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Policía en activo la hace como sicario: asalta y ejecuta a 2 comerciantes en Ciudad Victoria

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Las autoridades indicaron que el detenido se identificó, primero, con un nombre falso, pero más tarde como miembro activo desde el año 2001 de la Policía Estatal

Un material que se difundió en redes sociales muestra momentos después del crimen de dos comerciantes en el bulevar 16 López Mateos, de Ciudad Victoria, Tamaulipas, perpetrado por un policía en activo.

El asalto y posterior asesinato sucedió ayer lunes 7 de noviembre, durante el robo a una refaccionaria y el grupo de Coordinación Tamaulipas informó que "el agresor detenido por la autoridad y que presumiblemente participó en los hechos, dijo llamarse “Juan García Medina”, quien fue señalado como el presunto agresor.

Al revisar antecedentes en la Secretaría de Seguridad Pública, el detenido logró identificarse plenamente con su nombre real y como miembro activo desde el año 2001 de la Policía Estatal Acreditable del estado de Tamaulipas.

Trabajaba en un bar y nomas por traer tatuaje me acusaron de ser Zeta: Testimonios de mujeres zetas

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"Te relacionan con las narcofosas de San Fernando, Tamaulipas", le suelto a María, "más de 200 cadáveres", agrego. Ella fija la vista en la pintura amarilla que delimita la cancha de volibol sobre la que nos sentaron en un par de sillas. Que la vida se pudre apenas los ojos se cierran para estornudar o que por el contrario, se deteriora lentamente como las mazorcas de maíz, son hechos que le constan. Porque la senda que trajo a María a prisión se construyó poco a poco, pero también de un putazo. Uno solo.

"Mi vida en libertad valió madres cuando fui a trabajar a Tijuana, tenía 15 años; pero también se fue a la chingada cuando tenía 18 y agarré un aventón hasta Reynosa", confiesa con ternura. Parece una caja de zapatos cuando la abrimos y está vacía.

Estamos en el interior de un Centro de Reinserción Social de Baja California. María no tiene sentencia condenatoria, pero lleva cuatro años encarcelada. Flota en el limbo. Calcula una sentencia de 30 años por los delitos de secuestro y delincuencia organizada. Convencido de que detrás de la verdad siempre hay un chingo de verdades más, el testimonio de María tiene el objetivo de conocer los distintos acontecimientos que, a lo largo de su vida, la han sometido a una incesante metamorfosis que ha desembocado en su reclusión. Un día fue niña, ¿qué fue lo que pasó después?

MARÍA

Al igual que su familia, María, nació en el estado de Veracruz, en un municipio a tres horas de distancia de Tampico, Tamaulipas. Su papá se marchó de la casa cuando ella tenía cinco años, nunca lo volvió a mirar, aunque sabe que está vivo. Su mamá se dedica a limpiar casas. Tiene cuatro hermanos. El más grande cocina carne al carbón en un restaurante. Otro trabaja en Telmex como reparador de líneas de teléfono, mientras que su hermana es guardia de seguridad en Autobuses de Oriente. El hermano menor, por su parte, está entregado al Resistol 5000 y a los solventes.

Tenía 11 años cuando una tarde su mamá la quiso madrear con un garrote por negarse a trapear el baño de su casa. Se salvó corriendo. Trotó con tal ahínco que llegó a una plaza al extremo opuesto de la ciudad. Esa noche durmió en una banca como un gato sobre el capacete de un auto. En la madrugada la despertó un niño. El Tuti. "¿Por qué duermes aquí?", le preguntó. "Porque me pega mi mamá", contestó. Al tiempo, el Tuti y varios niños más, que también sobrevivían en la misma plaza, se convertirían en su familia. Robaban para comer, comprar mariguana y chemo. María estuvo en situación de calle hasta que volvió a su casa a punto de cumplir 15 años. En aquellos días empezaba a consumir piedra de cocaína con regularidad. Una vecina, cinco años mayor, le platicó que en Tijuana el trabajo de cuida-niños y personas adultas sobraba.

"Estoy yendo seguido, la paga es en dólares, vamos", propuso su vecina. María se emocionó y pidió permiso a su mamá. El distanciamiento entre ambas solamente pudo hornear una fría respuesta: "puedes ir, haz lo que quieras".

Partir a la frontera significó conocer al Chava y viajar con él y la vecina. Se fueron al Distrito Federal en auto y de ahí a Tijuana en avión. Voló por primera vez. Adentro de la aeronave la infinidad de suelas de zapato de la tripulación le recordaron sus viajes en transporte público en la ciudad de la cual no había salido jamás. A diferencia de lo dicho en un capítulo de Los Simpson, para María, Tijey no es el lugar más feliz del mundo, sino una especie de castigo eterno. Un báratro que marcó su vida para siempre.

LA MEMORIA ES UNA PISTA DE CIRCO CUBIERTA DE NEBLINA

Aterrizó el avión en Tijuana y me llevaron a una casa. Pasaron dos días, después seis y nomás decían que pronto cuidaría a los niños. Una noche llegó el Chava con otro señor. "Tenemos mercancía nueva para trabajar",escuché que le dijo. Quise hablar con mi mamá y no dejaron que lo hiciera. Intenté escapar y me fue como en feria; recibí una golpiza.


"¿Pa' qué te haces pendeja si ya sabes a lo que vienes? Cámbiate de ropa, te irás a trabajar", gritó el Chava y aventó a la cama una minifalda y una bolsita con pinturas. Fuimos a una calle entre la número Dos y la Cuatro de la zona Centro. Para que no escapara colocaron a pocos metros a dos señoras que también se prostituían; eran las amantes del Chava, con las dos vivía y tenía hijos. Así sería siempre. Cuando ellas no cuidaban, lo hacía un señor que se hacía menso en la banqueta de enfrente, pero vigilando que no escapara. En la mañana, el Chava pasaba por mí. En una habitación al fondo de la cuartería tenía que cambiar la ropa de trabajo por un pantalón y una sudadera; eran las únicas prendas que tenía que no eran de puta. Después regresaba al cuarto donde me encerraban; ahí dormía, me alimentaba y esperaba la noche para regresar de nuevo a la banqueta. Del dinero que ganaba nada era para mí. Así fue mi vida durante un año. Tanto era el miedo que no me animaba a pedir ayuda a la policía que pasaba frente a mí.

La primera vez que fui detenida en una redada tardé más en llegar a la comandancia que lo que el Chava tardó en aparecerse. Una de las señoras le avisó. Llegó diciendo que yo era su esposa y que todo era un mal entendido. Fue raro que los policías dejaran que me fuera. Tuve la intención de aclarar todo, pero estaba tan traumada que me callé. La segunda vez que quise escapar de nuevo hubo golpes, pero empezó a dejar que hablara con mi mamá; sólo podía decir que todo estaba bien.

Mi mamá recibía mil pesos al mes para que no sospechara; se supone que yo los mandaba. Un mañana, el Chava, entró a mi cuarto para usar el baño. Puso su celular sobre la estufa y aproveché para mandarle un mensaje pidiendo ayuda a un noviecillo que tenía en Veracruz. El Chava se dio cuenta y con la botas vaqueras que usaba me pateó en las costillas y las piernas. En la cara no recibí golpes.

"¿Qué edad tienes?", me preguntó un cliente que vio los moretones de la golpiza. "Tengo 19", contesté, pero no me creyó. Habían falsificado un acta de nacimiento y con esa había obtenido mi credencial en el IFE. "¿Por qué mientes? ¿Trabajas por tu voluntad?", siguió interrogando. Le expliqué que me gustaba lo que hacía. Insistió y ya no aguanté la mentira. En esos días había pensado en quitarme la vida; faltaban 15 días para navidad. Le platiqué que si escapaba podrían matarme o hacerle daño a mi familia. "Te voy a ayudar", dijo y lo juró con los dedos.

Salimos del cuarto. Hablé con una de las señoras que vigilaba. Expliqué que el cliente quería pasar la noche conmigo en un lugar más cómodo y limpio. Nos dejó ir a un hotel que estaba como a cien metros, el cliente tuvo que dejar una identificación y pagar mil pesos; normalmente cobraba 300.

"En cuanto pare un taxi te subes", me dijo el cliente mientras caminábamos. Las piernas me temblaban. Paró un taxi, nos subimos y escuché a la señora gritar. Llegamos hasta un hotel como a diez calles.

Con ese cliente viví cuatro meses en el fraccionamiento El Águila. No quise regresar inmediatamente a Veracruz por miedo a que el Chava buscara venganza. Dos meses después de haberme juntado con el cliente quedé embarazada. Un día fui al crucero de la 5 y 10 a comprar unos dulcecitos enchilosos; tenía muchos antojos. Iba caminando cuando creí ver la camioneta del Chava, ¡y sí era! Nos vimos a los ojos y rápido bajé la cabeza. Volteé y vi que daba la vuelta. Apresuré el paso y empecé meterme entre la gente; otra vez huí en un taxi. Duré dos días sin asomarme por la ventana ni salir de la casa. No sabía si me había seguido.

Embarazada regresé a mi ciudad porque me dijo mi mamá que habían apuñalado a mi hermano menor 20 veces en un pleito callejero. Fue un error, se habían equivocado los de la morgue. Total que nació mi hija. Se cerraron las puertas, no sabía qué hacer. No había terminado la primaria, no conseguía trabajo ni tenía el apoyo de mi mamá. Típica historia: saliste embarazada, hazte responsable tú solita; una niña cuidando a otra niña. Entré a una tortillería, ganaba 500 pesos a la semana. Agarraba dos taxis que hacían que gastara 200 pesos a la semana. Con los 300 que sobraban debía comprar leche, pañales, comida y pagar renta. A los tres meses, una sobrina de la dueña de la tortillería ofreció darme trabajo de mesera en el bar La Preferida, que ella administraba. Acepté porque tenía la identificación falsa de mayor de edad que me habían dado en Tijuana.

Solamente era mesera, pero si aceptaba cervezas, con eso ganaba una comisión. El primer día agarré mi buen dinero. Salí hasta las chanclas de ebria, pero lo primero que hice fue comprar leche y pañales para mi niña. Tenía 16 años. Ganaba mil, dos mil pesos diarios entre propinas y comisiones. A veces al cliente le caes bien y te pregunta por qué estás trabajando en un bar; le platicas tu historia y se conmueve. "Ten este dinero para le compres algo a tu bebé o para que te compres algo tú", decía algún cliente.

Cuando comencé a trabajar en los bares, el narco no era tan descarado. Después eran frecuentes las peleas y los disparos. Fui testigo de cómo le volaron los sesos de un balazo a un cliente del bar por una discusión de futbol y como a otro lo mataron a patadas porque le quito la silla por error a otro. Cuando llegaba la policía anotaba pendejadas y la ambulancia recogía los cadáveres. Y ya. Todos quedaban tranquilos o resignados cuando sabían que los asesinos trabajaban para la delincuencia; por primera vez comencé escuché qué eran los Zetas.

La clientela ya no se paraba en los bares a tomar. Yo estaba ahí por el dinero, por traer bien vestidas a mis hijas y también porque soy ambiciosa. Pero ahora ganaba sueldo mínimo. Llegaba a mi casa con 200 pesos que no servían para nada. Comencé a irme a las cantinas de Tamiahua, un pueblito pequeño junto al mar del Golfo de México, a dos horas de mi casa; recibía comida y hospedaje gratis, vivía en las cantinas, como quien dice. Dos semanas iba y dos me quedaba en casa con mi hija. Una de las veces que regresé a mi casa andaba comprando unas sandalias en una zapatería y me encontré a una de mis compañeras de La Preferida, comprando unas botas de tacón.

"En Reynosa están pagando bien, vengo de allá, traje mi buen dinero, si quieres vamos", le contesté que ok, que fuéramos. "No te vayas, está lejos Reynosa, aquí vemos cómo le hacemos pa' salir adelante; recuerda que tiene dos hijas que te esperan", dijo mi mamá. "15 días y regreso", contesté. Porque cuando me monto en mi caballo aunque sea blanco para mí es verde. "No te vayas, piensa en tus hijas", me insistió; bien dicen que las mamás siempre tienen la razón.

DENTRO DE UN AK-47 UNA BALA TIENE TU NOMBRE

El parte informativo de mi arresto es una película de acción. Que yo era la Güera, una pesada. Que andaba en una caravana de camionetas blindadas con un arsenal, que porque Golfo y Zetas se estaban disputando quién se quedaba en San Fernando y quién en Ciudad Victoria. Pero esas son mentiras, la verdad es otra. Ahí va: no le hice caso a mi mamá y me fui a Reynosa de aventón en un tráiler junto con la amiga que me había invitado. Estuvimos una semana y nos regresamos; no pude trabajar porque no llevaba credencial de elector; la que usaba en Tijuana no me gustaba porque tenía otro nombre. Regresamos de raite con un chofer de 60 y tantos años, muy amable. Nos invitó la comida y nos dio 600 pesos para el transporte; pero nos bajó en San Fernando, Tamaulipas. Ahí tomamos un autobús de la línea División de Oriente. A la salida del pueblo estaba un retén de la Marina Armada de México.

Nos bajaron a todos los pasajeros del autobús. Un marino nos pidió las identificaciones. "No la tengo, apenas cumplí 18 años y no he tramitado mi credencial del IFE", expliqué. Mi amiga sí traía identificación, pero el militar dijo que revisaría los datos de nosotras en la computadora y que luego nos podríamos ir. De repente dejó subir a todos los pasajeros. "¡Oiga, se nos está yendo el autobús!", le dije al marino muy desesperada, casi gritando. Ahí comenzó la pesadilla. No creían que decía la verdad. Hicieron que le hablara a mi mamá por teléfono para corroborar; ella pidió que le dijeran dónde estábamos para llevar algún documento con mis datos; pobrecita, estaba muy desesperada.

"Sí señora, ahorita llega su hija", dijeron los marinos. Supe que ya no me dejarían ir. Le pedí a mi mamá que se cuidara mucho, porque tiene azúcar, diabetes; también le pedí que cuidara a mis hijas.

MARINELOS

Los marinos preguntan pero les vale madre tu respuesta. Ellos lo que quieren es que confieses lo que a ellos se les ocurra, y para eso torturan. Tienen todo un equipo. Está el de inteligencia ―que es el que interroga―, el kaibil ―que es el especialista en aplicar tortura― y los marinelos ―que nomás hacen bulto, pero que también te dan golpes con las manos o patadas. Amenazaban con mandarme a Matamoros para que los Golfos me dieran piso, porque esa cárcel es de ellos. Nos vendaron los ojos y pusieron cinchos en las manos y en los pies. Primero se la llevaron a ella; regresó llorando; supe por qué hasta que fue mi turno. Pedía que se acabara todo, ya no podía más, estaban lastimándome mucho, no por los golpes sino porque no sé cuántos marinos me violaron.

Los tatuajes que tengo de la Santísima Muerte en las pantorrillas ayudaron a que pensaran que era de los Zeta. "¡Bien que tienes el sello de los Zetas, pero niegas trabajar con ellos, pinche mugrosa!", gritaban los marinos y al mismo tiempo, con el casco, golpeaban mi cabeza y hombros. Para ellos la Santa Muerte es el sello de los Zetas y el San Judas Tadeo, el del cártel del Golfo. Si te ven tatuajes te toman por delincuente. Yo conozco a la santísima desde niña. Los tatuajes me los hice tres meses después de tener a mi segunda hija, tenía 17 años.

Las torturas son variadas. Te ponen la bolsa en la cara y te asfixian; en tu nariz meten chile Tajín con agua mineral, o te ponen un trapo en el rostro y por la nariz te echan agua para que te ahogues. También me dieron toques eléctricos, pero no con una maquinita como las que usan en los bares como diversión. Ellos pelan un cable, lo enchufan y te lo ponen en distintas partes; se siente horrible.

PIEDRA DE COCA

Nunca fui de los Zetas, pero sí tenía relación con los tenderos ―los que venden droga en los puntos de venta―, con los comandantes ―máxima autoridad de una ciudad o región― y los halcones ―responsables de vigilar y reportar los patrullajes militares y policiales en las calles.

En libertad era muy adicta a la cocaína. "Véndeme o fíame", le pedía a los tenderos. Terminé agarrándoles cariño porque me fiaban y se portaban buena onda. Si estaba en el bar trabajando o andaba por las calles de la ciudad y miraba movimiento de militares les advertía con un mensaje: "no vengan para la zona de bares, andan en operativo los marinos. Los soldados van de bar en bar revisando a todos, hasta a las mujeres".

"Métanse al baño y desvístanse, las vamos a revisar", decían las mujeres militares. Mi mentalidad es que los marinos, si se les antoja, te matan y desaparecen. Y como digo, te acostumbras a ver a los tenderos como gente de familia que, aunque trabajen vendiendo droga, al otro día andan comprando ropa y zapatos para sus hijos o comida para la familia. Sé lo difícil que es no tener dinero ni para pagar la renta del cuarto donde vives, por eso les avisaba si veía militares en las calles.

"Vente a trabajar, vas a ganar bien", me invitaban algunos amigos Zetas. Querían que anduviera de halcona o que estuviera en una casa de seguridad cuidando personas. Decía que no, que prefería, con el perdón de la palabra, andar de puta que en la delincuencia; de puta yo sé cuánto gano, a quién soporto y a quién no; no me gusta que me manden o cuestionen. Recuerdo y siento coraje. Si ando de delincuente y me agarran los soldados van a hacerme hasta lo que no, pensaba. ¡Puta madre!, de todos modos terminaron torturándome por todo lo que me negué a hacer. A veces estoy en mi bunker y me estoy riendo sola como pendeja.

TABLEAR Y AMARRAR

Los que venden en los puntos ―tiendas de droga― pueden ser tableados por varias razones: que se droguen o emborrachen en horas de trabajo, que no obedezcan las órdenes que se les dictan y hagan otras, o que no vendan en el horario de trabajo cierto número de piezas de cocaína y/o mariguana; se les puede dar unas horas más para que alcancen a venderlas, pero si no, los tablean. También te pueden tablear por no halconear bien; a mi amiga con la que fui detenida, y que está presa en Nayarit, le reventaron el culo a tablazos por emborracharse, quedarse dormida y no halconear en su horario. Otro más, el Lalo, un amigo tendero, marcó un día a mi celular y dijo: "güey, ¿dónde estás?, hazme un paro, tráeme unas planas, alcohol y gasas; estoy en el motel El Secreto, cuarto 33".

Llegué al cuarto, toqué y abrió la puerta. Vi que estaba enredado en una toalla, sin camiseta y descalzo. "Güey, ¿estás con alguien o quieres pedo conmigo? Porque la neta no mames, somos amigos", le dije. "Estoy solo, ayúdame", rogó. Seguí sin entender para qué me había encargado el material de curación, hasta que caminó a la cama y vi con atención la parte de atrás de sus muslos.

"Agarré la borrachera ayer en la noche y no pude parar de meterme coca, consumí 25 piezas de las 100 que me dejaron, recibí diez tablazos", me dijo. "¡Ándele por pasado de lanza, pero bien que se anda metiendo las piezas de coca!", le contesté viéndole la carne de las nalgas color verde con negro. Sentí asco.

"Sin acá, no te quiero seducir, mejor hazme un paro, dame agua, las pastillas, ábreme las nalgas y cúrame, por favor", ¡me pidió que le abriera las nalgas, pobrecito!

Es que los tenderos no pueden drogarse ni tomar alcohol en horas de trabajo. Aunque repongan de su bolsa lo que consumen, así hayan sido dos piezas, los chingan, los tablean. Pueden comprar de su propia droga, pero en día de descanso. Tienen que andar al cien por ciento mientras trabajan; por eso cae el Erre de sorpresa, para torcerlos haciendo cosas indebidas.

Te dan cinco tablazos y la carne se pone morada; si te siguen dando la piel se revienta. La tabla tiene hoyitos, chupa la carne, la rompe; la sangre se coagula y quiere salirse. Lalo iba al baño y sentarse era un tormento, así duró una semana, pero para que se le quitaran los coágulos duró como un mes. Al otro día ya estaba trabajando, porque si no, los amarran con soga, por no trabajar. Si los agarras de buenas te amarran de manos y pies una semana. Te pasean en la cajuela de la camioneta en pleno calorón y nomás te despegan la cinta adhesiva de la boca para darte agua con un popotito. ¿Por qué más te amarran? Por desobedecer órdenes. Puedes orinarte o cagarte en tu ropa, pero no te desamarran para que te limpies hasta que cumplas con la sentencia. Si los agarras de malas te avientan en una casa un mes y nomás te llevan agua y un pedazo de pan para que no te mueras.

NOMBRE DE GUERRA

Le llamamos nombre de guerra al que usamos para trabajar en la prostitución. Se llama de esa manera porque es el que usamos para luchar y sobrevivir. El mío era Cristy. Tuve algunos novios. Por ejemplo, anduve de novia con un Erre de los Zetas. Un Erre se encarga de repartir la droga y checar que cada vendedor esté en su horario en los puntos de venta que están en toda la ciudad; hacen cuentas del dinero ganado, revisan cuántas bolsitas se vendieron, como si fuera corte de caja. Un Erre conoce a todos los vendedores de droga de la ciudad y si sabe de alguien que vende por fuera de la organización, le dan un levantón y lo matan. Veracruz es de los Zetas y nomás como un diez por ciento es del Cártel del Golfo.

Al Erre lo conocí un fin de semana que agarré la parranda con tres amigas, en un río en Zacate Colorado, Veracruz. Andábamos baile y baile. A unos metros estaba él con sus amigos. Era muy aventada en cuestión de desmadre. Le aposté a mis amigas que me aventaba un clavado con ropa; no me creyeron, pero lo hice. Cuando salí del río vi que dos de mis amigas estaban muy acarameladas con unos tipos: cerveza en mano y toda la cosa.

"Aquel fulano quiere conocerte, le hablé de ti y ya sabe que no traes pareja", dijo mi amiga, la que llevaba el coche. "¡No manches", contesté, "te pasas de lanza!, ¿qué tal si quieren matarme o hacer algo y tú soltando la lenguota?" El fulano se acercó y empezamos a platicar. "¿A qué te dedicas?, ¿cómo te llamas?, ¿dónde vives?", me interrogó. "¡Puta madre!, ¿eres investigador o qué?", le contesté y los dos reímos; "a ver, ¿tú a qué te dedicas?", pregunté. "Eres amiga del Lalo ¿no?, el que vende perico", dijo haciendo como que se metía una raya de coca, "pues yo soy su jefe, soy Erre". ¡En la madre! Se borró la sonrisa de mi boca, no supe bien qué era un Erre, pero sabía que era otro nivel. Convivía con halcones y tenderos, pero más arriba no. "No te espantes, no voy a hacerte daño, tu amiga me comentó que eres reloca", ¡pa'su máquina, sentí coraje, hablaba de más mi amiga! "¿Quieres una cerveza, un pase de coca?", preguntó. "Órale pues, nos chingamos el pase", le respondí.

Antes de que se fuera le di mi número de celular. Empezó una bonita amistad que luego se volvió una relación amorosa que terminó en nada. Cuestionaba mucho: "¿Dónde estás? ¿Con quién? ¿Qué vas a hacer?" Eso no va conmigo, no podía moverme libremente, sentía que era un león enjaulado. Aparte, las cosas estaban muy calientes con él. Una vez nos escondimos una semana en un hotel porque lo andaban buscando para matarlo unos policías federales. Y como yo andaba muy enganchada en la cocaína, y como con él no me costaba, pues andaba de cabrona en el mitote. Terminó pagando el dinero que debía y se salvó el pellejo.

En otra ocasión lo visité en uno de los puntos que abastecía de droga; tenía 15 minutos de haber llegado cuando recibió una llamada a su celular; colgó y muy desesperado dijo: "vete, van a chingarnos, van a caer los soldados". Lo peor es que ese día traía a mi hija porque había dicho que la quería conocer. Lo bueno es que siempre le avisaban de los operativos, pero de todos modos se hacía un desmadre. Rompimos relaciones. ¿Qué tipo de vida a mí y mis hijas nos esperaba junto a alguien así? Un par de veces fue a visitarme al bar en donde trabajaba. "Ven", rogaba y chingaba, "vamos a hablar. Hay que volver a ser novios", pero le contestaba que mejor quedáramos como amigos. La última vez que lo miré quiso quebrarme una botella en la cabeza, pero no me dejé. Supe que lo había levantado el ejército y le habían puesto una calentada, pero lo habían soltado. Sigue trabajando de lo mismo.

SEXO, DROGAS Y ALCOHOL

Cuando la ciudad está llena de militares, federales o marinos, la gente de la compañía no sale a las calles y se queda en casas de seguridad. Mandan traer mujeres que ya las tienen ubicadas. "Tráeme a tal y tal mujer de tal bar", dicen los mandos. Una madrota se encarga de pasar por ellas. "Por órdenes del comandante fulano se vienen conmigo, agarren su ropa y acompáñenme; van a pagarles bien, nada les pasará, al rato regresan", decía la madrota, según ella, por las buenas.

Las primeras dos veces me negué a irme con ella. La tercera ya no fue la madrota quien quiso llevarme, sino uno de los sicarios. "Bueno, ¿qué te estás creyendo, te crees muy vergas o qué chingados pinche perra?", puso su pistola en mi cabeza. "Tengo temor de ya no volver, de desaparecer", le contesté. "¡Vale madres, es una orden y la cumples!", me gritó. Te tratan como si fueran tus dueños, te obligan a hacer cosas que no quieres y las haces por miedo a que te maten. Se juntan a todas las mujeres y las llevan a la casa de seguridad. Hasta cierto punto puedes ver el camino, pero de determinado punto en adelante te echan una playera encima de la cabeza y te piden que cierres los ojos, que no voltees, ni tratas de mirar la ubicación del lugar; de repente estás adentro de una casa con un chingo de cabrones armados. "Si quieren que me quede varios días está bien, pero dejen avisarle a mi familia", les pedía. Daba el número de celular de mi mamá y ellos marcaban para asegurarse de a quién marcaba.

"Señora, ¿es usted la mamá de Cristy?, se la comunico. Mamá, voy a llegar en cinco días, cuida a las niñas, luego te platico", le explicaba. Tres veces fui a las casas de seguridad. Las fiestas duran tres, cinco días, hasta una semana. Mucho sexo, drogas y alcohol. Haces cosas de las que no quieres acordarte. Pero al menos te dejan avisar que estás viva y que volverás. Al final no son tan culeros; aunque supe de casos en donde las mujeres no volvían.

COMANDANTE GALO

"¿Cuánto cobras por irte conmigo?", me preguntó un señor muy malo, pero muy guapo. Llegó al bar y me sentó en su mesa. No sabía quién era, jamás hacía salidas, porque cuando trabajas en un bar nadie te respeta, eres mujer de la calle, no vales nada, te matan y a nadie le importa; siempre del bar a mi casa.

"Te voy pagar muy bien", insistió y puso bajo mi nariz una paca de billetes que sacó de la bolsa del pantalón. Finalmente va a pagarme, pero ¿y si quiere matarme?, pensaba. "No puedo salir, el patrón no lo permite", contestaba para que me dejara en paz. Andaba muy loco, a cada rato se levantaba al baño y volvía con los ojos cristalinos; se atascaba mucha coca. Con una servilleta le limpiaba la nariz. "¡No me limpies! ¿Qué no sabes quién soy?", gritaba encabronado. "No sé quién eres, ¿quién eres?", le preguntaba, pero se quedaba callado. De repente hablaba cariñoso y acariciaba mi brazo y después estaba jaloneándome. "Cálmate, contrólate", le pedía. "Te vas a ir conmigo ya", habló con fuerza y se paró a la barra a hablar con Javi, mi patrón.

No sé qué se dijeron, pero mi patrón hizo una seña de que fuera a la barra mientras el otro fue al baño a meterse más coca. "Qué más diera yo porque no te hubiera echado los ojos", empezó a decirme mi patrón, con tono de abuelo, "te recomiendo que te vayas con él y no lo contradigas; si dice que es rojo aunque tú sepas que es azul síguele el rollo; es muy sanguinario, es el comandante Galo de los Zetas".

Por temor, mi patrón, no le cobró mi salida del bar. "Diosito cuídame", me encomendé. Por mi cabeza pasaba mi mamá, mis hijas, mi hermana. Nos fuimos en una camioneta que manejaba como loco; dos estacas (guardaespaldas) iban en el asiento de atrás, llevaban cuernos de chivo y granadas de las que le dicen piñas. Terminamos en un motel. No quiso sexo, sólo que estuviera tomando y drogándome con él. No más cocaína, ni alcohol, pensaba, pero ¿y si le digo que ya no quiero y enloquece?, imaginaba mil cosas.

Seguimos inhalando y tomando cerveza hasta la mañana; él se empezó a quedar dormido. "Acuéstate a mi lado", me abrazó muy fuerte y no pude zafarme como en cinco horas. Cuando se despertó quiso llevarme a mi casa, pero se dio cuenta que le tenía pavor y que no quería que supiera donde vivía. "¿Qué acaso te hice algo anoche?", preguntó, pero no contesté. Solamente pensé: ¡Nombre! ¿Qué tal si se quiere pasar de verga con mi familia? Propuso ir de compras al centro de la ciudad. Sin estacas, sin camioneta ni armas; se fue limpio, nomás se llevó su credencial de elector; agarramos un taxi. Me pagó cinco mil pesos por mis servicios y compró el mandado para mi mamá; zapatos, leche y pañales para mis niñas y hasta un celular para mí.

Dentro de todo tenía buenos sentimientos. Lo malo es que a huevo quería saber dónde vivía. Estaba resignada, ya íbamos en taxi a mi casa cuando, por obra de Dios, le hablaron diciendo que había una emergencia. "Tengo tu número, y tú el mío", había hecho que apuntara un número de los cuatro teléfonos que cargaba, "cuídate mucho, te voy a marcar", advirtió. No quiero el celular, aunque me conviene, pensaba, es mejor llevármela tranquila y seguirle la corriente.

Pasó un mes, creí que cambiándome de bar ya no le vería. De La Preferida, pasé a La Buena Vida. Una noche estaba comiendo unos Ruffles verdes cuando entró al bar y me vio. Las piernas comenzaron a temblarme, sentí un infarto; el celular que me compró para comunicarse ni lo había sacado de la caja ―mi mamá me recomendó que ni lo tocara― seguía con uno de 300 pesos del Oxxo. Va a matarme o mínimo una desgreñada, pensé. Tres veces mandó a que fuera a su mesa con una de las muchachas. A la tercera de no ir, una compañera me pasó el mensaje: "dice el comandante Galo que si no vas a su mesa viene por ti". Fui a su mesa. "¿Qué no te acuerdas de mí? Soy inolvidable", fue lo primero que escupió. Intenté hacerme pendeja como que no recordaba, pero no pude, a la vez me gustaba y daba terror. Perfectamente recuerdo que iba vestido de tejana, cinturón, botines y una camisa vaquera negra con gallos de pelea bordados en las bolsas; se miraba alineado, muy guapo. Nuevamente no quise irme, pero terminé yéndome con él. Tuvimos sexo, nos metimos coca y tomamos whisky.

Cuatro meses después hubo un enfrentamiento entre los Zetas y el ejército; salvé el pellejo de milagro. Esa noche había quedado de recogerme en mi trabajo que estaba en el centro de la ciudad. Disque iba a pagarme mucho dinero y la chingada; ahora sí que era su juguetito, su diversión; para ellos las mujeres son eso. A las nueve estaba a dos calles del bar, iba casi llegando, cuando vi que donde están los cuatro semáforos, de un lado venía el ejército y del otro, Galo y tres camionetas más; se empezaron a dar con todo; les valió madres que hubiera gente que no tenía nada que ver; se chingaron a cuatro inocentes. Di en reversa para atrás y me escondí dando la vuelta a la esquina. Al otro día en el periódico leí: "Delincuentes y soldados se tirotean y se matan". En una de las fotos salió él hecho papilla. No le deseo la muerte a nadie, pero de cierta forma sentí tranquilidad. Porque cuando un hombre se obsesiona con una mujer es una tortura, nunca sabes a qué hora se le va a votar la canica.

SAN FERNANDO

Del cuartel militar de San Fernando nos llevaron con los ojos vendados a la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (SIEDO) en la Ciudad de México. Una voz de femenina gritaba: "¡Pinches mugrosos! ¡Pinches asesinos! ¿Cómo se atrevieron a matar a tanta gente inocente?" Como a las tres horas de haber llegado me retiraron la venda y supe que habían pasado cuatro días desde mi detención en el retén. El cuerpo me dolía como si lo hubieran masticado: el dedo medio del pie izquierdo lo tenía quebrado en dos partes, las costillas inflamadas, el tabique de la nariz hinchado y moretones en las piernas; aparte no escuchaba porque con la mano abierta golpearon mis orejas al mismo tiempo como si aplastaran una lata de aluminio. Llega un momento en el que ya no puedes, son demasiados los golpes; "mejor mátenme", pedía. Un marino se divertía poniéndome la pistola en la boca o le gustaba que agarrara con las dos manos el cañón de la metralleta y la colocara en mi frente.

En la SIEDO un ministerio público tomaba mi declaración cuando entró a la oficina un marinelo encapuchado. "Dame las hojas", le dijo al licenciado. "Vas a firmar aquí y aquí", me dijo señalando dos puntos en un par de hojas de papel. Las agarré, firmé y devolví. El marino las leyó, se quitó el casco y comenzó a golpearme la cabeza; el ministerio público se volteó para no ver. "¡Firma con tu nombre verdadero, pendeja!", había firmado con el nombre que tenía en la IFE que me habían dado en Tijuana.

"¿Y por qué voy a firmar si están en blanco?", contesté. "¡Ah no vas a firmar, hija de tu puta madre! Préstamela, ahorita la traigo", le informó al ministerio público. Pasamos por un patio donde había tres filas como de 20 personas sentadas como cebollitas, uno detrás de otra, con plásticos en las manos y vendas en los ojos. Con ellos estaba sentada cuando la voz femenina nos gritaba: "¡Asesinos!" Todos eran hombres y nomás cinco mujeres: una estaba embarazada y se la llevaron a Tijuana, otra a Mexicali y a las demás a Nayarit; lo supe después. El marino me metió a un baño, me cacheteó y amenazó con hacerle a mi hija lo mismo que a los cuerpos de las fosas de San Fernando. Tanto era mi daño psicológico que me bloqueé y firmé las hojas en blanco.

De la SIEDO me llevaron al Centro de Arraigo. Tuve que usar un pants gris y una camiseta roja, el color que le dan a los arraigados por secuestro y delincuencia organizada. Fui notificada que estaría 40 días bajo arraigo. Habían pasado dos semanas después de mi detención y apenas podía usar el teléfono para hablar con mi familia. Hablé a mi casa. Cuando pensé que las cosas ya no podrían ser peores me dijo mi mamá por teléfono:

"Mija, vino a buscarte un hombre pelón, alto, de barba, dijo que se llama Óscar, preguntó dónde estabas y que si sí trabajarías con él. No supe que decirle; quedó que regresaría después", dijo mi mamá luego de platicarle dónde estaba y el por qué estaba detenida. ¡Puta madre! Ya sé quién fue a buscarme, comencé a recordar. Días antes de mi detención había estado trabajando en Tamiahua, el pueblito cerca del mar. Estaba sentada en la barra cuando llegó un señor pelón, alto, de barba y mirada de maldito; sentí la vibra del demonio. Se sentó en una mesa y me habló. "Tráeme un agua mineral, por favor, y una cerveza para ti", creo que andaba crudo. Me senté con él y comenzamos a platicar. "¿Cuánto tiempo tienes trabajando aquí?" Le contesté que mes y medio. "Y, ¿de dónde eres?" Le dije de Poza Rica. "¡Ah, eres de donde están los mugrosos! ¿O me vas a decir que no conoces a los pinches mugrosos de los Zetas?" Le aclaré: "pues he oído de ellos, pero no tengo relación con esa gente, de lejitos es mejor".

"Ahora resulta que no los conoces, está bien. Te invito a trabajar conmigo, acá con el golfito, vas a ganar mucho dinero", aseguró. En mi ignorancia le pregunté: "¿Dónde queda eso? ¿Tú con quién trabajas o qué?""Con el cártel del Golfo", contestó. ¡Ah su máquina!, salgo de una y caigo en la otra, reflexioné. "Gracias, pero prefiero trabajar aquí", dije.

"O sea que te gusta estar soportando borrachos que te dicen pendejada y media, ¿prefieres tener que revolcarte con desconocidos hediondos?", preguntó. "Yo me revuelco con quien yo quiero", contesté molesta y ofendida. "Te hablan como si no valieras nada. Bueno, ya me voy", dijo, "te dejo mi número de teléfono; dame el tuyo". "No doy mi número", le corté la onda. "Me lo vas a dar, ¿sí o no?" Mejor se lo di porque parecía que iba a golpearme. Pasaron dos semanas y recibí un mensaje que decía: "¿Siempre sí prefieres trabajar conmigo o prefieres estar con los mugrosos de los Zetas?" Contesté: "no voy a trabajar, por favor no me moleste".

"Mamá, si regresa no le digas dónde estoy ni nada de la niña, di que te abandoné porque están involucrándome con el cártel de los Zetas y ese señor es del cártel del Golfo, ahorita con esto va a pensar que sí trabajo con los Zetas y es capaz de querer vengarse", le dije muy asustada. Porque en esto hay dos salidas: la cárcel o la muerte. Puedes escaparte de la ciudad, pero eso no resuelve el problema, te pegarán donde más te duele: en la familia. Los van a levantar y desaparecer.

Se espantó tanto mi mamá que se fue a vivir a la casa de mi abuela los dos meses que estuve en el arraigo. Con eso terminé de comprobar que las cosas te llegan solitas aunque no las busques, te pegan aunque te quites. Uno nunca sabe de quién huir, si de la delincuencia o de los militares.

CERESO

Terminó el arraigo y nos llevaron en autobús al aeropuerto del DF. Los policías dijeron que íbamos para la cárcel de Nayarit, ¿pero cuál? Apenas cruzamos las rejas aquí del CERESO y nos dijo la oficial que estábamos en Baja California; sentí que me desmayaba. Si mi familia no tuvo dinero para visitarme en el arraigo que estaba más cerquitas, menos hasta acá. Desde el día en que me fui de aventón a Reynosa, hace cuatro años, no los he vuelto a ver; solamente hablo por teléfono con ellos.

La cárcel era lo peor para mí. Estaba segura de que me golpearían para que les lavara la ropa o que me cobrarían piso por tener donde dormir; así como sale en la televisión, pero nada de eso. Durante mis primeros cuatro meses a las oficiales les hablaba con miedo, les decía afis, porque así les decíamos en el arraigo, pero me dijeron que nos las llamara así. Estoy inscrita en todo lo que puedo: en terapia de narcóticos anónimos, en macramé y en Reconstrucción Personal; un programa donde nos enseñan que valemos mucho como mujer, como madre. También estoy en la preparatoria, en libertad no había acabado la primaria. Trato de tomar las cosas de la mejor manera porque afecta bastante el encierro, más en los cumpleaños de mi hija; por eso ella es mi motorcito para salir adelante. El dolor lo he ido superando; ya puedo contar cómo me torturaron y a veces hasta me puedo reír. Nada gano mortificándome pensando que seré sentenciada a la pena máxima de más de 30 años. Brinque o me revuelque, no dejaré de estar presa. Allá, el de arriba, sabe por qué hace las cosas. Si tú estás en lo negativo, atraes lo negativo; hay que pensar positivo, pienso.

Entre nosotras hemos hablado del suicidio. Una compañera de mi celda se cortó los brazos, pero nomás hubo sangre, no pasó de ahí. Cuando se recuperó, le dijimos: "si lo quieres hacer bien hazlo en la yugular". "Es que no sé dónde", nos dijo. "No te hagas pendeja, bien que sabes dónde", le contestamos. Si nos queremos suicidar se puede con un rastrillo que tenemos escondido, pero te castigan cuando intentas suicidarte, te mandan sola a una celda y te esposan, en lugar de mandarnos con el psicólogo.

"Declaré", se supone, "que tenía tres meses trabajando con los Zetas; que ganaba siete mil pesos más cuatro mil de gastos quincenales; que me encargaba de ir al pueblo (San Fernando) a comprar víveres para darle de comer a los borregos o cabritos, como le dicen a los secuestrados; y que cuando iba por comida también checaba si había unidades de la Marina y las reportaba.

Tengo 23 años. Desde que llegué aumenté de peso cinco kilos, ahora peso 65. He aprendido a valorar desde un plato de comida hasta el aire que respiro. Durante varios meses el padre de mi hija envió dinero, después dejó de hacerlo. Hace dos años hablamos por teléfono, sabe que estoy presa. Lo último que supe de él es que quiere conocer a su hija. No ha ido para Veracruz porque renunció a la fábrica Panasonic en Tijuana, puso un taller de computadoras y no lo puede dejar.

Caída, sentencia y liberación de un Antrax, "El Sargento Phoenix"

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Hace diez años, René Velázquez Valenzuela, alias el Phoenix, protagonizó una persecución en el mismo sector donde perdió la vida.

En aquel entonces, sobre la calle Miguel Hidalgo, el Phoenix abrió fuego en contra de una patrulla militar que logró su detención y la de sus acompañantes José Fidel Velázquez Valenzuela (su hermano), Francisco Angulo Estrada y Marco Antonio López Armendáriz.

Luego de un proceso penal que lo mantuvo en el Centro de Ejecución de las Consecuencias Jurídicas del Delito (Cecjude) en Culiacán durante cuatro años, un mes y ocho días, René Velázquez obtuvo su libertad.

Fue mediante una solicitud de incidencia de libertad preparatoria que su caso fue revisado y, en la última semana de agosto del 2014, pudo salir del penal por su propio pie y en apego a lo que establece el Código Federal de Procedimientos Penales.

La sentencia inicial fue de ocho años 10 meses y tres días de prisión, impuesta el 26 de abril del 2011 por el Juzgado Tercero de Distrito, representado por la Jueza Alba Lorena Galaviz Ramírez, quien lo encontró penalmente responsable por  los delitos de portación de armas de fuego y granadas, así como por la posesión de cartuchos para armas de fuego, todo de uso exclusivo del Ejército, Armada y Fuerza Aérea; arma sin licencia y delitos contra la salud en la modalidad de posesión.

Una apelación a la sentencia presentada por su defensa logró que se redujera a seis años, 10 meses y seis días.

La revisión del caso, buena conducta y atenuantes, restaron años de prisión a René Velázquez, poniéndolo de nuevo en las calles, pese a que ofreció y documentó, como parte de su reinserción a la sociedad, trabajar como repartidor en un restaurante.

El origen de este episodio que lo llevó a prisión se detalla en la denuncia de hechos que quedó asentada en el expediente 25/2010.

El 25 de febrero del 2010, Esteban Arturo Molina Valenciano, Manuel Tirso Reyes y Eleuterio Arce Santos, Teniente y Cabos de Infantería del 94 Batallón de Infantería de la Novena Zona Militar, relataron que a la 1 horas con 30 minutos de ese día, al efectuar patrullajes en las inmediaciones de la avenida Manuel Estrada, transitando de norte a sur, de la colonia Guadalupe Victoria, observaron dos vehículos y a simple vista se veía que sus tripulantes llevaban armas largas.

Los tripulantes de uno de los vehículos huyeron, pero lograron interceptar a quienes viajaban en un vehículo marca Jeep-Gran Cherokee, color gris, modelo 2005, con placas de Sinaloa, cuando emprendieron la huida por la avenida Madero, hasta llegar a la calle Hidalgo, lugar donde accionaron las armas que portaban desde las ventanillas del vehículo, contra el personal castrense.

Los militares relataron que repelieron la agresión con disparos a las llantas, provocando que perdieran el control de la unidad, estrellándose contra un poste de luz y logrando someter a René Velázquez Valenzuela, quien conducía el vehículo.

Sobre sus piernas, el Phoenix llevaba un arma AK-47 con aditamento lanza granadas con una útil, calibre 40 milímetros, camuflado, además se le aseguró fajada a su cintura del lado derecho, una pistola calibre 5.7×28 milímetros.

Sus acompañantes, Francisco Angulo Estrada, quien viajaba en el asiento trasero del lado izquierdo, portaba un fusil AK-47 cargado, y fajada a su cintura una pistola calibre 10 milímetros, abastecida con un cargador y seis cartuchos del mismo calibre.

A Marco Antonio López Armendáriz, quien viajaba en el asiento trasero del lado derecho, le aseguraron un fusil AK-47 cargado.

José Fidel Velázquez Valenzuela, hermano del Phoenix, iba de copiloto y llevaba entre sus manos otro fusil AK-47 cargado y abastecido con un cargador de disco con 50 cartuchos, y al efectuarle una revisión se le localizó enfundada una pistola corta calibre 5.7X28 milímetros, con su respectivo cargador y cinco cartuchos.

Al revisar el vehículo localizaron en la parte trasera de la camioneta un fusil AK-47, calibre 7.62X39 milímetros, en el asiento trasero; otro fusil Barret calibre 50 milímetros cargado y abastecido con un cargador con nueve cartuchos; un cargador para fusil Barret calibre 50 milímetros abastecido con ocho cartuchos; cinco cargadores de disco para AK-47; nueve cargadores para fusil AK-47; un cargador para AR-15; un cargador para subametralladora Intratec; un guardamano para AR-15; un cargador para pistola 10 milímetros; dos cargadores para pistola calibre 5.7; tres granadas calibre 40 de percusión central, para aditamento lanza granada; 13 cartuchos calibre 5.7; 11 calibre 10 milímetros; 753 calibre 7.62; 69 calibre.223 milímetros; un bote rojo con 17 gramos de mariguana.

En el dictamen médico quedó asentado que era adicto a la mariguana.

En su declaración, el Phoenix argumentó que el armamento era de Octavio Villarreal, alias el Salchi, hombre a quien identificó como su amigo y quien le pidió que se lo guardara.

Agregó que días atrás había visto camionetas del ejército patrullando cerca de su domicilio, y haciendo revisiones en casas cercanas, por lo que decidió sacar la camioneta con las armas y llevarla a otro sitio.

En su declaración ante el Ministerio Público Federal, agregó que la camioneta no encendía, por lo que llamó a su hermano José Fidel para que le llevara  a un mecánico a la casa donde se encontraba, ubicada en la colonia 21 de Marzo.

El mecánico resultó ser Marco Antonio López Armendáriz, quien luego de 40 minutos logró poner en marcha el vehículo.

El Phoenix ofreció llevarlos a sus domicilios, pero en el trayecto encontraron a los militares patrullando la zona.

En su declaración expuso que luego de los disparos propinados a las llantas de camioneta por los militares, perdió el control de ésta, impactándose contra un poste de cemento.

Dado que los militares continuaban haciendo disparos, agregó, se tiraron al piso él y sus acompañantes, momentos después llegaron los uniformados y empezaron a patearlos y golpearlos con los rifles.

En ese momento, el Phoenix justificó la huida ante los militares por la carga prohibida que llevaba a bordo.

Los militares negaron las acusaciones y el supuesto intento de asesinar a los civiles durante la persecución y después de ésta.

Los alegatos no ayudaron a René Velázquez, y su sentencia llegó finalmente al encontrársele culpable por los delitos ya descritos, pero no aceptó permanecer más de seis años recluido, por lo que en agosto del 2012 su defensa promovió un amparo.

Pero el Cuarto Tribunal Colegiado del Décimo Segundo Circuito, con sede en Mazatlán, le dio un revés: “La justicia de la Unión no ampara ni protege a René Velázquez Valenzuela, contra la sentencia dictada el siete de julio de 2011 por el Magistrado del Tercer Tribunal Unitario del Décimo Segundo Circuito”.

Mejor suerte corrieron sus acompañantes a quienes la justicia sí les otorgó el amparo, incluso se ordenó revocar de inmediato la sentencia y ser puestos en libertad.

Paciente, el Phoenix cumplió con lo que dicta el artículo 84 del Código Penal Federal, en que se establece que “se concederá libertad preparatoria al condenado, previo el informe a que se refiere el Código de Procedimientos Penales, que hubiere cumplido las tres quintas partes de su condena, si se trata de delitos intencionales, o la mitad de la misma en caso de delitos imprudenciales”.

Este beneficio se da siempre y cuando cumpla con requisitos como observar buena conducta durante la ejecución de la sentencia y que del examen de su personalidad se presuma que está socialmente readaptado y en condiciones de no volver a delinquir.

Comando del Cártel de Sinaloa toma pueblo de Chihuahua; reportan desplazamiento forzado

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CHIHUAHUA, Chih.- Los habitantes de Baborigame, municipio de Guadalupe y Calvo que colinda con Badiraguto, Sinaloa, llegaron al hartazgo desde hace aproximadamente tres meses, ante el aumento de la violencia causada por la incursión del grupo delictivo de Héctor “El Pinto” Román Angulo, del Cártel de Sinaloa.

Decenas de familias que por años han vivido en esta comunidad, incrustada en el llamado Triángulo Dorado, han optado por salir en busca de mejores condiciones de vida. El grupo de Los Pintos se apropia de predios, quema viviendas y autos, incluso con gente en su interior. El desplazamiento forzado es grave.

Aunque el cultivo y producción de amapola es una actividad que los habitantes de Baborigame han naturalizado, ante el exceso de abusos del grupo delictivo, los pobladores comenzaron a armarse para defenderse. Las balaceras constantes, día y noche, las personas ejecutadas que quedan en el olvido de autoridades y estadísticas oficiales, sobrepasaron la tolerancia de los pobladores.

Los Pintos, el grupo que ha controlado los últimos meses esa región, regresó para intensificar los hechos violentos. Este domingo levantaron al párroco Luis Antonio Salazar de la Torre, de alrededor de 34 años, quien logró escapar de sus captores, pero a quien le quitaron su camioneta pick up, que fue localizada horas más tarde.

Este lunes continuaron los enfrentamientos, los sicarios calcinaron varias viviendas cerca de un peñasco, una bodega y dos tiendas. En el transcurso de la noche del domingo, quemaron dos vehículos, uno de ellos con cinco personas adentro. Los militares destacamentados en el pueblo permanecieron encerrados en su cuartel y salieron apenas el lunes por la tarde-noche.

La descomposición

La situación de inseguridad se descontroló desde 2014 en Baborigame, tras la captura del líder de la plaza en noviembre de 2013, Eusebio Trueba Arciniega, de 44 años, y quien en enero de 2014 apareció muerto en su celda en el Cereso de Parral; aparentemente se suicidó.

Su esposa y familia tuvieron que huir de Baborigame para salvar su vida, porque de acuerdo con testimonios de gente de la región, él tenía el control de ese pueblo y una vez que murió, los familiares fueron amenazados.

Entre febrero y marzo de este año surgió el grupo de El Pinto y, con éste, tres líderes de diferentes pueblos, llamados “El 10”, “El 7” y “El 5”. En Baborigame ha liderado el primero con su pareja “Mimí”, quien a su vez tiene una hija de 15 años que es pareja de otro de los líderes de uno de los poblados ubicado en el municipio de Badiraguato.

Al inicio de este año, Clemencia Molina, quien acopiaba droga –como es común que lo hagan varias mujeres en aquella región– en su negocio para venderla, tomó fuerza en la venta y aproximadamente en abril pasado fue asesinada junto con su hijo de 17 años. Sus muertes fueron registradas como una volcadura en la salida a Guachochi.

Justo cuando ella murió, comenzaron a llegar jóvenes de Sinaloa al pueblo, que junto con otros jóvenes tepehuanos y mestizos, conformaron el grupo a cargo de “El 10” y “Mimí”, que buscan y lograron el control de toda la droga, de la amapola para “El Pinto” Román.

“‘El 10’ y su mujer acapararon, eran quienes controlaban el pueblo sembrando terror. Antes de que mataran a Clemencia, había toque de queda, pero no había tanto abuso. Después de que Los Pintos tomaron el control, pusieron cámaras para vigilar a todo el pueblo. Golpeaban con tablas a la gente que cometía faltas administrativas, como pasarse un alto por ejemplo y todo lo hacían con la presencia del Ejército y de la Policía Estatal. La Policía Municipal no puede entrar ahí, porque apoya al otro grupo (también del Cártel de Sinaloa), pero que está en la cabecera y en otros pueblos”, relataron dos personas de aquella tierra.

El control de ese poblado lo tienen desde hace dos años, pero se intensificó a finales de junio e inicios de julio, indicaron, cuando también prohibieron que la gasolinera del lugar vendiera combustible, se lo llevaban para comercializarlo en otra parte y lo mismo pasaba con los alimentos.

“Cuando mataron a Clemencia y a su hijo, prohibieron rentar el salón de fiestas y el ‘cíber’ de ella. También asesinaron a sus trabajadores. Quemaron una bodega de pastura que era de ella, toda su familia tuvo que huir de Baborigame, esa fue la gota que derramó el vaso”, aseguraron.

Crean autodefensas

La mayor parte de la población no estaba de acuerdo con el grupo de “El Pinto”, por lo que buscaron apoyo con gente de otros lugares para comenzar a armarse. “Todos los días, a todas horas mataban a personas”.

En esos enfrentamientos, con la gente recién armada que se convirtió en autodefensa, murieron varios hombres de Los Pintos y “Mimí” decidió huir. “La gente pensó que estaba huyendo en la avioneta (taxi aéreo), pero no iba ahí, huyó por otra parte; le dieron a la avioneta y desde entonces no lleva pasaje al pueblo”.

Con “Mimí” también huyó un grupo de ejidatarios que apoyaba a Los Pintos y el pueblo recobró la calma por un breve tiempo. A principios de octubre, el grupo proveniente de Badiraguato comenzó a construir pistas en diferentes ranchos para traer alrededor de cien jóvenes sinaloenses.

“Hace un mes y medio comenzaron a bajar avionetas con refuerzos de Sinaloa, son puros jovencitos, se enfrentaron con la gente que ya estaba armada y hubo ocho muertos de Los Pintos, luego huyeron al monte, pero han regresado, roban casas, no dejan en paz a la gente y la están expulsando, se han ido varios maestros”, relata otra mujer de la región.

Los sicarios también caminan entre las rancherías, han despojado de sus viviendas y pertenencias a las comunidades indígenas de alrededor, por lo que los habitantes de Baborigame demandan el auxilio de las autoridades estatales y federales, para que tomen el control del pueblo y alrededores.

La noche del sábado pasado se registró otro enfrentamiento, y el domingo por la tarde levantaron al párroco del pueblo, quien logró escapar de Los Pintos.

“Desde que llegaron los jóvenes de Badiraguato, como llegaron sin carros ni trocas, comenzaron a quitárselos a la gente del pueblo. El domingo pararon a una familia, con tres hijos, pero les perdonaron la vida, les dijeron que sólo querían su vehículo. Los dejaron ir y pasaba otra familia, pero decidieron no pararla. Atrás iba el sacerdote en su troca, lo detuvieron y se lo llevaron a una casa que tienen, de seguridad. Los soldados que ahí están en el pueblo, fueron avisados de lo que ocurría y les ordenaron actuar, se enfrentaron con los sicarios, mataron a uno e hirieron a otro delincuente.

“Entre la balacera, el sacerdote logró huir junto con otros dos hombres que también habían levantado”, refieren.

Los militares llevaron al presbítero a un lugar seguro, donde permanece a salvo, su camioneta fue localizada horas después en el mismo pueblo.

El parte informativo de la Fiscalía General del Estado, indica que el domingo a las 17:00 horas, personal militar perteneciente al 24 Regimiento de Caballería Motorizada de Puebla, con sede provisional en el regimiento de Baborigame, recibió el reporte de privación de la libertad del párroco, quien viajaba en una camioneta Ford doble cabina, de reciente modelo.

Cuando los militares iban por la avenida principal de Baborigame, alrededor de las 19:30 horas, una camioneta pick up blanca se detuvo frente a ellos y descendieron dos hombres que comenzaron a dispararles. Los elementos del Ejército repelieron la agresión y cayó muerto uno de los delincuentes, mientras que otro resultó herido, así como un militar, quien fue atendido en la base militar.

Los delincuentes fueron identificados como gente de “El Pinto” Román. El hombre que murió vivía en Baborigame y fue identificado como Cruz Carrillo Ramos; los lesionados son Luis Villanueva Sánchez, de 17 años, con domicilio en Parral, y Martín Altamirano Salmorán, de 32 años, de la base militar de Baborigame, a quien lo lesionaron en la muñeca izquierda.

De acuerdo con información del destacamento militar, el vehículo del párroco de Baborigame, fue localizado y asegurado en la salida a Guachochi, a la altura de una gasolinera.

A los integrantes del grupo de “El Pinto” Romero les aseguraron un rifle tipo AR-15, marca Cobra, calibre .223, modelo XM15, serie L488708, con un cargador y 12 cartucho; un rifle AR-15, marca Colt, calibre 5.56×45, modelo M16AII con un cargador y 8 cartuchos; una pechera con 5 cargadores; 116 cartuchos calibre .223; una pistola tipo escuadra, marca Colt, calibre 38 Súper, serie 70sc40451, con un cargador y 9 cartuchos; una pistola, tipo escuadra, marca Colt, calibre 38 Súper, serie 70s19225, con dos cargadores y 18 cartuchos; un radio portátil Kenwood serie B1400214; 16 casquillos percutidos calibre .223; casquillos percutidos calibre 9 mm; 3 cascos calibre .308 y un vehículo marca Ford F150, modelo 2001, blanco, sin placas, serie 1FTRW07L61KE25816.

El Chapo dice que lo pueden ejecutar

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La defensa de Joaquín El Chapo Guzmán le solicitó a la justicia federal revisar dos amparos que le fue negados el pasado 20 de octubre y con los que el busca evitar su extradición a Estados Unidos.

De ser enviado a Texas, uno de los estados norteamericanos donde es requerido, podría ser ejecutado, dice la defensa en su escrito presentado el martes ante el Juzgado Décimo Tercero de Distrito en Materia Penal, el mismo que le negó cinco amparos contra la extradición.

Tres de ellos fueron desechados por estar mal planteados. Los otros dos tienen que ver con peticiones de cortes federales de California y Texas.

La primera, en la causa criminal CR95-0973-B, se le sigue en la Corte Federal de Distrito para el Distrito Sur de California, en San Diego, en la que es acusado de tráfico de cocaína.

La segunda causa, EP-12-CR 849FM, está radicada en la Corte Federal de Distrito para el Distrito Oeste de Texas, en San Antonio, donde se le acusa de tráfico de cocaína y mariguana, lavado de dinero, posesión de arma y homicidio.

La defensa de Guzmán, encabezada por el abogado José Refugio Rodríguez, asegura que ambas solicitudes fueron firmadas por personas no autorizadas de la embajada de Estados Unidos en México.

“No basta que la petición de extradición se presente en la vía diplomática, sino quien la suscribe tenga facultades para ello”, que es el caso del embajador o un encargado de negocios ad interim en ausencia, dice la defensa.

Asegura que en el caso de California, la petición fue firmada por Marjorie Ruth Philips, de Asuntos Administrativos de la Embajada, lo que no está previsto de la Convención de Viena sobre Tratados.

En la acusación que la Corte de Texas asegura que la solicitud de extradición la firmó William Huje Duncán como encargado de negocios ad interim, pero sin que documentara el cargo de acuerdo con los requerimientos especificados por una jurisprudencia de la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).

Argumenta también que los delitos por los que se le acusa en esos dos estados fueron cometidos por el exjefe del cártel de Sinaloa en México, por lo que debe ser juzgado en el país.

En el amparo 644/2016, relacionado con la petición de la Corte de California, asegura que el delito del que se le acusa, asociación delictuosa para traficar cocaína, fincado en 1996 ya prescribió, “el juez de distrito nos aplicó un artículo vigente en la época que ocurrieron los hechos (1994), solo que ese artículo se fue reformando y a la fecha de la petición de extradición ya no estaba vigente”.

En el amparo 645/2016, dice que a Guzmán “se le puede aplicar pena de muerte” y aunque el gobierno de estados Unidos se ha comprometido a que eso no ocurra, es la Corte Federal la encargada de imponer las penas. En el expediente, nunca se justificó que el embajador esté facultado para pactar ese compromiso, asegura.

“Es muy grave no tener certeza de que si Joaquín es extraditado, ese compromiso no tenga eficacia en USA y le puedan aplicar pena de muerte”, dice el escrito del abogado.

En Texas, Guzmán es acusado de asociación delictuosa para dirigir una empresa dedicada a la delincuencia organizada, asociación delictuosa para traficar cocaína y mariguana, lavado de dinero, posesión de armas de fuego para fomentar delitos contra la salud, homicidio y fomento pertenencia a una empresa criminal continua para fomentar el tráfico de droga.

La defensa del capo pretende que de que sea aceptada la revisión por un Tribunal Colegiado, el caso sea atraído por la SCJN. Su propósito es que el pleno de ministros revise la cadena perpetua como pena inusitada, pues en la Convención Americana de Derechos Humanos establece que la finalidad de la privación de la libertad es la reforma y readaptación social de los condenados.

Violencia deja seis muertos y cinco lesionados en Guanajuato

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GUANAJUATO, Gto.- Un tiroteo anoche entre presuntos grupos de sicarios en pleno centro de San Francisco del Rincón dejó dos personas muertas y cuatro lesionadas, luego de que al menos ocho encapuchados que bajaron de varios autos se enfrentaron a tiros.

En otro tiroteo ocurrido el lunes por la tarde, un suboficial de la Policía Federal fue lesionado en una mano con disparos de rifle AK 47 desde una camioneta sin placas y con vidrios polarizados, cuyos ocupantes ignoraron las señales de alto que hizo el agente, de 41 años, quien los persiguió hasta que le dispararon; esto en la comunidad San Pedro de los Naranjos, entre Salvatierra y Yuriria.

La camioneta del grupo armado fue abandonada en dicha comunidad, con cartuchos, casquillos y cargadores de rifles AK 47, informó la Procuraduría de Justicia de la región C.

En total, seis personas fueron asesinadas en hechos violentos en San Francisco, Pénjamo y Apaseo el Grande, entre la noche del lunes y las primeras horas de este martes 8.

En Pénjamo, dos ejecutados con armas de fuego fueron abandonados en un viejo camino rural en La Estación La Piedad. Uno estaba colgado en una regadera, atado de manos y con disparos en un costado, y el otro tirado en el camino a unos 70 metros del primero, también con las manos atadas y huellas de un disparo en la cabeza.

Ambos permanecen como no identificados.

Los más recientes asesinatos ocurrieron en Apaseo el Grande, donde este martes, cerca de las 9:30, se avisó a la policía municipal que había dos cuerpos en el camino que une a las comunidades de Jocoque y Jáuregui.

Ambas víctimas presentaban lesiones en el cráneo y no han sido identificadas, indicó la Procuraduría.

"Tener un novio sicario era como tener una tarjeta VIP" Cuando amenazaba con dejarlo me decía: "voy a ir a pelotearme (balear) al cuartel militar"

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En un arranque de honestidad, la custodia que tengo junto a mí comenta que la reclusa a la que espero sobresale del resto de la población: por su corta edad, su esmerado cuidado personal y sus finos rasgos faciales. Tales características ilustran acertadamente a Michelle. Lo anterior lo pienso cuando veo que baja las escaleras del segundo piso destinado, dentro del CERESO, a las internas que cometieron delitos del fuero federal como secuestro o delincuencia organizada en entidades distintas a Baja California; de ahí que la internas de casa les llamen, "las trasladadas".

Del cuello de Michelle cuelga una cruz tejida con hilo rojo que contrasta con su inmaculada camiseta blanca. En su mano una pulcra agenda telefónica estampada con la imagen de Central Park, parece una extensión natural de sus dedos. Estos son los dos únicos objetos que una interna puede llevar consigo estando fuera de la celda. Después de presentarnos, Michelle explica que tomó la decisión de compartir su pasado conmigo, a causa de la lectura que realizó hace unos días de El Zahir, de Paulo Coelho. "Para sanar y llenarme de nuevas historias debo sacar de mi interior las historias viejas", me declara convencida de interpretar correctamente las palabras del escritor brasileño.

A punto de iniciar la entrevista, una interna consumidora de heroína que pasa junto a nosotros, se desmaya y convulsiona. Dos internas vacían media botella de agua en su rostro y la arrastran al interior de una celda. "Trae la malilla", advierte Michelle, insegura de haber utilizado correctamente el término que hace referencia al síndrome de abstinencia. "Esa droga no se ve en Monterrey, allá pura cocaína y mariguana", aclara.

MICHELLE

Estoy presa porque mi novio era sicario. Cuando lo conocí yo trabajaba de oficinista en una refinería de Pemex que está en Cadereyta, Nuevo León. El Gordo, como le digo a mi novio, se hizo Zeta a los 19 años, ahora tiene 24. Nació en Houston. Sus tíos son del sur de Tamaulipas. En una visita que les hizo, uno de sus primos le presentó a unos Zetas. Le gustó el dinero fácil; le pintaron la idea de que era un mundo muy padre donde ganas mucho sin hacer nada. Su trabajo era cuidar y limpiar la plaza de contras; además movía droga y vendía carros. En algún momento pensó en salirse de los Zetas, pero el miedo no lo dejaba.

Mi vida a su lado era una fiesta de todos los días. Comida, bebida y drogas para todos. Él y sus amigos de la operativa [grupo de sicarios] cerraban un lugar y pagaban cuentas, en una noche tranquila, de unos 30 mil pesos. No me sentía poderosa por tener un novio sicario, aunque no voy a negarlo, llamaba mi atención que recibiéramos un trato especial en los antros y en los estadios para ver juegos. Tener un novio sicario es como tener una tarjeta VIP. Las atenciones que te dan son fuera de lo mortal, como decimos. Hubo momentos en los que teníamos mucho dinero, pero otros en que no podía entrar dinero ni armas a la zona de guerra ―como le decíamos a Ciudad Victoria― porque todas las entradas estaban bloqueadas por el gobierno.

Por supuesto, al principio te da miedo, pero luego te gusta, y más a mí que necesitaba todo tipo de atenciones. Fácilmente caí en ese remolino de excesos y violencia. Aunque nada valía la pena, hacer con él cosas de novios era lo que me gustaba realmente.

El Gordo se metía cocaína y mariguana. Cuando estaba drogado con cocaína no se alimentaba y eso me enojaba porque era mucho mi esmero en prepararle la comida. Luego yo también empecé a consumir cocaína y entendí por qué no le daba hambre. Bajé muchísimo de peso, recuperé mi talla cero. Si no estaba metiéndome cocaína estaba durmiendo. Despertaba y no desayunaba, no tenía ganas de nada, no quería saber nada del mundo; había días en que nomás picaba algo de fruta en la cena y otra vez a consumir. No sé cuántos gramos consumía por día, pero digamos que comenzaba a las diez de la noche y acababa a las nueve de la mañana; salía el sol y tenía la voluntad de irme a dormir, para mí era una droga de la noche.

No alucinaba con la cocaína, simplemente empecé a estar más tranquila. No había conocido algo tan milagroso; digamos que entendí por qué era tan importante su trabajo de sicario. Con la cocaína mejoraba mi estado de ánimo y me gustaba porque no peleábamos; él estaba más amoroso, se sentía más tranquilo y contento porque compartíamos algo. Llegué a consumir cocaína todos los días durante los últimos tres meses antes de mi detención. Consumirla era una euforia contenida, a excepción de una vez que me puse a tomar whisky con Red Bull. ¡Dios, nunca quise volver a saber nada, demasiado acelere para mi corazón! Si no hubiera sido detenida habría muerto de una sobredosis, es lo más lógico, ya estaba perdiendo el control. Algo que no me gusta de la cocaína es que me seca mucho la garganta, por eso empecé a tomar cerveza, aunque mi gusto son las piñas coladas.

Conocí a mi novio por mis amigas. Un domingo andábamos dando la vuelta en el auto y paramos a cargar gasolina en un 7-Eleven; nunca he sido de ir a antros, me gusta más dar el rol en el carro. De pronto llegó este niño en su camioneta y resultó que era amigo de mis amigas; me lo presentaron, pero hasta ahí. Éramos un grupo de tres amigas. Fátima, que me presentó a mi novio y quedó embarazada de un sicario Zeta que está preso; Brenda, que la desaparecieron; y yo, que estoy en la cárcel. El caso de Brenda fue el más horrible. Traté de indagar qué había pasado con ella y ver en qué podía ayudar.

"La investigaron y se supo que le estaba pasando información al Golfo; por órdenes de los superiores la pusieron para que la pozoliaran", me platicó mi novio. Pero la verdad que ella ni en cuenta, el único nexo que tenía era yo, y todos éramos del mismo cártel que se la llevó. En Monterrey hubo un tiempo en que todas las chavas luchaban por el poder, aunque los novios eran los que andaban de Zetas. Estoy segura que fue por celos de otra chava que la desaparecieron. Me tocó ver que entre las chavas se levantaran falsos o se echaran a la policía o al ejército, nomás por chingarse a otra chava.

Fátima tenía tiempo de andar con esa onda de ser amiga de sicarios; un tiempo se puso de moda en Monterrey, era muy raro. De pronto nosotras ya teníamos en el grupo social a unos sicarios; de pronto todas tenían un familiar o un conocido que trabajaba para los Zetas. Cuando llegaba a la casa de mi amiga estaba el que sería mi novio con los demás de la operativa. O a veces yo ya estaba ahí y llegaban, y sentía miedo; no me iba demasiado pronto para que no fuera evidente que no quería tener contacto con ellos. Poco a poco me fui dando cuenta de que él era una persona normal que se dedicaba a delinquir y que no era lo que yo pensaba que podía ser: malo y grosero. Eso sí, todo el méndigo tiempo traía armas, hablaba por radio y escuchaba al Cártel de Santa. Yo más bien soy popera, me gusta Katy Perry.

En ese tiempo había el rumor de que si le gustabas a un Zeta te secuestraba, te hacía hasta lo que no imaginabas y te tiraba ya muerta. Claro que no pasa nada de eso, si no a mí ya me lo hubieran hecho.

En aquellos años tenía 18, ahora tengo 22; mi novio y sus amigos tenían entre 20 y 30 años. Todos eran sicarios, pero platicábamos de cosas comunes: programas de televisión, la película que los había hecho llorar o de marcas de ropa. No entendía en qué consistía ser sicario, si mataba por dinero o placer, solamente veía que andaban por la vida con armas, camionetas y si se encontraban algo que los pusiera en peligro se defendían ―eso pensaba, hasta que indagué.

SICARIO

Hay una imagen que me perturba, sucedió un 15 de septiembre. Estábamos en una casa de seguridad y llevaron a un detenido, mi novio lo golpeó tanto que me salí para no ver. Cuando regresé la persona estaba muerta por los golpes y las patadas. Fue muy impresionante, jamás había visto a un muerto. "La persona con la que vivo, con la que duermo y me beso, es un asesino", pensé. Debo decir que por un momento me quedé viendo al muerto porque fue tanta la impresión que me paralicé y no supe si correr, huir o qué hacer.

Un mes después fuimos a un rancho en el monte, puros matorrales y árboles. Otra vez la operativa tenía a dos personas detenidas. "Hazme un favor, para que estos no la vean, lleva a la señora a hacer sus necesidades allá, lejos", me dijo mi novio para que ayudara a una señora de 60 años a caminar para que hiciera del baño. "¿Cómo te atreves?", pensé. Después caí en cuenta que prefería que la llevara yo a que la llevaran esos tipos que quién sabe qué crueldad podrían ser capaces de hacerle. "¿Cómo la ayudo, cómo me la llevo?", me pregunté y vi a mi mamá, a mi abuela, a mí misma. La señora y el señor que estaban detenidos eran papás de un miembro del Cártel del Golfo. Mi novio justificaba su crueldad diciendo que si lo agarraban los soldados o la contra, ellos no iban a tentarse el corazón para torturarlo.

Y sí medio le valía madres enfrentarse con los soldados. Cuando amenazaba con dejarlo me decía: "voy a ir a pelotearme (balear) al cuartel militar". Atentaba contra su vida y yo me ponía muy nerviosa. Duré de noviazgo un año y medio. A pesar del monstruo que pareciera ser, no era tan malo. Se portaba bien con mi familia, me escuchaba, era buen compañero. El problema era en lo que se convertía cuando trabajaba. No lo justifico, porque sí era un hijo de la chingada.

Pero prefería pegarle a la pared que pegarme a mí; dentro de su locura nunca me agredió.

Tuvimos un problema y le dije que no estaba funcionando la relación. Como a la hora escuchó que le dije por teléfono a mi mamá que me quería regresar. "Vamos a pensarla un poco, no te vayas", me dijo. Eran las tres de la tarde y a las cuatro salía mi autobús de Ciudad Victoria a Monterrey. "Dame la oportunidad", seguía insistiéndome.

Los Zetas traen un radio con una frecuencia con la que saben en dónde están las unidades verdes; me volví experta, era una lunática que nomás estaba viendo en donde estaban los soldados, no me los quería topar. La camioneta que nosotros traíamos estaba polarizada y en Tamaulipas eso está prohibido; los militares tienen autorización de disparar contra ese tipo de vehículos que es característico de los Zetas. Total que adrede pasamos por enfrente de ellos en su afán de detenerme. "Párate, se están regresando, vienen hacia nosotros", le dije porque miraba a los vehículos por el espejo. En lugar de pararse pisó el acelerador y nos comenzaron a disparar. Nos pegaron una correteada marca diablo.

"Párate, no quiero que me maten", le grité. Nomás traíamos un arma corta que alcanzó a tirar por la ventana. Se nos atravesaron y a él lo bajaron y comenzaron a golpear, pero a mí no me hicieron nada. Nos llevaron a la PGR. A las 20 horas de estar detenidos un abogado que defiende narcos nos liberó. Mi abuela, hermanos y mis papás fueron por mí, me estaban esperando afuera de las instalaciones. Junto con mi novio fuimos a comer. Creo que no lo vieron peligroso, porque no me decían casi nada, a pesar de que ya les había platicado que era sicario. "Mejor sí vete para Monterrey, las cosas se pondrán pesadas por lo que acaba de pasar", dijo mi novio. Regresé a Monterrey con mi familia y no lo vi en un mes; hasta que lo hirieron de una pierna y fui a verlo. Ya antes había sido herido del pecho y de un brazo; también lo habían incapacitado. En la organización hay doctores que son los que se encargan de ir a las casa de seguridad a atenderlos y de incapacitarlos.

Recuerdo la segunda vez que salí con el Gordo. Íbamos en la camioneta y él y otros de la operativa, con los vidrios arriba y la refrigeración prendida, fume y fume mota, se hizo una mega nube. Nos bajamos del auto y me desmayé de tanto que tragué humo. No me gusta la mariguana porque me da mucha hambre, pero después pude acostumbrarme a estar en medio de una bola de humo adentro de la camioneta mientras él manejaba; uno podía transitar haciendo lo que quisiera, y si la policía municipal de Monterrey te detenía, nomás prendías las luces intermitentes y con eso sabían que eres de la gente, como le dicen a los Zetas; y luego podías seguir tu camino.

Tengo pocas cicatrices porque me faltó perder el miedo a poner en peligro mi cuerpo. Nunca fui de correr, brincar; nunca me subí a un árbol, cosas de ese tipo. De cuando era muy niña nomás tengo una cicatriz en la ceja: andaba jugando con un primo a las canicas; y en el codo tengo otra, caí intentando manejar bicicleta, jamás aprendí. Es incongruente porque después hice cosas peores que me trajeron a estar presa. Creo que siempre tuve miedo y un día dejándome guiar quise demostrar que ya no lo tenía; porque a mí sola nunca se me hubiera ocurrido andar con un sicario en una camioneta, con armas, granadas y todo ese tipo de cosas que me sobrepasaban. Al final lo que hice fue por sentir la adrenalina.

"UN FEDERAL INTENTÓ VIOLARME"

Estábamos viviendo en Ciudad Victoria, pero de la noche a la mañana a mi novio lo mandaron a trabajar a San Fernando, Tamaulipas; cinco meses atrás habían descubierto una de las narcofosas. Él se adelantó y mientras me quedé en Ciudad Victoria. A los días lo alcancé en San Fernando. Nos vimos, pero solamente 48 horas, porque se regresó a la casa de seguridad para hacer la guardia; otra vez tuve que quedarme sola en el departamento que rentábamos. Un fin de semana habló al celular como a las dos de la tarde y me invitó a comer: "dile al Greña que pase por ti y que te lleve a tal Oxxo, ahí te recogerá un chofer y te llevará a un restaurante donde estaré yo", me dijo, así muy tranquilo. El Greña me dejó en un Oxxo y el chofer pasó por mí. O sea, por cuestiones de seguridad entre ellos no podían conocer sus ubicaciones; yo tampoco.

En el camino nos detuvo la Policía Federal. A cada quién nos subieron a una camioneta. Este niño, el chofer, no aguantó la golpiza de los federales y terminó dando la ubicación de la casa de seguridad donde estaba mi novio, sus compañeros y todo el arsenal. Yo no estaba en posesión no nada, pero de todos modos me detuvieron. No vendaron mis ojos, pero me levantaron la blusa y con ella me taparon la cara; me decían groserías y me empujaban. Fuimos a un hotel, lo sé porque dejaron que me quedara sola en la camioneta; no podía respirar por los nervios y como pude me moví la blusa de la cara y pude ver muchas patrullas, policías y habitaciones.

Fueron por mí a la camioneta y me encerraron en el baño de una de las habitaciones. "Quítate toda la ropa, encueradita, vamos a ver si escondes armas o droga", dijo un federal encapuchado. Ya desnuda intentó violarme y amenazó con electrocutarme; quería saber de qué manera encajaba en toda la historia. No me violó el federal porque le mandaron hablar, pero llegó otro que me dijo que era de Derechos Humanos y que estaba para cuidar que nadie se me acercara ni me hiciera algo. Ya nadie se me acercó ni me hizo nada, solamente me preguntaban cosas. Desde el baño, como una hora después, pude escuchar la voz de mi novio y de uno de sus amigos. Se escuchaba como los golpeaban. Pensaba que me iban a matar, amenazaban con llevarme con la contra a Matamoros, y sí me llevaron, pero a un hospital a que me hicieran un dictamen médico y luego a las instalaciones de la PGR.

Cuando me llevaron a la PGR descansé, por fin pude respirar. Ahí me topé con dos chavas que estaban trabajando en San Fernando; las había conocido en una fiesta; tenían varios días desaparecidas. ¡Ay no!, estaban brutalmente golpeadas, era algo horrible. El pelo rapado, la cara hinchada, los ojos morados; vestían camisas de hombre y estaban todas llenas de sangre. Las habían violado entre treinta y tantos tipos del Cártel del Golfo; les mutilaron el pezón, ¡era algo muy espantoso! Primero las detuvo la Policía Federal y las torturaron mucho, después ellos las entregaron al Golfo. Estaban ahí conmigo, pero en calidad de víctimas porque a los tipos del Golfo los detuvo el ejército cuando las iban trasladando para matarlas, pero para su suerte en el camino se toparon con el ejército y las rescataron. Las dos eran halconas en San Fernando.

Recuerdo que un federal se portó buena onda y me prestó su celular para marcarle a mi mamá. "Voy para la PGR, hija", me dijo mi mamá; lloraba mucho. "No te arriesgues", le dije, "los del Golfo están aquí en Matamoros y te pueden hacer algo". Dos días después de mi detención estaba en Baja California. Mi mamá pudo verme dos meses después de llegar a la cárcel, porque primero estuve en observación. Nunca estuve en el arraigo del DF como mis otras compañeras de estancia (celda).

Ahí conmigo estaba otra chava de Monterrey que trabajaba con uno de los contadores de los Zetas en Coahuila. Era amiga de los músicos de Kombo Kolombia, que mataron los Zetas, que porque andaban cantando en territorio de los del Golfo. Estábamos en la estancia cuando vimos la noticia en la televisión. Ese día teníamos tortas de carne asada que habíamos comprado en la tiendita, no quiso comérsela porque estaba muy triste.

"EXTRAÑO EL OLOR A SUAVITEL"

Tengo 40 meses aquí, no me han dado sentencia, pero mi abogado dice que serán como 12 años si me va mal. Mi mamá vive en Monterrey y me visita muy seguido, pero este año ya no tanto; mi hermano creció y ya está entrando a la preparatoria, aparte, ella trabaja de lunes a sábado, es superintendente en una empresa de recursos humanos, pero me apoya en todo, no me reprocha nada, tampoco mi papá. Mi proceso y abogado están en Veracruz.

El Suavitel en la ropa y en las cobijas es lo que más extraño de la calle: el olor a limpio, aquí siempre huele a drenaje. Mi mamá escribe cartas y me las manda con perfume, sin que yo se lo pida, ella intuye que extraño esos aromas. También manda cobijas muy coloridas, sabe que necesito el color en mi vida, aquí todo es blanco y gris; nunca volveré a usar esos colores.

En prisión te posee la ira. Brota tu instinto animal y dan ganas de ahorcar a una de las compañeras de celda, aunque lo mío siempre ha sido la depresión, no la violencia. Por ejemplo, a los 11 años empezaron a medicarme contra la depresión. No sabía manejar mi adolescencia. Tenía el llanto muy sensible, todo me provocaba: la indiferencia de mi mamá, que me levantaran la voz o que no me compraran algo. A los 15 años comencé con intentos suicidas, tres veces quise suicidarme tomando varios frascos de pastillas. Luego varios días en coma, hospitalización y al final me daban de alta. No le hallaba sentido a la vida; aparte se me hizo muy pesada la prepa, no podía acomodarme con los horarios, a veces entraba muy temprano o salía muy tarde, el chiste es que jamás podía organizarme, no me hallaba

En libertad era muy exigente con la comida, aquí lo fui al principio pero ya no. Lo único que puedes hacer en prisión es entregarte a tus obsesiones. Tengo ganas de comer hasta que me canse y lo hago; de fumar hasta que me harte, también; llorar hasta que los ojos se pongan como pelotas, ¿y por qué no? La cárcel vino a cambiar muchos conceptos de cómo debía ser mi vida; cambiaron algunos gustos por la comida. "No me gusta esto, no me gusta lo otro", decía con algunos alimentos. Aquí tengo que comer lo que me dan: no comía huevos pero ahora sí, y eso que es huevo en polvo. La Pepsi tampoco la consumía, ahora sí la consumo mucho, pero estoy tratando de dejarla.

Desde los 13 años fui anoréxica y bulímica; era una forma de violencia hacia mí misma; caminaba y se me doblaba el tobillo de lo débil que estaba, pero la vanidad era más fuerte. Lo veía como un acto liberación, pero ahorita digo, "¿qué ganas de estarme haciendo daño?" Todo porque la ropa se me viera bien. Si estás gordita no te luce cierta blusa, cierto pantalón, pero ya no pienso así, después de tres años de verme en pants y sudadera caigo en cuenta que eso no es importante. Por más que quiera no puedo controlar el comer, pero ya de plano intento moderarme, no podía dejar de comer a todas horas; poco a poco estoy recuperando el cuerpo de antes. Comía mucho por ansiedad; una de mis compañeras de estancia que también viene relacionada con un sicario de los Zetas, pero de Torreón, subió mucho de peso, por la ansiedad; se la pasaba comiendo pan con crema de cacahuate.

El psiquiatra de la prisión me da medicamento controlado porque tengo trastorno mixto de ansiedad y depresión. Las pastillas me hacen dormir mucho y tener bastante hambre; también me ha dado por fumar mucho. Cuesta trabajo aceptar que eres una del montón. Una más a la que su novio malandro engañó y los dos terminaron en prisión.

ESPACIO DE ENCIERRO

Las relaciones afectivas entre las compañeras no están permitidas. No te pueden ver abrazando a nadie, cualquier cosa y sospechan de lesbianismo. Es casi imposible tener una relación física con otra compañera, pero sí, algunas se mandan cartitas o chocolates. Alguna vez he imaginado como sería, pero creo estar muy definida en cuestiones de amor; pero a veces me asusto porque como dicen: "por algo se empieza". No quiero ser del club que por soledad se hizo lesbiana.

A lo que más temor le tengo es a marcar por teléfono a mi casa y que ya nunca más me contesten. Aquí los castigos son que no puedas recibir visita, que no te dejen hablar por teléfono o que no te vendan comida de la tiendita. Otro castigo es que te encierren en la bartola por 15, 30 o 60 días; hace poco se suicidó una muchacha ahí. La bartola es una celda en donde no tienes contacto con nadie.

He cambiado en la cuestión estética. Antes teníamos cosméticos, pero ahora no. Yo decía, "¿cómo voy a andar así?, ¿cómo voy a salir?" Todas las ideas que tenía de mi físico cambió. No me siento a gusto, puedo verme mejor, pero digo, bueno, no está tan mal. Aunque siento que me veo más mayor, lo veo en mi cara, porque llegué aquí siendo una niña, bueno, no de 12 años, pero sí de 19. Para verme uso una bolsa de Sabritas o de galletas; les quito lo que tiene de color y queda el empaque metalizado, lo tenso y así medio te ves. O cuando paso junto a una máquina expendedora aprovecho para verme, pero no siempre, hay cosas que prefiero recordar como era antes.

En mi casa era muy desordenada. Aquí el bonque, que es la cama, es tu pequeño mundo y trato de tenerlo de cierta manera. En mi casa para cambiarme una vez tenía que sacar toda la ropa del clóset. Aquí soy muy cuidadosa con mis cosas, tengo un lugar para todo. Me dan mareos. Para todo de lo que uno se queje nomás te dicen que es el estrés, y sí es cierto, es el estrés, porque estamos en un ambiente muy pesado, porque por la alimentación no es, porque sí comemos bien.

Todos los días hago ejercicio en la estancia. A veces nos pega la loquera y cuando salimos al patio corremos en la cancha de basquetbol, pero es muy raro. El chiste es hacer ejercicio cardiovascular para terminar cansada y dormirse.

Estoy terminando la preparatoria. Los estudios son de manera autodidáctica, pero entre las compañeras nos apoyamos. Una de mis compañeras que era de los Zetas en Veracruz, nos enseña matemáticas; es bien fregona. Allá afuera no había terminado la secundaria y aquí nos ayuda a las de prepa con álgebra y cálculo, aprendió sola. Yo apoyo a las de mi pasillo con la materia de inglés. La primaria y la secundaria las hice en escuelas católicas privadas y aprendí bastante. También soy buena con las tres materias de historia que se imparten aquí en el CERESO: Mundial contemporánea, Moderna de occidente y México siglo XX; con esas materias de historia las apoyo.

Creo que mi único delito sería omisión. No recibía ninguna paga, no usaba armas, ni tenía acceso a ellas. A veces sí me he dicho que pude evitar situaciones, porque sí me llegué a enterar de cosas muy pesadas, pero por otra parte no estaba en mis manos cambiarlas. Lo único que hubiera podido hacer como ciudadana era denunciar y no lo hice.

La primera semana que salga de aquí voy a quitarme este tatuaje que me hice en el antebrazo en honor a mi novio. Dice: "Cada día te amaré más". Ya no lo necesito, es una lástima porque me gustan los colores que tiene.

CDVictoria Narcomensaje del CDN y 2 ejecutados en Col. Mainero

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Ciudad Victoria Tamaulipas.- Ejecutan a dos familiares de Tomas Brussolo Cortez en la Col Mainero.

Otra vez asesinan familias inocentes que al tener algun parentezco con algun integrante de bandas del crimen organizado, forman parte de la guerra entre mismos zetas Vieja Escuela y CDN que se disputan el control en la capital de Tamaulipas.

Tomas Brussolo Cortez fue detenido el pasado 24 de Julio, asi como estan las cosas a lo mejor ya esta libre este delincuente es de la Vieja Escuela.


Cuotas y pagos a los "Carteles" dentro de las Carceles en Tamaulipas SSPTAM

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Estos son algunos datos sobre lo que cuestan las cosas licitas e ilicitas dentro de los penales de Tamaulipas.

Antes que nada la SABIA CALLE ha remarcado que la mayoria de los directores de los penales son adictos a las drogas y que no pasarian el ANTIDOPING ni el examen de CONFIANZA -¡si este se hiciera bien hecho!- SEÑALA TAMBIEN QUE LOS DIRECTORES Y DEMAS PERSONAL TRABAJAN EN CONTUBERNIO CON LOS ZETAS Y EL CDG DEPENDIENDO LA LOCALIZACION DEL PENAL.

por supuesto de lo que se anota abajo està perfectamente bien enterada la encargada de los CERESOS DE TAMAULIPAS-NORA BALDERRAMA- pues  la han puesto en 3 ocasiones distintas  2 con EGIDIO TORRE y ahora por el ViceAlmirante Luis fernando Lòpez Castro NUEVO SRIO DE SSPTAM  LA SRA HA SIDO DENUNCIADA POR LA SABIA CALLE DE CORRUPCION Y SER PARTE DE LA DELINCUENCIA ORGANIZADA.

La sabia calle informa  que en todos los penales hay armas enterradas en botes eso porsupuesto lo saben todos los mandos de SSPTAM incluyendo los nuevos ..pero al parecer SE TAPARON LOS OJOS Y LOS OIDOS MUY RAPIDAMENTE ......ENTRE OTROS PRONOSTICOS SE DICE QUE LA SITUACION DE VIOLENCIA EN EL ESTADO ¡NO CAMBIARÀ!

Los lunes es el dìa que reciben "la cuota" por extorsion y privilegios los directores de los penales de tamaulipas, ya que los encargados y lideres de las prisiones (Zs y CDG) de adentro -presos que controlan todo-,  La razòn por la que reciben su "moche" los lunes es porque los lideres de los carteles que estan encerrados , ya cobràron a la visita del fin de semana , las cervezas y botellas que vendieron durante ese evento , 

Aparte todos los lunes los internos tiene que pagar la cuota por respirar y tener derecho a vivir algo tranquilos adentro de los penales es de minimo 100 pesos -si no pagan los golpean hasta que consigan el dinero.

De estos cobros salen para las cuotas a los directores, coordinadores de seguridad y los subdirectores técnicos que son los responsables de las visitas conyugales y las visitas familiares
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La cuota por visita conyugal varia 300 a 500 pesos,
La cerveza en lata de 100 a 150 pesos ,
El refresco de 2 litros 60 pesos,
La grapa de cocaina 100 a 150 pesos,
El cigarrito de marihuana alrededor de 30-40 pesos
Cada interno que tenga un taller o una restaurante también le cobran derecho de piso.
Cada que ingresa un reo también le cobran grandes cantidades de dinero  en ocasiones llegan a cobrar hasta 10,000.00 pesos por INTERNO NUEVO
Y por cada mueble o cuadro O ARTESANÌA que hagan los internos les quitan un porcentaje también

LUEGO ANOTO LA CUOTA POR CADA TELEFONO , TELEVISION AIRES ACONDICIONADOS, REFRIGUERADORES ESTUFAS ETC...

Cae en Culiacan Javier Carrasco Coronel "El 06" integrante de "La Corona" uno de los 122 objetivos prioritarios

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Culiacán, Sin. Trascendió que se llevó a cabo la detención de uno de los presuntos criminales más buscados en México en la ciudad de Culiacán. Se trata de Javier Carrasco Coronel mejor conocido como "El 06", según informa el portal de López Dóriga.

Se espera que autoridades brinden la información oficial este miércoles por la tarde. Sin embargo la primer información arrojó que Carrasco Coronel pertenece al grupo delincuencial "La Corona", el cual está relacionado con el Cártel del Pacífico.
El objetivo.

"EL 06" es el objetivo número 104 de la lista de los 122 más buscados de México. "La Corona" es una organización que se formó por personales leales y cercanas a Ignacio "Nacho" Coronel Villareal, capo fallecido en el año 2010.

EL CJNG se defendió de la entrada de LOS ANTRAX a Jalisco por eso dejaron de cobrar

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Bajo un proceso casi quirúrgico, pero con señales del narco, fue como desarticularon 12 manos a un grupo de jóvenes acusados de ser presuntos delincuentes. No les inyectaron anestesia, lo cual sorprendió al personal médico que atendió el caso. “Quien se los hizo sabía algo de anatomía a pesar de lo grotesco. Se libraron de morir de un choque neurogénico por el dolor”, explican.

Las amputaciones no las realizaron en ningún hospital con gasas o equipo especializado, pero sí en una casa de seguridad de Tlaquepaque, Jalisco, aplicando conocimientos básicos de medicina con la finalidad de dejarlos vivos. El alambre que rodeaba las manos era una suerte de torniquete para frenar el sangrado.

Entre otras cosas, les tatuaron la piel: “Soy ratero”. Cuando las víctimas despertaron no tenían conciencia de lo sucedido, hasta que los policías los encontraron tirados y amordazados en una de las calles del pueblo mágico jalisciense. Estaban desesperados, tanto que el personal médico contempló la posibilidad de una cirugía para unirlas. Pero era tarde.

El acto se adjudicó a la “justicia ciudadana” inicialmente, firmada en una cartulina como “Élite antiratas” (sic), el pasado 17 de octubre, aunque después el fiscal Eduardo Almaguer declaró que se trataba de un ajuste por drogas.

Las amputaciones no parecían haber sido realizadas por inexpertos, como sí lo fue en Ayotlán el 29 de enero pasado, donde lincharon a un sujeto hasta la muerte, le cortaron las manos y lo colgaron de un árbol. Aun así, la Fiscalía General del Estado (FGE) no abonó detalles.

Esta historia comenzó días atrás, cuando un “jefe de oficinas” del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) ordenó el rapto de 12 personas, las cuales conformaban una célula de narcomenudeo de la organización. Beto, una fuente cercana al caso que pide el anonimato, explica que durante meses las víctimas de mutilación no liquidaron lo que debían al cártel. El varón asesinado, Rafael Jiménez, de 29 años, era supuestamente el líder. De los otros seis deudores sustraídos no se reportan datos en días posteriores.

La historia tiene un contexto: la entrada de Los Ántrax a Jalisco, un brazo armado del Cártel de Sinaloa que disputó con alrededor de 60 gatilleros tras la fuga de El Chapo Guzmán el 11 de julio de 2015. Por esa razón las “oficinas” se concentraron en defenderse y no cobraron por un tiempo a las narcotienditas. Una vez calmadas las aguas por la recaptura, los hampones dieron un plazo a los traficantes para que pagaran, pero no se cumplió. Las manos amputadas fueron la advertencia interna a todos los subordinados.

La atención del mundo —como cuando fue derribado el helicóptero militar mexicano Cougar EC725 el 1 de mayo de 2015—, se centró una vez más en el estado gobernado por el priísta Aristóteles Sandoval. Y nuevamente el motivo fue el CJNG.

Repunta violencia en Jalisco

Las guerras intestinas y otros hechos violentos son cotidianos en la entidad en los últimos años. De pronto, los asuntos del cártel pasaron a la esfera pública al grado que en el municipio de Zapopan vecinos consultados comentan sobre las alertas que se han producido, a través de mantas, para no salir de casa ciertos días.

Aunque no todos los casos están relacionados, el ambiente de inseguridad es tajante: entre enero y septiembre de 2016, el estado se colocó en la quinta posición a nivel nacional con mil 710 homicidios, lugar en el que se mantuvo en 2015 con 2 mil 41 casos, y en cuarta posición en 2014, con mil 866, de acuerdo con los datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).

Si bien la contabilización de este año aún no concluye, el periodo de nueve meses transcurridos, comparados con los de 2015 y 2014 registra un aumento de mil 474 a mil 710. Es decir, un incremento de 16%.

Mientras que en extorsiones no sale del primero y segundo lugar y hace competencia al Estado de México que en 2014 tuvo 742; 2015, con 882; y 2016 (de enero a septiembre) con 457, según el mismo SESNSP.

“Definitivamente la violencia se ha disparado. Hay un repunte, las cosas no han mejorado en términos generales. Las autoridades no han podido brindar tranquilidad a la ciudadanía en algunos puntos de Jalisco”, señala el especialista en seguridad pública de la Universidad de Guadalajara (UdeG), Francisco Jiménez Reynoso.

Sobre la violencia expuesta por las organizaciones criminales, Jiménez Reynoso dice: “Se han visibilizado más, están subiendo de tono, pareciera que compiten para ver quién es más salvaje. Dejan testimonios vivientes”.

José Antonio Ortega, presidente del Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal (CCSPJP), dice que la violencia en Jalisco se debe en gran parte al poderío del Cártel Jalisco Nueva Generación: “Es una organización que pesa en varias partes del país”.

“Desde los años 90, las autoridades pensaban que si dejaban que se mataran entre ellos [las organizaciones criminales] se iba a acabar. Hubo pleitos cada vez más frecuentes. La violencia está presente y no ha habido alguna autoridad que haya decidido poner un límite”.
Ahora que se avecina diciembre, los cercos de seguridad son más focalizados en el perímetro que abarca la Feria Internacional del Libro (FIL 2016), pero otras áreas son olvidadas. En la FIL 2015 hubo decenas de asesinatos, al menos 21 de acuerdo con un conteo hemerográfico, entre los que destacó el del hacker Robles Avilés, el 2 de septiembre, cerca de la embajada estadounidense, en la transitada avenida Chapultepec.
Funcionarios públicos asesinados

José Isabel Lomelí, alias El Coyote, ex agente de la extinta Procuraduría del Estado —ahora fiscalía—, caminaba la tarde del 1 de septiembre de 2016 junto con su hijo de 10 años en el centro de Tlaquepaque. Cuando cruzaron la calle Paraguay, una camioneta roja les cerró el paso, bajó un sujeto y le descargó 20 balazos. Según la prensa local, el niño corrió asustado e ileso.

Las investigaciones de la fiscalía no profundizaron, pero fuentes que piden el anonimato por temor a represalias señalan que él tuvo responsabilidad en detener a numerosos implicados —como fue el caso de Jonathan García García John Perro— en el asesinato del secretario de Turismo, Juan José Gallegos. “Detuvo casi a todos los del caso, lo tenían amenazado”.

En las averiguaciones previas abiertas por homicidios dolosos son notorias las de servidores públicos, los cuales fueron frecuentes desde que en marzo de 2013 Nemesio Oseguera, El Mencho, ordenó el asesinato de Gallegos, como señala el expediente al que tuvo acceso este diario, en el que se le acusa al funcionario presuntamente de lavar dinero para Los Caballeros Templarios. “Se sintió traicionado El Mencho”, dice la fuente.

El 11 de septiembre pasado asesinaron a tiros al subdirector de la Policía Municipal de Talpa de Allende, Damián Díaz Peña; el 29 de febrero, un comandante y su esposa fueron acribillados en Guadalajara, su bebé salió ileso; en julio de 2015 fue el comandante de la Policía de Investigación, Óscar González, en Puerto Vallarta.Y la lista sigue: junio de 2015, el delegado del ISSSTE en Jalisco, Javier Galván Guerrero; en septiembre de 2014, el diputado federal, Gabriel Gómez Michel. Ha superado el centenar.

EL UNIVERSAL consultó los boletines de la Fiscalía General del Estado (FGE), en los cuales no hay seguimiento de investigaciones por homicidios dolosos de funcionarios públicos.

“Eso significa un retroceso y son algunas derrotas sistemáticas de la delincuencia en contra de la autoridad, en la que muy probablemente van ganando terreno. La policía tiene bajos sueldos, poca protección y garantías de crecimiento en cuanto a nivel de vida y armamento, mientras el CJNG tiene logística y organización”, añade Jiménez Reynoso, especialista de la UdeG.

“Es un grupo criminal que ha desatado estos atentados y la autoridad no ha puesto límites y no ha investigado”, agrega Ortega del CCSPJP.

Hace décadas este territorio fue famoso por el Cártel de Guadalajara, fundado por Miguel Á. Félix Gallardo, Ernesto Fonseca y Rafael Caro Quintero. Ahora el terror se respira más de cerca entre los tapatíos.

VIDEO; Así fue el ultimo vuelo de los "Tigres", F-5E los aviones de combate de la Fuerza Aérea Mexicana

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En este pasado desfile militar por la Independencia, volaron por última vez los jets de combate F-5E de la Fuerza Aérea Mexicana (FAM). Navegaron sobre el cielo de la Ciudad de México tres de los cuatro aviones caza Tiger que quedan, de los doce que en su momento conformaron el Escuadrón Aéreo de Pelea 401. Cumplieron 34 años de servicio, ya no satisfacen sus objetivos estratégicos (vigilancia, intercepción de aeronaves hostiles y resguardo de instalaciones estratégicas); sus costos de operación y mantenimiento son muy altos e insostenibles; y serán sustituidos por un escuadrón de veinticuatro F-16, de los que doce deberán estar operando en 2018.

Ciudad de México.- El cuarto desfile militar que encabezo el presidente Enrique Peña Nieto será también el de la nostalgia, el del adiós para el Escuadrón Aéreo de Pelea 401 de la Fuerza Aérea Mexicana (FAM), el de los jets F-5.

Los Tigres de la FAM volaron por última vez sobre el cielo de la Ciudad de México luego de cumplir 34 años de servicio ininterrumpido, marcado por claroscuros en los que hubo de todo; desde accidentes fatales y la suspensión de sus vuelos en desfiles como medida de seguridad, hasta el presunto involucramiento de uno de sus comandantes con el crimen organizado.

Los F-5E/F llegaron a nuestro país en 1982 y se arraigaron entre los mexicanos como el símbolo más poderoso y representativo del poder militar aéreo del país.

Comprados directamente a la firma estadunidense Northrop Aircraft (hoy Northrop Grumman Inc.) en cerca de 10 millones de dólares cada uno, los 12 jets F-5E/F que integraron la flota del Escuadrón de Defensa 401 fueron integrados a la FAM para desempeñar misiones de vigilancia estratégica, intercepción de aeronaves hostiles y resguardo de instalaciones estratégicas.

En 2015, el mando central de la FAM ordenó reparaciones menores para poner a punto y mantener operativos a cinco aparatos F-5E. Con ello se buscaba recuperar la mayoría de las unidades del 401 ED (Escuadrón de Defensa) hasta llegar a nueve aparatos.

En las reparaciones se invirtieron apenas tres millones y medio de pesos. No se logró reintegrar el 401 ED. Hoy solo quedan cuatro de estas aeronaves operando la defensa estratégica del país. El 16 de septiembre solo volaron tres de estos viejos tigres.



Recuerdos

Originalmente el gobierno de México, apoyado en la bonanza petrolera de aquellos años, había negociado en 1981 la compra de un lote de 24 jets Kfir con Israel.

Sin embargo, como los aparatos llevan un motor de fabricación estadunidense, el Pentágono bloqueó la compra y a cambio abrió las puertas para forzar la negociación de una flota de 12 aviones F-5E/F Tiger nuevos y equipados para intercepción aérea.

El lote estaba compuesto por 10 aviones monoplaza y dos biplazas para entrenamiento de nuevas tripulaciones.

De acuerdo con el especialista José Antonio Quevedo, los primeros siete aparatos procedentes de la planta de Northrop en California llegaron en agosto de 1982 a México y fueron concentrados de inmediato en la Base Aérea Militar Número Uno en Santa Lucia (BAM-1) para preparar su presentación sobre la capital del país en el desfile del 16 de septiembre de ese año.

Los aparatos ejecutaron pases sobre la ciudad, mostrándose por primera vez como el primer escuadrón de combate de la FAM, ya que los 30 aviones T-33 comprados en los sesenta no reunían los requerimientos técnicos y armamentísticos para considerarlos como aeronaves de pelea.

Quevedo recuerda en uno de sus textos que “Los F-5E/F mexicanos, en misiones de combate aéreo son armados para intercepción y pelea con dos misiles aire-aire AIM-9P Sidewinder con un alcance de aproximadamente 21 km, además de contar con los dos cañones Colt-Browning M-39A2 de 20mm, que pueden disparar más de 280 disparos por minuto, los aviones biplaza solo cuentan con un solo cañón en el lado izquierdo.”

Agrega que “para misiones de entrenamiento, las aeronaves son equipadas con regularidad con misiles AIM-9P de entrenamiento ya que sus sistemas electrónicos operan igual que un misil activo rastreando y bloqueando a la aeronave enemiga aunque su motor es inerte, pero enseñan al piloto a trabajar con este tipo de armamento.”

Para misiones de ataque a tierra, dice el especialista, se pueden armar con dos o cuatro lanzacohetes  LAU de 7 o  20 bocas respectivamente, dos en cada ala o combinar distintos tipos de bombas, para propósitos generales.

Pero la dotación original de Tigres comenzó a reducirse muy pronto. En 1983, una de las aeronaves se estrelló en Chihuahua durante un vuelo de práctica con fuego real.

En 1995, durante el desfile militar de ese año, ocurrió el trágico accidente en el que un F-5F que era piloteado por el General de Ala Gonzalo Curiel, se estrelló en pleno vuelo sobre Cuajimalpa contra un jet T-33 y éste contra otros dos aparatos similares. Murieron seis integrantes de la FAM. Solo se salvó el entonces teniente Gerardo Ceballos.

El accidente hizo que los F-5 fueran retirados de los desfiles militares durante varios años.

En ese contexto se conoció información que relacionaba al general Curiel con el cártel de Juárez y en particular con Amado Carrillo (quien falleció en 1997 durante una cirugía en la que supuestamente se le iba a modificar el rostro).

Se dijo que el general estaba bajo investigación en aquellos días, se mencionaron daros sobre supuestas entradas a instalaciones militares de narcos e hijos de capos de la droga que se paseaban en aparatos de la Fuerza Aérea, pero las autoridades nunca revelaron detalles de la indagatoria y no se supo más del asunto.

Mantener a un tigre

Con los años, el costo del mantenimiento y la operatividad de los F-5E/F fueron impactando la parte del presupuesto destinada al 401 ED.

Al inicio del gobierno de Felipe Calderón, su secretario de la Defensa, el general Guillermo Galván, reunido con un grupo de legisladores federales, advirtió que el  atraso militar de México se reflejaba ya en las magras condiciones del ejército y fuerza aérea.

La situación es tal, decía Galván, que a este paso el poder bélico se degradará rápidamente en cinco años si no hacemos algo ya. En 2007, de acuerdo con las cifras mostradas por el Estado Mayor de la Defensa Nacional (EMDN), la FAM tenía 73 aeronaves de pelea:

-10 F-5E/F

-35 Pilatus PC-7

-2 Pilatus PC-9

-6 UH-60L (Black Hawks)

-20 MD 530 (helicópteros Mc Donell Douglas)

El secretario de la Defensa agregaba que los F-5 fueron comprados en el contexto de la Guerra Fría y en medio de un panorama en el que no se descartaban probables conflictos con países centroamericanos, pero que esos escenarios ya habían cambiado.

Y advertía también que dada la crisis de envejecimiento y desgaste de más de la mitad de las aeronaves de la FAM, los escuadrones de transporte aéreo y de pelea desaparecerían muy pronto si no se actuaba a la brevedad.

El sexenio de Felipe Calderón fue el sexenio del inicio de la guerra contra el narcotráfico. Este escenario influyó en el desgaste acelerado de muchos aparatos de la FAM, incluyendo a los F-5.

En enero de 2011, se conocieron datos acerca del costo en el mantenimiento y operatividad de los F-5 y de otras aeronaves. El diario La Jornada informaba que  “los nueve aviones de combate F-5 –adquiridos en 1982– triplicaron sus horas de vuelo en los pasados 10 años y con ello se multiplicó el gasto destinado a mantenimiento, que pasó de 708 mil 814 pesos en 2000 a 44 millones 831 mil 385 en 11 meses de 2010”.

La nota señalaba que “de acuerdo con información de la FAM, las horas de vuelo de los aviones supersónicos pasaron de 332 en 2000 –con un máximo de 40 en enero de ese año– a 986 en 2010, con máximos de 120 (enero), 119 (julio) y 116 (noviembre) del año pasado”.

Tres años antes de que la guerra al narco se recrudeciera, la Sedena, a través del entonces Instituto Federal de Acceso a la Información (IFAI, hoy INAI) me entregó datos sobre el costo de operatividad por hora de varias aeronaves, entre ellas los F-5.

AERONAVES COSTO DE COMBUSTIBLE POR HORA. COSTO POR HORA DE VUELO
(COSTO OPERACIONAL).

Los costos de operatividad de las aeronaves de la FAM se triplicaron hacia el final del sexenio, sobre todo los de la flota de helicópteros.

En este marco el general Galván presentó un proyecto para la compra de un escuadrón de 12 jets F-16 Block 30 con lo que se reemplazaría a los F-5. La iniciativa no prosperó en el congreso porque no había condiciones económicas para asumir tal gasto.

Al final de su mandato, el presidente Felipe Calderón hizo un viaje de trabajo a los Estados Unidos. Durante el vuelo hacia Washington el avión presidencial fue escoltado por dos jets F-5. El 24 de septiembre, el Diario 24 Horas reportaba que el mandatario había sido escoltado por aviones viejos y caros en su mantenimiento.

Los costos en el mantenimiento de los F-5 del Escuadrón 401 se elevaron hasta los 18 millones 615 mil pesos por año, indicaba la nota que no precisaba en qué periodo se había registrado tal aumento.

Modernización

Con Enrique Peña Nieto en la presidencia y con el general Salvador Cienfuegos Zepeda al frente de la Sedena se inició finalmente la anunciada modernización de la FAM, estructurada hasta el 2030 en tres etapas.

De acuerdo con el Programa Sectorial de  Defensa Nacional 2013-2018, la FAM deberá adquirir 172 aparatos, entre helicópteros, aviones y aeronaves no tripuladas, para consolidar una nueva y eficiente flota aérea militar.

En la tercera etapa, del 2025 a 2030, deberán adquirirse 24 aviones de combate destinados a la defensa y vigilancia del territorio nacional. El documento no establece en ninguna parte qué tipo de aparatos se buscará comprar para suplir a los F-5.

El Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) de la Sedena en el 2008 señala en uno de sus Programas y Proyectos de Inversión  (PPI) un gasto por 51 millones, 750 mil pesos para la compra de un Simulador de Vuelo para los aviones F-5.

En los cuatro años de la actual administración del general Cienfuegos en la Sedena, solo se menciona en dos ocasiones y con el mismo número de proyecto de PPI (14071320014) la meta de Mantener la Capacidad Operativa Mediante la Sustitución de las Aeronaves de Ala Fija, que tienen una Antigüedad Mayor a 30 Años.

Es el caso del PEF del 2015, en el que se asigna para ese PPI la cantidad de 2 mil 975 millones, 629 mil 830 pesos a ejercerse desde ese año y más allá del 2019.

En el PEF del 2016 de la Sedena aparece de nuevo el mismo PPI, pero con un incremento de 93 millones, 165 mil 334 pesos para mantener vigente el proyecto. En ninguno de los dos PEFs se detalla en qué consiste el PPI, qué es lo que se va a comprar, para qué se va a ejercer, que aparatos serán sometidos a reparación o en qué consiste exactamente el programa.

El 16 de septiembre del 2016, tres aparatos F-5 de la FAM salieron de la BAM-1 para formar parte de la parada aérea en la que los aparatos Grob alemanes y Texan T-6C fueron las estrellas, porque sustituirán momentáneamente a los F-5 mientras el gobierno reorganiza sus finanzas y busca opciones en el mercado internacional para sustituir al 401 Escuadrón de Pelea con otras aeronaves similares.

Los F-5 que volarán el 16 de septiembre fueron el biplaza 4502 como líder del escuadrón, el 4501 (otro biplaza) y el 4508 (un monoplaza).

Con información de Jorge Medellín /@JorgeMedellin95 /Estado Mayor MX

ASESINAN A ESCOLTA DE “EL BRUJO” LUGARTENIENDO DEL CÁRTEL DE LOS ARELLANO FÉLIX

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La mañana de hoy Domingo, sicarios mataron por equivocación al escolta del sujeto en mención cuando ambos llegaban de una fiesta y trataban de ingresar a su domicilio, un apartamento en Rosarito.

Investigaciones preliminares arrojan que los sicarios iban con órdenes de matar al que lleva por nombre, Moisés Esparza Alvarez, alias el Brujo, quién es integrante del “nuevo CAF” o mejor conocidos como “cafeteros”, que meses antes había sido arrestado con posesión de arma de fuego y droga.

Apenas amanecía cuando el narcotraficante llegaba a su lujoso departamento, cuando los sicarios los alcanzaron con sus balas. El Brujo venía de una fiesta con su escolta, donde Miguel Comando le tocaba sus corridos “El Brujo” y “El de la Brujería”.

En la fiesta se miraban varios jóvenes tomando cerveza y tequila, como que la venta de gorras había sido generosa en la semana. El Brujo, pasando las 5 de la mañana decide irse de la fiesta junto con su acompañante. No sabía que en la fiesta había un lobo vestido de oveja.

Al salir en su carro, Nissan, el Brujo, quién iba de copiloto, y su acompañante fueron seguidos. Ambos iban en aparentemente drogados y en un grave estado de ebriedad que no se dieron cuenta que los seguían y al llegar a su departamento las balas de los asesinos alcanzaron, por equivocación, a su escolta.

Recabando información que nos llega a la página de gente muy confiable por los datos certeros que dan. Cabe mencionar que en una junta donde varios líderes de Tijuana por fin lograron ponerse de acuerdo, pero bueno, esa es otra historia.

Sólo les puedo adelantar que el lema de la nueva tregua o nueva alianza es Tijuana para los Tijuanenses.

CJNG, Un cruel proceso casi quirúrgico con marcas del narco

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Testigo del caso de los mutilados de Tlaquepaque asegura que las víctimas debían dinero al CJNG

Guadalajara, Jalisco.- Bajo un proceso casi quirúrgico, pero con señales del narco, fue como desarticularon 12 manos a un grupo de jóvenes acusados de ser presuntos delincuentes. No les inyectaron anestesia, lo cual sorprendió al personal médico que atendió el caso.

“Quien se los hizo sabía algo de anatomía a pesar de lo grotesco. Se libraron de morir de un choque neurogénico por el dolor”, explican.

Las amputaciones no las realizaron en ningún hospital con gasas o equipo especializado, pero sí en una casa de seguridad de Tlaquepaque, Jalisco, aplicando conocimientos básicos de medicina con la finalidad de dejarlos vivos. El alambre que rodeaba las manos era una suerte de torniquete para frenar el sangrado.

Otros dos hombres atendidos en la carretera. Foto: quadratin
Entre otras cosas, les tatuaron la piel:

“Soy ratero”.

Cuando las víctimas despertaron no tenían conciencia de lo sucedido, hasta que los policías los encontraron tirados y amordazados en una de las calles del pueblo mágico jalisciense. Estaban desesperados, tanto que el personal médico contempló la posibilidad de una cirugía para unirlas. Pero era tarde.

El acto se adjudicó a la “justicia ciudadana” inicialmente, firmada en una cartulina como “Élite antiratas” (sic), el pasado 17 de octubre, aunque después el fiscal Eduardo Almaguer declaró que se trataba de un ajuste por drogas.

Las amputaciones no parecían haber sido realizadas por inexpertos, como sí lo fue en Ayotlán el 29 de enero pasado, donde lincharon a un sujeto hasta la muerte, le cortaron las manos y lo colgaron de un árbol. Aun así, la Fiscalía General del Estado (FGE) no abonó detalles.

Esta historia comenzó días atrás, cuando un “jefe de oficinas” del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) ordenó el rapto de 12 personas, las cuales conformaban una célula de narcomenudeo de la organización. Beto, una fuente cercana al caso que pide el anonimato, explica que durante meses las víctimas de mutilación no liquidaron lo que debían al cártel. El varón asesinado, Rafael Jiménez, de 29 años, era supuestamente el líder. De los otros seis deudores sustraídos no se reportan datos en días posteriores.

Otro hombre a la orilla de la carretera sin manos en Jalisco.

LA HISTORIA TIENE UN CONTEXTO:

La entrada de Los Ántrax a Jalisco, un brazo armado del Cártel de Sinaloa que disputó con alrededor de 60 gatilleros tras la fuga de El Chapo Guzmán el 11 de julio de 2015. Por esa razón las “oficinas” se concentraron en defenderse y no cobraron por un tiempo a las narcotienditas. Una vez calmadas las aguas por la recaptura, los hampones dieron un plazo a los traficantes para que pagaran, pero no se cumplió. Las manos amputadas fueron la advertencia interna a todos los subordinados.

El Chapo

La atención del mundo —como cuando fue derribado el helicóptero militar mexicano Cougar EC725 el 1 de mayo de 2015—, se centró una vez más en el estado gobernado por el priísta Aristóteles Sandoval. Y nuevamente el motivo fue el CJNG.

REPUNTA VIOLENCIA EN JALISCO

Las guerras intestinas y otros hechos violentos son cotidianos en la entidad en los últimos años. De pronto, los asuntos del cártel pasaron a la esfera pública al grado que en el municipio de Zapopan vecinos consultados comentan sobre las alertas que se han producido, a través de mantas, para no salir de casa ciertos días.

Aunque no todos los casos están relacionados, el ambiente de inseguridad es tajante: entre enero y septiembre de 2016, el estado se colocó en la quinta posición a nivel nacional con mil 710 homicidios, lugar en el que se mantuvo en 2015 con 2 mil 41 casos, y en cuarta posición en 2014, con mil 866, de acuerdo con los datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).

Si bien la contabilización de este año aún no concluye, el periodo de nueve meses transcurridos, comparados con los de 2015 y 2014 registra un aumento de mil 474 a mil 710. Es decir, un incremento de 16%.

Mientras que en extorsiones no sale del primero y segundo lugar y hace competencia al Estado de México que en 2014 tuvo 742; 2015, con 882; y 2016 (de enero a septiembre) con 457, según el mismo SESNSP.

“Definitivamente la violencia se ha disparado. Hay un repunte, las cosas no han mejorado en términos generales. Las autoridades no han podido brindar tranquilidad a la ciudadanía en algunos puntos de Jalisco”,

Señala el especialista en seguridad pública de la Universidad de Guadalajara (UdeG), Francisco Jiménez Reynoso.

Sobre la violencia expuesta por las organizaciones criminales, Jiménez Reynoso dice:
“Se han visibilizado más, están subiendo de tono, pareciera que compiten para ver quién es más salvaje. Dejan testimonios vivientes”.

José Antonio Ortega, presidente del Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal (CCSPJP), dice que la violencia en Jalisco se debe en gran parte al poderío del Cártel Jalisco Nueva Generación:

“Es una organización que pesa en varias partes del país”.

FUNCIONARIOS PÚBLICOS ASESINADOS

José Isabel Lomelí, alias El Coyote, ex agente de la extinta Procuraduría del Estado —ahora fiscalía—, caminaba la tarde del 1 de septiembre de 2016 junto con su hijo de 10 años en el centro de Tlaquepaque. Cuando cruzaron la calle Paraguay, una camioneta roja les cerró el paso, bajó un sujeto y le descargó 20 balazos. Según la prensa local, el niño corrió asustado e ileso.

Las investigaciones de la fiscalía no profundizaron, pero fuentes que piden el anonimato por temor a represalias señalan que él tuvo responsabilidad en detener a numerosos implicados —como fue el caso de Jonathan García García John Perro— en el asesinato del secretario de Turismo, Juan José Gallegos. “Detuvo casi a todos los del caso, lo tenían amenazado”.

En las averiguaciones previas abiertas por homicidios dolosos son notorias las de servidores públicos, los cuales fueron frecuentes desde que en marzo de 2013 Nemesio Oseguera, El Mencho, ordenó el asesinato de Gallegos, como señala el expediente al que tuvo acceso este diario, en el que se le acusa al funcionario presuntamente de lavar dinero para Los Caballeros Templarios. “Se sintió traicionado El Mencho”, dice la fuente.

OTRO ASESINATO

El 11 de septiembre pasado asesinaron a tiros al subdirector de la Policía Municipal de Talpa de Allende, Damián Díaz Peña; el 29 de febrero, un comandante y su esposa fueron acribillados en Guadalajara, su bebé salió ileso; en julio de 2015 fue el comandante de la Policía de Investigación, Óscar González, en Puerto Vallarta.Y la lista sigue: junio de 2015, el delegado del ISSSTE en Jalisco, Javier Galván Guerrero; en septiembre de 2014, el diputado federal, Gabriel Gómez Michel. Ha superado el centenar.

Se consultó los boletines de la Fiscalía General del Estado (FGE), en los cuales no hay seguimiento de investigaciones por homicidios dolosos de funcionarios públicos.

“Eso significa un retroceso y son algunas derrotas sistemáticas de la delincuencia en contra de la autoridad, en la que muy probablemente van ganando terreno. La policía tiene bajos sueldos, poca protección y garantías de crecimiento en cuanto a nivel de vida y armamento, mientras el CJNG tiene logística y organización”, añade Jiménez Reynoso, especialista de la UdeG.

“Es un grupo criminal que ha desatado estos atentados y la autoridad no ha puesto límites y no ha investigado”, agrega Ortega del CCSPJP.

Hace décadas este territorio fue famoso por el Cártel de Guadalajara, fundado por Miguel Á. Félix Gallardo, Ernesto Fonseca y Rafael Caro Quintero. Ahora el terror se respira más de cerca entre los tapatíos. 

Niegan orden de aprehensión contra “El Cholo Iván”

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La Comisión Nacional de Seguridad (CNS) indicó que aún tiene en su contra dos causas penales por delitos graves, por lo que no fue puesto en libertad

Autoridades negaron la existencia de una orden de aprehensión contra Orso Iván Gastélum Ávila “El Cholo Iván”, presunto operador de Joaquín “El Chapo” Guzmán.

De acuerdo con el expediente de amparo 1298/2016 promovido ante el Juez Segundo de Distrito en Materia de Amparo y Juicios Federales en el Estado de México, autoridades de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y la Procuraduría General de la República (PGR) negaron la existencia de alguna orden de aprehensión contra Gastélum Ávila.

La demanda de amparo fue presentada el 12 de agosto pasado por su abogada Yessica Ortiz Andrade, en la que reclamó la orden de aprehensión, detención, presentación y comparecencia y su ejecución.

Debido a que Gastélum Ávila no aportó pruebas que acreditaran la existencia del acto el juez de amparo determinó negar la suspensión definitiva. Por lo que el juicio de amparo deberá continuar hasta que se dicte la sentencia en la que se determine si se otorga o no la protección de la justicia federal.

Gastélum Ávila es el hombre al que la Policía Federal detuvo el 8 de enero de 2016 en compañía de Joaquín “El Chapo” Guzmán, en Los Mochis, Sinaloa, luego de un operativo de la Marina en unj fraccionamiento del que lograron escapar por un túnel.

En octubre pasado un tribunal federal absolvió a “El Cholo Iván” de los delitos de homicidio en grado de tentativa, delincuencia organizada en su modalidad de acopio de armas, acopio de armas y posesión de cartuchos.

Sin embargo, la Comisión Nacional de Seguridad (CNS) indicó que aún tiene en su contra dos causas penales por delitos graves, por lo que no fue puesto en libertad.

Actualmente Gastélum Ávila se encuentra recluido en el Centro Federal de Readaptación Social (Cefereso) 1 “Altiplano”, lugar donde se le han realizado las notificaciones ordenadas en este juicio de amparo.

El Justiciero de la Marquesa

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El linchamiento o los actos de justicia de propia mano tienen una larga historia en México, pero a últimas fechas se han reproducido en una cantidad preocupante como una expresión de hartazgo social frente a la ineficacia, deficiencia e incapacidad de las autoridades e instituciones para detener los asaltos, violaciones, atracos, secuestros, extorsiones y asesinatos que todos los días sufre la población en todos sus estratos.

El caso más reciente, conocido en las redes sociales como “El Justiciero de la Marquesa”, es el ejemplo más emblemático y claro de este fenómeno de cansancio de la población que día a día sufre los embates de la violencia y que corrobora la percepción de que el gobierno está rebasado por mucho por la delincuencia común y organizada que se ha entronizado en todo el país como el grupo de poder más fuerte.

El artículo 17 de la Constitución política de los Estados Unidos Mexicanos rechaza cualquier intento de la población de apropiarse de la justicia: “Ninguna persona podrá hacerse justicia por sí misma, ni ejercer violencia para reclamar su derecho”.

Sin embargo, los casos de linchamiento han ido creciendo en todo el país conforme el Estado mexicano se muestra incapaz de dar seguridad a los ciudadanos. Tan sólo el año pasado se contabilizaron 63 casos, la mayoría perpetrados en las zonas rurales.

Según el estudio “Linchamientos en México: recuento de un periodo largo (1988-2014)” realizado por Raúl Rodríguez y Norma Veloz, publicado por la Universidad Autónoma Metropolitana, en los últimos 26 años se registraron al menos 366 casos relacionados con el linchamiento a nivel nacional, pero sobre todo en el Estado de México, Ciudad de México, Puebla, Morelos, Oaxaca, Chiapas y Guerrero.

El Estado de México es uno de los más violentos del país. El primer bimestre de este año hubo 352 personas asesinadas en esa entidad, colocándose a la cabeza de esos penosos episodios. El año pasado también lo fue con 2 mil 105 homicidios, según el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).

Denuncia Ecatepec, una página en redes sociales, registró de manera extraoficial que sólo en ese municipio conurbado con la Ciudad de México hubo alrededor de 30 casos de linchamientos el año pasado. Esto se debe a que este municipio es uno de los más violentos de todo el país.

No es casual, entonces, que precisamente en los linderos de la Ciudad de México y el Estado de México, sobre el asfalto de la autopista Toluca-México, hayan sido ejecutados cuatro asaltantes de un autobús por una persona que ahora llaman “El Justiciero de la Marquesa”.

Ninguno de los pasajeros del autobús denunció al ejecutor anónimo y en una especie de “omerta” o pacto de silencio tejieron un manto protector sobre este personaje del que ya se cuentan muchas historias convirtiéndolo en un mito popular.

En diversas colonias de Ecatepec la gente ha ido formando grupos de autodefensa que, armados con palos, cuchillos y armas de bajo calibre, han formado corredores de seguridad por los cuales, todas las mañanas y en las noches, caminan los colonos para tomar sus autobuses que los llevan a sus centros de trabajo o a las escuelas.

Pero el hartazgo social se manifiesta en los casos de linchamiento. El 6 de septiembre del año pasado un grupo de pasajeros de un microbús de Ecatepec capturó a dos asaltantes y, tras someterlos, les sacaron los ojos “para que no vieran quiénes se los sacaron”.

Los pasajeros fueron detenidos por la policía y, tras un interrogatorio, los soltaron, pues ninguno de ellos delató a los autores del linchamiento.

Profesor “confesó” en video extorsiones; ayer lo hallaron ejecutado

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Tixtla, Guerrero.- Luego de que a través de las redes sociales fuera divulgado un video en el que se observa a un maestro de secundaria “confesando” que había participado en extorsiones, la mañana del martes su cuerpo fue encontrado con visibles huellas de tortura y un disparo en la cabeza.

Según reportes, el pasado jueves el profesor de 25 años de edad, fue privado de su libertad por un grupo armado, y no se sabía nada de él hasta que el fin de semana apareció en un video difundido en las redes sociales donde es interrogado por presuntos miembros de la delincuencia organizada.

En el video, el hombre aseguró llamarse Alejandro Giovanni Salinas García, y ser originario de Tixtla, Guerrero. Dijo que se desempeña como maestro de Secundarias Técnicas y Generales y tiene a su cargo el aula de medios en la comunidad de Ocotillo, municipio de Coyuca de Benítez.

En el interrogatorio, el joven maestro señala que ha realizado extorsiones a sus compañeros de trabajo e incluso a sus familiares.

“Participé en dos extorsiones, una que se llevó a cabo en la Cima y la otra en un Soriana, en Acapulco, Guerrero”, reseña el profesor, quien observa a la cámara.

Salinas García “confesó” que en los ilícitos, tuvo como cómplice a Mario Arturo Ugalde, “es amigo mío, él trabaja en el Sindicato de la Higiene y limpieza de Acapulco; se dedica a darle mantenimiento a todas las plazas de prestigio en Acapulco”.

Incluso señaló que la dirección en que se puede localizar a Ugalde se ubica en la colonia 20 de Noviembre, a un costado del Mercado Central, en Acapulco.

Hasta ese momento las autoridades no habían emitido postura sobre el material subido a redes sociales y compartido a través de Facebook.

Personas allegadas al profesor rechazan que éste se haya dedicado a este tipo de actividades ilícitas, y argumenta que su captores lo obligaron a decir que era un extorsionador.

Creado para matar: Así nació el letal "cuerno de chivo" el arma predilecta del Narco

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Armado en 1947, el "cuerno" probablemente sea el arma más conocida a nivel mundial

Rusia.- Probablemente el fusil AK-47 sea el arma más conocida en el mundo, y a pesar de que fue inventado poco después de la Segunda Guerra Mundial, sigue siendo una de las más usadas.

Su creador, el famoso diseñador de armas, Mijaíl Kaláshnikov, nació el 10 de noviembre de 1919 en una familia de campesinos en Kurya, en la región rusa de Atlai. Seguro te sorprenderá saber que sus padres tuvieron ¡19 hijos!, Mijaíl fue el decimoséptimo.

Creador
De acuerdo con Biography.com, este hombre aspiraba a convertirse en poeta, pero en 1938 se enlistó en el Ejército y su rumbo cambió.

Servía en una unidad de tanques y desarrolló varias invenciones relacionadas con estos vehículos. En 1941 fue herido en una batalla contra los nazis y mientras convalecía, comenzó a trabajar en la creación de nuevas armas con el fin de que estos ataques no se repitieran.

Tiempo después de la Segunda Guerra Mundial, terminó el trabajo que lo haría ganar un lugar en la historia, el fusil automático AK-47. Con él ganó un diseño de concurso de armas y su invención comenzó a ser fabricada.

Se trata de un arma con gran durabilidad y de bajo costo de producción, fácil de usar y limpiar; además tiene un buen funcionamiento en diferentes entornos, por lo que se ha convertido en una de las armas de asalto preferidas por muchos grupos criminales en el mundo.
Su nombre proviene de “Avtomat Kaláshnikova, modelo 1947”.

Más tarde, Kaláshnikov se dedicó a la creación de otros artefactos; diseñó varios tipos de ametralladoras, pero ninguna tan famosa como el AK-47. Esta arma lo convirtió en un tesoro nacional ruso, incluso, en 2004 se abrió un museo en su honor en la ciudad de Izhevsk.

Pero en abril de 2013, este hombre escribió una carta al patriarca de la iglesia ortodoxa en la que expresaba su remordimiento por las muertes que ha causado su invento.

En el texto señalaba que su dolor espiritual era insoportable y que “¿Si mi rifle se llevó la vida de las personas?, entonces puede ser que soy culpable por las muertes de las personas, aunque fueran enemigos".

Actualmente es una de las armas mayormente utilizadas por narcotraficantes. Foto: Youtube
El inventor siempre aseguró que su intención era defender a su patria, y el fusil automático no fue creado para la ofensiva, sino para la defensa, por lo que lamentaba que hubiese caído en malas manos. Mijaíl Kaláshnikov murió el 23 de diciembre de 2013 a la edad de 94 años.

Hoy en día, el AK-47 forma parte del arsenal de 55 ejércitos en el mundo. Desde sus inicios, se han producido aproximadamente 100 millones de piezas (el 90% de las unidades producidas se fabrican sin autorización o con licencias caducadas, ya que la URSS nunca patentó el invento).

NARCOAMANTA Y 3 EJECUTADOS; Aquí sigo, aquí manda el CDN Zeta Att;CDN BQ Operativo Gafe

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EJECUCIONES,EXTORSIONES,LEVANTONES y NARCOCOMUNICADOS siguen siendo la constante en la capital de Tamaulipas cuya VIOLENCIA NO CESA pese a la perorata oficial del que hoy administra el caos en Tamaulipas Francisco Garcia Cabeza de Vaca en el gobierno Panista de los “VIENTOS de CAMBIO QUE NO CAMBIAN”,NUEVAMENTE  DOS EJECUCIONES en una vivienda y la EJECUCION de un TERCERO en CAMPO de FUTBOL así como el presunto SECUESTRO de una jovencita marcaron la jornada de ayer en ciudad Victoria.

Y aunque los saldos de la crisis de inseguridad siguen siendo silenciados como  tónica del nuevo gobierno,mucha de esta violencia sigue trascendiendoa las redes sociales,hoy por hoy el único recurso para conocer del curso de la GUERRA INTERNA y ETERNA ZETA que sostienen las facciones del CARTEL del NORESTE y el llamado GRUPO BRAVO o ZETAS de la VIEJA ESCUELA que se advierte en los hechos no estan dispuestas a ceder y siguen dejando en entredicho el infructuoso esfuerzo institucional por combatirlos.

Y aunque el Grupo de Coordinación Tamaulipas sigue aceptando a cuentagotas la espiral de violencia que azota a la capital de los poderes que siguen sin poder ya dio a conocer  oficialmente en un comunicado solo de la muerte de dos hermanos que dice fueron agredidos con armas de fuego, mientras que los padres resultaron heridos en hechos registrados durante la madrugada de ayer miércoles.

A decir de las autoridades la agresión se registró a las 05:43 horas de ayer en el interior del domicilio ubicado en la calle 16 de Abril la colonia Emiliano Zapata.

Los hoy occisos fueron identificados, como Eddy Uriel y César Daniel Lucio Córdoba, de 37 y 22 años de edad, respectivamente.

Entre las investigaciones realizadas, autoridades exponen que uno de ellos, el primero, era un policía inactivo de Fuerza Civil de Monterrey, Nuevo León, mientras que el segundo tenía dos investigaciones judiciales por riña y entorpecimiento de labores policiales.

Los padres de ambos quedaron internados en un hospital de la ciudad capital para su atención médica.

ZETAS DICEN : " ELLOS SI MATAN HASTA el PERRO" en la CAPITAL DONDE GOBIERNA CABEZA de VACA

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En esa VIOLENCIA EXTREMA caracterizada por la CRUELDAD empleada por las FACCIONES de ZETAS en PUGNA  en la capital de la entidad,nuevamente DOS ASESINATOS cimbraron las inmediaciones de la COLONIA MAINERO hasta donde llegaron los SICARIOS para ultimar con armas de fuego a 2 presuntos familiares de TOMAS BRUSSOLO CORTEZ recientemente detenido por secuestro.

Las ARTERAS EJECUCIONES autoadjudicadas por el CARTEL del NORESTE a razón del NARCOMENSAJE encontrado en la escena criminal y cuyo texto amenazante advertía 'ELLOS SI MATAN HASTA el PERRO" son la continuación formal de la VIOLENCIA e IMPUNIDAD con que siguen actuando ambas facciones de criminales aun  intocados por la nueva administración gubernamental que preside en TAMAULIPAS FRANCISCO GARCIA CABEZA de VACA,el PANISTA de los "VIENTOS de CAMBIO" dedicado solo a administrar el caos dejando entrever que gobierna pero no manda y actuando de  simple y vulgar espectador "cuentacadaveres" como lo hacian sus antecesores priistas.

Los nuevos  hechos de sangre que se suman a muchos otros  constantemente silenciados por el gobierno de Cabeza de Vaca apenas trascendieron escuetamente a las redes sociales y se presume habrían ocurrido este domingo con  la difusión de imágenes de la vivienda en la colonia Guadalupe Mainero de esta capital donde se presume habrían ocurrido presuntamente ligada a Tomas Brussolo Cortez.

Los asesinos en el goce de esa impunidad vergonzosa se dieron oportunidad y tiempo para dejar un narcomensaje presuntamente firmado por El Gafe Z del Cartel Del Noreste y Operativo.

“Ahí esta la casa de Tomás Brussolo para que siga metiendo basuras a su casa y que ya no saben a donde correr, y el que quiera put…zos aqui estamos. CARTEL DEL NORESTE. Para el que quiera ver…azo, yo sí mato hasta al perro…”

Atte: BQ CDN y Operativo
Gafe Z.
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