigos de inmediato dieron parte a la Policía Municipal y de la Comisión Estatal de Seguridad Ciudadana del Estado de México, así como personal de los cuerpos de Socorro.

Tras confirmar el asesinato, el escenario fue acordonado por los uniformados, en tanto que peritos y el ministerio público de la Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGJEM) se dieron a la tarea de realizar la inspección ocular.

Junto al cuerpo del hombre, los asesinos dejaron un mensaje escrito en una cartulina blanca que textualmente decía: “Esto le va pasar a todos los pinches rateros, violadores, secuestradores, y extorsionadores. Ya estamos hasta la madre ATT. CIUDADANIA DE VALLE DE CHALCO…”.

Una vez que los investigadores de la Fiscalía mexiquense recogieron toda evidencia que los lleve al esclarecimiento de este crimen; el cadáver fue levantado y trasladado a las instalaciones del Servicio Médico Forense (Semefo) donde se continúa con las investigaciones.

La Entrevista con un Sicario de los Zetas "Cuando yo estuve la primera vez en eso duré como un mes sin comer pollo ni carne porque huele igual".

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Jon Lee Anderson, periodista que ha cubierto las guerras más importantes de la actualidad, viaja al noreste de México. Durante su estancia es llevado con un soldado Zeta, para conocer aspectos de una de las guerras menos documentadas del mundo. Ésta es una parte de ese encuentro improbable.

Cualquier reportero realmente entregado, no uno de esos periodistas fanfarrones de escritorio, sabe a lo que me referiré a continuación: existe un momento en el que aparece un dato, un testimonio, una pista importante, y en lugar de darla a conocer debes aguardar, quedarte callado por cuestiones tácticas. Una crónica también es un juego estratégico. Cuando persigues una buena historia debes aprender a convivir con un silencio que arde.

A la hora de reportear procuro la discreción extrema sobre lo que hago y en dónde lo hago. El periodismo en el que creo está lejos de la parafernalia y las fuentes oficiales. Ésa ha sido una forma de acercarme a los agujeros negros de nuestra realidad. El bajo perfil a la hora de hacer trabajo de campo y adentrar territorios pantanosos también ha sido mi forma de sobrevivir.

Escribo esto porque hace tiempo conocí a un testigo directo de varias batallas de la guerra que ha vivido el noreste de México. Un operador a ras de suelo: un soldado zeta. A través de él y de otros testimonios del mismo entorno fui conociendo cosas de las cuales, por seguridad, sólo he publicado una parte. Pero esa información propia, ese ligero bagaje de mi conocimiento directo, es el que intento que prevalezca cuando escribo cualquier cosa sobre un tema del cual no me considero experto, sino un narrador más.

En marzo de 2013 estuvo en Monterrey Jon Lee Anderson, un periodista que vive con el fuego dentro. Lo llevé a que conociera parte de nuestra zona de sombras, donde habló con algunas de las fuentes que he cultivado. Vimos personajes de todo tipo. Desde los más encumbrados y oscuros amos de la región hasta este joven marcado por la última letra del abecedario. Con el joven soldado, la conversación se alargó. Un par de cámaras grababan a un zeta que contaba de combates en Nuevo León, Coahuila y Tamaulipas a un periodista que se sorprendía con lo que oía, pese a que ha estado en la primera línea de las guerras más importantes del mundo actual.

Se han publicado muchas entrevistas con sicarios mexicanos, gente que mata por contrato o bajo las órdenes permanentes de un capo. Hay tantas que hasta podrían declararse ya un género periodístico en sí mismo. Lo que no hay hasta ahora es una entrevista con un miembro de los Zetas. Un soldado de la guerra del narco es un personaje inusual en la narrativa de lo que ha sucedido en estos años. Esta historia trata de un joven al que enseñaron a disparar, lo envolvieron en una mínima disciplina militar y lo pusieron a trabajar cuidando territorios junto a otros soldados como él. No es un sicario. No en el sentido "tradicional": es un testigo sobreviviente de la guerra que ha vivido una región de México que, a diferencia de Tijuana, Sinaloa o Ciudad Juárez, produce escasos testimonios directos.

Aquí se contará una parte del encuentro que organicé para que Jon Lee Anderson, una especie de cosmopolita de las guerras, conversara con el participante de una de las guerras más desconocidas del mundo.


LA COCINA Y LOS DESAPARECIDOS
Jon Lee Anderson: ¿Cuál es la pena que aplican cuando capturan a sus enemigos?
Zeta: Hemos tenido mucha gente que trabaja con nosotros. Luego los agarran, los meten a la cárcel y ya después salen. Cuando salen, algunos de ellos quieren hacer su vida de otra manera. Había un chavo que había trabajado para nosotros, nomás que cuando salió de la cárcel, el chavo quiso hacer su propio cartelito, con su propia gente, ¿verdad? Tenía tres o cuatro morros y contrató a unos guatemaltecos para que le trajeran mercancía. Pero uno se da cuenta y uno tiene mejor equipo, está más preparado para ese tipo de cosas...

JLA: Entonces, en ese caso, ¿que había que hacer después de que descubrieron que vendían droga en su territorio?
Z: Esa vez nosotros los íbamos a mandar derecho pa' la cocina. Pero en eso nos habla el comandante primero de la zona. Nos junta a todos y nos dice: "Miren, esto es lo que les va a pasar a los vatos que se quieran pasar de lanza (traicionar)".

JLA: Mencionaste la cocina. ¿Cómo es eso?
Z: La cocina es un punto que hayas buscado especialmente. Tiene que estar metido pa'l cerro, lejos de carreteras y de la ciudad. Ahí se llevan a las personas detenidas y se llevan unos toneles (tambos). ¿Sí ha visto que los toneles de doscientos litros traen tres rayitas? Una, dos, tres, pues de la segunda raya para bajo se empiezan hacer puros agujeros y luego el tonel se pone cerca de un arroyito o de un pozo. Ya que este ahí, echas a la persona de cabeza y le empiezas a echar diesel. Con ayuda de veinte litros de diesel desapareces de este mundo.

JLA: ¿Cuando los echas en los toneles están vivos?
Z: No, la mayoría ya están muertos. A veces nos los mandan de otros lugares ya muertos, porque no quisieron pagar rescate o porque eran contrarios y los agarraron, o porque estaban en un bar presumiendo que ellos controlaban la plaza, cosas así. Aquí los fines de semana te encuentras muchas personas que dicen que son comandantes y no sé que tantas cosas más. Ya después los agarras y dicen: "No, es que yo conocía a un primo, o al amigo de un amigo que era tiendero". Entonces tú le hablas al tiendero y él dice: "No, yo no paro bola por nadie (dar la cara)" porque si dice: "Sí, yo respondo por él", a lo mejor a él también nos lo llevamos a la cocina.

JLA: ¡Vaya! Esto del diesel no lo llegué a entender del todo. ¿Se le prende fuego, o el diesel es corrosivo y va acabando con el cuerpo?
Z: Sí. Te echan adentro del tambo, agarras un bote y con una yoga de veinte litros te van bañando. Así le van echando dentro del tonel y ya de pedazo en pedazo te van desapareciendo. Dura como una media hora todo para que ya no quede nada de ti.

JLA: Te disuelves...
Z: Todo. Te van echando diesel y ahí se va acabando la flama. Cuando ves que se está apagando la flama, le echas otro botecito y ahí te vas... Cuando yo estuve la primera vez en eso duré como un mes sin comer pollo ni carne porque huele igual, casi lo mismo, que cuando pasas por un restaurante o un lugar donde venden pollo asado. Me di cuenta que el pollo asado huele como una persona normal.

JLA: ¿Te cambia la concepción de la vida un poco?
Z: Sí, te quedas como ondeao.

JLA: ¿Cómo?
Z: Ondeao es una palabra que quiere decir que te quedas volteando para todos lados y no sabes qué hacer. Como loco. Cuando yo bajé de allá de la sierra iba pasando así por la calle y me llegaba el olorcito y decía: "Mira, ¿qué pasa?, ¿dónde están cocinando a una persona o dónde se están fumando a uno?". Seguía caminando, daba la vuelta y ahí estaban vendiendo pollo o vendiendo carne asada.

JLA: ¡Hombre! ¿Y no tienes malos sueños?
Z: De repente sí. Me acuerdo de algunas personas. Como le digo, a veces se van personas inocentes que por uno las llevan. Hubo una vez en que en San Luis agarraron a tres chavos. Uno sí era del cártel del Chapo Guzmán. Era de Michoacán y el chavo llego a San Luis. Esa vez estaban en una disco y traían una bolsita con cocaína diferente a la que nosotros vendemos.

JLA: ¿Y que pasó?
Z: Los rodeamos a todos y llegó el comandante, y sin batallar les dijo: "¿Qué?, ¿ustedes qué?". Y los chavos inocentes dijeron: "Nosotros no sabemos nada". Pero luego el comandante dijo: "Pos pa' que no haya testigos y no quede nada, hay que matarlos". Luego abrió fuego. Les dio un balazo en la cabeza en plena disco. Afuera estaban unas patrullas de la policía, pero como ya estaban arregladas no hicieron nada.
JLA: ¿Y eso sí te quedó como una mala conciencia?
Z: Son de los chavos que a veces uno dice: "Pues no está bien", porque cuando andas trabajando, tú dices: "Pos si ando trabajando, me voy a chingar a los que me quieren chingar". O sea: o eres tú o soy yo ¿verdad? Cuando yo entro en acción quiero que sea por personas que andan mal o que no podían arreglar con nosotros, pero no con cualquiera.

EL RETIRO

Un joven soldado de los zetas que a sus veintiséis años de edad ya es un veterano de la organización. Empezó a los dieciocho como mensajero de uno de los treinta y dos militares fundadores de los Zetas, cuando éste tenía un campamento en unos cerros de Nuevo León. Le encargaban que fuera al pueblo más cercano a caballo a conseguir alimentos y revisar el movimiento en la zona. Después fue designado para cobrar cuotas a nombre de los Zetas a traficantes de migrantes que operaban en la Central de Autobuses de Monterrey. Con el paso del tiempo aprendió el manejo de armas y se enroló en diversos comandos zetas. Participó en batallas de pueblos y ciudades del noreste de México, Coahuila y San Luis Potosí, lo mismo contra el Ejército que contra bandas rivales. Fue enviado a La Diestra, que es como Los Zetas llaman a sus ranchos de entrenamiento especial para sus mejores miembros. Estuvo en la cárcel pero salió gracias a la presión de un alto comandante de Los Zetas. Quisieron mandarlo a la guerra que estalló en Tamaulipas en 2010 en contra del Cártel del Golfo, pero uno de sus compañeros le recomendó que no fuera porque iría directo a la muerte. Después de más de dos horas de conversación, le mostró a Jon Lee Anderson cicatrices por heridas de bala recibidas en el estómago, brazo y pierna durante decenas de batallas que relató con lujo de detalle.

Cuando se realizó la entrevista, el soldado zeta comentó que estaba en una especie de retiro, ya que ahora sólo trabajaba con una célula que, coludida con un grupo de soldados del ejército, se dedicaba a robar gasolina de unos ductos de Pemex. Dijo que todos sus compañeros más expertos, así como los comandantes zetas con los que él había participado en combate, ya estaban muertos o detenidos. Que algunos de los comandantes que quedaban lo invitaban a trabajar con ellos pero él prefería mantenerse al margen y trabajar solamente robando gasolina.

Unos meses antes de la entrevista se había reportado la muerte de Heriberto Lazcano, el líder de los Zetas, durante un enfrentamiento con la Marina. Sin embargo, horas después el supuesto cuerpo del capo fue robado de la funeraria y el gobierno de México nunca pudo demostrar plenamente que había fallecido. El soldado zeta dijo que él y otros de sus compañeros no creían que estuviera muerto, pero reconoció que Lazcano ya no era mencionado por los estrechos y crípticos canales de comunicación internos de la organización. El rumor que sí se oía entre los demás miembros de los Zetas era que con Enrique Peña Nieto en la presidencia iba a haber un pacto con todos los grupos para bajar la violencia a cambio de que se respetara el control que cada banda tenía de sus respectivas plazas.

Sin embargo, también comentó que unos días antes de la entrevista, el gobierno de Enrique Peña Nieto (la Marina) había estado a punto de detener al otro líder, Miguel Ángel Treviño, el Z-40, en una carrera de caballos celebrada en Sabinas Hidalgo, Nuevo León, muy cerca de Nuevo Laredo, Tamaulipas, la ciudad en donde finalmente fue aprehendido el 14 de julio de 2013.

Con la detención del Z-40, la organización emergente más poderosa del narco en México, aunque es posible que siga manteniendo el control de algunas ciudades y pueblos de Coahuila, Tamaulipas y Nuevo León —incluyendo una presencia significativa en Monterrey— tendrá que detener el proceso de expansión que había iniciado hace tres años a lo largo de los estados colindantes del Golfo de México y que incluía también una presencia en Guatemala y el resto de Centroamerica. Esos planes quedarán suspendidos por ahora.

Es altamente probable que lo que queda de Los Zetas originales se convierta en un clan familiar. El Z-40 tiene once hermanos (uno de ellos detenido en Estados Unidos) y varios de ellos están en la lista sucesoria, encabezada por Omar Treviño, quien dirigiría la organización desde la silla de ruedas en la que convalece. Así como el cártel de Tijuana pasó a ser la organización de los Arellano Félix o el cártel de Juárez la de los hermanos Carrillo Fuentes, los Zetas serían los hermanos Treviño Morales. Sin embargo, en el imaginario popular y criminal, el nombre de los zetas se mantendrá como una especie de marca de la violencia extrema o de los intentos paramilitares de cualquier organización dedicada al control de territorio o al tráfico de drogas.

La última letra del abecedario, impronunciable por varios años en el noreste de México que hace frontera con Texas, también será una marca para muchos jóvenes. Jóvenes que forman parte de una generación que vio de cerca los horrores de la guerra: la generación zeta. Uno de estos jóvenes es el soldado zeta.

LOS ZETAS

JLA: Háblame de los Zetas ¿Qué es esta organización? Se dicen muchas cosas en el mundo, pero se cubre poco eso. Tú sabes: es muy peligroso para los periodistas. Tú, que conoces ese mundo por dentro, dime, ¿cómo es la cosa?
Z: Cuando yo comencé a conocer lo que eran los demás zetas, había mucho control. Nomás se dedicaban con personas que anduvieran mal. Esas personas podían ser las que anduvieran secuestrando, las que anduvieran robando o las que tuvieran grupos chiquitos de repartición de droga. Los Zetas traían su funcionamiento según su mercado de droga. No nos gustaba que otras personas se vinieran a instalar donde ya se había controlado esa plaza (nombre que se le da al territorio bajo control de un grupo del narco). 

JLA: Digamos, ¿gente de otras organizaciones o pequeños clubs?
Z: O pequeños traficantes que empezaban vivir la vida fácil. No podían trabajar solos. Hay quienes dicen ya se están acabando los Zetas pero no: nos matan a cinco y salen del penal, o se meten otros cinco y se reponen.

JLA: Pero entonces, lo que los Zetas controlan es territorio y dentro del territorio, todo lo que es el negocio ilícito: droga, prostitución, juego y cosas así, ¿o también intentan tener un control sobre el comercio normal?
Z: Sí. También se manejan otros tipos de negocio ilícitos del comercio normal. Por ejemplo, hay unas personas que se llaman machaqueros. Ellos se dedican a comprar cualquier mercancía normal de los traileros. Se arreglan con un trailero y le dicen: "¿Cuánto quieres por tu carga?" Los traileros están asegurados y reportan a sus empresas que los robaron. 

JLA: Entiendo, pero en los últimos años las cosas se han puesto superviolentas. ¿Es, cómo se dice afuera, la guerra del gobierno?, ¿o es porque los diferentes grupos, incluyendo los Zetas, están en pugna por las plazas? 
Z: La guerra comienza por las plazas. La plaza más peleada en todo México es la plaza de aquí de Monterrey, Nuevo León. Aquí se maneja mucho efectivo, mucho dinero. 

JLA: Una pregunta más bien personal, no tan abstracta: ¿Por qué te incorporaste tú?, ¿cómo fue? Y, ¿por qué tu decisión de entrar y llevar esta vida?
Z: Yo inicié cuando vivía allá en un pueblo de por estos rumbos (noreste de México). Una vez me enteré que habían secuestrado a unas personas de un negocio que tenía mi abuelo, y entonces yo, cuando llego digo: "Pos han de ser unos pandilleros", o no sé, me imaginé también que era la Federal o la AFI. Ya con el tiempo los vas conociendo. Te das cuenta de que es un grupo especial para reventar, para accionar en diferentes áreas. Eran los Zetas. Ahí los conocí. Después uno me juntó y me dijo: "Mira, es que nosotros nos dedicamos a robarnos a las personas que tengan negocios mal, a las que vendan cristal, pericos (cocaína), drogas, todo tipo de droga".
Ahí fue cuando yo empecé a juntarme con un chavo que los conocía mucho a ellos. Ganaban ocho mil pesos (setecientos dólares) por quincena y aparte les daban dinero extra. Entonces entré. Sí había muchos lujos, no te falta nada, lo que tú quieras: mujeres, droga, dinero, carros, pero con el paso del tiempo fueron empeorando las cosas y ya ahorita no se puede hacer casi nada de lo que se hacía antes.

JLA: ¿Ya no se puede estar dedicado al gozo, debido al problema?, ¿a eso te refieres? 
Z: Yo recuerdo que cuando uno antes decía soy Zeta, o soy comandante, todos te admiraban. Antes todos querían ser, ahorita nadie quiere ser.

JLA: ¿Por qué?, ¿por el peligro de que alguien va en contra tuya o por la misma situación: la guerra? 
Z: Ahorita ya hay muchas familias a las que los Zetas les han hecho daño. Ahorita si alguien sabe que tú eres Zeta, la familia te va a ver y te va a denunciar con las autoridades: con la Marina o el Ejército, y ahora van por ti en donde estés. Si te llegan a ver en un bar y te han visto y le ha pasado algo a su familia te denuncian. Antes no.
JLA: ¿Hay algún cambio debido a la llegada del actual presidente de la República Enrique Peña Nieto respecto al anterior gobierno de Calderón  o las cosas siguen igual?

Z: De repente nos pasan información las personas que están arriba, que son allegados al patrón. Nos platican que según habían dicho que ahora que llegara Peña Nieto se había hablado con el patrón del cártel del Golfo, nuestro patrón de los Zetas y el patrón del cartel de los Beltrán, y habían hablado que así como están en cada ciudad se iban a quedar, que no se iban a meter a otro municipio. Por ejemplo, Monterrey y San Pedro son diferentes: San Pedro lo controla Beltrán Leyva y Monterrey lo controlan los Zetas, entonces habían quedado que los Beltrán no se metían con los Zetas y los Zetas con los Beltrán, por ejemplo. Lo que se dice es que la gente de Peña Nieto puso esa orden, dijo: "Los voy a dejar trabajar, nomás que ya no hagan secuestros ni…"

JLA: ¿Es la nueva orden: que no haya secuestros y baje la violencia?
Z: Según se ordenó que ya no hubiera tanta violencia y ya no hubieran tantos muertos, pero los cárteles son muy poderosos, tanto aquellos como el nuestro. Y cada organización tiene gente muy buena, entonces, a veces sigue la pelea en las plazas. Y, por si faltaba, hay gente que arma sus propios negocios pequeños en una ciudad, entonces un cártel piensa que son miembros del otro cártel y comienzan los problemas.

JLA: O sea, ¿aunque haya un pacto o parezca que haya un pacto, por la competencia misma entre los grupos y los carteles, siguen los problemas?
Z: Sí. A veces también existen los problemas entre los mismos. Por ejemplo, hay diez comandantes aquí en Monterrey y a veces uno no le cae bien al otro y empieza hacer problemas. Dice que el otro tiene amigos del Cártel del Golfo, que trabaja para el grupo rival y luego todo acaba mal.

JLA: Se dicen muchas cosas del comportamiento de la fuerzas de seguridad oficiales, incluyendo la Marina. En algunas partes del país dicen que prácticamente crean comandos sucios ¿Es cierto esto?, ¿y también que tienen escuadrones de muertes que matan gentes sin llevarlos arrestados? ¿Qué saben ustedes?
Z: Mire, le voy a platicar una cosa: no sé si supo que aparecieron unos cinco colgados acá en Saltillo. Ellos eran amigos míos. A ellos los agarraron las fuerzas especiales del gobierno, un grupo especial que se llama GATES. Son como cuarenta o cincuenta policías. De acuerdo con la investigación que hizo La Letra (los Zetas), estos policías vienen de Matamoros, allá donde está el cártel del Golfo. Según la información que nos dio el chavo que trabaja con ellos, es que además de su sueldo en el gobierno, el cártel del Golfo les paga un dinero por matar a zetas.

JLA: Pero piensas que la guerra va a seguir, por ejemplo, o… digamos, ¿cómo te imaginas viviendo de aquí a cinco años? ¿Qué crees que está en tu futuro?
Z: De aquí a cinco años yo digo que van a seguir todas las cosas. Yo no pienso que haya un control por parte del gobierno. Si el gobierno no se pone de acuerdo con los cárteles va a seguir así todo. Balaceras sigue habiendo a cada rato, aunque no se digan tanto ahora. Y siempre que hay balaceras, a veces nos tumban a cinco de nosotros, pero siempre también tumbamos a soldados y eso nunca lo pasan en la televisón. Nosotros, no sé, matamos a diez o quince, y ellos nos tumban a tres o cuatro. Luego el Ejército dice... bueno, en las noticias siempre van a decir que el ejercito siempre nos gana y nosotros nunca les ganamos ni tantito.

JLA: ¿Cómo podría haber un México sin cárteles?
Z: Yo opino que se legalizaría la droga, porque sin droga nadie puede hacer nada. Así, ya si ellos les dan permiso de vender droga, yo pienso que es lo mejor. Que ya dieran permiso de vender droga y todas las personas que estén trabajando mal, que se pongan de acuerdo sobre a quién le van a pagar en cada estado o a su comandante.

LA MUERTE

JLA: Cuando se está en esto, uno vive con la muerte. ¿Te acostumbraste a eso?, ¿uno se adapta a eso?

Z: Cuando uno empieza, se le hace fácil y ya cuando va viendo las cosas, el camino que tomaste, o la decisión, a veces te quieres regresar, pero hay momentos en que uno ya no se puede regresar. Uno con el tiempo se va acostumbrando a ver eso. Una vez llegó una chava que me acuerdo que tenía una cara simpática, muy bonita. La pusieron a que matara a un chavo y me acuerdo que le cambió la mirada. Se le hizo como profunda. Como más chiquita. Yo me la topé después de cuatro meses. A ella la mandaron a la cocina. 

Mi primer balacera fue en Matehuala. Fuimos por un señor que vendía parque, vendía muchos tiros [en México es ilegal vender municiones y armas]. Cuando llegamos, preguntamos por él y él salió con una pistola en la mano. Lo empezamos a rafaguear. Me acuerdo que salió también una viejita. Una señora con un vestido largo. Traía una escopeta y la viejita también nos tiraba balazos. Luego salieron sus sobrinos, que vivían en una casa de dos pisos. Estaban en el techo y de ahí nos tiraban. Esa vez nos hirieron a uno y a otro le dieron un rozón en el brazo. Al viejito le dimos como veintitrés balazos y ya nos fuimos.

JLA: ¿A la familia los dejaron?

Z: Sí, a la viejita sí. Nosotros también tenemos reglas. Somos como una empresa. Una de las principales reglas es no meterse con la esposa de tu compañero, otra es no apuntar con tu arma a tu compañero ni hacer maldad entre los mismos. Tampoco podemos matar niños ni secuestrar niños. 

JLA: ¿Y mujeres? ¿Hay reglas contra las mujeres?
Z: Para mí las mujeres son las primeras que te ponen el dedo [traicionan] por dinero. Hubo un tiempo que cuando estaba aquí un comandante, en una junta agarró a una mujer de los pelos y dijo: "Estas son las que nos ponen el dedo, las que nos venden y son de las que menos debemos de confiar". Pero no la mató.

JLA: Vaya, entonces en general "la empresa" tiene rencor a las mujeres, al menos en lo que es en la parte operativa se trata de algo masculino, con algunas excepciones como las mujeres en la cocina, ¿es así?
Z: Sí, a veces las usamos también de inteligencia. Había un señor que según había encontrado centenarios y que tenía mucho dinero y que había estafado a unas personas de un rancho, entonces usamos a una mujer para que citara al señor. O sea, primero lo vio y el señor le pidió el teléfono y luego hicimos que la muchacha lo citara en una plaza. Cuando el señor iba llegando a ver a la mujer nos llevamos a los dos. También hemos traído niños de catorce años o de trece años para que nos ayuden con la inteligencia. Cuando vamos a una casa o vamos a checar a alguien que ande mal, mandamos a los niños a casa a que pidan dinero o pregunten algo. Después ya regresa el niño con nosotros y nos dice si está la persona o no. 
Después entramos nosotros en acción.

LA CRUELDAD

JLA: Ya hablaste de las reglas de la empresa y es interesante. Cada organización tiene que tener algunas pautas para que los mismos soldados sepan qué pueden hacer y qué no pueden hacer. Desde afuera se lee de mucha crueldad. Hay violencia de todas las organizaciones: de los que cortan los brazos y los dedos, las que dejan los torsos en los caminos, los colgados y estas cosas. ¿A qué se debe tanta crueldad? ¿Hay una política o responde a alguna lógica que me puedas explicar?
Z: Yo digo que ya es como una cadenita: El cártel del Golfo agarró a tres de los nuestros y les mochó la cabeza, entonces agarramos a tres de los otros y les hacemos lo mismo o se les hace lo peor: los encostalo y los dejo en una caja... Ya es como una cadenita que se agarró: tú me haces daño y yo te voy hacer más daño todavía. 
Y siempre hay gente que quiere entrar. A veces nos mandan pedir que juntemos gente para fortalecer, para hacer más grande nuestro equipo. Entra una persona y una sola persona trae como a cuatro o a cinco amigos, ¿Sí me entiende? Traemos a un chavo que primero es halcón (vigía) y luego él ya va a subir de comandante y los amigos del halcón ahora van a ser sus halcones. Para subir a comandante se necesita una Diestra. La Diestra te mandan un mes a hacerla en el monte. Vas a prepararte casi como un soldado. No voy a decir como un soldado porque un soldado de verdad sí es sufrimiento en la vida.

JLA: ¿Cómo así?
Z: Ahí con nosotros también trabajan soldados y ellos nos platican que a veces han andado en los cerros batallando.

JLA: Ah, cuando hablas de soldados, te refieres a los soldados del Ejército, claro.
Z: Sí, a los soldados del Ejército.

JLA: Yo me refería a soldado en términos generales. ¿Ustedes como se dicen a sí mismos?, ¿combatientes o qué? 
Z: También nos dicen soldados a muchos de nosotros. Nosotros tenemos a un comandante y todos le decimos papá, porque es el que nos da dinero y el que nos da de comer, el que nos viste. Y el que está arriba de ti siempre va a ser tu papá. Tú también vas a ser papá de los que estén debajo de ti.

RELIGIÓN

JLA: ¿Ustedes tienen santos?, ¿hay santos católicos en los cuáles creen? Algo así como Malverde allá en Sinaloa. ¿Tienen ustedes alguna figura que veneran porque les protege en el trabajo?
Z: Es que hay muchos. Cada quien es según el santo que escoja. Yo soy del Santo San Judas Tadeo. Él es el que me cuida, aunque primero está mi Dios. Yo le prendo su veladora cuando salgo de la casa. Hace poco hicieron unas capillas por aquí cerca. Una era para San Judas y la otra para la Santísima Muerte. Las mandó hacer un comandante de los Zetas de los primeros que llegó aquí, pero luego llegaron los soldados y tumbaron esas capillas porque ahí les ponían churros de mota a la santísima. Le dejaban mota ahí a un lado.
Una vez me detuvieron a mí y yo llevaba un celular con una imagen de San Judas Tadeo. En esa imagen, San Judas Tadeo en lugar de traer un palo, trae un cuerno de chivo. Cuando a mí me atoraron, los soldados lo primero que vieron fue la imagen y dijeron: "Éste es malandro", y yo les dije: "¿Por qué?" Y dijeron: "Porque traes un San Judas con un cuerno". Y esa era la única foto que traía y la vieron los chavos y buscaron más y me dijeron: "Pon más fotos", y les dije: "No, no traigo". Recuerdo que hasta les dije: "¿De quién nos vamos a cuidar?, ¿del Ejército o de los malandros?" Yo le decía al jefe de ellos, de los soldados, y él me dijo: "Ustedes son los que roban, de mil tienen que pagar una".

JLA: ¿Y esa vez te liberaste?
Z: Los soldados nos dejaron en un cerro. Nos quitaron todo el dinero, los celulares, cadenas y todo. Nos fuimos descalzos.

JLA: ¿Y piensas que fue San Judas Tadeo quien te ayudo ahí?
Z: Yo le pedía esa vez a San Judas Tadeo y a mi Dios Padre. Había un comandante que era hermano evangélico.

JLA: ¿Cura?
Z: Sí, Pastor, pero a él le habían matado un hijo y a su familia y él decidió venirse acá. El bato traía la Biblia y nos dijo una vez: "Cuando ustedes ya estén a punto de morirse, ustedes digan: ‘La sangre de Dios tiene poder'". En ese momento, uno agarra el consejo como burla, porque andamos en la pura delincuencia, pero ahora cuando va a pasar algo, siempre digo: "La sangre de Dios tiene poder".

JLA: ¿Y lo crees?
Z: Sí. Cuando venía para acá, venía con tres chavos y nos topamos con un retén del Ejército. No traíamos nada, pero uno como quiera se queda con la espinita: cuatro muchachos en una camioneta, sabes que va a ver problemas. Yo me agarré a rezar: "La sangre de Dios tiene poder" y otro chavo decía otra oración. Y luego, pues no nos pararon los soldados y dije: "gracias a Dios".

JLA: ¿Crees en Dios?
Z: Sí.

JLA: ¿Y piensas que eres pecador por haber estado en la empresa en la malandrería?
Z: Cuando me pongo a pensar eso, si yo debo algo o hice algo malo, yo digo que sé que he hecho cosas malas, pero también he hecho cosas buenas. Así como le he hecho mal a la gente, también a mí me gustaba mucho apoyar a la gente y darles. Un tiempo un comandante que nos decía: "Mira, en aquel ranchito ahora que se llegue navidad vamos a comprar muchas más despensas". Y la misma compañía se ponía a darles despensas, juguetes a los niños, cobijas. Cuando se estaban repartiendo, se decía que eran de parte del cártel de los Zetas. Y así uno también agarraba la confianza de un ranchito chiquito, ¿verdad?. Por eso a mí, cuando yo trabajaba en una ciudad, me gustaba agarrar carretera una hora para irme a descansar a uno de esos ranchitos.

JLA: Un ranchito donde pudieras estar seguro.
Z: Sí, donde hubiera una entrada y una salida por diferente lado. Ya nomás ponías un halcón en una entrada y en una salida y él te avisaba.

ESTADO DE TERROR

Mientras el soldado zeta se colocaba la máscara negra y una gorra para conversar con Jon Lee Anderson delante de mí, de un fotógrafo y dos cámaras de video, otro soldado zeta disimulaba su presencia en el lobby del sitio. Vigilaba nuestro encuentro, entre escritores y periodistas que participaban en un evento cultural celebrado en la ciudad por esas fechas.

¿Cómo termina una conversación así? No termina. Sigo en contacto con el soldado zeta, quien es una de mis referencias durante la búsqueda de algunas de las miles de personas que se ha tragado la guerra del noreste en los últimos años. El último censo oficial reporta veintiséis mil desaparecidos, aunque las estimaciones de diversos organismos civiles rondan los sesenta mil. No conocemos todavía el tamaño de este abismo. 

La entrevista con el soldado zeta transcurrió a lo largo de casi tres horas en el salón de juntas de un céntrico hotel de Monterrey. Lo que aparece aquí es sólo un fragmento de algo que algún día saldrá a la luz en forma de un documental. 

Unas semanas después de su recorrido por Monterrey, Jon Lee Anderson publicó en la revista The New Yorker una crónica titulada "Estado de Terror", un despacho sobre la barbarie en Timbuctú.
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